Opinión y debate • 1 Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristianawww.imdosoc.orgPedro Luis Ogazón 56, Guadalupe Inn,Alcaldía Álvaro Obregón, 01020 CDMXTel.: 52 1 55 5661 4465@imdosococial @imdosocimdosocimdosocSignoDE LOS TIEMPOSRevista dedivulgación del PensamientoSocial CristianoAÑO XXXiX SEP-OCT 2023336Derechos humanos en MéxicoLos derechos humanos y la construcción de paz en MéxicoALICIA MESADerechos y dignidad humana, principio y n del ReinoHORACIO PALACIOSPor la sendade las víctimasEMILIO ÁLVAREZ ICAZA
3177Derechos y dignidad humana, principio y fin del ReinoPbro. Lic. Horacio PalaciosPor la senda de las víctimasDr. Emilio Álvarez Icaza LongoriaPara defender los derechos humanos hay que entender los contextos localesMtro. Josué Francisco Hernández RamírezLos derechos humanos y la construcción de paz en MéxicoDra. Alicia Mesa BribiescaCanciones del alma (fragmento)San Juan de la CruzVerónica Morales GutiérrezRegreso al corazón. Agenda 2030, Pensamiento Social Cristiano y magisterio del papa FranciscoAdela Salinas (coord.)Voces y miradas por la pazKaren Castillo Mayagoitia (coord.)11Contenido opiniónydebate21 | unsignoentresignoseditorial | 237 | palabrasparaelcamino38 | lucesysombras23 | ensayofotográfico35 | paraleerAsociación Mexicana de Promoción y Cultura Social, A. C.Director de revista Alberto Nava CortezJunta EditorialAlberto Nava Cortez David Eduardo VilchisLuis Gustavo Meléndez GuerreroKaren Castillo MayagoitiaVerónica Morales GutiérrezEditor general:Alberto Nava CortezEditora operativa:Verónica Morales GutiérrezFormación y diseño: Guadalupe UrbinaCorrección de estilo:Eva González Pérez Luis Adolfo ArellanoPublicidad:Yvonne ArriagaFotografía: Pixabay, Unsplash, iStockDiseño de portada:Aldo Botelloaño , núm. 336, septiembre- octubre 2023Signo de los tiempos es una publi-cación bimestral editada y publica-da por la Asociación Mexicana de Promoción y Cultura Social, A. C., a través del Instituto Mexicano de Doc-trina Social Cristiana, con dirección en Pedro Luis Ogazón 56, col. Guada-lupe Inn, Álvaro Obregón, C.P. 01020, Ciudad de México, Tels.: 55 5661 4465 y 55 5661 4169, www.imdosoc.orgImpresa en Talleres de Litografía Ingramex, Centeno 162-1, Granjas Esmeralda, Iztapalapa, C.P. 09810, . Este número se terminó de imprimir en septiembre de 2023, con un tiraje de 1,000 ejemplares.Justicia socialDr. Mauricio Beuchot
2 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023EditorialEn la actualidad, las continuas violaciones a los derechos humanos se han traducido en el deterioro de la sociedad. No son situaciones aisladas, más bien son resultado de intrínseco de la dignidad de la persona, fuente de los derechos humanos.En este número, se vuelve la mirada sobre el origen y las implicaciones de los derechos humanos, con el propósito de visibilizar las estructuras de pecado (cfr. 400; 36) En su texto, el padre Horacio Palacios ofrece una introducción a la teoría de los derechos por la injusticia.Josué Francisco Hernández aborda el tema de la defensa de los derechos humanos desde la perspectiva de los contextos locales. De acuerdo con su exposición, es necesario dejar de hablar de dichos contextos y comenzar a hablar con ellos para acercarnos a la garantía de los derechos humanos. En su colaboración, Alicia Mesa expone cómo la violencia provocada por el crimen orga-nizado o las fuerzas armadas ha generado recomendaciones por parte de los organismos internacionales, por lo cual plantea la necesidad de trabajar por la paz en el contexto actual de México y construir una política pública con base en los derechos humanos.Emilio Álvarez Icaza describe el itinerario de las víctimas de violaciones de derechos hu--en ella es la justicia.Como en cada número, se cuenta también con las recomendaciones Para Leer y Luces y Sombras de Verónica Morales.
Opinión y debate • 3 PBRO. LIC. HORACIO PALACIOS SANTANA*opiniónydebate* Licenciado en Teología, con especialidad summa cum laude en Teología Moral de México. Licenciado en Ciencias Religiosas. Profesor de la Universidad Universidad Católica Lumen Gentium. Párroco en la la Paz. Instituido canónigo de la Basílica de Guadalupe.Derechos y dignidad humana, principio y n del ReinoEl concepto de dignidad humana es, en denitiva, anterior al de derechos humanos, pues éste tuvo su principio moderno luego de las atroci-dades de la Segunda Guerra Mundial. Aclararlo es pertinente, porque es la raíz irremplazable de dos temas entrelazados que pretendemos poner de maniesto aquí: el principio antropoteológico de todo sistema social y la centralidad de la dignidad de la persona humana en la instauración del Reino. Problematicemos un poco. El lósofo católico alemán, Robert Spaemann, arma que “un derecho que puede ser anulado en cualquier momento por aquellos para los que ese derecho es fuente de obligaciones para con el otro no merece en absoluto el nombre de derecho”. Y es que, en efecto, el hombre, por su condición creatural, no puede poseer en sí mismo la propia fuente de derechos que una ley o —para ser más precisos— un Legislador superior ha dictado: éste será el auténticamente Otro. Imagen en Freepik
4 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Gaudium et spes así nos lo recuerda en su numeral 16: “En lo más profundo de su conciencia, descu-bre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obe-diencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente”.se le coneren derechos; se le reconocen en virtud de su pertenencia a la especie. No es alguien que tenga; es alguien que es. Dios creó al hombre con tal dignidad, que le da un plus de cualidades y facultades: inteligencia, libertad, conciencia, voluntad y otras más. Ellas lo distinguen de entre todos los seres creados. Por su capacidad de autoposeerse, reconocerse y sociali-zar, el ser humano tiene una gran responsabilidad respecto a todo lo creado; su libertad debe cons-truirse en los valores y virtudes para optar por lo único apetecible: la bondad y la verdad. Si ello no es conforme a su naturaleza primera, puede defor-marse por los vicios y perversiones que lo llevan a la maldad y a la destrucción, no sólo de su persona, sino la de los demás y de su propio entorno. Habiendo señalado lo que consideramos el ori-gen de la dignidad y de los derechos humanos, surge una pregunta: ¿Por qué, en un siglo donde se habla de humanismos y doctrinas personalistas, políticas nacionales e internacionales de protec-ción a la persona humana, hay tantos atentados y atropellos contra el ser humano? La respuesta a tal cuestionamiento es que estamos viviendo una crisis antropológica, en la que cada uno parece tener su propia verdad, lo cual ha provocado una cultura de indiferencia y fatalidad. Se vive de manera tan rápida y con tanta ansiedad que nos olvidamos de ser felices y de disfrutar lo que realmente vale la pena: nuestra vida y la de las personas que ama-mos. Dicho olvido nos vuelve ciegos e indolentes frente a las distintas catástrofes sociales que nos rodean. No por nada en el evangelio Cristo subraya la importancia del doble mandamiento del amor, el servicio al prójimo, la atención a los más débiles, el estar atentos. Hoy, con mucha razón, se cuestiona el desper-dicio del agua, de la luz y de la comida, entre otras cosas. ¿Pero quién se cuestiona o se molesta por el desperdicio de lo más valioso que tenemos? Me reero al tiempo, que condiciona nuestro tránsito El lósofo católico alemán, Robert Spaemann, arma que “un derecho que puede ser anulado en cualquier momento por aquellos para los que ese derecho es fuente de obligaciones para con el otro no merece en absoluto el nombre de derecho”.De la misma manera, en las Sagradas Escrituras se hace hincapié en que, ante la creación, “Vio Dios que era bueno” (Gn 1), es decir, que la bondad pri-migenia del Creador quedó impregnada en todas sus creaturas y les conrió una dignidad particu-lar, especialísima en el hombre. Dios, el Ser por excelencia, el Yo Soy, el Totalmente Otro, el San- to del que procede todo, que se identica en Cristo como la luz del mundo, hace todo en armonía y en su bondad. Patente en las creaturas, da un salto cualitativo al crearnos a su imagen y semejanza, tomados de la misma tierra, pero insuados con aliento de vida. He aquí el origen indiscutible de la dignidad humana, de los derechos humanos y de los destinatarios del Reino. Al ser humano no
