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Revista Somos por Jesús - Edición Abril 2021

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tercera ediciónabril 2021SOMOSPORJESús¿Cómo elegir?NOVIAZGOSEl Matrimonio, ¿una Empresa o dosComerciantes individuales?HERIDAS QUE HABLAN

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SOMOSPORJESúsSomos una comunidad ministerial Cristocéntrica, original y contemporánea que brinda crecimiento y capacitación a matrimonios, noviazgos, jovencitas y liderazgo cristiano, presentando a Jesús como el pilar fundamental en nuestras vidas. www.somosporjesus.com

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EDITORIAL.¿Qué hago cuando no sé qué hacer?04MATRIMONIOS.06VIDEO.COMUNICACIÓN HONESTA¿CÓMO ELEGIR?09NOVIAZGOS10DAMITASHERIDAS QUE HABLANMATRIMONIO ANDINO CANTÓN12CAMBIO DE VIDA14CRECIMIENTO18CAMBALACHE.20Todo el contenido de esta revista es propiedad de la comunidad ministerial somos por jesús, escrito por sus colaboradores. las fotografías usadas en los artículos son de pexels.com y propias. el contenido escrito puede ser usado y difundido para crecimiento de ministerios, iglesias, lideres cristianos y cualquier uso con fines cristianos. Esta revista esta diseñada por doce media para la comunidad ministerial somos por jesús.El Matrimonio, ¿una Empresa o dosComerciantes individuales?Se me agüita el alma, al recordarlo.Tuve miedo y escondí el Talento.

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No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 Quien no se ha hecho esta interrogante cuando no sabemos qué hacer, cuando hemos intentado todo y pensamos que no tenemos una salida, qué hacer cuando hemos orado y esperado y nada cambia aún.Somos humanos, seres imperfectos que al tener una situación difícil y no encontrar una salida pensamos en rendirnos, aun siendo cristianos muchas veces dejamos que la frustración y la tristeza entre en nosotros o al menos lo pensamos por un tiempo. Justamente ese momento en donde no sabes más que hacer es cuando Dios más fuerte nos dice “Acá estoy” “yo lo resolveré” “confía”. Una promesa junto con un bello consejo la que Dios nos da en este versículo “No se preocupen por nada, en cambio oren por todo”. ¿Entonces qué podemos hacer? Orar y no preocuparse, muchas veces es difícil hacer esto, pero ¿Acaso su problema es más grande que Dios al cual le oras y sirves? Es justamente este momento en donde Dios te moldea, es en este momento en donde tienes que sumergirte más aun en su palabra y en su presencia, es ese momento en donde el poder de la oración se activa más fuerte en tu vida.Las cosas no cambian de la noche a la mañana, pero si escuchas la vos de Dios en todo momento y haces lo que Él te dice, entonces veras como poco a poco Él trabaja en lo que tú llamas frustración, para convertirla en tu bendición.Deja que las poderosas manos de Dios hagan su trabajo en tu vida, decide escucharlo y obedecerlo. Cree en lo que Él nos ha prometido de dejarnos de preocupar, de que nos dará todo lo que necesitamos, de que nos llenara de paz y que El cuidara nuestro corazón. Ya sabes que hacer, ora y deja de preocuparte. ¿Qué hago cuandono sé qué hacer?EDITORIAL

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MATRIMONIOSEl Matrimonio,¿una Empresa o dos Comerciantes individuales?

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Cuando comenzamos nuestro matrimonio solemos recibir muchos consejos erróneos y hasta dañinos para encaminar nuestra delicada relación conyugal. ¿Cuántos de nosotros no hemos escuchado al menos alguno de los siguientes consejos: “mantén tus finanzas en secreto”, “no reveles cuánto ganas”, “ten tu ahorro aparte y que tu pareja no sepa cuanto tienes”, “manejen sus fondos por separado”, “no tengan bienes mancomunados”, “quien gana más toma las decisiones”? Sin duda, más de alguno de estos consejos ha sido brindado por una persona muy cercana, no con el afán de dañar nuestro matrimonio o porvenir, sino con la idea equivocada de que estos son comportamientos sanos. Lamentablemente, nada de esto es sano, Dios no diseñó el matrimonio para que fuera así. ¿Por qué decimos que no es sano? Por que primero que todo, un matrimonio supone el fin del individuo y el comienzo de un equipo (Mateo 19:5-6); cuando nos casamos no somos dos individuos, somos un solo equipo o como Dios dice en la biblia, una sola carne. Esto no es simbólico, es una verdad y el camino, ahora en delante, para llevar a cabo en pareja todo lo que nos propongamos. Si somos una sola carne, no existen dos finanzas, solo existe una finanza alimentada por los dos miembros del equipo, ¡adivinen quienes son! En esta finanza y en esta sola carne, no existen secretos financieros, no existen proyectos individuales, no existen deudas personales; solo existen sueños y metas de un mismo equipo, así como deberes y compromisos de un mismo equipo. Mis metas son las metas de mi cónyuge y sus metas también son las mías; Mis problemas son los problemas de mi cónyuge y sus problemas son los míos también. Esto es un principio cristiano que todos debemos seguir. Cuando no practicamos este principio no logramos entender el diseño de Dios para el matrimonio; la máxima de las empresas, la sociedad más beneficiosa de la cual podríamos ser parte. Es aquí cuando comienzan las rupturas, las discusiones, las peleas, los secretos y mentiras pequeñas que generan grandes grietas en el matrimonio. Las finanzas por separado llevan a la desconfianza, la falta de unidad, de lealtad y sobretodo la falta de objetivos en común. ¿Qué tipo de matrimonio puede carecer de objetivos comunes? Un matrimonio así no puede lograr grandes cosas; no puede afrontar tormentas, ni tampoco formar una familia correctamente. Debemos romper esas actitudes. Por otro lado, cuando manejamos las finanzas por separado solemos pensar de manera egoísta, como lamentablemente está tan de moda ahora. Descuidamos a nuestra pareja y la relación que hemos formado por que nos percibimos como comerciantes individuales y no como lo que tendríamos que ser: una sociedad de miembros igualmente comprometidos hacia un mismo objetivo, la familia. Si queremos fortalecer la familia, debemos priorizar a la familia abandonando al individuo y ver al dinero sin codicia (1 Timoteo 6:10). El dinero no es un fin o un tesoro personal, es un bien que Dios nos confía para administrar y destinar para lo correcto; el bienestar de los nuestros (1 Timoteo 5:8). Dios siempre nos proveerá en medida abandonemos al comerciante individual y fortalezcamos la empresa familiar siendo buenos administradores (Lucas 12:42, Mateo 25:14-30).

