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Arq. Religiosa en Durango

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ARQUITECTURA Y PATRIMONIO RELIGIOSO EN DURANGO

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Primera edici n 2015 D R Gobierno del Estado de Durango Gobierno del Estado de Durango Miguel Felipe Vallebueno Garcinava Direcci n de proyecto Pilar Rinc n Torres Edici n Quintanilla Ediciones Coordinaci n de proyecto Dolores Quintanilla Fotograf a Germ n Siller Valadez excepto donde se indique Coordinaci n log stica y correcci n de estilo Valdemar Ayala G ndara Dise o editorial Jazm n Esparza Fuentes ISBN 978 607 9417 17 8 Impreso en M xico Tallado de la siller a del coro de catedral de Durango P gina opuesta pintura en el templo de San Juanita parroquia universitaria P gs 2 y 3 vista exterior de la iglesia de Santa Ana Durango

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Primera edici n 2015 D R Gobierno del Estado de Durango Gobierno del Estado de Durango Miguel Felipe Vallebueno Garcinava Direcci n de proyecto Pilar Rinc n Torres Edici n Quintanilla Ediciones Coordinaci n de proyecto Dolores Quintanilla Fotograf a Germ n Siller Valadez excepto donde se indique Coordinaci n log stica y correcci n de estilo Valdemar Ayala G ndara Dise o editorial Jazm n Esparza Fuentes ISBN 978 607 9417 17 8 Impreso en M xico Tallado de la siller a del coro de catedral de Durango P gina opuesta pintura en el templo de San Juanita parroquia universitaria P gs 2 y 3 vista exterior de la iglesia de Santa Ana Durango

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Los duranguenses tenemos el orgullo de contar con uno de los patrimonios de arte religioso m s destacados de nuestro pa s fruto de una tradici n centenaria que combina la devoci n con el talento creativo de nuestros habitantes as como de aquellos creadores especializados que llegaron a nuestras tierras provenientes de otras partes para sembrar a lo largo y ancho de nuestro territorio sus realizaciones en los campos de la arquitectura la pintura la escultura la orfebrer a el textil y dem s expresiones movidas por la fe como forma de afirmaci n en el mundo Para dar cuenta de ello me honro en presentar el libro Arquitectura y patrimonio religioso en Durango el cual ofrece una amplia muestra de este excepcional acervo de bienes muebles e inmuebles que han sido realizados en Durango a trav s de los siglos gracias a la convicci n de la creencia la capacidad de hacer brotar la belleza en las formas y a la vez construir los entornos a partir de edificaciones fundacionales o que han ratificado el crecimiento de las poblaciones del estado interviniendo para la posteridad el paisaje al humanizarlo y hacerlo habitable El contenido puntual de esta publicaci n es muestra fiel del gran inter s que el Gobierno del Estado de Durango ha manifestado por la salvaguarda el rescate y la difusi n de los altos valores culturales que existen en la entidad siendo el patrimonio religioso edificado y el acervo art stico devocional dos de sus pilares fundamentales Por ello para impulsar el reconocimiento y la estima de estas expresiones hemos proyectado y producido el ejemplar presente el cual precisa con claridad los rasgos esenciales del desarrollo del arte religioso duranguense y est acompa ado por una serie fidedigna de im genes de los bellos templos capillas y catedrales con los que contamos as como de una parte altamente representativa de las pinturas tallas y dem s objetos religiosos cuyo valor art stico resulta patente y que aparecen en el libro gracias al trabajo de destacados fot grafos que con sus lentes han hecho justicia al valor est tico de tales manifestaciones Agradezco especialmente a las autoridades eclesi sticas de la Arquidi cesis de Durango de la Di cesis de G mez Palacio y de las Prelaturas de El Salto y El Nayar por su disposici n y apoyo que permitieron hacer posible este bello volumen Espero que disfruten de esta publicaci n realizada por el gobierno que me honro presidir pues a trav s de ella confirmamos nuestro deseo de impulsar la valoraci n de una parte esencial de nuestra identidad y riqueza cultural que tenemos como pueblo para proyectarla con orgullo hacia el porvenir y los futuros lectores que encuentre el libro que est en sus manos C P JORGE HERRERA CALDERA Gobernador Constitucional del Estado de Durango

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Los duranguenses tenemos el orgullo de contar con uno de los patrimonios de arte religioso m s destacados de nuestro pa s fruto de una tradici n centenaria que combina la devoci n con el talento creativo de nuestros habitantes as como de aquellos creadores especializados que llegaron a nuestras tierras provenientes de otras partes para sembrar a lo largo y ancho de nuestro territorio sus realizaciones en los campos de la arquitectura la pintura la escultura la orfebrer a el textil y dem s expresiones movidas por la fe como forma de afirmaci n en el mundo Para dar cuenta de ello me honro en presentar el libro Arquitectura y patrimonio religioso en Durango el cual ofrece una amplia muestra de este excepcional acervo de bienes muebles e inmuebles que han sido realizados en Durango a trav s de los siglos gracias a la convicci n de la creencia la capacidad de hacer brotar la belleza en las formas y a la vez construir los entornos a partir de edificaciones fundacionales o que han ratificado el crecimiento de las poblaciones del estado interviniendo para la posteridad el paisaje al humanizarlo y hacerlo habitable El contenido puntual de esta publicaci n es muestra fiel del gran inter s que el Gobierno del Estado de Durango ha manifestado por la salvaguarda el rescate y la difusi n de los altos valores culturales que existen en la entidad siendo el patrimonio religioso edificado y el acervo art stico devocional dos de sus pilares fundamentales Por ello para impulsar el reconocimiento y la estima de estas expresiones hemos proyectado y producido el ejemplar presente el cual precisa con claridad los rasgos esenciales del desarrollo del arte religioso duranguense y est acompa ado por una serie fidedigna de im genes de los bellos templos capillas y catedrales con los que contamos as como de una parte altamente representativa de las pinturas tallas y dem s objetos religiosos cuyo valor art stico resulta patente y que aparecen en el libro gracias al trabajo de destacados fot grafos que con sus lentes han hecho justicia al valor est tico de tales manifestaciones Agradezco especialmente a las autoridades eclesi sticas de la Arquidi cesis de Durango de la Di cesis de G mez Palacio y de las Prelaturas de El Salto y El Nayar por su disposici n y apoyo que permitieron hacer posible este bello volumen Espero que disfruten de esta publicaci n realizada por el gobierno que me honro presidir pues a trav s de ella confirmamos nuestro deseo de impulsar la valoraci n de una parte esencial de nuestra identidad y riqueza cultural que tenemos como pueblo para proyectarla con orgullo hacia el porvenir y los futuros lectores que encuentre el libro que est en sus manos C P JORGE HERRERA CALDERA Gobernador Constitucional del Estado de Durango

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NDICE 10 INTRODUCCI N 16 LOS TESTIGOS DE LA CONQUISTA ESPIRITUAL 50 LA PREPONDERANCIA DEL CLERO DIOCESANO 52 LAS CONSTRUCCIONES REALIZADAS POR EL CLERO DIOCESANO 54 UNA CATEDRAL DE B VEDA VA DA 58 LA SITUACI N DE LOS OTROS TEMPLOS DE LA CIUDAD 62 LA CONSTRUCCI N DE LA TERCERA CATEDRAL 70 EL ESPLENDOR CATEDRALICIO 78 ALTARES Y RETABLOS 88 SACRIST A MENOR 88 ANTE SACRIST A Y SACRIST A DE LOS PREBENDADOS 90 SALA CAPITULAR 96 PINTURA 110 ESCULTURA Y MOBILIARIO 120 LIBRER A DE CORO 120 PAPELES E INSTRUMENTOS DE M SICA Letras capitulares de los libros del coro de 122 PLATA LABRADA catedral realizados entre 1730 y 1735 P gina 128 TEMPLOS DE B VEDA Y COSTOSA F BRICA opuesta detalle arquitect nico en el exterior de la capellan a de San Jos Lerdo P g 5 detalle del retablo de la parroquia de Nuestra Se ora de la Merced Santa Mar a del Oro 138 LAS PARROQUIAS DE LAS PRINCIPALES POBLACIONES DE DURANGO 164 UN REPOSICIONAMIENTO ROM NTICO 182 LA B SQUEDA DE NUEVAS FORMAS

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NDICE 10 INTRODUCCI N 16 LOS TESTIGOS DE LA CONQUISTA ESPIRITUAL 50 LA PREPONDERANCIA DEL CLERO DIOCESANO 52 LAS CONSTRUCCIONES REALIZADAS POR EL CLERO DIOCESANO 54 UNA CATEDRAL DE B VEDA VA DA 58 LA SITUACI N DE LOS OTROS TEMPLOS DE LA CIUDAD 62 LA CONSTRUCCI N DE LA TERCERA CATEDRAL 70 EL ESPLENDOR CATEDRALICIO 78 ALTARES Y RETABLOS 88 SACRIST A MENOR 88 ANTE SACRIST A Y SACRIST A DE LOS PREBENDADOS 90 SALA CAPITULAR 96 PINTURA 110 ESCULTURA Y MOBILIARIO 120 LIBRER A DE CORO 120 PAPELES E INSTRUMENTOS DE M SICA Letras capitulares de los libros del coro de 122 PLATA LABRADA catedral realizados entre 1730 y 1735 P gina 128 TEMPLOS DE B VEDA Y COSTOSA F BRICA opuesta detalle arquitect nico en el exterior de la capellan a de San Jos Lerdo P g 5 detalle del retablo de la parroquia de Nuestra Se ora de la Merced Santa Mar a del Oro 138 LAS PARROQUIAS DE LAS PRINCIPALES POBLACIONES DE DURANGO 164 UN REPOSICIONAMIENTO ROM NTICO 182 LA B SQUEDA DE NUEVAS FORMAS

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INTRODUCCI N A ctualmente la mayor a de la gente no entiende por qu en las villas y ciudades que datan de la poca virreinal existen numerosos templos unos muy cerca de otros Adem s del aspecto simb lico de estas edificaciones las iglesias representaban una muestra de la rica y variada vida social de las poblaciones en las que sus habitantes se divid an en corporaciones y grupos socio tnicos que buscaban espacios de representaci n en los recintos urbanos Desde el punto de vista de la individualidad de las personas en estos lugares se desarrollaban los principales acontecimientos del ciclo vital desde el nacimiento hasta la muerte as como de la vida cotidiana Es decir los templos eran los principales centros de reuni n de las poblaciones tanto peque as como grandes en la Nueva Espa a como ahora pudieran ser los centros comerciales Actualmente estas edificaciones y los objetos que se encuentran en su interior se han convertido en un patrimonio art stico y cultural de todos los mexicanos El primer trabajo sobre esta tem tica en Durango fue el que realiz Francisco de la Maza con motivo del Congreso de Historia de 1947 1 Este autor caracteriz la arquitectura duranguense y el patrimonio art stico de la ciudad a mediados del siglo pasado M s tarde Clara Bargellini caracteriz las iglesias monumentales del centro norte de M xico en el contexto de la ruta de la plata 2 Por otro lado Ang lica Mart nez y Joaqu n Lorda estudiaron el proceso constructivo de la catedral de Durango 3 En este trabajo se analizar n los procesos religiosos y arquitect nicos que permitieron la construcci n de los numerosos templos que existen en el estado de Durango as como sus contenidos y la relaci n con los grupos con los que interactuaban para entender la riqueza social de los habitantes de Durango Detalle de la portada izquierda de la catedral de Durango P gina opuesta vista interior del templo del Sagrado Coraz n en Durango 1 Maza Francisco de la La ciudad de Durango notas de arte M xico Imprenta Grama 1948 2 Bargellini Clara La arquitectura de la plata Iglesias monumentales del centro norte de M xico 1640 1750 M xico IIE UNAM 1991 3 Mart nez Ang lica y Joaqu n Lorda I arra La catedral de Durango Guadalajara Anaroma Ediciones 2013 10 11

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INTRODUCCI N A ctualmente la mayor a de la gente no entiende por qu en las villas y ciudades que datan de la poca virreinal existen numerosos templos unos muy cerca de otros Adem s del aspecto simb lico de estas edificaciones las iglesias representaban una muestra de la rica y variada vida social de las poblaciones en las que sus habitantes se divid an en corporaciones y grupos socio tnicos que buscaban espacios de representaci n en los recintos urbanos Desde el punto de vista de la individualidad de las personas en estos lugares se desarrollaban los principales acontecimientos del ciclo vital desde el nacimiento hasta la muerte as como de la vida cotidiana Es decir los templos eran los principales centros de reuni n de las poblaciones tanto peque as como grandes en la Nueva Espa a como ahora pudieran ser los centros comerciales Actualmente estas edificaciones y los objetos que se encuentran en su interior se han convertido en un patrimonio art stico y cultural de todos los mexicanos El primer trabajo sobre esta tem tica en Durango fue el que realiz Francisco de la Maza con motivo del Congreso de Historia de 1947 1 Este autor caracteriz la arquitectura duranguense y el patrimonio art stico de la ciudad a mediados del siglo pasado M s tarde Clara Bargellini caracteriz las iglesias monumentales del centro norte de M xico en el contexto de la ruta de la plata 2 Por otro lado Ang lica Mart nez y Joaqu n Lorda estudiaron el proceso constructivo de la catedral de Durango 3 En este trabajo se analizar n los procesos religiosos y arquitect nicos que permitieron la construcci n de los numerosos templos que existen en el estado de Durango as como sus contenidos y la relaci n con los grupos con los que interactuaban para entender la riqueza social de los habitantes de Durango Detalle de la portada izquierda de la catedral de Durango P gina opuesta vista interior del templo del Sagrado Coraz n en Durango 1 Maza Francisco de la La ciudad de Durango notas de arte M xico Imprenta Grama 1948 2 Bargellini Clara La arquitectura de la plata Iglesias monumentales del centro norte de M xico 1640 1750 M xico IIE UNAM 1991 3 Mart nez Ang lica y Joaqu n Lorda I arra La catedral de Durango Guadalajara Anaroma Ediciones 2013 10 11