Opinión y debate • 5 Imagen en iStockpor esta vida y, por consiguiente, los momentos que podemos emplear para amar y servir. Bien decía san Agustín: “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa, sino lo que ama” (Ep. Io. 2,14), porque el amor es lo que da puerto seguro de llegada a las personas; lo que creemos es lo que da el sentido de esperanza y trascendencia.Desafortunadamente, la cultura actual se en-cuentra enclavada en lo que san Juan Pablo ii llamaba estructuras de pecado (cfr. Novo Millennio Ineunte): cultura de los excluidos, de violencia, de injusticia social, de muerte, marginación, miseria y excesos de todo tipo. Todo ello nos concentra más en lo que hacemos, en lo que tenemos o en lo que se dice de nosotros, en lugar de enfocarnos en lo que genuinamente somos: creaturas hechas a imagen y semejanza de Dios, y elevados a la dig-nidad de hijos en el Hijo de Dios por el bautismo. En el ser, amar y compartir está el sentido de la vida, y bienaventurados los que captan y oyen el Evangelio, porque de ellos es el Reino. Como Iglesia, es nuestro deber seguir rme-mente y sin titubeos los pasos de Jesús, quien nos invita a un nuevo y esperanzador estilo de vida, caracterizado por el amor, la libertad y la miseri-cordia, como lo vemos constantemente en el Evan-gelio: amor y misericordia hacia la mujer que iba a ser lapidada, el leproso, el ciego, la samaritana, el malhechor arrepentido, la hemorroisa, el cen-turión, el publicano, y a tantos más que son los rostros de hombres y mujeres que hasta hoy día se reproducen. Jesús siempre mira con amor y misericordia, sobre todo, a los más necesitados y menos útiles a los ojos de la sociedad. Jamás los aparta de su lado; al contrario, los acoge, los toca y los cura de alma y cuerpo. Tal es lo que la Iglesia y la sociedad hoy necesitan: testigos del amor de Dios, discípulos de Cristo, heraldos de la misericordia divina, de la paz, la justicia, el gozo y la verdad. Son valores del Reino que tanta falta nos hacen en la actualidad. De la misma manera, es necesario evitar los re-lativismos morales y los falsos discursos que no hacen más que confundir, polarizar y dividir tanto a las opiniones como a las personas.En efecto, tal como el Catecismo de la Iglesia nos recuerda en el numeral 1717, “las bienaventuran-zas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los eles asocia-dos a la gloria de su Pasión y de su Resurrección;
6 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya in-coadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos”. Las bienaventuranzas son un autorretrato de Cristo, que bien puede ser también el nuestro. Las bienaventuranzas nos invitan a hacer una lectura desde la mirada de las víctimas de esta sociedad, que parecen derrotadas, pero no lo son; porque, en medio de sus grandes tragedias y su-frimientos, se convierten en modelos de vida cris-tiana, testigos de fe y esperanza. Son el clamor de un Evangelio vivo, donde el rostro de Jesús, el amor del Padre y la fuerza del Espíritu Santo se renuevan constantemente y nos muestran nuevas maneras de mirar la realidad. Nos enseñan a mirar sin arrogancia e individualismo para ser más her-manos, más Iglesia, mejor sociedad; enseña a ser apóstoles de la esperanza para ser constructores ecaces del Reino y, por tanto, de una sociedad más humana, fraterna y justa, donde sostengamos la certeza de que, como sociedad renovada por el Espíritu Santo, llegaremos a puerto seguro.Los derechos humanos no son opcionales; son aquellos por los que Cristo alzaba la voz contra la opresión y la marginación. La dignidad humana es por lo que Él, siendo Dios, asumió nuestra natu-raleza para mostrarnos el camino, enseñarnos la verdad y llevarnos a la vida. Si nuestro ser reeja imagen y semejanza de Él y si nos ha mostrado los valores del Reino, no es sólo para identicarnos supercialmente con su proyecto, sino que es una lucha constante con dos nalidades. Primero, para sentir, vivir y amar con la intensidad de Cristo. Segundo, para dar voz y lugar adecuado a los que sufren por la injusticia y la marginación, defendiendo la vida y su dignidad, como señala Evangelium Vitae (n. 25. III. 1995), armando rotundamente el valor y la inviolabili-dad de la vida humana, respetando, defendiendo y sirviendo a la vida (cfr. n. 57). Ser cristiano es lo más difícil del mundo, porque implica renunciar a uno mismo, para dar paso al Señor. Pero ser humano es aún más arduo, pues supone hacerse amor: frágil en pesebre, pobre entre los pobres, servidor en la carpintería, persegui-do como migrante. Es hacerse manso y humilde, consuelo entre los aigidos, sediento de justicia, misericordioso, sembrador de paz. Es reconocerse poseedor de una dignidad altísima que sí da dere-chos humanos inalienables, pero también compro-mete indiscutiblemente con dignicar y redimir, a ejemplo de Cristo, a toda la especie humana, en cada rincón y sociedad.Imagen en iStock
Opinión y debate • 7 MTRO. JOSUÉ FRANCISCO HERNÁNDEZ RAMÍREZ*Imagen de Antonio Cansino en PixabayPara defender los derechos humanos hay que entender los contextos localesHablar en torno a la posibilidad de defender la sociedad —el tejido social, como suele llamársele— no resulta sencillo. Desde hace ya casi dos décadas, hemos transitado un periodo de violencia abierta y grave que se traduce, en su máxima expresión, en la cantidad de homicidios que hay en el país. Sin embargo, pensar lo que se ha llamado el continuum de violencias no ha resultado todavía en políticas públicas integrales que aborden las distintas conexiones entre aspectos y situaciones de la cotidianidad, detonantes —como también se ha referido en trabajos sociológicos y antropológicos— de esas violencias que acontecen en ámbitos públicos y privados. De tal manera, en este texto parto de la convicción de que, para garantizar y proteger los derechos humanos y fortalecer los vínculos sociales de manera positiva, es necesario mirar desde y con los contextos locales. Es ahí donde encontramos las relaciones, prácticas, sentidos y estrategias que han cimen-tado las condiciones contrarias a las que se buscan en la construcción de paz. Así, por ejemplo, entre las estrategias de políticas públicas y las alianzas que se han intentado con diversos actores académicos y civiles, habría que pensar de qué manera se abordan los conictos y la distribución de poder en los ámbitos locales. Se trata, pues de hacer una epistemología de escala más *Doctorando en Antropología Social en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Docente de la Universidad Iberoamericana Puebla. Maestro en Ciencias Sociales y Humanidades, por la Universidad Autónoma Metropolitana Cuajimalpa, y licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Puebla. Ha laborado en la comunicación para la defensa de los derechos humanos desde el sector académico y en la administración pública federal a través de estrategias de vinculación para proyectos de construcción de paz.