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COMUNICACIÓNHONESTA.GLORIA Y OTILIANO RODRÍGUEZ.SIGUENOS para ver mas videos enSOMOS POR JESUSVIDEO

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NOVIAZGOS¿Cómo elegir?

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El mundo nos hace dudar cada día más, de todo y por todo. No digamos cuándo nos tocan el tema del amor. Cuando tenemos una relación y empezamos a preguntarnos si es la persona correcta; si es el/la elegida/o, la afortunada/o y esto se vuelve una serie de preguntas imparables y complicadas.Es posible que sea una pregunta realmente difícil de contestar cuando deseamos en lo profundo de nuestro corazón sentar cabeza y saber si la persona con la que tenemos una relación de noviazgo es el/la indicado/a para dar el siguiente paso.Quiero decirles que debemos tener claro que las parejas se eligen por guía del Espíritu Santo. ¿Cómo es eso? ¿Qué significa eso? Esto conlleva a que cada uno tenga primero un gran compromiso a seguir los pasos de Jesús. Es difícil tomar buenas decisiones si lo hacemos enteramente desde la carne, es decir desde nuestro limitado razonamiento humano o sencillamente por emociones.Todos somos llamados a conocernos primero a nosotros mismos, a amarnos primero para poder amar a alguien más; darnos cuenta cuales son nuestras virtudes, habilidades y talentos para poder ser personas de bien en un mundo cada día más influenciado por la maldad. Para ello, necesitamos tener a nuestro lado alguien que nos valore, ame y respete nuestra identidad, nuestra familia y mas importante aún; que tenga a Dios como prioridad en su vida.“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. “ Romanos 12:9-10La vida sentimental es complicada; no hay una fórmula matemática que nos dará un resultado. Es posible que nos toque pasar por diferentes pruebas y que en estas nos equivoquemos, pero de eso se trata el noviazgo por qué es una etapa para conocernos.Muchas personas cristianas le tienen miedo al fracaso dentro de un noviazgo y dejan pasar el tiempo haciéndose daño uno al otro. ¡HOY ES EL DIA para que reflexione y no le tenga miedo al que dirán! Ser cristiano no es sinónimo de perfección; si usted no se siente amado, respetado y valorado por su pareja aun siendo ambos cristianos está a tiempo de tomar una decisión sabia. Cuando nos falte una respuesta, pidamos a Dios su guía tal como lo dice en las escrituras: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.” Santiago 1:5Les invito a que se tomen un tiempo a solas y hablen con Dios con confianza. Abran su corazón y háganle todas esas preguntas que están rondando su mente hace tiempo. Luego hagan un silencio grande y busquen un lugar donde se sientan seguros y cómodos para tener esa privacidad que les permita tener un momento de intimidad con Jesús. Algo pasará. Tengalo por seguro.

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DAMITASLas heridas hablan.

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Me impresionó ver una noticia donde algunas mujeres celebraban al punto de las lágrimas, la aprobación de una ley que les permite extirpar el fruto de su vientre como si fuera un cáncer maligno, al meditar en esto el Espíritu Santo me ejemplificaba lo que pasa con muchas de ellas, y es que las heridas hablan, de diferentes maneras:- Vientre roto: es un vientre que bota su fruto intencionalmente antes de estar listo y esto es producto de un corazón roto, son mujeres que han abierto su corazón al hombre incorrecto y fueron lastimadas, muchas de ellas en su afán de llenar un vacío siguieron intentando con otros y al final simplemente acumularon más heridas y vacíos. Y en el peor de los casos fueron víctimas de algún tipo de abuso, y esas heridas se vuelven tan profundas que no son capaces de dar a luz otra vida. - Vientre huérfanos: Mujeres que si dan a luz a sus hijos; pero no han sido capaces de brindar ese amor que Dios dispuso que una madre debe dar a sus hijos, no se convirtieron en ese lugar seguro que cada niño necesita al llegar a este mundo y esta es la consecuencia de un corazón rechazado. Tristemente el desprecio o rechazo del cual fueron víctimas, es una cadena que se repite a través de las generaciones y produce personas sin identidad, con un espíritu de orfandad.- Vientre mara: Son mujeres que han sufrido abuso verbal y da a luz en un estado de amargura emocional, transmitiendo a sus hijos frustración, y esta es tal que puede llevar a truncarles el futuro, ya que lo ata con palabras de maldición y menosprecio. Palabras que quedan en el subconsciente del niño y cada vez que intenta hacer algo, esas palabras cobran vida en su realidad convirtiéndolo en tierra no productiva. Del vientre procede la vida y está es sólo una forma de ver el fruto que está dando tu vida. Si hoy tu vida es como una carga pesada, te sientes desprotegida, o no hay satisfacción en ella, necesitas ver que herida es la que habla más fuerte y tenes que saber que el Señor Jesús pago por tu sanidad. Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones.Jeremías 1:5 NTV- Vientre de bendición: el Señor Jesús vino a traernos libertad y diferentes niveles de bendición, que está disponible para los suyos. Hoy podes reconocerlo como tu Salvador y sanar tus heridas para que no sean ellas las que hablen por vos.