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La construcci n de estos monumentos pas por largas etapas desde la conquista espa ola en que primero se levantaron enramadas o peque as capillas de materiales ef meros para ir cediendo a edificaciones de car cter permanente ornamentadas con obras inspiradas en los distintos estilos arquitect nicos y en otras obras art sticas como fueron pinturas esculturas orfebrer a textiles mobiliario encaminados como se mencionaba repetidamente en los documentos a lograr el lucimiento y decoro del culto divino El conjunto de estos elementos se conjugaba con las distintas formas de relaci n con la divinidad que fueron dando pauta a los cambios de expresi n en la religiosidad barroca que exaltaba los sentidos para lograr dramatismos y finalmente la conversi n de los fieles Frente a estas actitudes el contenido y sobrio neocl sico ilustrado busc una religiosidad interior mientras que con el Concilio Vaticano II se promovieron formas comunitarias de religiosidad Como base para la realizaci n de este trabajo se tomaron en cuenta los inventarios de los templos realizados por los visitadores jesuitas y los hechos durante las visitas pastorales que los obispos hac an a la di cesis Son especialmente importantes los que levant el racionero Felipe Cantador secretario del obispo Pedro Tamar n y Romeral en sus visitas realizadas entre 1759 y 1767 que permiten una visi n de conjunto de todos los templos de la extensa di cesis de Durango 4 Otro inventario prioritario fue el que realiz el prebendado Juan Bautista del Olmo acompa ado por el mayordomo de f brica de la catedral Miguel P rez Gavil n en 1822 5 Este inventario es especialmente importante porque muestra los objetos que hab a en catedral al final de su poca de esplendor y antes de los cambios y saqueos que sufri en el siglo XIX Puerta de la parroquia de San Pedro Ap stol en Nombre de Dios P gina opuesta vista frontal de la entrada al templo de San Francisco P gs 14 y 15 vista a rea del templo de San Francisco 4 Archivo Hist rico del Arzobispado de Durango en adelante AHAD Libro XXXV Primero de la visita del obispo Pedro Tamar n y Romeral 1759 1760 Libro XXXVI Libro de la segunda visita del obispo Pedro Tamar n y Romeral 1760 1761 5 AHAD Inventario y reconocimiento general de bienes ornamentos vasos sagrados alhajas de oro y plata pertenecientes a la Santa Yglesia Catedral de Durango hecho por Don Juan Bautista del Olmo prebendado de la misma y su mayordomo de f brica Don Miguel P rez Gavil n de orden superior en el a o de 1822 12 13

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La construcci n de estos monumentos pas por largas etapas desde la conquista espa ola en que primero se levantaron enramadas o peque as capillas de materiales ef meros para ir cediendo a edificaciones de car cter permanente ornamentadas con obras inspiradas en los distintos estilos arquitect nicos y en otras obras art sticas como fueron pinturas esculturas orfebrer a textiles mobiliario encaminados como se mencionaba repetidamente en los documentos a lograr el lucimiento y decoro del culto divino El conjunto de estos elementos se conjugaba con las distintas formas de relaci n con la divinidad que fueron dando pauta a los cambios de expresi n en la religiosidad barroca que exaltaba los sentidos para lograr dramatismos y finalmente la conversi n de los fieles Frente a estas actitudes el contenido y sobrio neocl sico ilustrado busc una religiosidad interior mientras que con el Concilio Vaticano II se promovieron formas comunitarias de religiosidad Como base para la realizaci n de este trabajo se tomaron en cuenta los inventarios de los templos realizados por los visitadores jesuitas y los hechos durante las visitas pastorales que los obispos hac an a la di cesis Son especialmente importantes los que levant el racionero Felipe Cantador secretario del obispo Pedro Tamar n y Romeral en sus visitas realizadas entre 1759 y 1767 que permiten una visi n de conjunto de todos los templos de la extensa di cesis de Durango 4 Otro inventario prioritario fue el que realiz el prebendado Juan Bautista del Olmo acompa ado por el mayordomo de f brica de la catedral Miguel P rez Gavil n en 1822 5 Este inventario es especialmente importante porque muestra los objetos que hab a en catedral al final de su poca de esplendor y antes de los cambios y saqueos que sufri en el siglo XIX Puerta de la parroquia de San Pedro Ap stol en Nombre de Dios P gina opuesta vista frontal de la entrada al templo de San Francisco P gs 14 y 15 vista a rea del templo de San Francisco 4 Archivo Hist rico del Arzobispado de Durango en adelante AHAD Libro XXXV Primero de la visita del obispo Pedro Tamar n y Romeral 1759 1760 Libro XXXVI Libro de la segunda visita del obispo Pedro Tamar n y Romeral 1760 1761 5 AHAD Inventario y reconocimiento general de bienes ornamentos vasos sagrados alhajas de oro y plata pertenecientes a la Santa Yglesia Catedral de Durango hecho por Don Juan Bautista del Olmo prebendado de la misma y su mayordomo de f brica Don Miguel P rez Gavil n de orden superior en el a o de 1822 12 13

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LOS TESTIGOS DE LA CONQUISTA ESPIRITUAL P or la Bula Inter Caetera emitida por el papa Alejandro VI en 1493 a petici n de los Reyes Cat licos la monarqu a hisp nica tuvo el dominio de las recientemente descubiertas Indias Occidentales a cambio de que los reyes evangelizaran las tierras concedidas por medio del Regio Patronato Indiano Los primeros impulsores de este proceso fueron las rdenes mendicantes de franciscanos dominicos y agustinos a los que se sumaron posteriormente los jesuitas Al irse estructurando el gobierno de la Nueva Espa a se fueron organizando las di cesis al frente de las cuales se encontraba un obispo La di cesis primada de M xico fue erigida en 1530 siendo su primer prelado fray Juan de Zum rraga Los espa oles comenzaron a extenderse hacia el septentri n novohispano a partir de la conquista del reino de la Nueva Galicia y del descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546 Durante la siguiente d cada incursionaron hacia el Norte buscando un paso estrat gico para el comercio con el Oriente cuya ausencia fue compensada con el encuentro de numerosas vetas argent feras Para consolidar estos avances las autoridades espa olas establecieron el reino de la Nueva Vizcaya en 1562 En este proceso de expansi n europea participaron cl rigos tanto regulares como diocesanos protagonistas de lo que Robert Ricard llam la conquista espiritual que cristaliz con la construcci n de numerosas edificaciones religiosas y la implantaci n de la cultura cristiana 6 Los franciscanos fueron los primeros misioneros que se dedicaron a asentar a los tepehuanes y zacatecos dentro del territorio del reino de la Nueva Vizcaya Mediante la formaci n de misiones congregaron a los indios en poblados separados de los espa oles y mulatos les impusieron las costumbres europeas para que vivieran en polic a de acuerdo a las 6 Robert Ricard La conquista espiritual de M xico 1947 M xico Fondo de Cultura Econ mica 1999 16 Retablo en Santa Catarina de Tepehuanes propuestas aristot lico tomistas instituyeron el sistema de cargos para el gobierno de los poblados las faenas comunitarias las festividades ligadas al calendario agr cola y les ense aron los rudimentos de la fe cat lica Estudios recientes sobre el papel que jugaron las misiones dentro de la sociedad virreinal han permitido entenderlas como centros concentradores de poblaci n en donde se daban fen menos complejos de intercambio y transculturaci n 7 Interior de la iglesia de Santa Catarina de Tepehuanes Arriba vista exterior de la misma iglesia El obispo Alonso de la Mota y Escobar apunt que para principios del siglo XVII hab a en el obispado de Guadalajara numerosos pueblos de indios administrados por los franciscanos como eran San Francisco del Malpa s San Francisco del Mezquital San Juan Bautista de Analco Santa 7 Cramaussel Chantal Poblar la frontera La provincia de Santa B rbara en Nueva Vizcaya durante los siglos XVI y XVII Zamora El Colegio de Michoac n 2006 p 28 17

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LOS TESTIGOS DE LA CONQUISTA ESPIRITUAL P or la Bula Inter Caetera emitida por el papa Alejandro VI en 1493 a petici n de los Reyes Cat licos la monarqu a hisp nica tuvo el dominio de las recientemente descubiertas Indias Occidentales a cambio de que los reyes evangelizaran las tierras concedidas por medio del Regio Patronato Indiano Los primeros impulsores de este proceso fueron las rdenes mendicantes de franciscanos dominicos y agustinos a los que se sumaron posteriormente los jesuitas Al irse estructurando el gobierno de la Nueva Espa a se fueron organizando las di cesis al frente de las cuales se encontraba un obispo La di cesis primada de M xico fue erigida en 1530 siendo su primer prelado fray Juan de Zum rraga Los espa oles comenzaron a extenderse hacia el septentri n novohispano a partir de la conquista del reino de la Nueva Galicia y del descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546 Durante la siguiente d cada incursionaron hacia el Norte buscando un paso estrat gico para el comercio con el Oriente cuya ausencia fue compensada con el encuentro de numerosas vetas argent feras Para consolidar estos avances las autoridades espa olas establecieron el reino de la Nueva Vizcaya en 1562 En este proceso de expansi n europea participaron cl rigos tanto regulares como diocesanos protagonistas de lo que Robert Ricard llam la conquista espiritual que cristaliz con la construcci n de numerosas edificaciones religiosas y la implantaci n de la cultura cristiana 6 Los franciscanos fueron los primeros misioneros que se dedicaron a asentar a los tepehuanes y zacatecos dentro del territorio del reino de la Nueva Vizcaya Mediante la formaci n de misiones congregaron a los indios en poblados separados de los espa oles y mulatos les impusieron las costumbres europeas para que vivieran en polic a de acuerdo a las 6 Robert Ricard La conquista espiritual de M xico 1947 M xico Fondo de Cultura Econ mica 1999 16 Retablo en Santa Catarina de Tepehuanes propuestas aristot lico tomistas instituyeron el sistema de cargos para el gobierno de los poblados las faenas comunitarias las festividades ligadas al calendario agr cola y les ense aron los rudimentos de la fe cat lica Estudios recientes sobre el papel que jugaron las misiones dentro de la sociedad virreinal han permitido entenderlas como centros concentradores de poblaci n en donde se daban fen menos complejos de intercambio y transculturaci n 7 Interior de la iglesia de Santa Catarina de Tepehuanes Arriba vista exterior de la misma iglesia El obispo Alonso de la Mota y Escobar apunt que para principios del siglo XVII hab a en el obispado de Guadalajara numerosos pueblos de indios administrados por los franciscanos como eran San Francisco del Malpa s San Francisco del Mezquital San Juan Bautista de Analco Santa 7 Cramaussel Chantal Poblar la frontera La provincia de Santa B rbara en Nueva Vizcaya durante los siglos XVI y XVII Zamora El Colegio de Michoac n 2006 p 28 17