8 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023pequeña sobre la forma de organización social y económica en la que se enmarcan la precariedad laboral, la movilidad urbana, los mercados ilegales. Se trata, al mismo tiempo, de no perder de vista que, al observar y trabajar en escalas locales, es importante mirar multisituadamente, es decir, dando cuenta de cómo distintos territorios y sus dinámicas se relacionan entre sí de manera regional y global. De esa forma, buscamos apuntar a la compren-sión de cómo es que, por ejemplo, la conformación de centros económicos y urbanos producen estéti-cas y lógicas de marginación, visibles en distintas periferias a través del acaparamiento de agua y otros servicios públicos, los asentamientos irre-gulares, las distintas expresiones de la violencia criminal y otras que están encadenadas (física, psi-cológica, patrimonial, sexual y económica, como las clasica la Encuesta sobre la Dinámica y Relaciones en los Hogares, Endireh).1Las razones de situar ese pensamiento en los contextos locales debe orientarse por una supera-ción del complejo colonizador que supone poseer la hegemonía epistemológica para interpretar las situaciones sociales. Aún se sigue reproduciendo un conjunto de estigmas sobre los territorios y las personas que los habitan; se discursa desde tri-bunas de poder con una retórica pregurada para hablar sobre las estrategias de avance en materia de género, de no discriminación, de la búsqueda por reducir las desigualdades, por no excluir cuerpos distintos de aquellos que se representan cotidiana-mente como normales y deseables. Con todo, esa retórica no ha logrado (acaso porque tampoco ha sido de interés para la acción pública) traducirse en programas adecuados de gobierno. Situarnos en ese pensamiento local implica vernos en un espejo autocrítico. 1 [Instituto Nacional de Estadística y Geografía], En-cuesta Nacional sobre la Dinámica y las Relaciones en los Hogares, 2021.Por ello, dejar de hablar sobre los contextos locales y empezar a hablar con ellos quizás sea, más bien, una labor de escuchar y, en todo caso, de disputar las políticas y las lógicas de administra-ción territorial y económica que han determinado la forma de organización de cuerpos, saberes y lugares de manera profundamente desigual; in-cluso en los propios espacios que habitamos y desplegamos nuestro quehacer profesional y nues-tra vida diaria. Por supuesto, comparto esta intuición desde el lugar en el que participo, que ha sido la academia, sobre todo. Pero opino que ese mismo trabajo de autocrítica debe desplegarse en espacios como el de las empresas, la función pública y en ámbitos particulares que sostienen la idea de un modelo de desarrollo basado en el extractivismo y el despojo.En ese sentido, una de las cosas que aprendemos a ver, como recuerdan las autoras que participan en el libro que coordinan Morna Macleod y Natalia de Marinis,2 es la manera en que se conforman comu-nidades emocionales ante esta época convulsa de violencia y catástrofe. Se trata de estrategias que no se adscriben a programas estatales de construc-ción de lazos sociales asentados en redes de poder que privilegian la presencia de actores particulares y excluyen a otras personas; o tampoco espacios construidos a partir de intervenciones asistenciales que conguran a víctimas perfectas para poder solventar su razón de ser. Lo que nos devuelve la comprensión y escucha sobre las dinámicas de los contextos locales es la posibilidad de ver algo más que sujetos de inter-vención para reconocer, en cambio, la agencia con la que han construido una vida en medio de lo que desde fuera leemos como pura precariedad. 2 M. Macleod – N. de Marinis, Comunidades emocionales: Re-sistiendo a las violencias en América Latina, Universidad Autónoma Metropolitana e Instituto Colombiano de Antro-pología e Historia, 2019.
Opinión y debate • 9 La idea de situarnos en espacios y frente a ex-periencias, formas de habla y enunciación que no solemos advertir usualmente implica también se-pararse del esencialismo con el que se determinan las identidades de personas y los estigmas atribui-dos a los territorios, a los que imaginamos sólo vulnerables o, en el peor de los casos, marcados por el delito y la violencia. Atendiendo, pues, a la pregunta sobre el forta-lecimiento del tejido social y los derechos huma-nos, en los espacios locales observamos la agencia y los afectos con los que las personas situadas en territorios particulares han desarrollado estrate-gias de vida, de signicados y prácticas frente a la violencia y la incertidumbre cotidiana. Ésos son los elementos que están inscritos en ese concepto. No es desdeñable, por eso, pensar la propia violencia como una forma de socialización que ha estado presente. En ese sentido, ver la dimensión cotidiana en los espacios locales nos arroja diversas preguntas que no alcanzaría a colocar aquí, pero plantean paradojas ante ciertos diagnósticos y, sobre todo, la posibilidad de acercarnos a la comprensión más amplia de esas conguraciones sociales e institucionales que siguen soportando la crisis humanitaria que representan; por ejemplo, la desaparición de personas y, en ge-neral, las violaciones a derechos humanos.Sólo en las prácticas asentadas en lo cotidiano podemos entender el porqué de casos como el de Daniel García Rodríguez y Reyes Alpízar Ortiz vs. México en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quienes estuvieron en prisión pre-ventiva, sin sentencia, durante 17 años, gracias irregularidades que violaron el derecho al debido proceso, la presunción de inocencia, el derecho a la libertad y la integridad personal por la tortura Imagen de Gayatri Malhotra en UnsplashPara garantizar y proteger los derechos humanos y fortalecer los vínculos sociales de manera positiva, es necesario mirar desde y con los contextos locales. Es ahí donde encontramos las relaciones, prácticas, sentidos y estrategias que han cimentado las condiciones contrarias a las que se buscan en la construcción de paz.