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Antes de conocernos, ambos le entregamos nuestra vida a Dios. Nos conocimos a través de una amiga en común, por una herramienta tecnológica llamada whatsapp. Tenía pensado hacer un ayuno con una amiga y es así como ella le pregunta a Violeta si deseaba participar en el ayuno también, formamos un grupo de whatsapp y comenzamos los tres el ayuno. A partir de ese momento empezamos a establecer una amistad genuina, nos contábamos nuestros problemas, nos apoyábamos en oración, y platicábamos de todo un poco, todo esto a través de whatsapp y llamadas, sin conocernos personalmente durante un año y medio, hasta que ambos fuimos a un encuentro nacional de jóvenes del ministerio en el que servíamos. Desde ese momento, comenzamos a vernos de forma más frecuente, nos convertimos en mejores amigos, empezamos a ser apoyo el uno del otro, a compartir los anhelos de nuestros corazones, preocupaciones, tristezas, alegrías, así como promesas de Dios para nuestras vidas. En mi caso, era una persona inestable emocionalmente, que dependía de una relación para sentirme feliz y estaba acostumbrado a tener siempre a alguien a mi lado. Cuando le entregué todo a Dios, incluyendo esa parte, decidí guardarme para mi futura esposa mientras Dios trataba conmigo en intimidad. En el caso de Violeta, salió muy lastimada de la relación en la que estuvo y fue en ese proceso que le entregó su vida a Dios. A través de una persona el Señor Jesús le dijo que Él tenía a un hombre conforme a su corazón para ella y es así como decidió también guardarse para su futuro esposo porque no quería andar de novio en novio, sino que su próximo noviazgo fuera un noviazgo con propósito que llevara al matrimonio para toda la vida. Como les comentamos anteriormente nos hicimos mejores amigos, realmente ninguno de los dos tenía otras intenciones, ni estábamos buscando un noviazgo. En el ministerio que servíamos ambos habíamos escuchado que uno debía de saber pedirle a Dios sobre nuestra pareja, pudiendo hacerlo a través de escribir una lista de las cualidades, tanto de personalidad como físicas y todo aquello que anhelaba nuestro corazón que tuviera la persona con quien compartiríamos el resto de nuestras vidas. Violeta bien obediente decidió hacer su listado (era bien largo) y en ocasiones pensó que a lo mejor estaba pidiendo mucho pero a la vez recordaba la promesa que el Señor Jesús le había hecho aquella noche y se llenaba de fe y continuaba escribiendo en su lista sin afanarse. Ella aprendió a disfrutar esa etapa de estarse guardando y si, en muchas noches, soñaba con el momento de conocer a su esposo y compartir su vida con él, sin saber quién era la persona. Ella siempre le hablaba a Dios del hombre con el que soñaba y oraba por él, pero también le pedía a Dios por ella, para que Él la preparara para ser esa ayuda idónea de su esposo y Dios trató con ella, sanando cada herida y de un corazón muy lastimado, el Señor Jesús lo convirtió en un corazón sano. En mi caso, me había acostumbrado a estar solo y no me sentía listo para pensar en un noviazgo. Hasta que en una semana Dios me habló a través de diversos medios en tres ocasiones. En la primera ocasión, me indicó que era tiempo de que empezará a orar por mi esposa, decidí no hacerlo, no porque estaba cerrado a la idea del matrimonio, sino que en realidad todavía existían miedos, inseguridades y temor a ser dañado, definitivamente no se los había entregado a Dios. En la segunda ocasión me indicó que mi esposa estaba cerca, fue en ese momento donde decidí ser obediente, empecé a orar por mi esposa y escribí todas las características físicas, de personalidad, cualidades, sueños, metas que anhelaba que tuviera la mujer con quien compartiría el resto de mi vida. Finalizando esa semana, nuevamente Dios me habló a través de una persona en el Ministerio donde estábamos sirviendo y me dijo que mi esposa estaba “Aquí”. En ese momento abrí mis ojos sorprendido y me di la vuelta, dentro de todas las personas que estaban en ese lugar la única que vi, fue a Violeta. Inmediatamente, vino a mi mente mis oraciones y el listado que había hecho, hice un chequeo mental y me di cuenta que Violeta cumplía al cien por ciento con todas las características. Entre en razón, mi mejor amiga era mi esposa. Para ese tiempo, el Señor Jesús ya le había hablado a Violeta y ella sabía que yo era la persona con quien compartiría el resto de su vida, sin embargo, ella no me lo dijo porque pensaba