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Mar a del Tunal Santiago de los Tepehuanes Bayacora 8 San Juan del R o la Pur sima Concepci n de Cuencam y San Pedro y San Pablo del Valle de Topia 9 Por otra parte los jesuitas entraron al territorio que no hab a sido ocupado por los franciscanos a finales del siglo XVI y formaron las misiones tepehuanas de Santiago Papasquiaro Santa Catarina de Tepehuanes San Ignacio del Zape Santa Cruz del R o Nazas o de Tepehuanes San Jos del Tizonazo y San Miguel de Bocas Los ignacianos tambi n se extendieron hacia la sierra donde viv an los acaxes y xiximes y fundaron los poblados de Santa Cruz de Yamoriba San Bartolom Humaz n San Pedro Guarizamey San Pablo Hetasi San Ignacio de Otatitl n San Ildefonso o Santa Mar a de los Remedios San Gregorio Santa Mar a de Ot ez y San Ignacio de Tamazula Cuando los misioneros llegaban a los lugares donde iban a erigir una misi n primeramente levantaban grandes cruces de madera que hac an las veces de humilladeros Luego pon an enramadas o utilizaban la sombra de los grandes rboles para celebrar la liturgia cristiana Estos primeros templos eran los que el cronista jesuita Andr s P rez de Rivas llam iglesias pobres de paja que George Kubler menciona que se levantaron tambi n en Michoac n y la Nueva Galicia 10 Despu s se erigieron otras construcciones llamadas iglesias de asiento las m s acabadas en las cabeceras misionales y pobres y peque as en los pueblos de visita como las caracteriz el jesuita y son de las que hablaba el mismo obispo Alonso de la Mota y Escobar 11 Vista exterior y detalle de la fachada del templo de San Miguel de Bocas arriba y en medio Abajo placa en relieve de la portada lateral del templo de San Jos del Tizonazo en la que se lee la fecha de 1641 18 Entre las primeras iglesias de asiento que levantaron los jesuitas en las misiones destacaba la de San Gregorio construida en 1607 por el padre Andr s Tutino y de la que se dec a puede ser buena en cualquier parte de la provincia La presencia de Tutino en esta misi n que comenzaba era de capital importancia pues se necesitaba construir edificaciones de todo tipo y de acuerdo con el padre Xim nez este sacerdote italiano era versado en la construcci n pues mencionaba que trabajaba hechando la plomada con tanto primor como su officio de architecto 12 Es posible pensar pues que 8 El convento franciscano de San Diego de Alcal de Canatl n se fund en 1620 al pacificarse la regi n despu s de la rebeli n tepehuana de 1616 9 Alonso de la Mota y Escobar Descripci n de los reinos de Nueva Galicia Nueva Vizcaya y Nuevo Le n 1605 Guadalajara Instituto Jalisciense de Estudios Hist ricos 1966 10 George Kubler Arquitectura mexicana del siglo XVI 1948 M xico FCE 1983 11 Andr s P rez de Ribas Historia de los triumphos de nuestra sancta fee entre gentes las mas b rbaras y fieras del nuevo Orbe 1645 M xico Siglo XXI 1992 p 497 12 Archivo General de la Naci n en adelante AGN Jesuitas legajo III 15 exp 4 fs 125 relaci n que hizo el padre Diego Xim nez de la misi n de San Andr s 1634 sta fuera una iglesia de tres naves como las que los jesuitas edificaron en Sinaloa y en el Nombre de Jes s en Carichic ahora en Chihuahua El mismo Mota y Escobar mencionaba que los poblados indios ten an orden en sus calles as como iglesias fabricadas a su costa y por obra de sus manos Estaban construidas de adobes y algunas con canter a m s suntuosas Adem s se encontraban adornadas de im genes y paramentos del altar seg n sus posibilidades En estos lugares tambi n se hab an edificado monasterios para vivienda de los religiosos que los administraban y casas para sus curas cl rigos Los indios cantaban en las horas can nicas y las misas cantadas as en canto llano como de rgano y eran diestros en todos los instrumentos que tocaban como eran chirim as flautas orlos y de tecla En todos los poblados indios hab a adem s un hospital para la cura de enfermos y era sostenido tanto por los mismos indios como por los reba os de ovejas que les pertenec an y las limosnas que se recolectaban con ese fin Por otro lado el obispo abundaba que las casas de vivienda de los naturales estaban edificadas de tres formas distintas Las de la gente pobre eran solamente de paja una especie de tugurios o jacales Otras eran de palizada y embarrados de barro y las mejores eran de adobe y cubiertas de vigas Los cuartos o aposentos eran pocos y estrechos y los m s grandes no exced an de cuatro a seis piezas Todos sembraban peque as parcelas de ma z y algunas flores y frutales Altar en el templo de Santa Mar a de Ot ez Arriba vista a rea del mismo templo 19

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Mar a del Tunal Santiago de los Tepehuanes Bayacora 8 San Juan del R o la Pur sima Concepci n de Cuencam y San Pedro y San Pablo del Valle de Topia 9 Por otra parte los jesuitas entraron al territorio que no hab a sido ocupado por los franciscanos a finales del siglo XVI y formaron las misiones tepehuanas de Santiago Papasquiaro Santa Catarina de Tepehuanes San Ignacio del Zape Santa Cruz del R o Nazas o de Tepehuanes San Jos del Tizonazo y San Miguel de Bocas Los ignacianos tambi n se extendieron hacia la sierra donde viv an los acaxes y xiximes y fundaron los poblados de Santa Cruz de Yamoriba San Bartolom Humaz n San Pedro Guarizamey San Pablo Hetasi San Ignacio de Otatitl n San Ildefonso o Santa Mar a de los Remedios San Gregorio Santa Mar a de Ot ez y San Ignacio de Tamazula Cuando los misioneros llegaban a los lugares donde iban a erigir una misi n primeramente levantaban grandes cruces de madera que hac an las veces de humilladeros Luego pon an enramadas o utilizaban la sombra de los grandes rboles para celebrar la liturgia cristiana Estos primeros templos eran los que el cronista jesuita Andr s P rez de Rivas llam iglesias pobres de paja que George Kubler menciona que se levantaron tambi n en Michoac n y la Nueva Galicia 10 Despu s se erigieron otras construcciones llamadas iglesias de asiento las m s acabadas en las cabeceras misionales y pobres y peque as en los pueblos de visita como las caracteriz el jesuita y son de las que hablaba el mismo obispo Alonso de la Mota y Escobar 11 Vista exterior y detalle de la fachada del templo de San Miguel de Bocas arriba y en medio Abajo placa en relieve de la portada lateral del templo de San Jos del Tizonazo en la que se lee la fecha de 1641 18 Entre las primeras iglesias de asiento que levantaron los jesuitas en las misiones destacaba la de San Gregorio construida en 1607 por el padre Andr s Tutino y de la que se dec a puede ser buena en cualquier parte de la provincia La presencia de Tutino en esta misi n que comenzaba era de capital importancia pues se necesitaba construir edificaciones de todo tipo y de acuerdo con el padre Xim nez este sacerdote italiano era versado en la construcci n pues mencionaba que trabajaba hechando la plomada con tanto primor como su officio de architecto 12 Es posible pensar pues que 8 El convento franciscano de San Diego de Alcal de Canatl n se fund en 1620 al pacificarse la regi n despu s de la rebeli n tepehuana de 1616 9 Alonso de la Mota y Escobar Descripci n de los reinos de Nueva Galicia Nueva Vizcaya y Nuevo Le n 1605 Guadalajara Instituto Jalisciense de Estudios Hist ricos 1966 10 George Kubler Arquitectura mexicana del siglo XVI 1948 M xico FCE 1983 11 Andr s P rez de Ribas Historia de los triumphos de nuestra sancta fee entre gentes las mas b rbaras y fieras del nuevo Orbe 1645 M xico Siglo XXI 1992 p 497 12 Archivo General de la Naci n en adelante AGN Jesuitas legajo III 15 exp 4 fs 125 relaci n que hizo el padre Diego Xim nez de la misi n de San Andr s 1634 sta fuera una iglesia de tres naves como las que los jesuitas edificaron en Sinaloa y en el Nombre de Jes s en Carichic ahora en Chihuahua El mismo Mota y Escobar mencionaba que los poblados indios ten an orden en sus calles as como iglesias fabricadas a su costa y por obra de sus manos Estaban construidas de adobes y algunas con canter a m s suntuosas Adem s se encontraban adornadas de im genes y paramentos del altar seg n sus posibilidades En estos lugares tambi n se hab an edificado monasterios para vivienda de los religiosos que los administraban y casas para sus curas cl rigos Los indios cantaban en las horas can nicas y las misas cantadas as en canto llano como de rgano y eran diestros en todos los instrumentos que tocaban como eran chirim as flautas orlos y de tecla En todos los poblados indios hab a adem s un hospital para la cura de enfermos y era sostenido tanto por los mismos indios como por los reba os de ovejas que les pertenec an y las limosnas que se recolectaban con ese fin Por otro lado el obispo abundaba que las casas de vivienda de los naturales estaban edificadas de tres formas distintas Las de la gente pobre eran solamente de paja una especie de tugurios o jacales Otras eran de palizada y embarrados de barro y las mejores eran de adobe y cubiertas de vigas Los cuartos o aposentos eran pocos y estrechos y los m s grandes no exced an de cuatro a seis piezas Todos sembraban peque as parcelas de ma z y algunas flores y frutales Altar en el templo de Santa Mar a de Ot ez Arriba vista a rea del mismo templo 19

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Adem s en sus patios ten an rboles que les produc an sombra y bajo los cuales sesteaban tej an e hilaban las mujeres y ataban sus caballos 13 Para llevar a cabo su labor catequ tica los misioneros se valieron de im genes sagradas cantos de alabados14 y villancicos y tambi n de elementos teatrales como coloquios pastorelas comedias y autos sacramentales Entre las principales figuras destacan cristos y v rgenes de ca a de ma z que por su poco peso eran muy solicitadas para las representaciones de la Semana Santa en que se organizaban los pasos o procesiones correspondientes Tambi n hab a otras efigies de madera s lida y las llamadas de vestir que portaban ropajes y eran confeccionadas a partir de un tronco de rbol o un pir mide de madera Adem s en las paredes de las capillas mandaron pintar pasajes alusivos a su tarea y poco a poco se fueron adquiriendo otras im genes pintadas Los religiosos tambi n propiciaron la formaci n de las hermandades o cofrad as de indios en los poblados Sus miembros se agrupaban en torno a la devoci n a una imagen y organizaban la fiesta patronal con el producto de algunas tierras o ganados que estaban a nombre de la virgen o santo de la devoci n En las fiestas patronales se serv an comidas de las que se beneficiaba todo el pueblo se fabricaban castillos y toritos con p lvora y se tronaban cuetes desde las v speras adem s de que los indios danzaban frente a las im genes15 las llamadas danzas de conquista Estas danzas eran llamadas de matachines o de pluma por los tocados de los participantes que tambi n usaban faldellines con carrizos as como capas y sonajas de bules Un signo sincr tico muy recurrente en las portadas y cruces fueron los s chiles hojas basales de sotoles entretejidos con los que se forman soles que representan lo sagrado en las principales fiestas De las primeras im genes de la poca de la conquista todav a se encuentran varios cristos procesionales de ca a de ma z como los de la Caridad Santo Entierro de San Francisco y el Se or de la Buena Muerte en el templo de Jes s Nazareno de San Francisco del Malpa s Nombre de Dios Templo de Jes s Nazareno Arriba s chiles en el templo de San Francisco 20 13 Mota 1966 p 33 14 Los alabados son unos cantos polif nicos ejecutados a capela por dos o tres voces que se entonan con un sonsonete caracter stico Fueron los cantos populares m s comunes del rea rural del centro norte de M xico y deben ser el antecedente del ahora llamado canto cardenche 15 Algunas personas de edad avanzada que viven en el poblado de San Francisco del Malpa s recuerdan c mo entraban al templo de Jes s Nazareno haciendo un pasito de baile como se hace tambi n en algunos poblados de Michoac n mismos que formaron parte del programa devocional franciscano en la regi n Igualmente se puede mencionar al Se or del Mezquital otro crucificado que estuvo en el convento de los ser ficos en ese lugar y que de acuerdo a la tradici n fue flechado en la espinilla por los tepehuanes en la rebeli n de 1616 Un poco m s tard a es la imagen del Dulce Nombre de Jes s en torno a la cual se agruparon los indios mexicanos y michoacanos del pueblo mencionado por medio de una cofrad a que funciona desde 1681 De las im genes marianas que se conservan podemos anotar a la virgen de la Soledad de la ermita de la Natividad en San Francisco del Malpa s desplantada a partir de un tronco de rbol atenuado por los largos vestidos que la cubren Los jesuitas procuraron dotar sus misiones de im genes de gran calidad como la de Santa Mar a de Ot ez de formas renacentistas y gran belleza que se encuentra en el poblado de ese nombre No se puede dejar de mencionar en este apartado a la virgen del Hachazo del Zape que adquiri notoriedad a ra z de la misma guerra mencionada arriba en la que murieron siete sacerdotes de la Compa a Ermita de la Natividad en San Francisco del Malpa s Arriba izquierda Se or de la Buena Muerte en el templo de Jes s Nazareno Arriba derecha Se or del Mezquital de Jes s En esta ocasi n la imagen fue arrojada al manantial de agua caliente que se encontraba junto a la misi n y su rostro qued marcado de forma permanente por lo que se convirti en s mbolo de las misiones jesuitas en la Nueva Vizcaya 16 16 P rez de Ribas 1992 p 645 21