10 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023manifestada contra ellos. Comprender no es justi-car, nos recuerda Ana Carrasco Conde, sino, para estos efectos, ver cuál es la trama de agentes de policía, actores políticos y la indefensión cons-truida ante un régimen punitivo que segmenta sus esfuerzos de acuerdo con intereses particulares.Porque es cierto que usualmente atribui-mos la situación que atravesamos actualmente a la corrupción, la impunidad y la producción de desigualdades, en general. Esto es cierto, pero necesitamos entender cómo es que la corrupción opera y congura comportamientos, imaginarios y políticas reales y cómo el aparato legislativo que busca garantizar los derechos humanos de todas las personas incluso puede ser utilizado en sentido contrario. Por supuesto que comenzar a estable-cer procesos judiciales claros, rápidos y justos es necesario para revertir la impunidad que nos re-vela cada Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública (envipe),3 a través de una cifra negra siempre arriba de 90%. 3 , Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública, 2022.Pero entender cómo esa impunidad permea en tal percepción y en la vida cotidiana es un asunto que quienes estamos en sitios de diálogo y vinculación para la elaboración de políticas públicas todavía necesitamos aprender a traducir para generar in-dicadores y acciones pertinentes, particularmente si hemos decidido trabajar de manera directa con comunidades locales. Usualmente se habla de generar política pública con base en evidencia cientíca, con lo cual estoy de acuerdo; pero la evidencia cientíca no se basa sólo en datos ni en testimonios, sino en el aná-lisis que podemos lograr a través de ellos con las personas directamente involucradas. Así pues, el reto que tenemos por delante para acercarnos hacia la garantía de derechos huma-nos nos plantea una serie de posibilidades que debemos tomarnos en serio para abrir de verdad los lugares de diálogo y escuchar la diversidad de experiencias y saberes situados en los territorios que habitamos.Imagen de Siddhant Soni en Unsplash
Opinión y debate • 11 DRA. ALICIA MESA BRIBIESCA*Los derechos humanos y la construcción de paz en MéxicoLa paz en los instrumentos internacionales de derechos humanosEn materia del Derecho a la Paz, el 12 de noviembre de 1984,1 la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta la Declaración de los derechos de los pueblos a la paz. Sin embargo, hasta la fecha no ha cristalizado en un tratado con fuerza normativa y su relevancia es de obligación moral para los Estados. En dicha declaración, existen sólo cuatro artículos:1. “Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro pla-neta tienen el derecho sagrado a la paz.”22. “Declara solemnemente que proteger el derecho de los pueblos a la paz y fomentar su realización es una obligación fundamental de todo Estado.”33. “Subraya que, para asegurar el ejercicio del derecho de los pueblos a la paz, se requiere que la política de los Esta-1 Asamblea General, resolución 39/11, de 12 de noviembre de 1984.2 Cfr. ibidem, artículo 1º.3 Ibidem, artículo 2º. * Doctora en Derecho Constitucional. Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos, A. C.Imagen de Itza Villavicencio Urbieta en iStock
12 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023dos esté orientada hacia la eliminación de la amenaza de la guerra, especialmente de la gue-rra nuclear, a la renuncia del uso de la fuerza en las relaciones internacionales y al arreglo de las controversias internacionales por medios pacícos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.”44. “Hace un llamamiento a todos los Estados y a todas las organizaciones internacionales para que contribuyan por todos los medios a ase-gurar el ejercicio del derecho de los pueblos a la paz mediante la adopción de medidas perti-nentes en los planos nacional e internacional.”5Como se observa, se contempla la paz entre los diversos Estados, así como la paz interior; no obstante, no indica qué adopción de medidas será pertinente llevar para que exista la paz en los países y entre los distintos Estados. Además de esta Declaración, se dispone de la Declaración sobre la utilización del progreso cientíco 4 Ibidem, artículo 3º.5 Ibidem, artículo 4º.y tecnológico en interés de la paz y en benecio de la humanidad (1975), la cual, tampoco se ha convertido en un tratado internacional con obligación legal. Se señala la inquietud de que los logros tanto cien-tícos como tecnológicos intensiquen la carrera de armamentos y priven a las personas y a los pueblos de sus derechos humanos y libertades fun-damentales, al mismo tiempo que mejoren la vida de los seres humanos. Asimismo, expresa la ur- gente necesidad de utilizar al máximo el progreso cientíco y tecnológico en benecio del ser hu-mano y neutralizar las consecuencias negativas de algunos logros cientícos y tecnológicos.6 Cabe subrayar que dicha Declaración fue realiza-da durante la guerra fría y el avance del armamento nuclear y otro tipo de armamentos que amenazaban la vida de los pueblos. Sin embargo, toma las dos caras del avance cientíco y tecnológico: por un 6 Preámbulo de la Declaración sobre la utilización del progre-so cientíco y tecnológico en interés de la paz y en benecio de la humanidad, Proclamada por la Asamblea General en su resolución 3384 (XXX), del 10 de noviembre de 1975.Imagen en iStock
Opinión y debate • 13 lado, que se relaciona con la vulneración de la paz y la violación a los derechos civiles y políticos; por el otro, la ventaja que supone a los pueblos para el desarrollo social y económico de los países, en ese tiempo llamados de desarrollo. En este sentido, la Declaración en comento pro-clama nueve artículos que indican que el progreso cientíco y tecnológico se use en pro de la paz y la seguridad internacional, la libertad y la indepen-dencia, así como para el desarrollo económico y social de los pueblos, sus necesidades materiales y espirituales. Además, los Estados deberán abs-tenerse de todo acto que utilice los logros cientí-cos y tecnológicos para “intervenir en sus asuntos internos, hacer guerras de agresión, sofocar mo- vimientos de liberación nacional o seguir políticas de discriminación racial”.7 Los avances cientícos y tecnológicos serán utilizados para que todos los estratos de la población se benecien de ellos, tanto en lo social como en lo material y por ningún caso deberán infringir los derechos de las personas, en especial, la vida privada, la protección de la per-sona y su integridad física e intelectual; para ello, deberán legislar de manera que el avance cientíco y tecnológico sea a favor de la humanidad. La vulneración del derecho humano a la paz en MéxicoEl Sistema Ejecutivo de Seguridad Pública8 dio cuenta de cómo aumentó la manufactura de ar-mas en Estados Unidos desde 2004 y, en 2007, su tráco en México, cuando el entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los cárteles de droga mexicanos. Esto provocó que se intensica-7 Ibidem, artículo 4º. -co: el inexacto parámetro de los aseguramientos”, Proceso, 20 de enero de 2022, en: https://www.proceso.com.mx/-exacto-parametro-de-los-aseguramientos-279514.html ra la violencia armada9 y el aseguramiento de las armas a partir de 2009. Por ejemplo, en 2011, se aseguraron 32 mil, mientras que en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, de 2019 a 2021, se han asegurado 16 007 armas.10 La violencia provocada por el crimen organizado o las fuerzas armadas ha generado recomendacio-nes por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (cidh) y la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos (coidh), como son el caso de la desaparición de Rosendo Padilla, la sentencia del campo algodonero por feminicidios aún no resueltos; las víctimas de tortura sexual en Atenco; el caso de Miguel Orlando Muñoz Guzmán, con casi tres décadas de desaparición y que sigue en recomendación por parte de la cidh. Casos como Acteal, Ayotzinapa o las ejecuciones en Tamaulipas en junio de este año por parte de las fuerzas arma-das y otros actores son parte de la violencia visible. A la inacción de Estado Mexicano se suma el incremento de la militarización de la seguridad pública en México. De 1964 a la fecha, en Méxi-co han desaparecido más de 100 mil personas; la cuarta parte de ellas son mujeres y 20% eran me-nores de 18 años cuando desaparecieron.11 Según las unidades de servicios periciales y servicio médico forense, en 2021, recibieron 92 590 cadáveres o restos humanos, y quedaron sin identicar entre 8 738 y 10 601 personas fallecidas.12 9 Vid. Alejandro Hope, “Violencia 2007-2011. La Tormenta perfecta”, Nexos, 18 de noviembre de 2013, en: https://imco.org.mx/violencia-2007-2011-la-tormenta-perfecta/ 10 J. A. Medellín, op. cit. 11 Vid. “México: ante los más de 100 000 desaparecidos, la ONU insta al gobierno a combatir la impunidad”, Noticias ONU, 17 de mayo de 2022, en: https://news.un.org/es/story/2022/05/1508892 12 , Servicios periciales 2022. Integración de resultados generales, 5 de abril de 2023, en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/cnpje/2022/doc/cnpje_2022_resultados_serv_per.pdf
14 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Sin embargo, ésta es la punta del iceberg. La violencia que se vive en nuestro país sólo denota otra que es más estructural: la violencia económica que mantiene la desigualdad y la pobreza. La medición del Coneval arroja los siguientes datos:Tabla. Medición de Pobreza en 2020RubroAño2016 2018 2020Pobreza 43.2% 41.9% 43.9%Pobreza extrema 7.2% 7% 8.5%Población vulnerable por carencias sociales 25.3% 26.4% 23.7%Población vulnerable por ingresos 7.6% 8% 8.9%Población no pobre y no vulnerable 24% 23.7% 23.5%Fuente: Elaboración propia con base en infografía del Coneval13En cuanto a los estados, Chiapas cuenta con el mayor porcentaje de pobla-ción en situación de pobreza (75.5%), seguido por Guerrero (66.4%), Puebla (62.4%), Oaxaca (61.7%), Tlaxcala (59.3%) y Veracruz (58.6%). Por su parte, Baja California tiene el menor porcentaje de población en situación de pobreza (22.5%), seguido de Nuevo León (24.3%), Chihuahua (25.3%), Coahuila (25.6%) y Colima (26.7%).Figura 1. Estados en situación de pobreza Fuente: Elaboración propia con base en Coneval.13 Coneval, https://www.coneval.org.mx/Medicion/PublishingImages/Pobreza_2020/Pobreza _2016-2020.jpg ChiapasGuerreroPueblaTlaxcalaVeracruzBaja CaliforniaNuevo LeónChihuahuaCoahuilaColimaOaxaca80706050403020100
Opinión y debate • 15 A su vez, Chiapas también se encuentra en primer lugar en población en situación de pobreza extrema (29.9%), seguido de Guerrero (25.5%), Oaxaca (20.6%), Veracruz (13.9%), Tabasco (13.7%) y Puebla (12.7%).14 Figura 2. Estados en situación de pobreza extrema. Fuente: Elaboración propia con base en Coneval.A la pobreza se une la presencia del crimen organizado, que está gene-rando el fenómeno de desplazamientos y desaparición. Por ejemplo, en la Sierra Tarahumara, con la venta del fentanilo, resultó que la goma de opio que se exportaba a Estados Unidos quedó en un segundo plano. A esto se suma que los cárteles de la droga empiezan a talar los árboles y a desplazar a las familias rarámuris hacia Chihuahua, lo que las pone en situación de vulnerabilidad y de mayor pobreza. Muchas de ellas pueden ser captadas para la trata de personas. Otro caso donde se junta la falta de un ingreso decente con el crimen orga-nizado es la ciudad de León; si bien hay un corredor industrial de autopartes, a la gente que laboraba ahí le parecía lejano y con un salario bajo, por lo que se dedicó mejor a la venta de la droga. En este estado, varios cárteles que se 14 Coneval, Medición multidimensional de la pobreza en México, 2016-2020, febrero de 2022, p. 30, en: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/MMP_2018 _2020/Pobre-za_multidimensional_2016_2020_CONEVAL.pdfPueblaChiapasGuerreroVeracruzTabascoOaxaca35302520151050aasa00ca
16 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023disputan el territorio han desaparecido niñas, adolescentes y hombres, lo cual no se denuncia por temor a la reacción del crimen organizado. Se ha perdido la conanza entre las personas y es difícil reconstruir el tejido social para hacer proyectos comunitarios. Lo mismo sucede en la frontera de Chiapas con Gua-temala, donde las personas migrantes son las más afectadas.Llevamos varios sexenios en los que la violencia estructural ha provocado la vulneración de los derechos más básicos a una diversidad de personas: indígenas, migrantes, mujeres, niñas, adolescentes, entre otras. Esto es caldo de cultivo para el incremento de la delincuencia organizada y la permanencia de ella con total impunidad. Por ello, es necesario velar por todos los derechos y por el cese de la impunidad para empezar a reconstruir el tejido social y la paz. La militarización sólo traerá mayor tráco de armas a grupos delincuenciales. De ahí la necesidad de construir una política pública con base en los derechos humanos, entre ellos la aplicación de la ciencia y la tecnología para lograr la paz.Imagen de Gabriel Adrian Orozco Lucio en iStock
Opinión y debate • 17 DR. EMILIO ÁLVAREZ ICAZA LONGORIAPor la senda de las víctimasEl camino recorrido por las personas lastimadas, menoscabadas o anu-ladas en sus derechos no ha sido fácil. Su visibilización inicial se hizo posible cuando, al terminar la Segunda Guerra Mundial, se emitió, en un gran consenso para responder a la barbarie humanitaria, la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948.1 Sus 30 artículos anuncian los derechos a proteger, garantizar, respetar y defender. A lo largo de las luchas de los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil para enfrentar nuevas formas de violación a derechos y crímenes atroces, se han ido conquistando y ampliando y en su denición de universalidad representan para la ciudadanía el ejercicio pleno de todos los derechos para toda la población, como la base de la convivencia armónica. 1 , Declaración Universal de Derechos Humanos, Naciones Unidas, 10 de diciembre de 1948, en: https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rightsEl autor agradece la colaboración de la maestra Eliana García Laguna para la elaboración de este artículo.* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Senador de la República por la Ciudad de México, independiente, integrante del Grupo Plural.Imagen de Artem Maltsev en Unsplash