que si el Señor Jesús se lo había dicho, no era ella quien me lo tenía que decir a mí sino que le pidió que fuera Él también revelándomelo y es así como sucedió.A partir de ese momento, empezamos a fortalecer aún más nuestra amistad y empezamos a compartir más en persona. En ambos casos llevábamos mucho tiempo sin tener una relación y estábamos acostumbrados a estar así. Dios todavía estaba trabajando conmigo, aún existían miedos e inseguridades, me costaba mucho el poder abrirme sentimentalmente a una persona. Fue hasta que tome la decisión de entregárselos por completo a Él y de forma sincera, que después de varios meses le pedí que fuera mi novia. No les voy a mentir, no fue fácil, en ocasiones quería terminar la relación, a pesar de mis sentimientos, por excusas como “estoy demasiado acostumbrado a estar solo”, “tengo un trabajo muy demandante y no sé si te pueda dedicar el tiempo que te mereces”. Pero definitivamente Dios es perfecto y era la mujer idónea; fue un apoyo para entregar mis miedos, fue una persona comprensiva, no me juzgó y supo esperar con amor porque creía firmemente en la promesa que el Señor Jesús le había hecho. Con el tiempo Dios moldeó nuestro noviazgo y se estaba encaminando a un paso muy importante EL MATRIMONIO.Siempre me he considerado una persona creyente y de fe, el matrimonio no era un temor para mí, mis miedos e inseguridades sobre salir lastimado en una relación las había sanado Dios. Pero en mi mente surgían interrogantes como: “con el salario que tengo, se mira casi imposible comprar una casa”, “si lograría poder darle la boda de sus sueños a mi esposa”, “si podría cumplir con ser el proveedor para mi familia”. Uno de nuestros anhelos era el poder tener nuestra propia casa pero realmente lo veíamos muy lejano porque estábamos viendo de acuerdo a nuestra situación económica, ambos gracias a Dios teníamos un trabajo, sin embargo hacíamos cuentas y definitivamente no mirábamos la luz para poder comprar nuestra casa, pero siempre platicábamos de lo hermoso que sería poder tenerla, de cómo nos gustaría el diseño, cuantas habitaciones, la cocina, entre otros detalles. El Señor Jesús a través de una persona en oración le dijo a mi esposa que Él sabía cómo nosotros anhelábamos una casa y le agradaba escucharnos platicar sobre ello y que aunque para nosotros parecía imposible, Él iba cumplir ese anhelo de nuestros corazones (Violeta decidió no comentarme nada en ese momento, porque no quería que me sintiera presionado respecto al tema). Al inicio del año 2019 conversamos y dijimos que queríamos un año diferente, iniciarlo con fe creyendo en las promesas de Dios para nuestras vidas, sin importar que nuestras circunstancias en ese momento nos dijeran todo lo contrario, decidimos poner nuestra mirada en Dios y no en la situación, sin duda fue lo mejor que pudimos hacer. En enero de ese año sin tener los recursos económicos, en ese momento, decidimos ir a ver casas para poder tener una idea de los precios y todo el procedimiento a seguir. Empezamos a creerle a Dios, juntos pusimos nuestros sueños, metas y anhelos, caminando en un noviazgo con propósito. La respuesta de Dios no tardó y nos reveló las promesas que Él tenía para nosotros para el año 2019, las cuales fueron: un aumento salarial, nuestra primera casa, un ascenso, salir al exterior y nuestro matrimonio. Cada una de sus promesas se fueron cumpliendo, a su debido tiempo y observamos la mano de Dios en cada instante, aquello que parecía imposible, Él lo hizo posible. Nos casamos por lo civil un 2 de agosto del 2019 y un 17 de agosto del mismo año hicimos nuestro pacto ante Dios. Al poco tiempo de nuestro matrimonio partimos al destino que Dios tenía pensado para nosotros para ese tiempo, Madrid, España. Actualmente estamos felizmente casados, no porque tenemos un matrimonio perfecto, pero si porque tenemos un matrimonio en el cual Dios es el centro. Hemos aprendido que el amor no exige perfección, pero sin duda que el amor nos transforma. También hemos aprendido a ir construyendo nuestro matrimonio de acuerdo a lo que el Señor Jesús nos ha dejado dicho en su Palabra. Es sorprendente cuanto consejo podemos encontrar leyéndola y aunque no siempre es fácil de aplicarlo, recordamos que todo debe de ser a su manera y no a la nuestra, porque sin duda alguna que Su manera es la mejor. Definitivamente que la parte favorita de nuestra historia es que Dios es el protagonista, porque sin Él no hubiera sido posible..TESTIMONIOALEJANDRO Y VIOLETA