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Adem s en sus patios ten an rboles que les produc an sombra y bajo los cuales sesteaban tej an e hilaban las mujeres y ataban sus caballos 13 Para llevar a cabo su labor catequ tica los misioneros se valieron de im genes sagradas cantos de alabados14 y villancicos y tambi n de elementos teatrales como coloquios pastorelas comedias y autos sacramentales Entre las principales figuras destacan cristos y v rgenes de ca a de ma z que por su poco peso eran muy solicitadas para las representaciones de la Semana Santa en que se organizaban los pasos o procesiones correspondientes Tambi n hab a otras efigies de madera s lida y las llamadas de vestir que portaban ropajes y eran confeccionadas a partir de un tronco de rbol o un pir mide de madera Adem s en las paredes de las capillas mandaron pintar pasajes alusivos a su tarea y poco a poco se fueron adquiriendo otras im genes pintadas Los religiosos tambi n propiciaron la formaci n de las hermandades o cofrad as de indios en los poblados Sus miembros se agrupaban en torno a la devoci n a una imagen y organizaban la fiesta patronal con el producto de algunas tierras o ganados que estaban a nombre de la virgen o santo de la devoci n En las fiestas patronales se serv an comidas de las que se beneficiaba todo el pueblo se fabricaban castillos y toritos con p lvora y se tronaban cuetes desde las v speras adem s de que los indios danzaban frente a las im genes15 las llamadas danzas de conquista Estas danzas eran llamadas de matachines o de pluma por los tocados de los participantes que tambi n usaban faldellines con carrizos as como capas y sonajas de bules Un signo sincr tico muy recurrente en las portadas y cruces fueron los s chiles hojas basales de sotoles entretejidos con los que se forman soles que representan lo sagrado en las principales fiestas De las primeras im genes de la poca de la conquista todav a se encuentran varios cristos procesionales de ca a de ma z como los de la Caridad Santo Entierro de San Francisco y el Se or de la Buena Muerte en el templo de Jes s Nazareno de San Francisco del Malpa s Nombre de Dios Templo de Jes s Nazareno Arriba s chiles en el templo de San Francisco 20 13 Mota 1966 p 33 14 Los alabados son unos cantos polif nicos ejecutados a capela por dos o tres voces que se entonan con un sonsonete caracter stico Fueron los cantos populares m s comunes del rea rural del centro norte de M xico y deben ser el antecedente del ahora llamado canto cardenche 15 Algunas personas de edad avanzada que viven en el poblado de San Francisco del Malpa s recuerdan c mo entraban al templo de Jes s Nazareno haciendo un pasito de baile como se hace tambi n en algunos poblados de Michoac n mismos que formaron parte del programa devocional franciscano en la regi n Igualmente se puede mencionar al Se or del Mezquital otro crucificado que estuvo en el convento de los ser ficos en ese lugar y que de acuerdo a la tradici n fue flechado en la espinilla por los tepehuanes en la rebeli n de 1616 Un poco m s tard a es la imagen del Dulce Nombre de Jes s en torno a la cual se agruparon los indios mexicanos y michoacanos del pueblo mencionado por medio de una cofrad a que funciona desde 1681 De las im genes marianas que se conservan podemos anotar a la virgen de la Soledad de la ermita de la Natividad en San Francisco del Malpa s desplantada a partir de un tronco de rbol atenuado por los largos vestidos que la cubren Los jesuitas procuraron dotar sus misiones de im genes de gran calidad como la de Santa Mar a de Ot ez de formas renacentistas y gran belleza que se encuentra en el poblado de ese nombre No se puede dejar de mencionar en este apartado a la virgen del Hachazo del Zape que adquiri notoriedad a ra z de la misma guerra mencionada arriba en la que murieron siete sacerdotes de la Compa a Ermita de la Natividad en San Francisco del Malpa s Arriba izquierda Se or de la Buena Muerte en el templo de Jes s Nazareno Arriba derecha Se or del Mezquital de Jes s En esta ocasi n la imagen fue arrojada al manantial de agua caliente que se encontraba junto a la misi n y su rostro qued marcado de forma permanente por lo que se convirti en s mbolo de las misiones jesuitas en la Nueva Vizcaya 16 16 P rez de Ribas 1992 p 645 21

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En efecto a pesar de los esfuerzos por parte de los misioneros por evangelizar a los indios el dr stico cambio de costumbres que experimentaron aunado a la imposici n del sistema de trabajo forzado para ellos en minas y estancias mediante las encomiendas y repartimientos y la r pida reducci n demogr fica debida a las epidemias que azotaron a la poblaci n nativa trajeron consigo una serie de rebeliones por parte de los indios que redujeron a n m s su n mero en los espacios misionales Durante estas guerras varios templos misionales fueron incendiados y tuvieron que ser reconstruidos a os m s tarde Para la visita general de las misiones jesuitas que llev a cabo el padre Juan Ortiz Zapata en 1678 el n mero de indios que viv an en las misiones se hab a reducido notoriamente tanto por la emigraci n de los j venes hacia los reales de minas en donde pod an trabajar por un salario como por el mismo mestizaje de los indios que se manifestaba en la p rdida de los lenguajes nativos y el aumento de espa oles y gente de castas en las estancias y ranchos que circundaban las misiones En los manuscritos de la visita de Ortiz Zapata se puede notar un inter s sistem tico por el estado de conservaci n tama o y ornamentaci n de los templos visitados As las mejores iglesias resultaron ser las de las cabeceras de Santiago Papasquiaro Santa Catarina de Tepehuanes San Ignacio del Zape San Jos del Tizonazo y San Miguel de Bocas calificadas como lindas hermosas capaces competentes y bien aderezadas El santuario de Nuestra Se ora del Zape era el m s importante de todos pues los jesuitas lo hab an elevado a la categor a de santuario mariano y Ortiz Zapata calific la iglesia como muy capaz y hermosamente aderezada 17 M s pesimista en sus apreciaciones fue el visitador que recorri la regi n en 1731 ya que calific las iglesias misionales como peque as y poco arregladas Sobre la de Santiago Papasquiaro mencionaba que aunque era capaz deber a ser del doble para la gente El interior era pobre nada precioso y rico y mucho de ello viejo y poco decente Cristo del santuario de Nuestra Se ora del Zape Arriba vista exterior Izquierda altar del mismo templo P gina opuesta figura de Virgen con Ni o en Santa Mar a de Ot ez P gs 24 y 25 vista a rea de la parroquia de Santiago Papasquiaro 17 AGN Misiones Vol 26 exp 27 fx 167 175 Visita del padre Juan Ortiz Zapata 1678 22 23

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En efecto a pesar de los esfuerzos por parte de los misioneros por evangelizar a los indios el dr stico cambio de costumbres que experimentaron aunado a la imposici n del sistema de trabajo forzado para ellos en minas y estancias mediante las encomiendas y repartimientos y la r pida reducci n demogr fica debida a las epidemias que azotaron a la poblaci n nativa trajeron consigo una serie de rebeliones por parte de los indios que redujeron a n m s su n mero en los espacios misionales Durante estas guerras varios templos misionales fueron incendiados y tuvieron que ser reconstruidos a os m s tarde Para la visita general de las misiones jesuitas que llev a cabo el padre Juan Ortiz Zapata en 1678 el n mero de indios que viv an en las misiones se hab a reducido notoriamente tanto por la emigraci n de los j venes hacia los reales de minas en donde pod an trabajar por un salario como por el mismo mestizaje de los indios que se manifestaba en la p rdida de los lenguajes nativos y el aumento de espa oles y gente de castas en las estancias y ranchos que circundaban las misiones En los manuscritos de la visita de Ortiz Zapata se puede notar un inter s sistem tico por el estado de conservaci n tama o y ornamentaci n de los templos visitados As las mejores iglesias resultaron ser las de las cabeceras de Santiago Papasquiaro Santa Catarina de Tepehuanes San Ignacio del Zape San Jos del Tizonazo y San Miguel de Bocas calificadas como lindas hermosas capaces competentes y bien aderezadas El santuario de Nuestra Se ora del Zape era el m s importante de todos pues los jesuitas lo hab an elevado a la categor a de santuario mariano y Ortiz Zapata calific la iglesia como muy capaz y hermosamente aderezada 17 M s pesimista en sus apreciaciones fue el visitador que recorri la regi n en 1731 ya que calific las iglesias misionales como peque as y poco arregladas Sobre la de Santiago Papasquiaro mencionaba que aunque era capaz deber a ser del doble para la gente El interior era pobre nada precioso y rico y mucho de ello viejo y poco decente Cristo del santuario de Nuestra Se ora del Zape Arriba vista exterior Izquierda altar del mismo templo P gina opuesta figura de Virgen con Ni o en Santa Mar a de Ot ez P gs 24 y 25 vista a rea de la parroquia de Santiago Papasquiaro 17 AGN Misiones Vol 26 exp 27 fx 167 175 Visita del padre Juan Ortiz Zapata 1678 22 23

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Abund que sobre el altar mayor estaba un cuadro del ap stol Santiago que parece de la conquista apenas se conoce La sacrist a era asimismo indecente por su mal estado Sin embargo advirti que junto a la iglesia estaba una capilla dedicada a Nuestra Se ora de los Remedios bien capaz atendida por los miembros de la cofrad a de ese nombre formada por indios y espa oles Opin igualmente sobre la iglesia de Atotonilco que era decente aunque peque a para el poblado Sin embargo no hay m sica ni cosa digna de alabarse m s que una estatua de la virgen que llaman del Rayo que veneran con devoci n Mejor impresi n le caus la iglesia de Tepehuanes que aunque peque a es sobrada para la gente que hay bien techada y decente En cambio el altar mayor era de cuadros viejos y dos altarcitos de ornamentos lo suficiente sin alhaja rica ni especial De la misma manera se refiri al Tizonazo nada precioso ni rico La iglesia del Zape le pareci decente aunque pobre y la imagen de la virgen conservaba las alhajas que se le hab an dado hac a ya alg n tiempo Pero el visitador afirmaba m sica ni cantores hay porque ya morir an 18 La descripci n de las iglesias de la Pur sima Concepci n de Pueblo Nuevo San Ignacio de Tamazula y San Miguel de Bocas hecha en 1759 permite entender c mo eran las iglesias misionales en el territorio que actualmente ocupa el estado de Durango La iglesia de Pueblo Nuevo era rectangular es decir un ca n de treinta varas de largo por ocho varas de ancho Estaba construida de adobes y anexa estaba la sacrist a El techo era de vigas sobre las que se pon an tablas y la cubierta era de zacate Sobre la puerta mayor se encontraban dos campanas grandes y en el interior hab a un coro de madera Por otro lado la iglesia de San Ignacio de Tamazula era m s pretenciosa ya que med a 45 varas de largo por seis y media de ancho ten a su techo de viguer a y terrado adem s de un retablo con marco y moldura dedicado al santo patrono Francisco Xavier el ap stol de las Indias 19 Vista a rea del templo de San Miguel de Cerro Gordo arriba e interiores de la iglesia de San Miguel de Bocas abajo P gina opuesta arriba iglesia de Atotonilco P gina opuesta abajo vista a rea del templo de San Ignacio de Tamazula La iglesia de San Miguel de Bocas edificada en 1736 20 era considerada la mejor de todas las de esta regi n y med a 35 varas de largo por siete varas y tres cuartos de ancho En el inventario que se levant con motivo de la entrega de la misi n al clero secular se abundaba que ha pocos meses se recono18 Visita de 1731 en Decorme Gerard Las misiones de la Compa a de Jes s en Manual de historia de Durango Durango 1952 pp 82 88 19 AHAD Libro XXXV Primer libro de la visita del obispo Pedro Tamar n 17591760 20 En el marco de una puerta retirada recientemente se encontraba una inscripci n con esa fecha Agradezco la informaci n al profesor Jos de la O Holgu n 26 27

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Abund que sobre el altar mayor estaba un cuadro del ap stol Santiago que parece de la conquista apenas se conoce La sacrist a era asimismo indecente por su mal estado Sin embargo advirti que junto a la iglesia estaba una capilla dedicada a Nuestra Se ora de los Remedios bien capaz atendida por los miembros de la cofrad a de ese nombre formada por indios y espa oles Opin igualmente sobre la iglesia de Atotonilco que era decente aunque peque a para el poblado Sin embargo no hay m sica ni cosa digna de alabarse m s que una estatua de la virgen que llaman del Rayo que veneran con devoci n Mejor impresi n le caus la iglesia de Tepehuanes que aunque peque a es sobrada para la gente que hay bien techada y decente En cambio el altar mayor era de cuadros viejos y dos altarcitos de ornamentos lo suficiente sin alhaja rica ni especial De la misma manera se refiri al Tizonazo nada precioso ni rico La iglesia del Zape le pareci decente aunque pobre y la imagen de la virgen conservaba las alhajas que se le hab an dado hac a ya alg n tiempo Pero el visitador afirmaba m sica ni cantores hay porque ya morir an 18 La descripci n de las iglesias de la Pur sima Concepci n de Pueblo Nuevo San Ignacio de Tamazula y San Miguel de Bocas hecha en 1759 permite entender c mo eran las iglesias misionales en el territorio que actualmente ocupa el estado de Durango La iglesia de Pueblo Nuevo era rectangular es decir un ca n de treinta varas de largo por ocho varas de ancho Estaba construida de adobes y anexa estaba la sacrist a El techo era de vigas sobre las que se pon an tablas y la cubierta era de zacate Sobre la puerta mayor se encontraban dos campanas grandes y en el interior hab a un coro de madera Por otro lado la iglesia de San Ignacio de Tamazula era m s pretenciosa ya que med a 45 varas de largo por seis y media de ancho ten a su techo de viguer a y terrado adem s de un retablo con marco y moldura dedicado al santo patrono Francisco Xavier el ap stol de las Indias 19 Vista a rea del templo de San Miguel de Cerro Gordo arriba e interiores de la iglesia de San Miguel de Bocas abajo P gina opuesta arriba iglesia de Atotonilco P gina opuesta abajo vista a rea del templo de San Ignacio de Tamazula La iglesia de San Miguel de Bocas edificada en 1736 20 era considerada la mejor de todas las de esta regi n y med a 35 varas de largo por siete varas y tres cuartos de ancho En el inventario que se levant con motivo de la entrega de la misi n al clero secular se abundaba que ha pocos meses se recono18 Visita de 1731 en Decorme Gerard Las misiones de la Compa a de Jes s en Manual de historia de Durango Durango 1952 pp 82 88 19 AHAD Libro XXXV Primer libro de la visita del obispo Pedro Tamar n 17591760 20 En el marco de una puerta retirada recientemente se encontraba una inscripci n con esa fecha Agradezco la informaci n al profesor Jos de la O Holgu n 26 27