18 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023El 29 de noviembre de 1985, casi 40 años des-pués de haberse declarado los derechos humanos para proteger a las víctimas, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó y emitió la re-solución 4034, Declaración sobre los Principios Fun-damentales de la Justicia para Víctimas del Delito y del Abuso de Poder,2 la cual denió que hay víctimas del delito; desde los menores hasta los más graves, como el secuestro (que se diferencia de la desapa-rición, porque se demanda el pago de un rescate), lesiones, extorsión o cobro de piso, feminicidio y homicidio doloso, entre otros. Por otra parte, están las víctimas de violacio-nes a derechos. No todas implican un delito; por ejemplo, incumplir el derecho a la educación o a la salud son violaciones a derechos, pero no es-tán tipicados como delito. Sin embargo, otras sí son graves, como la desaparición de personas, la ejecución extrajudicial, la tortura y otras que están incorporadas en los instrumentos de dere-chos humanos, a través de convenciones y tratados surgidos de la declaración universal.En nuestro país, se publicó una reforma cons-titucional (18 de junio de 2008) de claroscuros en justicia penal y seguridad pública, al mismo tiempo que incluyó el régimen de excepción, que acompañó la declaración de guerra a las bandas delincuencia-les y el despliegue masivo de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, también se elevó a rango constitucional la presunción de inocencia, el debido proceso y un apartado “C” de derechos de las víctimas del delito y ofendidos desde la pers-pectiva penal en el artículo 20.3 2 Asamblea General de Naciones Unidas, Declaración sobre los Principios Fundamentales de la Justicia para Víctimas del Delito y del Abuso de Poder, Resolución 40/34, 29 de noviembre de 1985, en: https://www.ohchr.org/es/instru-ments-mechanisms/instruments/declaration-basic-prin-ciples-justice-victims-crime-and-abuse3 Cámara de Diputados, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1917, apartado “C”, artículo 20, pp. 24 y 25, en: https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htmPosteriormente, con la reforma de derechos hu-manos (10 de junio de 2011), se incorporó la repara-ción integral a las víctimas de violaciones de derechos humanos en el párrafo tercero del artículo 1.4 En ambos casos, tanto para víctimas del de-lito como de violaciones a derechos humanos, la reparación fue un logro de la lucha intensa del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (mpjd) y muchos otros para visibilizar a las víc-timas de la violencia y lograr verdad, justicia, memoria, reparación integral y no repetición; por ello, en 2013, se expidió la Ley General de Vícti-mas,5 como un mecanismo incipiente de justicia de transición. En 2006, la decisión presidencial de declarar la guerra a las bandas delincuenciales de alto impacto y el envío masivo de elementos del Ejército se de-nió sin ningún sustento constitucional ni legal ni un diagnóstico preciso sobre los índices delictivos, cuya medición se realiza a razón de cuántos asesi-natos dolosos hay por cada cien mil habitantes. En 2011, Escalante señalaba que “entre 1990 y 2007, la tasa nacional de homicidios había disminuido sistemáticamente, año tras año; alcanzó un máxi-mo de 19 homicidios por cada 100 mil habitantes en 1992, y a partir de entonces comenzó a bajar hasta llegar a un mínimo de ocho homicidios por cada 100 mil habitantes en 2007”. 6Vale decir que no era nueva la participación de elementos del Ejército en la realización de tareas de apoyo al combate del trasiego de drogas; pero a partir de 2006, este paradigma militarizante de la seguridad pública con operativos conjuntos se convirtió en política de Estado, y, con ello, 4 Ibidem, p. 1. 5 Cámara de Diputados, Ley General de Víctimas, 9 de enero de 2023, en: https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm6 Fernando Escalante Gonzalo, “Homicidios 2008-2009. La muerte tiene permiso”, Revista Nexos, 1 de enero de 2011, en: https://www.nexos.com.mx/?p=14089
Opinión y debate • 19 los índices de violencia —no sólo institucional, sino criminal— y las víctimas crecieron verti-ginosamente. La presencia militar en el territorio, bajo el pretexto de disminuir el trasiego y consumo de estupefacientes, reducir el poder de fuego y co-rruptor de las 7 u 8 bandas delincuenciales de alto impacto que operaban entonces en zonas deli-mitadas del país, no sólo ha fracasado y no hay evidencia alguna que demuestre lo contrario, sino que ha tenido una consecuencia devastadora para las comunidades: los militares llegan como fuerzas de ocupación, rompen el de por sí frágil equilibrio social e incentivan la violencia criminal con actos de barbarie e incivilidad creciente. En la actualidad, vivimos un conicto armado interno no declarado con las redes macrocriminales como base de la preservación de la impunidad, y las víctimas de la violencia y sus familiares cuando se trata de desaparición, están en el centro de la crisis humanitaria que cada día lacera más y más a la sociedad en su conjunto.Las cifras “ociales” de las víctimas de des-aparición dan cuenta de más de 110 mil perso-nas desaparecidas; sin registro, se presume que hay más de 300 mil personas en desplazamiento interno forzado; sobre feminicidios, no hay nada de información conable, excepto la de sociedad civil. En cuanto a homicidios dolosos, lo mismo se tienen datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática que de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de la Guardia Nacional o de las Fuerzas Armadas y se contradicen entre ellas. No hay información sistematizada y la que existe es un desastre que muestra el desinterés del gobierno, genera confusión e impide cualquier posibilidad de dar una atención integral a las víc-timas. Esto permite ahondar la impunidad y la desolación constante que se vive en nuestro país, se desconocen las personas que han sufrido hechos victimizantes atroces; no existe, excepto en el dis-curso retórico de la simulación, la voluntad política de construir una política de Estado para reparar a las víctimas, empezando por tener registros reales y conables y una estrategia de seguridad para contener esta violencia que no sea la militarización ni el militarismo.Importa señalar que en la Ley General de Víc-timas se creó, además de un Registro Nacional de Víctimas que no ha sido integrado cabalmente, un Sistema Nacional de Atención a Víctimas (snav) que comprometía a todas las dependencias federales, estatales y municipales del Estado a construir un esquema integral de reparación. Sin embargo, como una gran traición, en 2014 y nunca, hasta la fecha, se instaló; las autoridades responsables —empe-zando por el Presidente— lo han vuelto a convocar y sin sistema no hay ley que funciona. Se confor-mó una Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (ceav) que desde su creación a la fecha no ha res-pondido a las víctimas, pues quienes han estado a Imagen de Alfredo Hernandez Rios Lucio en iStock