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Antes de conocernos, ambos le entregamos nuestra vida a Dios. Nos conocimos a través de una amiga en común, por una herramienta tecnológica llamada whatsapp. Tenía pensado hacer un ayuno con una amiga y es así como ella le pregunta a Violeta si deseaba participar en el ayuno también, formamos un grupo de whatsapp y comenzamos los tres el ayuno. A partir de ese momento empezamos a establecer una amistad genuina, nos contábamos nuestros problemas, nos apoyábamos en oración, y platicábamos de todo un poco, todo esto a través de whatsapp y llamadas, sin conocernos personalmente durante un año y medio, hasta que ambos fuimos a un encuentro nacional de jóvenes del ministerio en el que servíamos. Desde ese momento, comenzamos a vernos de forma más frecuente, nos convertimos en mejores amigos, empezamos a ser apoyo el uno del otro, a compartir los anhelos de nuestros corazones, preocupaciones, tristezas, alegrías, así como promesas de Dios para nuestras vidas. En mi caso, era una persona inestable emocionalmente, que dependía de una relación para sentirme feliz y estaba acostumbrado a tener siempre a alguien a mi lado. Cuando le entregué todo a Dios, incluyendo esa parte, decidí guardarme para mi futura esposa mientras Dios trataba conmigo en intimidad. En el caso de Violeta, salió muy lastimada de la relación en la que estuvo y fue en ese proceso que le entregó su vida a Dios. A través de una persona el Señor Jesús le dijo que Él tenía a un hombre conforme a su corazón para ella y es así como decidió también guardarse para su futuro esposo porque no quería andar de novio en novio, sino que su próximo noviazgo fuera un noviazgo con propósito que llevara al matrimonio para toda la vida. Como les comentamos anteriormente nos hicimos mejores amigos, realmente ninguno de los dos tenía otras intenciones, ni estábamos buscando un noviazgo. En el ministerio que servíamos ambos habíamos escuchado que uno debía de saber pedirle a Dios sobre nuestra pareja, pudiendo hacerlo a través de escribir una lista de las cualidades, tanto de personalidad como físicas y todo aquello que anhelaba nuestro corazón que tuviera la persona con quien compartiríamos el resto de nuestras vidas. Violeta bien obediente decidió hacer su listado (era bien largo) y en ocasiones pensó que a lo mejor estaba pidiendo mucho pero a la vez recordaba la promesa que el Señor Jesús le había hecho aquella noche y se llenaba de fe y continuaba escribiendo en su lista sin afanarse. Ella aprendió a disfrutar esa etapa de estarse guardando y si, en muchas noches, soñaba con el momento de conocer a su esposo y compartir su vida con él, sin saber quién era la persona. Ella siempre le hablaba a Dios del hombre con el que soñaba y oraba por él, pero también le pedía a Dios por ella, para que Él la preparara para ser esa ayuda idónea de su esposo y Dios trató con ella, sanando cada herida y de un corazón muy lastimado, el Señor Jesús lo convirtió en un corazón sano. En mi caso, me había acostumbrado a estar solo y no me sentía listo para pensar en un noviazgo. Hasta que en una semana Dios me habló a través de diversos medios en tres ocasiones. En la primera ocasión, me indicó que era tiempo de que empezará a orar por mi esposa, decidí no hacerlo, no porque estaba cerrado a la idea del matrimonio, sino que en realidad todavía existían miedos, inseguridades y temor a ser dañado, definitivamente no se los había entregado a Dios. En la segunda ocasión me indicó que mi esposa estaba cerca, fue en ese momento donde decidí ser obediente, empecé a orar por mi esposa y escribí todas las características físicas, de personalidad, cualidades, sueños, metas que anhelaba que tuviera la mujer con quien compartiría el resto de mi vida. Finalizando esa semana, nuevamente Dios me habló a través de una persona en el Ministerio donde estábamos sirviendo y me dijo que mi esposa estaba “Aquí”. En ese momento abrí mis ojos sorprendido y me di la vuelta, dentro de todas las personas que estaban en ese lugar la única que vi, fue a Violeta. Inmediatamente, vino a mi mente mis oraciones y el listado que había hecho, hice un chequeo mental y me di cuenta que Violeta cumplía al cien por ciento con todas las características. Entre en razón, mi mejor amiga era mi esposa. Para ese tiempo, el Señor Jesús ya le había hablado a Violeta y ella sabía que yo era la persona con quien compartiría el resto de su vida, sin embargo, ella no me lo dijo porque pensaba que si el Señor Jesús se lo había dicho, no era ella quien me lo tenía que decir a mí sino que le pidió que fuera Él también revelándomelo y es así como sucedió.A partir de ese momento, empezamos a fortalecer aún más nuestra amistad y empezamos a compartir más en persona. En ambos casos llevábamos mucho tiempo sin tener una relación y estábamos acostumbrados a estar así. Dios todavía estaba trabajando conmigo, aún existían miedos e inseguridades, me costaba mucho el poder abrirme sentimentalmente a una persona. Fue hasta que tome la decisión de entregárselos por completo a Él y de forma sincera, que después de varios meses le pedí que fuera mi novia. No les voy a mentir, no fue fácil, en ocasiones quería terminar la relación, a pesar de mis sentimientos, por excusas como “estoy demasiado acostumbrado a estar solo”, “tengo un trabajo muy demandante y no sé si te pueda dedicar el tiempo que te mereces”. Pero definitivamente Dios es perfecto y era la mujer idónea; fue un apoyo para entregar mis miedos, fue una persona comprensiva, no me juzgó y supo esperar con amor porque creía firmemente en la promesa que el Señor Jesús le había hecho. Con el tiempo Dios moldeó nuestro noviazgo y se estaba encaminando a un paso muy importante EL MATRIMONIO.Siempre me he considerado una persona creyente y de fe, el matrimonio no era un temor para mí, mis miedos e inseguridades sobre salir lastimado en una relación las había sanado Dios. Pero en mi mente surgían interrogantes como: “con el salario que tengo, se mira casi imposible comprar una casa”, “si lograría poder darle la boda de sus sueños a mi esposa”, “si podría cumplir con ser el proveedor para mi familia”. Uno de nuestros anhelos era el poder tener nuestra propia casa pero realmente lo veíamos muy lejano porque estábamos viendo de acuerdo a nuestra situación económica, ambos gracias a Dios teníamos un trabajo, sin embargo hacíamos cuentas y definitivamente no mirábamos la luz para poder comprar nuestra casa, pero siempre platicábamos de lo hermoso que sería poder tenerla, de cómo nos gustaría el diseño, cuantas habitaciones, la cocina, entre otros detalles. El Señor Jesús a través de una persona en oración le dijo a mi esposa que Él sabía cómo nosotros anhelábamos una casa y le agradaba escucharnos platicar sobre ello y que aunque para nosotros parecía imposible, Él iba cumplir ese anhelo de nuestros corazones (Violeta decidió no comentarme nada en ese momento, porque no quería que me sintiera presionado respecto al tema). Al inicio del año 2019 conversamos y dijimos que queríamos un año diferente, iniciarlo con fe creyendo en las promesas de Dios para nuestras vidas, sin importar que nuestras circunstancias en ese momento nos dijeran todo lo contrario, decidimos poner nuestra mirada en Dios y no en la situación, sin duda fue lo mejor que pudimos hacer. En enero de ese año sin tener los recursos económicos, en ese momento, decidimos ir a ver casas para poder tener una idea de los precios y todo el procedimiento a seguir. Empezamos a creerle a Dios, juntos pusimos nuestros sueños, metas y anhelos, caminando en un noviazgo con propósito. La respuesta de Dios no tardó y nos reveló las promesas que Él tenía para nosotros para el año 2019, las cuales fueron: un aumento salarial, nuestra primera casa, un ascenso, salir al exterior y nuestro matrimonio. Cada una de sus promesas se fueron cumpliendo, a su debido tiempo y observamos la mano de Dios en cada instante, aquello que parecía imposible, Él lo hizo posible. Nos casamos por lo civil un 2 de agosto del 2019 y un 17 de agosto del mismo año hicimos nuestro pacto ante Dios. Al poco tiempo de nuestro matrimonio partimos al destino que Dios tenía pensado para nosotros para ese tiempo, Madrid, España. Actualmente estamos felizmente casados, no porque tenemos un matrimonio perfecto, pero si porque tenemos un matrimonio en el cual Dios es el centro. Hemos aprendido que el amor no exige perfección, pero sin duda que el amor nos transforma. También hemos aprendido a ir construyendo nuestro matrimonio de acuerdo a lo que el Señor Jesús nos ha dejado dicho en su Palabra. Es sorprendente cuanto consejo podemos encontrar leyéndola y aunque no siempre es fácil de aplicarlo, recordamos que todo debe de ser a su manera y no a la nuestra, porque sin duda alguna que Su manera es la mejor. Definitivamente que la parte favorita de nuestra historia es que Dios es el protagonista, porque sin Él no hubiera sido posible..