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ci su techo nuevo de viguer a labrada y canes Con dos portadas y cuatro ventanas de siller a nueva y arco de canter a con basas y cornisas de siller a ya labrada otra partida para la puerta del Baptisterio la que queda dentro de la iglesia y once cornisas labradas pa la torre que est comenzada 21 Se pueden corroborar estos datos en el bautisterio de la iglesia actual por los est pites que se encuentran sobre las jambas de la puerta correspondientes a la difusi n de ese estilo a mediados del siglo XVIII y asimismo se ve que la torre no se construy y se sustituy por una espada a Como todav a es posible observar en las iglesias misionales que se conservan eran rectangulares y con pocas excepciones carec an de cruceros Ten an bsides poligonales para crear un espacio donde se colocaban altares y retablos Los presbiterios estaban un poco m s altos que el piso de la nave para que los fieles pudieran apreciar mejor las ceremonias Para acceder a ellos hab a dos o tres escalones Estaban separados del cuerpo de la iglesia por medio de un arco triunfal generalmente de canter a Las paredes eran casi todas de adobes dobles para engrosarlas y darles solidez Los adobes estaban hechos con tierra blanca de barrial batida con paja para darles resistencia Los templos de las misiones m s ricas estaban construidos con mamposter a es decir de piedra pegada con cal y canto Esta argamasa se confeccionaba con arena y cal viva que se apagaba pocos d as antes de ser colocada en su lugar Las paredes contaban tambi n con gruesos contrafuertes para evitar que se abrieran y en las esquinas se instalaban piedras de siller a para aumentar la solidez del edificio La forma como se edificaron estas iglesias se puede ejemplificar en la reconstrucci n del templo de Nuestra Se ora de los Remedios de San Juan del R o cuyas obras se iniciaron el 26 de marzo de 1728 Se levantaron nuevamente las paredes se enras la iglesia y se construy la torre Para techarla se pusieron vigas de pino ayacahuite cortadas en la luna de octubre para que de esa manera duraran muchos a os que se llevaron de la sierra de la Silla Se labr tambi n una sencilla portada y la torre con canter a as como la escalera del coro Por ltimo el carpintero Hilario fabric un colateral Las obras se terminaron el 2 de agosto de 1730 con un costo de 432 00 pesos y dos tomines mismos que fueron aportados por los cofrades de la hermandad y del comerciante Vicente de Labastida y Aranciel cuyo nombre puede leerse todav a en la base de la torre 22 Las paredes interiores de los templos estaban blanqueadas con un compuesto de cal sal y baba de nopal para darle durabilidad En la parte de abajo se pon a un guardapolvo a base de almagre que le daba tonalidades Santuario de Nuestra Se ora de los Remedios en San Juan del R o 28 21 AGN Californias Expediente de entrega de las misiones jesuitas al obispado de Durango 1753 22 Archivo de la Parroquia de San Juan del R o libro de la cofrad a de Nuestra Se ora de los Remedios fol 4v 29

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ci su techo nuevo de viguer a labrada y canes Con dos portadas y cuatro ventanas de siller a nueva y arco de canter a con basas y cornisas de siller a ya labrada otra partida para la puerta del Baptisterio la que queda dentro de la iglesia y once cornisas labradas pa la torre que est comenzada 21 Se pueden corroborar estos datos en el bautisterio de la iglesia actual por los est pites que se encuentran sobre las jambas de la puerta correspondientes a la difusi n de ese estilo a mediados del siglo XVIII y asimismo se ve que la torre no se construy y se sustituy por una espada a Como todav a es posible observar en las iglesias misionales que se conservan eran rectangulares y con pocas excepciones carec an de cruceros Ten an bsides poligonales para crear un espacio donde se colocaban altares y retablos Los presbiterios estaban un poco m s altos que el piso de la nave para que los fieles pudieran apreciar mejor las ceremonias Para acceder a ellos hab a dos o tres escalones Estaban separados del cuerpo de la iglesia por medio de un arco triunfal generalmente de canter a Las paredes eran casi todas de adobes dobles para engrosarlas y darles solidez Los adobes estaban hechos con tierra blanca de barrial batida con paja para darles resistencia Los templos de las misiones m s ricas estaban construidos con mamposter a es decir de piedra pegada con cal y canto Esta argamasa se confeccionaba con arena y cal viva que se apagaba pocos d as antes de ser colocada en su lugar Las paredes contaban tambi n con gruesos contrafuertes para evitar que se abrieran y en las esquinas se instalaban piedras de siller a para aumentar la solidez del edificio La forma como se edificaron estas iglesias se puede ejemplificar en la reconstrucci n del templo de Nuestra Se ora de los Remedios de San Juan del R o cuyas obras se iniciaron el 26 de marzo de 1728 Se levantaron nuevamente las paredes se enras la iglesia y se construy la torre Para techarla se pusieron vigas de pino ayacahuite cortadas en la luna de octubre para que de esa manera duraran muchos a os que se llevaron de la sierra de la Silla Se labr tambi n una sencilla portada y la torre con canter a as como la escalera del coro Por ltimo el carpintero Hilario fabric un colateral Las obras se terminaron el 2 de agosto de 1730 con un costo de 432 00 pesos y dos tomines mismos que fueron aportados por los cofrades de la hermandad y del comerciante Vicente de Labastida y Aranciel cuyo nombre puede leerse todav a en la base de la torre 22 Las paredes interiores de los templos estaban blanqueadas con un compuesto de cal sal y baba de nopal para darle durabilidad En la parte de abajo se pon a un guardapolvo a base de almagre que le daba tonalidades Santuario de Nuestra Se ora de los Remedios en San Juan del R o 28 21 AGN Californias Expediente de entrega de las misiones jesuitas al obispado de Durango 1753 22 Archivo de la Parroquia de San Juan del R o libro de la cofrad a de Nuestra Se ora de los Remedios fol 4v 29

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construir c pulas Estas ventanas ser an contempor neas a las que George Kubler ha manejado como de influencia franciscana en Nuevo M xico 23 rojizas y algunas veces tambi n se pintaba con ceniza que proporcionaba tonos negruzcos o grises Arriba del guardapolvo se pod an pintar cenefas con alg n motivo vegetal Las ventanas eran peque as y con barrotes de madera ya que los templos serv an de refugio a espa oles africanos esclavos e indios amigos en caso de una rebeli n de los indios resistentes al dominio de los espa oles Un ejemplo de estas iglesias l gubres es el templo de Santa Mar a de Ocot n en el que las candelas como nica fuente de luz le dan un car cter m stico al lugar Los pisos eran de enladrillado y en algunos lugares s lo de tierra Aunque no se conservan rastros de pintura mural es posible que la hayan tenido como los restos del v a crucis encontrado en la iglesia de Jes s Nazareno de Nombre de Dios detr s del cuadro de nimas Las puertas mayores y las de los costados contaban con fuertes cerrojos y aldabones de hierro En algunas iglesias como la de la Natividad de Nombre de Dios conservan las ventanas claristoriales que corren longitudinalmente sobre la azotea del presbiterio que est un poco m s alta que la del cuerpo de la iglesia Su funci n era permitir la entrada directa de luz de la ma ana sobre el altar recurso barroco de iluminaci n en los lugares donde no se pod an 30 Vista a rea del templo de Jes s Nazareno en Nombre de Dios P gina opuesta arriba iglesia de San Francisco de Ocot n tras la celebraci n de un xiotalh 1999 Fotograf a Antonio Reyes En medio iglesia de San Francisco de Ocot n durante su restauraci n 2010 Fotograf a Antonio Reyes Abajo iglesia de Santiago Teneraca Mezquital Dgo 2004 Fotograf a Antonio Reyes Los techos de las iglesias jesuitas situadas en la provincia tepehuana eran igual que las dem s del altiplano de terrado con viguer a y canes No se alude en los inventarios a vigas pintadas como todav a se encuentran en Santa Mar a de Cuevas en la Tarahumara Baja En algunos templos de visita del semidesierto los techos se hac an con materiales propios de la regi n como carrizos u ocotillos sostenidos por morillos y latillas como se encontraban hasta hace poco tiempo en la iglesia vieja de San Pedro Ocuila Sobre las tabletas se colocaba una capa de tierra de barrial y sobre sta otra capa de mezcla u hormig n a su vez cubierta con una delgada capa de jab n de teja derretido y alumbre que hac a al techo pr cticamente impermeable En la regi n serrana las techumbres eran de dos aguas y las cubiertas de zacate como se encontraban tambi n en el faldeo serrano del rea de Chiametla El obispo Esteban de Trist n hizo alusi n a las iglesias pajizas de la regi n del Mezquital y Pueblo Nuevo hacia 1794 24 de las que se conserva afortunadamente la de San Francisco de Ocot n ya que la de Santa Mar a de Ocot n 23 Kubler George The Religious Architecture of New M xico In The Colonial Period and Since the American Occupation 1940 4 Ed Alburquerque University of New M xico 1972 p 66 24 Carta del obispo Esteban de Trist n al rey 17 de noviembre de 1794 Transcrita por Carlos Hern ndez Durango Gr fico 1903 pp 168 173 31

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construir c pulas Estas ventanas ser an contempor neas a las que George Kubler ha manejado como de influencia franciscana en Nuevo M xico 23 rojizas y algunas veces tambi n se pintaba con ceniza que proporcionaba tonos negruzcos o grises Arriba del guardapolvo se pod an pintar cenefas con alg n motivo vegetal Las ventanas eran peque as y con barrotes de madera ya que los templos serv an de refugio a espa oles africanos esclavos e indios amigos en caso de una rebeli n de los indios resistentes al dominio de los espa oles Un ejemplo de estas iglesias l gubres es el templo de Santa Mar a de Ocot n en el que las candelas como nica fuente de luz le dan un car cter m stico al lugar Los pisos eran de enladrillado y en algunos lugares s lo de tierra Aunque no se conservan rastros de pintura mural es posible que la hayan tenido como los restos del v a crucis encontrado en la iglesia de Jes s Nazareno de Nombre de Dios detr s del cuadro de nimas Las puertas mayores y las de los costados contaban con fuertes cerrojos y aldabones de hierro En algunas iglesias como la de la Natividad de Nombre de Dios conservan las ventanas claristoriales que corren longitudinalmente sobre la azotea del presbiterio que est un poco m s alta que la del cuerpo de la iglesia Su funci n era permitir la entrada directa de luz de la ma ana sobre el altar recurso barroco de iluminaci n en los lugares donde no se pod an 30 Vista a rea del templo de Jes s Nazareno en Nombre de Dios P gina opuesta arriba iglesia de San Francisco de Ocot n tras la celebraci n de un xiotalh 1999 Fotograf a Antonio Reyes En medio iglesia de San Francisco de Ocot n durante su restauraci n 2010 Fotograf a Antonio Reyes Abajo iglesia de Santiago Teneraca Mezquital Dgo 2004 Fotograf a Antonio Reyes Los techos de las iglesias jesuitas situadas en la provincia tepehuana eran igual que las dem s del altiplano de terrado con viguer a y canes No se alude en los inventarios a vigas pintadas como todav a se encuentran en Santa Mar a de Cuevas en la Tarahumara Baja En algunos templos de visita del semidesierto los techos se hac an con materiales propios de la regi n como carrizos u ocotillos sostenidos por morillos y latillas como se encontraban hasta hace poco tiempo en la iglesia vieja de San Pedro Ocuila Sobre las tabletas se colocaba una capa de tierra de barrial y sobre sta otra capa de mezcla u hormig n a su vez cubierta con una delgada capa de jab n de teja derretido y alumbre que hac a al techo pr cticamente impermeable En la regi n serrana las techumbres eran de dos aguas y las cubiertas de zacate como se encontraban tambi n en el faldeo serrano del rea de Chiametla El obispo Esteban de Trist n hizo alusi n a las iglesias pajizas de la regi n del Mezquital y Pueblo Nuevo hacia 1794 24 de las que se conserva afortunadamente la de San Francisco de Ocot n ya que la de Santa Mar a de Ocot n 23 Kubler George The Religious Architecture of New M xico In The Colonial Period and Since the American Occupation 1940 4 Ed Alburquerque University of New M xico 1972 p 66 24 Carta del obispo Esteban de Trist n al rey 17 de noviembre de 1794 Transcrita por Carlos Hern ndez Durango Gr fico 1903 pp 168 173 31