20 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023cargo, ya sea como colegiado o individualmente, desconocen la ley que deben aplicar, se guían por un reglamento o normatividad inferior para anular derechos protegidos legalmente, y sobre todo, son insensibles y omisos ante el dolor que sufren. Durante los últimos cinco años, se han ensañado con regresiones y retrocesos autoritarios; de los derechos adquiridos, la más grave regresión ha sido la eliminación de los recursos jos asignados por la Cámara de Diputados en el Presupuesto de Egresos de la Federación al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral, cuyo objetivo era la atención a las víctimas. Hoy que existen leyes tales como las generales sobre derechos de víctimas, sobre investigación y búsqueda de personas desaparecidas con su sistema nacional de búsqueda, sobre prevención, investi-gación y erradicación de la trata y de la tortura, una ley que crea un mecanismo de protección a personas defensoras y periodistas entre otras y la situación de desatención a las víctimas es de una enorme gravedad.Además, existen tres comisiones (y eso sólo a nivel federal), diseñadas para proteger víctimas cuyo desempeño está muy por debajo de las ne-cesidades del tamaño de la emergencia y están más cercanas a la simulación y mediocridad que al cumplimiento de su mandato: Comisión Nacio-nal de los Derechos Humanos, Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y Comisión Nacional de Búsqueda. En su conjunto, podemos decir que las víctimas viven la más grande orfandad y abandono institucional.El camino ha sido largo y sinuoso, como dice una famosa canción. El último logro ha sido incorporar en el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares7 una demanda estratégica para 7 Cámara de Diputados, Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, 07 de junio de 2023, artículos 621 al 628, en: https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htmel reconocimiento de la personalidad jurídica de las personas desaparecidas y sus familias a través de la declaración especial de ausencia por desaparición, cuyo signicado es de tal calado para la causa de las personas desaparecidas como en su momento lo fueron las leyes victimal y la de desaparición.En 2022, recordando el revelador análisis “la muerte tiene permiso” de Escalante, Aguilar Ca-mín hacia el recuento de las redes macrocriminales actuales: Está claro hoy que nuestra violencia no viene sólo del narco, sino de un fenómeno más complejo cuya consecuencia es la hegemonía criminal en diversos órdenes: masacres y guerras locales; extorsión y venta de protección […] secuestro; feminicidios; trata de migrantes y trata de blancas; robo de com-bustible; desapariciones forzadas que terminan en fosas clandestinas; tala clandestina, mercado de homicidios, apropiación de negocios, captura de pueblos, desplazamiento de autoridades, gobier-nos paralelos. Hay más homicidios, más variedad criminal y más exacción social que nunca.8Este doloroso recuento del México de hoy, para quienes defendemos derechos humanos nos deja claro que estas atrocidades ha ocurrido a personas con nombre y apellido, con historias, con proyectos de vida, con familias que sufren con ellas y por ellas y no a cifras a abstractas que indignan. Con las víctimas compartimos la pasión en el dolor, admiramos su entrega y ejemplo, las acom-pañamos, las respetamos y las tratamos con la dignidad que su amoroso coraje les impulsa a no cejar en la exigencia de verdad y justicia.8 Héctor Aguilar Camín, “La muerte tiene permiso”, Nexos, 01 de agosto de 2022, en: https://www.nexos.com.mx/?p=69016 -tra,y%20trata%20de%20blancas%3B%20robo
Opinión y debate • 21 UNSIGNOENTRESIGNOSDR. MAURICIO BEUCHOT, O.P.*** Este artículo originalmente fue publicado en Signo de los Tiempos, bajo el título Justicia social. Vigencia, actualidad y futuro de la losofía de santo Tomás para la doctrina social cristiana, año 5, núm. 28, septiembre-octubre, 1989.**Sacerdote dominico. Autor de varios libros.Justicia social*Con toda legitimidad puede uno preguntarse qué vigencia tiene el pen-samiento de un autor medieval en la época en la que ahora nos encon-tramos. Tal pregunta puede surgir acerca de santo Tomás de Aquino, del siglo xiii, y que ahora pretende mostrársenos con igual vigencia.Los principios de su losofía social siguen teniendo vigencia porque en-cuentran una aplicación analógica —como los principios del ser— a las circunstancias históricas por las que camina la sociedad humana.Uno de estos principios de Tomás de Aquino es el de la nalidad de la so-ciedad, que es el bien, el bien común. La perspectiva del bien hacia el cual se encamina la sociedad hace que tenga sentido hablar de la losofía social como normativa, esto es, que puede prescindir con sanción moral o de conciencia, en forma de ética social, ciertas directrices que hacen que el hombre y sus acciones sean moralmente malos si no están orientados a ese bien, si desvían al individuo o a la sociedad de ese objetivo que es el bien común.Imagen en Freepik
22 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Esta perfección del hombre es la vida virtuosa, es decir, según el cultivo de aquellas capacidades, fuerzas o virtudes, que hacen al individuo cumplir con mayor plenitud la naturaleza o esencia humana en sí mismo. Virtudes teóri-cas y virtudes prácticas que la sociedad debe propiciar en el hombre, darle las condiciones de posibilidad para llevarlas a cabo y darle incluso la orientación o enseñanza para dar con ellas. Así, el bien común ha de anteponerse al bien particular o del individuo.Además, el bien se divide en tres: útil, deleitable y honesto. El bien útil es el más imperfecto, pero es muy importante, porque da las condiciones para alcanzar el n último; el bien deleitable es menos imperfecto que el útil, pero todavía no llega a la última perfección, todavía se nos presenta como medio para llegar a lo que es perfecto; esto lo alcanza el bien honesto, que es el único que se desea por gracia de sí mismo, no como los otros dos anteriores, que se desean en vistas de alguna otra cosa.La principal virtud que se requiere para la vida en sociedad y que se ejercita en ella es la justicia. Según santo Tomás, es la virtud que hace posible la vida social dentro de la paz y la felicidad. La justicia es una cierta equidad, una cierta igualdad en las relaciones entre los asociados y entre el pueblo y la autoridad.De este modo, vemos cómo los principios de santo Tomás —y sólo hemos mencionado algunos— ayudan a estructurar una sociedad justa, una sociedad que toma en cuenta la naturaleza humana y la individualidad de cada persona, ajustándose al todo de manera proporcional y analógica.Imagen de Colin Lloyd en Unsplash