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Antes de conocernos, ambos le entregamos nuestra vida a Dios. Nos conocimos a través de una amiga en común, por una herramienta tecnológica llamada whatsapp. Tenía pensado hacer un ayuno con una amiga y es así como ella le pregunta a Violeta si deseaba participar en el ayuno también, formamos un grupo de whatsapp y comenzamos los tres el ayuno. A partir de ese momento empezamos a establecer una amistad genuina, nos contábamos nuestros problemas, nos apoyábamos en oración, y platicábamos de todo un poco, todo esto a través de whatsapp y llamadas, sin conocernos personalmente durante un año y medio, hasta que ambos fuimos a un encuentro nacional de jóvenes del ministerio en el que servíamos. Desde ese momento, comenzamos a vernos de forma más frecuente, nos convertimos en mejores amigos, empezamos a ser apoyo el uno del otro, a compartir los anhelos de nuestros corazones, preocupaciones, tristezas, alegrías, así como promesas de Dios para nuestras vidas. En mi caso, era una persona inestable emocionalmente, que dependía de una relación para sentirme feliz y estaba acostumbrado a tener siempre a alguien a mi lado. Cuando le entregué todo a Dios, incluyendo esa parte, decidí guardarme para mi futura esposa mientras Dios trataba conmigo en intimidad. En el caso de Violeta, salió muy lastimada de la relación en la que estuvo y fue en ese proceso que le entregó su vida a Dios. A través de una persona el Señor Jesús le dijo que Él tenía a un hombre conforme a su corazón para ella y es así como decidió también guardarse para su futuro esposo porque no quería andar de novio en novio, sino que su próximo noviazgo fuera un noviazgo con propósito que llevara al matrimonio para toda la vida. Como les comentamos anteriormente nos hicimos mejores amigos, realmente ninguno de los dos tenía otras intenciones, ni estábamos buscando un noviazgo. En el ministerio que servíamos ambos habíamos escuchado que uno debía de saber pedirle a Dios sobre nuestra pareja, pudiendo hacerlo a través de escribir una lista de las cualidades, tanto de personalidad como físicas y todo aquello que anhelaba nuestro corazón que tuviera la persona con quien compartiríamos el resto de nuestras vidas. Violeta bien obediente decidió hacer su listado (era bien largo) y en ocasiones pensó que a lo mejor estaba pidiendo mucho pero a la vez recordaba la promesa que el Señor Jesús le había hecho aquella noche y se llenaba de fe y continuaba escribiendo en su lista sin afanarse. Ella aprendió a disfrutar esa etapa de estarse guardando y si, en muchas noches, soñaba con el momento de conocer a su esposo y compartir su vida con él, sin saber quién era la persona. Ella siempre le hablaba a Dios del hombre con el que soñaba y oraba por él, pero también le pedía a Dios por ella, para que Él la preparara para ser esa ayuda idónea de su esposo y Dios trató con ella, sanando cada herida y de un corazón muy lastimado, el Señor Jesús lo convirtió en un corazón sano. En mi caso, me había acostumbrado a estar solo y no me sentía listo para pensar en un noviazgo. Hasta que en una semana Dios me habló a través de diversos medios en tres ocasiones. En la primera ocasión, me indicó que era tiempo de que empezará a orar por mi esposa, decidí no hacerlo, no porque estaba cerrado a la idea del matrimonio, sino que en realidad todavía existían miedos, inseguridades y temor a ser dañado, definitivamente no se los había entregado a Dios. En la segunda ocasión me indicó que mi esposa estaba cerca, fue en ese momento donde decidí ser obediente, empecé a orar por mi esposa y escribí todas las características físicas, de personalidad, cualidades, sueños, metas que anhelaba que tuviera la mujer con quien compartiría el resto de mi vida. Finalizando esa semana, nuevamente Dios me habló a través de una persona en el Ministerio donde estábamos sirviendo y me dijo que mi esposa estaba “Aquí”. En ese momento abrí mis ojos sorprendido y me di la vuelta, dentro de todas las personas que estaban en ese lugar la única que vi, fue a Violeta. Inmediatamente, vino a mi mente mis oraciones y el listado que había hecho, hice un chequeo mental y me di cuenta que Violeta cumplía al cien por ciento con todas las características. Entre en razón, mi mejor amiga era mi esposa. Para ese tiempo, el Señor Jesús ya le había hablado a Violeta y ella sabía que yo era la persona con quien compartiría el resto de su vida, sin embargo, ella no me lo dijo porque pensaba que si el Señor Jesús se lo había dicho, no era ella quien me lo tenía que decir a mí sino que le pidió que fuera Él también revelándomelo y es así como sucedió.A partir de ese momento, empezamos a fortalecer aún más nuestra amistad y empezamos a compartir más en persona. En ambos casos llevábamos mucho tiempo sin tener una relación y estábamos acostumbrados a estar así. Dios todavía estaba trabajando conmigo, aún existían miedos e inseguridades, me costaba mucho el poder abrirme sentimentalmente a una persona. Fue hasta que tome la decisión de entregárselos por completo a Él y de forma sincera, que después de varios meses le pedí que fuera mi novia. No les voy a mentir, no fue fácil, en ocasiones quería terminar la relación, a pesar de mis sentimientos, por excusas como “estoy demasiado acostumbrado a estar solo”, “tengo un trabajo muy demandante y no sé si te pueda dedicar el tiempo que te mereces”. Pero definitivamente Dios es perfecto y era la mujer idónea; fue un apoyo para entregar mis miedos, fue una persona comprensiva, no me juzgó y supo esperar con amor porque creía firmemente en la promesa que el Señor Jesús le había hecho. Con el tiempo Dios moldeó nuestro noviazgo y se estaba encaminando a un paso muy importante EL MATRIMONIO.Siempre me he considerado una persona creyente y de fe, el matrimonio no era un temor para mí, mis miedos e inseguridades sobre salir lastimado en una relación las había sanado Dios. Pero en mi mente surgían interrogantes como: “con el salario que tengo, se mira casi imposible comprar una casa”, “si lograría poder darle la boda de sus sueños a mi esposa”, “si podría cumplir con ser el proveedor para mi familia”. Uno de nuestros anhelos era el poder tener nuestra propia casa pero realmente lo veíamos muy lejano porque estábamos viendo de acuerdo a nuestra situación económica, ambos gracias a Dios teníamos un trabajo, sin embargo hacíamos cuentas y definitivamente no mirábamos la luz para poder comprar nuestra casa, pero siempre platicábamos de lo hermoso que sería poder tenerla, de cómo nos gustaría el diseño, cuantas habitaciones, la cocina, entre otros detalles. El Señor Jesús a través de una persona en oración le dijo a mi esposa que Él sabía cómo nosotros anhelábamos una casa y le agradaba escucharnos platicar sobre ello y que aunque para nosotros parecía imposible, Él iba cumplir ese anhelo de nuestros corazones (Violeta decidió no comentarme nada en ese momento, porque no quería que me sintiera presionado respecto al tema). Al inicio del año 2019 conversamos y dijimos que queríamos un año diferente, iniciarlo con fe creyendo en las promesas de Dios para nuestras vidas, sin importar que nuestras circunstancias en ese momento nos dijeran todo lo contrario, decidimos poner nuestra mirada en Dios y no en la situación, sin duda fue lo mejor que pudimos hacer. En enero de ese año sin tener los recursos económicos, en ese momento, decidimos ir a ver casas para poder tener una idea de los precios y todo el procedimiento a seguir. Empezamos a creerle a Dios, juntos pusimos nuestros sueños, metas y anhelos, caminando en un noviazgo con propósito. La respuesta de Dios no tardó y nos reveló las promesas que Él tenía para nosotros para el año 2019, las cuales fueron: un aumento salarial, nuestra primera casa, un ascenso, salir al exterior y nuestro matrimonio. Cada una de sus promesas se fueron cumpliendo, a su debido tiempo y observamos la mano de Dios en cada instante, aquello que parecía imposible, Él lo hizo posible. Nos casamos por lo civil un 2 de agosto del 2019 y un 17 de agosto del mismo año hicimos nuestro pacto ante Dios. Al poco tiempo de nuestro matrimonio partimos al destino que Dios tenía pensado para nosotros para ese tiempo, Madrid, España. Actualmente estamos felizmente casados, no porque tenemos un matrimonio perfecto, pero si porque tenemos un matrimonio en el cual Dios es el centro. Hemos aprendido que el amor no exige perfección, pero sin duda que el amor nos transforma. También hemos aprendido a ir construyendo nuestro matrimonio de acuerdo a lo que el Señor Jesús nos ha dejado dicho en su Palabra. Es sorprendente cuanto consejo podemos encontrar leyéndola y aunque no siempre es fácil de aplicarlo, recordamos que todo debe de ser a su manera y no a la nuestra, porque sin duda alguna que Su manera es la mejor. Definitivamente que la parte favorita de nuestra historia es que Dios es el protagonista, porque sin Él no hubiera sido posible..