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tiene l minas de zinc Otro tipo de techos en las regiones serranas eran los de tejamanil de madera como en la iglesia del mineral de San Pedro Guanacev No se mencionan todav a en los inventarios las techumbres sobre un caballete formado por vigas grandes de pino moras o brasiles que se cubren con tejas de barro caracter sticas del actual paisaje arquitect nico de Valle de Topia Canelas y Si nori as como de otros poblados cercanos a Sinaloa Algunas veces aparecen en los inventarios las torres de uno o dos cuerpos como la que ten a el convento franciscano de Nombre de Dios Abundaban las espada as sobre todo en los lugares con menores recursos Es interesante la soluci n que se emple para las actuales torres de la regi n del Mezquital de construir un campanario cuadrado exento parecido a un torre n defensivo Puede ser una adaptaci n decimon nica de las torres de la parroquia del Mezquital o de las de San Juan Peyot n Tanto las torres como las espada as ten an campanas y esquilas de diversos tama os para el gobierno de la poblaci n En las torres hab a tambi n cruces y veletas de hierro sobre las medias naranjas La caracter stica principal de las portadas misionales de la regi n era su sencillez ya que los vanos de las entradas apenas se estaban labrando a la entrega de las misiones en 1753 En Santa Cruz de Tepehuanes solamente escalona la pared hacia los lados para darle un aspecto triangular al conjunto Muchas de las portadas se compon an simplemente de un dintel de piedra con alg n labrado en especial la piedra angular y por una ventana coral Algunos templos ten an capillas anexas donde se veneraba una imagen en particular y a los lados del presbiterio se desplantaba la sacrist a que consist a en una peque a pieza En las cabeceras misionales los religiosos administraban el bautismo por lo que hab a un lugar exprofeso generalmente en el espacio del cubo de la torre Contaban generalmente con un cuadro de Juan el Bautista una pila de piedra tapada con una concha de metal o madera para cubrir el agua que se usaba en el rito En la pared estaba una alacena donde se guardaban los santos leos Cruz al exterior de la capilla de Canelas Arriba templo en Canelas P gina opuesta vista exterior de la capilla de la Inmaculada Concepci n de Canelas P gs 32 y 33 paisaje arquitect nico de Canelas en el que se aprecian los techos cubiertos de tejas de barro 34 En el cuerpo de la iglesia estaba el coro inmediatamente tras la puerta de la entrada Consist a en una tarima de madera sobre un arco de canter a o una gualdra de madera y ten a una balaustrada torneada del mismo material El coro era un lugar bien iluminado gracias a la ventana por lo que se pod an leer all las partituras en cambio el sotocoro era un lugar poco iluminado aprovechado para colocar el altar de nimas En el cuerpo de la iglesia se encontraban tambi n las pilas de agua bendita y los p lpitos con tornavoz desde donde los sacerdotes predicaban los sermones No hab a 35

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tiene l minas de zinc Otro tipo de techos en las regiones serranas eran los de tejamanil de madera como en la iglesia del mineral de San Pedro Guanacev No se mencionan todav a en los inventarios las techumbres sobre un caballete formado por vigas grandes de pino moras o brasiles que se cubren con tejas de barro caracter sticas del actual paisaje arquitect nico de Valle de Topia Canelas y Si nori as como de otros poblados cercanos a Sinaloa Algunas veces aparecen en los inventarios las torres de uno o dos cuerpos como la que ten a el convento franciscano de Nombre de Dios Abundaban las espada as sobre todo en los lugares con menores recursos Es interesante la soluci n que se emple para las actuales torres de la regi n del Mezquital de construir un campanario cuadrado exento parecido a un torre n defensivo Puede ser una adaptaci n decimon nica de las torres de la parroquia del Mezquital o de las de San Juan Peyot n Tanto las torres como las espada as ten an campanas y esquilas de diversos tama os para el gobierno de la poblaci n En las torres hab a tambi n cruces y veletas de hierro sobre las medias naranjas La caracter stica principal de las portadas misionales de la regi n era su sencillez ya que los vanos de las entradas apenas se estaban labrando a la entrega de las misiones en 1753 En Santa Cruz de Tepehuanes solamente escalona la pared hacia los lados para darle un aspecto triangular al conjunto Muchas de las portadas se compon an simplemente de un dintel de piedra con alg n labrado en especial la piedra angular y por una ventana coral Algunos templos ten an capillas anexas donde se veneraba una imagen en particular y a los lados del presbiterio se desplantaba la sacrist a que consist a en una peque a pieza En las cabeceras misionales los religiosos administraban el bautismo por lo que hab a un lugar exprofeso generalmente en el espacio del cubo de la torre Contaban generalmente con un cuadro de Juan el Bautista una pila de piedra tapada con una concha de metal o madera para cubrir el agua que se usaba en el rito En la pared estaba una alacena donde se guardaban los santos leos Cruz al exterior de la capilla de Canelas Arriba templo en Canelas P gina opuesta vista exterior de la capilla de la Inmaculada Concepci n de Canelas P gs 32 y 33 paisaje arquitect nico de Canelas en el que se aprecian los techos cubiertos de tejas de barro 34 En el cuerpo de la iglesia estaba el coro inmediatamente tras la puerta de la entrada Consist a en una tarima de madera sobre un arco de canter a o una gualdra de madera y ten a una balaustrada torneada del mismo material El coro era un lugar bien iluminado gracias a la ventana por lo que se pod an leer all las partituras en cambio el sotocoro era un lugar poco iluminado aprovechado para colocar el altar de nimas En el cuerpo de la iglesia se encontraban tambi n las pilas de agua bendita y los p lpitos con tornavoz desde donde los sacerdotes predicaban los sermones No hab a 35

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m s bancas que las de las autoridades y las personas ten an que llevar peque os bancos de sus casas si quer an sentarse Los hombres y las mujeres se acomodaban de una forma separada del lado del evangelio izquierda los varones del lado de la ep stola derecho las mujeres seg n estipulaban los lineamientos tridentinos emitidos por san Carlos Borromeo A diferencia del centro del virreinato donde se construyeron grandes conventos para albergar a los religiosos al Norte esto no fue posible debido a la ausencia de poblaciones numerosas Todav a se pueden apreciar los peque os conventos franciscanos de San Juan del R o Pur sima Concepci n de Cuencam o San Francisco del Mezquital que solamente contaban con dos o tres celdas para los frailes Es posible decir lo mismo para los espacios jesuitas En las misiones tambi n hubo dificultad para construir retablos de madera por la falta de maestros y oficiales por lo que cuando los tuvieron fueron llevados de la ciudad de M xico o se habilitaban pinturas grandes para suplirlos como era el caso del cuadro de santa Catarina con marco dorado que se encontraba en la misi n de Tepehuanes todav a en 1767 En los lugares m s pobres y alejados los altares estaban formados solamente por un t mulo de adobes y piedras acomodados en forma piramidal con cuatro o cinco niveles y escalones sobre los cuales se colocaban las figuras de los santos o el tabern culo Todav a es posible encontrar este tipo de altares en la sierra colindante con Sinaloa y en la regi n tepehuana cuerpo entero algunas pintadas por maestros reconocidos del centro del cabeceras misionales m s importantes Esto se debi a la presencia de virreinato En los lugares m s pobres hab a en cambio estampas de papel mente ligados a la construcci n de la catedral En los inventarios de 1753 aparece que en la iglesia de Santiago Papasquiaro hab a cinco colaterales El retablo mayor estaba a la moda con aseados dibujos sin dorar adornado de varias pinturas es decir era un retablo con columnas est pites como se estaban fabricando en ese momento en la iglesia principal de la di cesis 36 ciudad de M xico Entre los lienzos estaban figuras de medio cuerpo o de Hacia mediados del siglo XVIII se comenzaron a construir retablos en las maestros carpinteros y ensambladores de la regi n de Durango especial Capilla de San Jos Chacala Tamazula con su altar piramidal de adobe Fotograf a Daniel Quezada Arriba templos en Santa Cruz de Tepehuanes caracter sticos por el escalonamiento de sus paredes frontales P gina opuesta arriba vista interior de la iglesia de Santiago Papasquiaro P gina opuesta abajo detalle de la decoraci n del mismo templo Desde el principio se llevaron pinturas y esculturas principalmente de la Respecto a las esculturas hab a im genes de madera tallada ya fuera pintadas estofadas o las m s pobres de vestir A estas ltimas se les pon an vestimentas de telas finas y colores encendidos como capichola floreada raso labrado o pequ n galoneado y aforrado No hay noticia de que los santos que estaban en la regi n tepehuana estuvieran vestidos con la indumentaria tradicional de los o dam como se Los misioneros se preocuparon por dotar las iglesias de numerosas figuras encuentran actualmente de Cristo de la virgen y de los santos como intercesores y modelos de vida El ciclo lit rgico cr stico presenta los dos momentos principales en que se siguiendo los lineamientos del Concilio de Trento para que las produccio centran los misterios cristianos El primero se inicia con el adviento en el mes nes figurativas coadyuvaran en la evangelizaci n de sociedades en las que de noviembre en el que las posadas y los nacimientos representaban las tra muy pocos de sus miembros estaban alfabetizados diciones familiares En este tiempo la figura del Ni o Dios se convert a en el principal objeto de veneraci n y en la Nochebuena la madrina lo acostaba 37

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m s bancas que las de las autoridades y las personas ten an que llevar peque os bancos de sus casas si quer an sentarse Los hombres y las mujeres se acomodaban de una forma separada del lado del evangelio izquierda los varones del lado de la ep stola derecho las mujeres seg n estipulaban los lineamientos tridentinos emitidos por san Carlos Borromeo A diferencia del centro del virreinato donde se construyeron grandes conventos para albergar a los religiosos al Norte esto no fue posible debido a la ausencia de poblaciones numerosas Todav a se pueden apreciar los peque os conventos franciscanos de San Juan del R o Pur sima Concepci n de Cuencam o San Francisco del Mezquital que solamente contaban con dos o tres celdas para los frailes Es posible decir lo mismo para los espacios jesuitas En las misiones tambi n hubo dificultad para construir retablos de madera por la falta de maestros y oficiales por lo que cuando los tuvieron fueron llevados de la ciudad de M xico o se habilitaban pinturas grandes para suplirlos como era el caso del cuadro de santa Catarina con marco dorado que se encontraba en la misi n de Tepehuanes todav a en 1767 En los lugares m s pobres y alejados los altares estaban formados solamente por un t mulo de adobes y piedras acomodados en forma piramidal con cuatro o cinco niveles y escalones sobre los cuales se colocaban las figuras de los santos o el tabern culo Todav a es posible encontrar este tipo de altares en la sierra colindante con Sinaloa y en la regi n tepehuana cuerpo entero algunas pintadas por maestros reconocidos del centro del cabeceras misionales m s importantes Esto se debi a la presencia de virreinato En los lugares m s pobres hab a en cambio estampas de papel mente ligados a la construcci n de la catedral En los inventarios de 1753 aparece que en la iglesia de Santiago Papasquiaro hab a cinco colaterales El retablo mayor estaba a la moda con aseados dibujos sin dorar adornado de varias pinturas es decir era un retablo con columnas est pites como se estaban fabricando en ese momento en la iglesia principal de la di cesis 36 ciudad de M xico Entre los lienzos estaban figuras de medio cuerpo o de Hacia mediados del siglo XVIII se comenzaron a construir retablos en las maestros carpinteros y ensambladores de la regi n de Durango especial Capilla de San Jos Chacala Tamazula con su altar piramidal de adobe Fotograf a Daniel Quezada Arriba templos en Santa Cruz de Tepehuanes caracter sticos por el escalonamiento de sus paredes frontales P gina opuesta arriba vista interior de la iglesia de Santiago Papasquiaro P gina opuesta abajo detalle de la decoraci n del mismo templo Desde el principio se llevaron pinturas y esculturas principalmente de la Respecto a las esculturas hab a im genes de madera tallada ya fuera pintadas estofadas o las m s pobres de vestir A estas ltimas se les pon an vestimentas de telas finas y colores encendidos como capichola floreada raso labrado o pequ n galoneado y aforrado No hay noticia de que los santos que estaban en la regi n tepehuana estuvieran vestidos con la indumentaria tradicional de los o dam como se Los misioneros se preocuparon por dotar las iglesias de numerosas figuras encuentran actualmente de Cristo de la virgen y de los santos como intercesores y modelos de vida El ciclo lit rgico cr stico presenta los dos momentos principales en que se siguiendo los lineamientos del Concilio de Trento para que las produccio centran los misterios cristianos El primero se inicia con el adviento en el mes nes figurativas coadyuvaran en la evangelizaci n de sociedades en las que de noviembre en el que las posadas y los nacimientos representaban las tra muy pocos de sus miembros estaban alfabetizados diciones familiares En este tiempo la figura del Ni o Dios se convert a en el principal objeto de veneraci n y en la Nochebuena la madrina lo acostaba 37