Opinión y debate • 23 Imagen de Lan Johnson en UnsplashEnsayofotográco
24 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Compartimos una selección de imágenes cuyo objetivo es sensibilizar acerca de las realidades injustas que es necesario transformar en el contexto de los derechos humanos.Las fotografías provienen del sitio Unplash.com, que ofrece millones de imá-genes de alta denición de manera gratuita. Fotógrafos de todo el mundo de manera generosa donan sus imágenes para uso libre.Imagen de Hannah Zhyhar en Unsplash
Opinión y debate • 25 Imagen de Hanna Morris en Unsplash
26 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Imagen de Rasmus Andersen en Unsplash
Opinión y debate • 27 Imagen de Ives Ives en UnsplashImagen de Le Tan en Unsplash
28 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Imagen de Miko Guziuk en Unsplash
Opinión y debate • 29
30 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Imagen de Yannis H en UnsplashImagen de Diogo Nunes en Unsplash
Expresiones • 31Imagen de Thomas de Luze en Unsplash
32 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Imagen de Eduardo Sánchez en Unsplash
Expresiones • 33
34 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Imagen de Nathan Dumlao en Unsplas
Para Leer • 35 PARALEERLIC. VERÓNICA MORALES GUTIÉRREZResponsable de los servicios bibliotecarios del Imdosoc Adela Salinas (coord.)Regreso al corazón. Agenda 2030, Pensamiento Social Cristiano y magisterio del papa Francisco Imdosoc, México 2023, 292 pp.Epromotores y provocadores” del Pensamiento Social Cris--partir sus aportes en clave de propuesta y confrontación.Con el júbilo del cuadragésimo aniversario del Imdosoc, Regreso al corazón “busca renovar el fuego en los corazones para apostar por una vida de servicio cristiano en las esferas de lo económico, lo ambiental y lo social y, a su vez, es proclamación de la obra hecha por Dios en el corazón del Instituto”.dimensiones social, económica y ambiental de la realidad, y cada una de ellas nos insta a enfrentar distintos retos para la humani-hambre, educación, justicia, pobreza, desigualdades, entre otros.Las distintas visiones e ideas revelan la necesidad de generar
36 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Karen Castillo Mayagoitia (coord.)Voces y miradas por la paz Imdosoc, México 2022, 159 pp.Este libro reúne rostros, visiones y pensamientos de muje--lenciosa. Enmarcado en el contexto del diálogo interreligioso y la diversidad religiosa, espiritual y cultural, el texto es fruto de la y experiencias”.En el ánimo de comunicar su propia voz y mirada, Castillo Maya-goitia nos deja ver los aprendizajes vividos durante el desarrollo de este proyecto. El compartir fue la constante, al establecer el -riencia abrirse a nuevas creencias y espiritualidades, reconocien-solidaridad y la paz.Desde distintas realidades y respuestas, los diferentes testimo-nios coincidieron en la constatación de una misma experiencia: al verse interpeladas por la necesidad de construir caminos de paz, cada una aportó su trabajo y su vida en la defensa de derechos hu-manos, en el cuidado de la creación, en la escucha o en la oración.El libro es una invitación a reconocer la paz como “un lugar co-condiciones para la paz”.
PALABRASPARAELCAMINOCanciones del alma (fragmento)En una noche oscuracon ansias en amores inamada¡oh, dichosa ventura!salí sin ser notadaestando ya mi casa sosegada,a oscuras y segurapor la secreta escala disfrazada,¡oh, dichosa ventura!a oscuras y en celadaestando ya mi casa sosegada.En la noche dichosaen secreto que nadie me veíani yo miraba cosasin otra luz y guíasino la que en el corazón ardía.Aquesta me guiabamás cierto que la luz del mediodíaadonde me esperabaquien yo bien me sabíaen sitio donde nadie aparecía.¡Oh, noche, que guiaste!¡Oh, noche amable más que la alborada!¡Oh, noche que juntasteamado con amada,amada en el amado transformada!San Juan de la Cruz
38 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023LuzLUCESYSOMBRASLIC. VERÓNICA MORALES GUTIÉRREZ*Licenciada en Bibliotecología. Responsable de servicios bibliotecarios del Imdosoc.El propósito de la Organización de las Naciones Unidas () es mantener la paz y la seguridad internacional. Una de las mane-ras de lograrlo es mediante las actividades del personal militar, popularmente conocido como cascos azulesfuerzas militares de los Estados miembros.trabajan en conjunto con las autoridades y personal civil locales para promover la estabilidad, la seguridad y los procesos de paz.Algunas de las tareas de los cascos azules son la protección de civiles y del personal de la , ofrecer seguridad en una zona en y ayudar a los excombatientes en la aplicación de los acuerdos de En años recientes, la ha convocado a personal especializa-las naciones en procesos de reconstrucción de infraestructura vital o en servicios especializados. Por ejemplo, han participado en la reconstrucción de Haití, tras el terremoto o la construcción de nuevas carreteras en Sudán del Sur. Otro tipo de personal especializado incluye empresas de transporte, comunicadores y personal médico.La participación de las mujeres supone un valor añadido en las operaciones militares. Las mujeres soldados aportan una pers--les y, en concreto, a mujeres y niñas.
Luces y sombras • 39 SombraEl Alto Comisionado de la el derecho a la alimentación está amenazado por el cambio climático. Instó a los gobiernos a tomar medidas urgentes para frenarlo y a los tri-reuniones y cumbres en torno al tema, se asumen compromisos, pero no se realizan acciones concretas o de largo plazo.hasta a 80 millones de personas más a mediados de este siglo; es una en 2021.Según estimaciones de las Naciones Unidas, si no se toman previsiones aire, los alimentos, el agua y la vida humana. Los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres tanto repen-tinos como graduales causados por el cambio climático, arrasarían co-Se ha producido un aumento de 134% en los desastres relacionados con inundaciones provocadas por el clima entre 2000-2023. La fre-comunidades puedan reconstruirse y mantenerse a sí mismas.Los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático ya han dañado la productividad de todos los sectores agrí-alimentaria y los medios de vida de las personas.
40 • Signo de los tiempos 336, sep-oct 2023Foto en Freepik