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Antes de conocernos, ambos le entregamos nuestra vida a Dios. Nos conocimos a través de una amiga en común, por una herramienta tecnológica llamada whatsapp. Tenía pensado hacer un ayuno con una amiga y es así como ella le pregunta a Violeta si deseaba participar en el ayuno también, formamos un grupo de whatsapp y comenzamos los tres el ayuno. A partir de ese momento empezamos a establecer una amistad genuina, nos contábamos nuestros problemas, nos apoyábamos en oración, y platicábamos de todo un poco, todo esto a través de whatsapp y llamadas, sin conocernos personalmente durante un año y medio, hasta que ambos fuimos a un encuentro nacional de jóvenes del ministerio en el que servíamos. Desde ese momento, comenzamos a vernos de forma más frecuente, nos convertimos en mejores amigos, empezamos a ser apoyo el uno del otro, a compartir los anhelos de nuestros corazones, preocupaciones, tristezas, alegrías, así como promesas de Dios para nuestras vidas. En mi caso, era una persona inestable emocionalmente, que dependía de una relación para sentirme feliz y estaba acostumbrado a tener siempre a alguien a mi lado. Cuando le entregué todo a Dios, incluyendo esa parte, decidí guardarme para mi futura esposa mientras Dios trataba conmigo en intimidad. En el caso de Violeta, salió muy lastimada de la relación en la que estuvo y fue en ese proceso que le entregó su vida a Dios. A través de una persona el Señor Jesús le dijo que Él tenía a un hombre conforme a su corazón para ella y es así como decidió también guardarse para su futuro esposo porque no quería andar de novio en novio, sino que su próximo noviazgo fuera un noviazgo con propósito que llevara al matrimonio para toda la vida. Como les comentamos anteriormente nos hicimos mejores amigos, realmente ninguno de los dos tenía otras intenciones, ni estábamos buscando un noviazgo. En el ministerio que servíamos ambos habíamos escuchado que uno debía de saber pedirle a Dios sobre nuestra pareja, pudiendo hacerlo a través de escribir una lista de las cualidades, tanto de personalidad como físicas y todo aquello que anhelaba nuestro corazón que tuviera la persona con quien compartiríamos el resto de nuestras vidas. Violeta bien obediente decidió hacer su listado (era bien largo) y en ocasiones pensó que a lo mejor estaba pidiendo mucho pero a la vez recordaba la promesa que el Señor Jesús le había hecho aquella noche y se llenaba de fe y continuaba escribiendo en su lista sin afanarse. Ella aprendió a disfrutar esa etapa de estarse guardando y si, en muchas noches, soñaba con el momento de conocer a su esposo y compartir su vida con él, sin saber quién era la persona. Ella siempre le hablaba a Dios del hombre con el que soñaba y oraba por él, pero también le pedía a Dios por ella, para que Él la preparara para ser esa ayuda idónea de su esposo y Dios trató con ella, sanando cada herida y de un corazón muy lastimado, el Señor Jesús lo convirtió en un corazón sano. En mi caso, me había acostumbrado a estar solo y no me sentía listo para pensar en un noviazgo. Hasta que en una semana Dios me habló a través de diversos medios en tres ocasiones. En la primera ocasión, me indicó que era tiempo de que empezará a orar por mi esposa, decidí no hacerlo, no porque estaba cerrado a la idea del matrimonio, sino que en realidad todavía existían miedos, inseguridades y temor a ser dañado, definitivamente no se los había entregado a Dios. En la segunda ocasión me indicó que mi esposa estaba cerca, fue en ese momento donde decidí ser obediente, empecé a orar por mi esposa y escribí todas las características físicas, de personalidad, cualidades, sueños, metas que anhelaba que tuviera la mujer con quien compartiría el resto de mi vida. Finalizando esa semana, nuevamente Dios me habló a través de una persona en el Ministerio donde estábamos sirviendo y me dijo que mi esposa estaba “Aquí”. En ese momento abrí mis ojos sorprendido y me di la vuelta, dentro de todas las personas que estaban en ese lugar la única que vi, fue a Violeta. Inmediatamente, vino a mi mente mis oraciones y el listado que había hecho, hice un chequeo mental y me di cuenta que Violeta cumplía al cien por ciento con todas las características. Entre en razón, mi mejor amiga era mi esposa. Para ese tiempo, el Señor Jesús ya le había hablado a Violeta y ella sabía que yo era la persona con quien compartiría el resto de su vida, sin embargo, ella no me lo dijo porque pensaba que si el Señor Jesús se lo había dicho, no era ella quien me lo tenía que decir a mí sino que le pidió que fuera Él también revelándomelo y es así como sucedió.A partir de ese momento, empezamos a fortalecer aún más nuestra amistad y empezamos a compartir más en persona. En ambos casos llevábamos mucho tiempo sin tener una relación y estábamos acostumbrados a estar así. Dios todavía estaba trabajando conmigo, aún existían miedos e inseguridades, me costaba mucho el poder abrirme sentimentalmente a una persona. Fue hasta que tome la decisión de entregárselos por completo a Él y de forma sincera, que después de varios meses le pedí que fuera mi novia. No les voy a mentir, no fue fácil, en ocasiones quería terminar la relación, a pesar de mis sentimientos, por excusas como “estoy demasiado acostumbrado a estar solo”, “tengo un trabajo muy demandante y no sé si te pueda dedicar el tiempo que te mereces”. Pero definitivamente Dios es perfecto y era la mujer idónea; fue un apoyo para entregar mis miedos, fue una persona comprensiva, no me juzgó y supo esperar con amor porque creía firmemente en la promesa que el Señor Jesús le había hecho. Con el tiempo Dios moldeó nuestro noviazgo y se estaba encaminando a un paso muy importante EL MATRIMONIO.Siempre me he considerado una persona creyente y de fe, el matrimonio no era un temor para mí, mis miedos e inseguridades sobre salir lastimado en una relación las había sanado Dios. Pero en mi mente surgían interrogantes como: “con el salario que tengo, se mira casi imposible comprar una casa”, “si lograría poder darle la boda de sus sueños a mi esposa”, “si podría cumplir con ser el proveedor para mi familia”. Uno de nuestros anhelos era el poder tener nuestra propia casa pero realmente lo veíamos muy lejano porque estábamos viendo de acuerdo a nuestra situación económica, ambos gracias a Dios teníamos un trabajo, sin embargo hacíamos cuentas y definitivamente no mirábamos la luz para poder comprar nuestra casa, pero siempre platicábamos de lo hermoso que sería poder tenerla, de cómo nos gustaría el diseño, cuantas habitaciones, la cocina, entre otros detalles. El Señor Jesús a través de una persona en oración le dijo a mi esposa que Él sabía cómo nosotros anhelábamos una casa y le agradaba escucharnos platicar sobre ello y que aunque para nosotros parecía imposible, Él iba cumplir ese anhelo de nuestros corazones (Violeta decidió no comentarme nada en ese momento, porque no quería que me sintiera presionado respecto al tema). Al inicio del año 2019 conversamos y dijimos que queríamos un año diferente, iniciarlo con fe creyendo en las promesas de Dios para nuestras vidas, sin importar que nuestras circunstancias en ese momento nos dijeran todo lo contrario, decidimos poner nuestra mirada en Dios y no en la situación, sin duda fue lo mejor que pudimos hacer. En enero de ese año sin tener los recursos económicos, en ese momento, decidimos ir a ver casas para poder tener una idea de los precios y todo el procedimiento a seguir. Empezamos a creerle a Dios, juntos pusimos nuestros sueños, metas y anhelos, caminando en un noviazgo con propósito. La respuesta de Dios no tardó y nos reveló las promesas que Él tenía para nosotros para el año 2019, las cuales fueron: un aumento salarial, nuestra primera casa, un ascenso, salir al exterior y nuestro matrimonio. Cada una de sus promesas se fueron cumpliendo, a su debido tiempo y observamos la mano de Dios en cada instante, aquello que parecía imposible, Él lo hizo posible. Nos casamos por lo civil un 2 de agosto del 2019 y un 17 de agosto del mismo año hicimos nuestro pacto ante Dios. Al poco tiempo de nuestro matrimonio partimos al destino que Dios tenía pensado para nosotros para ese tiempo, Madrid, España. Actualmente estamos felizmente casados, no porque tenemos un matrimonio perfecto, pero si porque tenemos un matrimonio en el cual Dios es el centro. Hemos aprendido que el amor no exige perfección, pero sin duda que el amor nos transforma. También hemos aprendido a ir construyendo nuestro matrimonio de acuerdo a lo que el Señor Jesús nos ha dejado dicho en su Palabra. Es sorprendente cuanto consejo podemos encontrar leyéndola y aunque no siempre es fácil de aplicarlo, recordamos que todo debe de ser a su manera y no a la nuestra, porque sin duda alguna que Su manera es la mejor. Definitivamente que la parte favorita de nuestra historia es que Dios es el protagonista, porque sin Él no hubiera sido posible..