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en el pesebre del nacimiento El d a primero del a o se celebraba la Circuncisi n el 6 de enero la adoraci n de los Reyes y en la fiesta de la Candelaria el 2 de febrero el Divino Ni o era levantado y vestido con sus mejores ropas en una ceremonia familiar en la que los compadres asignados para ese d a o quienes ya en fechas m s recientes sacaban el mono de la rosca de Reyes pagaban el atole los bu uelos y los tamales que se ofrec an a los invitados El segundo tiempo cr stico comenzaba el Mi rcoles de Ceniza con la imposici n de la ceniza para recordar nuestro retorno al polvo y continuaba durante la cuaresma en la que se hac a ayuno y abstinencia de carnes El d a anterior martes de carnaval o carnestolendas hab a corrido la diversi n en los poblados y se organizaban mascaradas en las que se danzaba y hab a regocijo para luego entrar en una etapa de recogimiento La Semana Santa en que se conmemoraba la Pasi n Muerte y Resurrecci n del Salvador se consideraba un tiempo en el que el orden del mundo era trastocado por la muerte del Redentor para ser restablecido con la Resurrecci n del domingo de Pascua La primera parte de estas conmemoraciones correspond a a la Pasi n de Cristo que era personificada con las figuras de Jes s Nazareno vestido con su t nica morada y corona de espinas Para el Prendimiento del mi rcoles se le pon a la soga con que fue jalado y se le ataban las manos Cuando cargaba la cruz era ayudado por Sim n Cirineo Otras im genes pasionarias eran las de Jes s atado a la columna y las del Ecce Homo con su t nica manto p rpura cetro y corona de espinas Esta representaci n fue conocida tambi n como Se or de la Ca ita o de la Humildad y la Paciencia Los Jueves Santos coincidentes con el plenilunio y d a en que seg n la tradici n se abr an las relaciones 25 se conmemoraba la instituci n de la Eucarist a Durante los oficios vespertinos se hac a el Lavatorio de los Pies a los pobres y se descubr a el altar del Monumento donde se depositaba con gran pompa el Sant simo Sacramento Durante estas ceremonias las campanas enmudec an y en su lugar sonaban las matracas y carracas 26 mientras que las im genes eran cubiertas con pa os morados Despu s de terminar los oficios los miembros de las familias visitaban las Siete Casas es decir diferentes templos para admirar los altares del monumento cubiertos de flores que compet an unos con los otros en los diferentes templos Ese mismo d a se rezaba el v a crucis que tambi n pod a serlo la ma ana del viernes antes de las 12 00 horas Para las ceremonias de los Viernes Santos estaban las figuras de Cristo Crucificado que eran besadas respetuosamente por los fieles y las del Santo Entierro que el resto del a o eran guardadas en unas urnas muchas de ellas con elementos barrocos Despu s de las 3 00 de la tarde hora de la misericordia se guardaba riguroso luto despu s de los oficios de la tarde se pronunciaba el serm n de las Siete Palabras y se realizaba el rosario de p same a la virgen Durante varios d as de esa semana se realizaban procesiones o pasos con las figuras sagradas en los que se entonaban los lastimeros cantos de pasi n y se representaban coloquios alusivos a los misterios sagrados Durante las procesiones los penitentes hac an disciplinas de sangre azot ndose las espaldas con sogas o silicios y arrastrando cadenas Una de estas primeras representaciones fue la que se llev a cabo en el real de San Andr s de la Sierra la Semana Santa de 1600 que se celebr a instancias del jesuita Hernando de Santar n Para presenciar la procesi n de sangre que representaron los espa oles y mulatos que trabajaban las minas bajaron numerosos acaxes de las monta as muchos de ellos con hachones de tea encendidos 27 25 Es una forma coloquial que se usaba para indicar que ese d a era posible encontrar tesoros ocultos tal vez como una alegor a de la Eucarist a 26 Las carracas eran unas tablas de madera a las que se adher an jaladeras y otros objetos de hierro que se agitaban para producir sonidos 27 P rez de Ribas 1647 1992 p 478 38 Los templos de San Dimas y San Andr s de la Sierra p gs 40 y 41 se encuentran en plena sierra de Durango 39

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en el pesebre del nacimiento El d a primero del a o se celebraba la Circuncisi n el 6 de enero la adoraci n de los Reyes y en la fiesta de la Candelaria el 2 de febrero el Divino Ni o era levantado y vestido con sus mejores ropas en una ceremonia familiar en la que los compadres asignados para ese d a o quienes ya en fechas m s recientes sacaban el mono de la rosca de Reyes pagaban el atole los bu uelos y los tamales que se ofrec an a los invitados El segundo tiempo cr stico comenzaba el Mi rcoles de Ceniza con la imposici n de la ceniza para recordar nuestro retorno al polvo y continuaba durante la cuaresma en la que se hac a ayuno y abstinencia de carnes El d a anterior martes de carnaval o carnestolendas hab a corrido la diversi n en los poblados y se organizaban mascaradas en las que se danzaba y hab a regocijo para luego entrar en una etapa de recogimiento La Semana Santa en que se conmemoraba la Pasi n Muerte y Resurrecci n del Salvador se consideraba un tiempo en el que el orden del mundo era trastocado por la muerte del Redentor para ser restablecido con la Resurrecci n del domingo de Pascua La primera parte de estas conmemoraciones correspond a a la Pasi n de Cristo que era personificada con las figuras de Jes s Nazareno vestido con su t nica morada y corona de espinas Para el Prendimiento del mi rcoles se le pon a la soga con que fue jalado y se le ataban las manos Cuando cargaba la cruz era ayudado por Sim n Cirineo Otras im genes pasionarias eran las de Jes s atado a la columna y las del Ecce Homo con su t nica manto p rpura cetro y corona de espinas Esta representaci n fue conocida tambi n como Se or de la Ca ita o de la Humildad y la Paciencia Los Jueves Santos coincidentes con el plenilunio y d a en que seg n la tradici n se abr an las relaciones 25 se conmemoraba la instituci n de la Eucarist a Durante los oficios vespertinos se hac a el Lavatorio de los Pies a los pobres y se descubr a el altar del Monumento donde se depositaba con gran pompa el Sant simo Sacramento Durante estas ceremonias las campanas enmudec an y en su lugar sonaban las matracas y carracas 26 mientras que las im genes eran cubiertas con pa os morados Despu s de terminar los oficios los miembros de las familias visitaban las Siete Casas es decir diferentes templos para admirar los altares del monumento cubiertos de flores que compet an unos con los otros en los diferentes templos Ese mismo d a se rezaba el v a crucis que tambi n pod a serlo la ma ana del viernes antes de las 12 00 horas Para las ceremonias de los Viernes Santos estaban las figuras de Cristo Crucificado que eran besadas respetuosamente por los fieles y las del Santo Entierro que el resto del a o eran guardadas en unas urnas muchas de ellas con elementos barrocos Despu s de las 3 00 de la tarde hora de la misericordia se guardaba riguroso luto despu s de los oficios de la tarde se pronunciaba el serm n de las Siete Palabras y se realizaba el rosario de p same a la virgen Durante varios d as de esa semana se realizaban procesiones o pasos con las figuras sagradas en los que se entonaban los lastimeros cantos de pasi n y se representaban coloquios alusivos a los misterios sagrados Durante las procesiones los penitentes hac an disciplinas de sangre azot ndose las espaldas con sogas o silicios y arrastrando cadenas Una de estas primeras representaciones fue la que se llev a cabo en el real de San Andr s de la Sierra la Semana Santa de 1600 que se celebr a instancias del jesuita Hernando de Santar n Para presenciar la procesi n de sangre que representaron los espa oles y mulatos que trabajaban las minas bajaron numerosos acaxes de las monta as muchos de ellos con hachones de tea encendidos 27 25 Es una forma coloquial que se usaba para indicar que ese d a era posible encontrar tesoros ocultos tal vez como una alegor a de la Eucarist a 26 Las carracas eran unas tablas de madera a las que se adher an jaladeras y otros objetos de hierro que se agitaban para producir sonidos 27 P rez de Ribas 1647 1992 p 478 38 Los templos de San Dimas y San Andr s de la Sierra p gs 40 y 41 se encuentran en plena sierra de Durango 39

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Mientras tanto en los poblados indios del sur del estado se realiza todav a la Judea en la que los j venes embijados corren y danzan fren ticamente durante varios d as para representar una lucha c smica relacionada con el pr ximo ciclo agr cola el rompimiento del orden cosmog nico y su restablecimiento al final con la Resurrecci n de Cristo como una nuevo inicio de la vida con las pr ximas lluvias El S bado Santo o de Gloria era m s calmado por lo que era aprovechado por la plebe para confeccionar al Judas un mono de trapos que era quemado o tronado la ma ana del domingo Adem s ese d a era utilizado para tomar un ba o generalizado ya que no estaba permitido tomarlo durante la Semana Mayor En los oficios de la vigilia pascual durante la noche del s bado en los que se encend a el fuego nuevo y volv an a repicar las campanas se abr a la gloria es decir anunciaban la resurrecci n Figura de Cristo en el templo de Jes s Nazareno P gina opuesta v a crucis en Jueves Santo Santa Mar a de Ocot n Mezquital Dgo 1999 Fotograf a Antonio Reyes La figura de Cristo fue presentada siempre con facciones angulosas nariz aguile a y barba partida correspondiente al rostro de un espa ol En los crucificados ya fueran agonizantes o muertos la cabeza se encontraba inclinada hacia el lado derecho y en el p mulo se pintaba el cl sico moret n conocido como el beso de Judas y que seg n Moyss n es caracter stico de los cristos novohispanos Los ojos fueron pintados en las im genes del siglo XVI y se les pusieron de canicas en las centurias subsecuentes 28 Algunos cristos portan largas cabelleras con pelo natural que diferencian su factura de los sevillanos que las tienen talladas En general a medida que se desarroll el sentimiento barroco las im genes del Salvador fueron pintadas cada vez m s sangrientas y pat ticas ya que algunas veces exhib an los torsos completamente descarnados para conmover a los fieles y lograr su conversi n Esta abundancia de sangre fue pintada de diversas formas por lo que es posible tratar de identificar los talleres de los que proceden las im genes Tambi n son notorios los hilos de sangre que manan del costado sagrado y corren hacia el cendal o pa o de pureza para resurgir en las piernas como promesa de vida una forma de representaci n renacentista 29 Otros crucificados fueron puestos sobre cruces elaboradas como troncos verdes que representan el rbol de la vida otro signo contrario a la muerte Sin embargo fueron menos comunes las im genes de la Resurrecci n de las que se conserva solamente una en el templo de Jes s Nazareno 28 Moyss n Javier M xico Angustia de sus cristos M xico Instituto Nacional de Antropolog a e Historia 1967 p XVII 29 Stainberg Leo La sexualidad de Cristo en el arte del Renacimiento y en el olvido moderno Madrid Hermann Blume 1989 42 Cada orden religiosa promovi una serie de advocaciones marianas De esa manera los franciscanos fueron eminentemente concepcionistas aunque tambi n difundieron las de Candelaria Natividad y de los Remedios Por su parte los jesuitas se centraron en las im genes del P pulo Loreto de la Luz y Refugio La imagen de la Guadalupana alcanz gran veneraci n en Nueva Espa a despu s de la epidemia de 1738 siendo promovida tambi n por el clero secular y alcanz su mayor auge con la declaraci n del papa Benedicto IX en 1753 sobre el Non fecit taliter omni nationi Probablemente desde entonces se escuchan a lo lejos por las noches los tambores de los matachines que preparan las danzas de conquista que ejecutar n los 12 de diciembre en honor a la patrona de M xico Por otra parte las im genes de los Dolores y la Soledad tambi n alcanzaron popularidad en esa centuria y se recurr a especialmente a ellas el Viernes de Dolores anterior a la Semana Santa y durante los Viernes Santos en que se les daba el p same por la muerte de su hijo Los santos m s reconocidos en estas regiones eran los que estaban relacionados con la familia biol gica de Jes s como eran Joaqu n y Ana los abuelos sagrados el patriarca Jos patrono de la Nueva Espa a y el primo Juan Bautista quien lo bautiz Tambi n eran muy comunes los primeros m rtires del cristianismo sobre cuyas reliquias se realizaban los ritos cat licos especialmente la misa Estos santos fueron tomados como patronos de muchas poblaciones y proclamados como defensores de sus habitantes frente a los desastres clim ticos y las vicisitudes de tipo social Las rdenes religiosas tambi n promovieron a sus respectivos santos y reformadores como fueron Francisco de As s Antonio de Padua Buenaventura Diego de Alcal Pedro Alc ntara o Francisco de Paula mientras que los miembros de la Compa a prefer an a Ignacio de Loyola Francisco Javier o Luis Gonzaga Los jesuitas tambi n introdujeron las causas de santificaci n de los jesuitas muertos durante la rebeli n tepehuana de 1616 y mandaron pintar sus efigies para los templos en que fueron sacrificados Resalta entre ellos el del padre Hernando de Santar n firmado por Miguel Cabrera 43