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CRECIMIENTOTuve miedo yescondí el Talento.

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Las parábolas que más recuerdo de mi época escolar son la parábola del hijo prodigo y la parábola de los talentos, nunca fallaban en cualquier acto que había en el colegio. Y es precisamente de la de los talentos la que nos habla acerca de dos hombres que los invirtieron sabiamente y duplicaron la cantidad, pero el tercero, por miedo a asumir riesgos, enterró el suyo. Cuando el dueño vino buscando el rendimiento de su inversión, el tercero dijo: … Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta. Pero el amo le respondió: “¡Siervo perverso y perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no sembré y recogía lo que no cultivé, ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener algún interés de él”. Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen.” (Mateo 25:26-29).Precisamente así actúa Dios cuando deposita un talento o un don en tus manos, espera el rendimiento de su inversión en ti. Parte de cumplir tu llamado incluye asumir determinados riesgos, con el fin de aumentar al máximo las oportunidades que se te han dado. Desde que decidí entregar mi vida a Jesús hasta el día de hoy he visto como muchas personas con grandes dones que prefieren enterrarlos en vez de tomar valor, salir y ponerlo en práctica. En mi caso particular muchas veces postergue el trabajar en la visión que tenía por el miedo a no saber que iba a pasar o por el miedo a poder fracasar confiando más en las personas que en lo que Dios me había dado o simplemente no tomar el riesgo solo por no salirnos de nuestra zona de confort. Jugar como si tuvieras fe no es elogiable, ni el evitar riesgos debe ser recompensado, ni vivir con miedo de lo que los demás piensen de nosotros debe frenar lo que Dios quiere que hagas. Jesús es realmente severo desde el día que pone un talento en tus manos o un don, te diré que sí, porque nosotros no somos los únicos que sufrimos la pérdida, nuestros seres queridos, amigos y conocidos también pierden cuando no perseguimos nuestros sueños. Se produce un “efecto dominó”, donde los demás son despojados de esa palabra de aliento, oración, evento o cualquier cosa que no realicemos no llega a las personas que necesitan de ello.¡Lázaro, ven fuera! Dijo Jesús cuando llamó a Lázaro al exterior de su tumba, así mismo Jesús nos llama hoy a que salgamos de nuestra tumba de miedo, de desánimo, de falta de confianza, de temor y asumir los riesgos en obediencia a la fe, a confiar a lo que Dios nos ha llamado, sacudirnos completamente, a dejar de vivir de glorias pasadas y experimentar la plenitud de lo que Dios nos ha llamado a ser y hacer. Jesús renueve tus fuerzas, tus decisiones para salir de la tumba y entrar en el poder de Dios para culminar lo que Él te mando hacer y evitemos que Jesús nos llame “¡Siervo perverso y perezoso!

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Se me agüita el alma,al recordarlo.

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¿Qué creen? Que de tanta pedaleada que he dado estoy aprendiendo a masticar el ladrido inglés. Así que… What’s up my doggys? O como diríamos al buen catracho: “Buenas, buenas mis canes amigos.” Hay un gordo que escribe aquí que dice que ser perritos al servicio de Dios es lo que el aspira. Así que no me olvido de mis humanos amigos. Como dicen por allí, al buen caliche: “Hellow mi gente”.Estoy en un lugar de gran riqueza arqueológica, pero también es un tesoro natural que ofrece una fauna y paisajes incomparables. Es en las Cuevas de Talgua, un parque nacional ubicado en el municipio de Catacamas, Olancho al noreste del país, uufff acá es bien tuani. Se los recomiendo. Vine junto con uno de mis mejores profes que pude tener, el cual marco mucho mi vida, ese día salimos a pasear con el profesor, vi en el camino hacia la cueva, un par de zapatos viejos, en ese momentito me dije a mi perrismo, que era de algún campesino de la zona porque eran como los que veía si todos Ulises, y estaban ahí porque pensé que el campesino al terminar sus labores se los ponía y se iba pa’ su casa. Y ahí se me ocurrió una pasada que le dije al profe; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre".“No seas malandroso” me dijo el profesor - nunca tenemos que divertirnos a expensas de la gente, en vez de eso puedes darle una alegría a este hombre mejor coloca unos lempiras en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Para que les digo, me la aplico. Porque yo solo llevaba ese día un par de pesos para comprar unas enchiladas y el Shasta pero no quería decepcionar al maestro y eso hice, agarre mis pesos y le puse en cada zapato y ambos nos ocultamos entre los arbustos cercanos.Casi al ratillo salió un hombre muy exhausto, se lavó medio la cara, se arregló un poco, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y una gorra que también tenía colgada de un árbol. Al ponerse la gorra, deslizó el pie chuña en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró aquel billetillo. Medio pasmado, lo miro, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. Guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar más pesos en el otro zapato.En ese momento me agarro la chillona y se me aguaron las virolas por las lágrimas, sus sentimientos lo sobrecogieron. Vi como el cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, logre escuchar que hablando de su esposa enferma, de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre. Quede medio jeta y se me puso la moquera. El profe me abrazo y me dijo ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?No pude voltearlo a ver solo susurre: "Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir". Y aun hoy se me agüita el alma, al recordarlo.

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