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Mientras tanto en los poblados indios del sur del estado se realiza todav a la Judea en la que los j venes embijados corren y danzan fren ticamente durante varios d as para representar una lucha c smica relacionada con el pr ximo ciclo agr cola el rompimiento del orden cosmog nico y su restablecimiento al final con la Resurrecci n de Cristo como una nuevo inicio de la vida con las pr ximas lluvias El S bado Santo o de Gloria era m s calmado por lo que era aprovechado por la plebe para confeccionar al Judas un mono de trapos que era quemado o tronado la ma ana del domingo Adem s ese d a era utilizado para tomar un ba o generalizado ya que no estaba permitido tomarlo durante la Semana Mayor En los oficios de la vigilia pascual durante la noche del s bado en los que se encend a el fuego nuevo y volv an a repicar las campanas se abr a la gloria es decir anunciaban la resurrecci n Figura de Cristo en el templo de Jes s Nazareno P gina opuesta v a crucis en Jueves Santo Santa Mar a de Ocot n Mezquital Dgo 1999 Fotograf a Antonio Reyes La figura de Cristo fue presentada siempre con facciones angulosas nariz aguile a y barba partida correspondiente al rostro de un espa ol En los crucificados ya fueran agonizantes o muertos la cabeza se encontraba inclinada hacia el lado derecho y en el p mulo se pintaba el cl sico moret n conocido como el beso de Judas y que seg n Moyss n es caracter stico de los cristos novohispanos Los ojos fueron pintados en las im genes del siglo XVI y se les pusieron de canicas en las centurias subsecuentes 28 Algunos cristos portan largas cabelleras con pelo natural que diferencian su factura de los sevillanos que las tienen talladas En general a medida que se desarroll el sentimiento barroco las im genes del Salvador fueron pintadas cada vez m s sangrientas y pat ticas ya que algunas veces exhib an los torsos completamente descarnados para conmover a los fieles y lograr su conversi n Esta abundancia de sangre fue pintada de diversas formas por lo que es posible tratar de identificar los talleres de los que proceden las im genes Tambi n son notorios los hilos de sangre que manan del costado sagrado y corren hacia el cendal o pa o de pureza para resurgir en las piernas como promesa de vida una forma de representaci n renacentista 29 Otros crucificados fueron puestos sobre cruces elaboradas como troncos verdes que representan el rbol de la vida otro signo contrario a la muerte Sin embargo fueron menos comunes las im genes de la Resurrecci n de las que se conserva solamente una en el templo de Jes s Nazareno 28 Moyss n Javier M xico Angustia de sus cristos M xico Instituto Nacional de Antropolog a e Historia 1967 p XVII 29 Stainberg Leo La sexualidad de Cristo en el arte del Renacimiento y en el olvido moderno Madrid Hermann Blume 1989 42 Cada orden religiosa promovi una serie de advocaciones marianas De esa manera los franciscanos fueron eminentemente concepcionistas aunque tambi n difundieron las de Candelaria Natividad y de los Remedios Por su parte los jesuitas se centraron en las im genes del P pulo Loreto de la Luz y Refugio La imagen de la Guadalupana alcanz gran veneraci n en Nueva Espa a despu s de la epidemia de 1738 siendo promovida tambi n por el clero secular y alcanz su mayor auge con la declaraci n del papa Benedicto IX en 1753 sobre el Non fecit taliter omni nationi Probablemente desde entonces se escuchan a lo lejos por las noches los tambores de los matachines que preparan las danzas de conquista que ejecutar n los 12 de diciembre en honor a la patrona de M xico Por otra parte las im genes de los Dolores y la Soledad tambi n alcanzaron popularidad en esa centuria y se recurr a especialmente a ellas el Viernes de Dolores anterior a la Semana Santa y durante los Viernes Santos en que se les daba el p same por la muerte de su hijo Los santos m s reconocidos en estas regiones eran los que estaban relacionados con la familia biol gica de Jes s como eran Joaqu n y Ana los abuelos sagrados el patriarca Jos patrono de la Nueva Espa a y el primo Juan Bautista quien lo bautiz Tambi n eran muy comunes los primeros m rtires del cristianismo sobre cuyas reliquias se realizaban los ritos cat licos especialmente la misa Estos santos fueron tomados como patronos de muchas poblaciones y proclamados como defensores de sus habitantes frente a los desastres clim ticos y las vicisitudes de tipo social Las rdenes religiosas tambi n promovieron a sus respectivos santos y reformadores como fueron Francisco de As s Antonio de Padua Buenaventura Diego de Alcal Pedro Alc ntara o Francisco de Paula mientras que los miembros de la Compa a prefer an a Ignacio de Loyola Francisco Javier o Luis Gonzaga Los jesuitas tambi n introdujeron las causas de santificaci n de los jesuitas muertos durante la rebeli n tepehuana de 1616 y mandaron pintar sus efigies para los templos en que fueron sacrificados Resalta entre ellos el del padre Hernando de Santar n firmado por Miguel Cabrera 43

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Cada grupo socio tnico que formaba la sociedad novohispana tambi n recurr a a la protecci n de los santos los criollos a Rosa de Lima y al beato Felipe de Jes s los mulatos a Efigenia una princesa et ope o a Benito de Palermo quien muri envenenado y su rostro se torn negro Por su parte los indios recurr an al ap stol Santiago Matamoros o a san Miguel capit n de las milicias celestiales en un intento para retomar unas de las im genes principales de los dominadores Sobre las im genes del caballero Santiago se contaban numerosos relatos en los poblados indios como que por las noches sal a a pasear y en las ma anas ten a las botas enlodadas En su fiesta se hac an jaripeos coladuras o juegos de sortija y gallo enterrado donde los jinetes demostraban sus habilidades Detalle del cuadro de nimas del Purgatorio p gs 46 y 47 San Francisco del Malpa s P gina opuesta pintura de Hernando de Santar n que se encuentra en la parroquia de Santiago Ap stol La devoci n a las nimas del Purgatorio fue tambi n muy com n en la Nueva Espa a Se representaban im genes marianas especialmente la virgen del Carmen o santos sacando del tormento de las llamas a quienes se encomendaban a su protecci n no importaba que fueran papas reyes obispos o simples mortales consumidos en el suplicio del fuego por sus culpas Seg n la tradici n cat lica la virgen sacaba del purgatorio a las nimas los s bados por lo que los fieles portaban los escapularios que los distinguir an ante los ojos de la virgen Ese d a se acostumbraba rezar la Salve Regina adem s de jaculatorias para encomendar a las personas recientemente fallecidas Los cuadros de nimas eran generalmente de gran formato y se colocaban en el sotacoro de las iglesias Muchos de ellos ten an personalizada al nima Sola generalmente el donante de la pintura Es especialmente interesante el gran cuadro de nimas que se localiza en el templo de Jes s Nazareno del poblado de San Francisco del Malpa s Nombre de Dios Este cuadro mide varios metros y en l se encuentra diferenciado el retrato del cacique indio Huraj n de Luna un personaje legendario que seg n la tradici n logr conservar los derechos de los habitantes del poblado sobre el agua que surt a las huertas por medio de las acequias Debido a esta lucha contra los espa oles de la villa adyacente Huraj n de Luna fue herido en la cabeza y un tiempo despu s falleci por esa causa Los cofrades de ese templo guardan celosamente un cr neo que presenta una horadaci n con tejido cicatrizal que supuestamente perteneci a este cacique Es posible que aunque el cr neo est actualmente relacionado con la leyenda corresponda a la costumbre de poner cr neos de personajes importantes quiz s a falta de reliquias cerca de la puerta de los templos franciscanos para que sirvieran como guardianes de ellos como todav a se encuentran en la regi n tepehuana Sin embargo tambi n es posible observar la presencia de cr neos tallados en piedra en la cripta de la misma catedral metropolitana y en el convento de San Bernardino de Xochimilco 44 45

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Cada grupo socio tnico que formaba la sociedad novohispana tambi n recurr a a la protecci n de los santos los criollos a Rosa de Lima y al beato Felipe de Jes s los mulatos a Efigenia una princesa et ope o a Benito de Palermo quien muri envenenado y su rostro se torn negro Por su parte los indios recurr an al ap stol Santiago Matamoros o a san Miguel capit n de las milicias celestiales en un intento para retomar unas de las im genes principales de los dominadores Sobre las im genes del caballero Santiago se contaban numerosos relatos en los poblados indios como que por las noches sal a a pasear y en las ma anas ten a las botas enlodadas En su fiesta se hac an jaripeos coladuras o juegos de sortija y gallo enterrado donde los jinetes demostraban sus habilidades Detalle del cuadro de nimas del Purgatorio p gs 46 y 47 San Francisco del Malpa s P gina opuesta pintura de Hernando de Santar n que se encuentra en la parroquia de Santiago Ap stol La devoci n a las nimas del Purgatorio fue tambi n muy com n en la Nueva Espa a Se representaban im genes marianas especialmente la virgen del Carmen o santos sacando del tormento de las llamas a quienes se encomendaban a su protecci n no importaba que fueran papas reyes obispos o simples mortales consumidos en el suplicio del fuego por sus culpas Seg n la tradici n cat lica la virgen sacaba del purgatorio a las nimas los s bados por lo que los fieles portaban los escapularios que los distinguir an ante los ojos de la virgen Ese d a se acostumbraba rezar la Salve Regina adem s de jaculatorias para encomendar a las personas recientemente fallecidas Los cuadros de nimas eran generalmente de gran formato y se colocaban en el sotacoro de las iglesias Muchos de ellos ten an personalizada al nima Sola generalmente el donante de la pintura Es especialmente interesante el gran cuadro de nimas que se localiza en el templo de Jes s Nazareno del poblado de San Francisco del Malpa s Nombre de Dios Este cuadro mide varios metros y en l se encuentra diferenciado el retrato del cacique indio Huraj n de Luna un personaje legendario que seg n la tradici n logr conservar los derechos de los habitantes del poblado sobre el agua que surt a las huertas por medio de las acequias Debido a esta lucha contra los espa oles de la villa adyacente Huraj n de Luna fue herido en la cabeza y un tiempo despu s falleci por esa causa Los cofrades de ese templo guardan celosamente un cr neo que presenta una horadaci n con tejido cicatrizal que supuestamente perteneci a este cacique Es posible que aunque el cr neo est actualmente relacionado con la leyenda corresponda a la costumbre de poner cr neos de personajes importantes quiz s a falta de reliquias cerca de la puerta de los templos franciscanos para que sirvieran como guardianes de ellos como todav a se encuentran en la regi n tepehuana Sin embargo tambi n es posible observar la presencia de cr neos tallados en piedra en la cripta de la misma catedral metropolitana y en el convento de San Bernardino de Xochimilco 44 45

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Suelen aparecer en los inventarios juegos de ornamentos completos para que los sacerdotes oficiaran las misas revestidos de distintos colores seg n el tiempo lit rgico Entre la ropa blanca estaban albas de ru n o de Breta a que se ajustaban con c ngulos La ropa blanca exclusiva del culto estaba conformada por manteles pa os de comuni n y purificadores Para la salida del Sant simo Sacramento y las im genes principales hab a palios con guiones y borlas Adem s hab a cortinajes para adornar las paredes y pa os morados para cubrir las im genes en la Semana Santa La gran cantidad de plata que se produc a en la Nueva Espa a se reflejaba en los objetos que se dedicaban al culto y adorno de las im genes sagradas Desde las puertas de los sagrarios a las l mparas los arbotantes candeleros c lices copones custodias patenas cucharillas incensarios crismeras para los santos leos rurales para llevar el vi tico todo era de ese metal Tambi n eran de plata las coronas cantoneras de los cristos y los resplandores y rostrillos de v rgenes y santos Las im genes marianas estaban ataviadas con pulseras manillas zarcillos collares de perlas de la Baja California as como rojos corales caribe os El cristal era tambi n muy apreciado en esa poca y se encontraban cruces y palabreros de ese material En el interior de las iglesias se encontraban adem s diversos muebles como sillones forrados de baqueta damascos o terciopelos y taburetes para que se sentaran los acompa antes del sacerdote oficiante Tambi n hab a confesionarios con sus rejas y en los altares hab a aras consagradas con reliquias de alg n m rtir En los coros hab a varios tipos de instrumentos musicales como rganos de flautas arpas vihuelas violines y ternos de chirim as En las sacrist as se encontraban cajoneras arcones y ba les para guardar alhajas de las cofrad as as como los ornamentos y todav a no se mencionaban los roperos que comenzaron a hacerse comunes en la segunda Arc n que se encuentra en la catedral de Durango Arriba el mecanismo de tres llaves con el que se abre el arc n mitad del siglo XVIII Hab a tambi n cajas de Michoac n que deben haber estado pintadas Tambi n hab a estantes de madera para los archivos y Nombre de Dios y todav a se conserva uno en el Valle de Topia Tambi n se guardaban en las sacrist as los estandartes y guiones con que las 30 parroquiales andas de madera para transportar a los santos en las procey las cajas o parihuelas en que los muertos se transportaban para ser inhumados Algunos documentos dan cuenta de su existencia en Nazas cofrad as abr an las procesiones P rtigas de plata que se encuentran en la catedral de Durango Al irse agudizando las presiones que los miembros del clero regular recibieron tanto de funcionarios reales como del clero secular fueron afectados en las misiones En 1749 se dict la primera secularizaci n sobre las misiones franciscanas de las di cesis de M xico y Lima M s tarde en 1753 la medida se ampli a todas las misiones de las Indias Por su parte los jesuitas entregaron al clero secular 22 misiones de las provincias de Topia Tepehuana y Tarahumara Baja localizadas en la Nueva Vizcaya y de esa manera pudieron conservar las misiones de Sonora California y la Pimer a hasta la expulsi n de la Compa a en 1767 30 Una vez que se secularizaron las misiones se convirtieron en parroquias administradas por un cura beneficiado o de almas perteneciente al clero secular o diocesano Se empezaron a avecindar entonces en los poblados numerosos vecinos espa oles mestizos y mulatos que integraron sus propios barrios y se formaron nuevas plazas e iglesias para los reci n llegados por lo que muchos templos misionales quedaron relegados siones Se mencionan tambi n catafalcos para las misas de los difuntos 48 Otros objetos lit rgicos como incensarios ruedas de campanillas vinajeras navetas atriles y platillos eran de bronce Es posible detectar tambi n algunos objetos suntuarios de Oriente como tibores y quitasoles chinos y tapetes ingleses AGN Californias Inventario de los bienes de las misiones jesuitas con motivo de la entrega del clero secular 1753 49

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Suelen aparecer en los inventarios juegos de ornamentos completos para que los sacerdotes oficiaran las misas revestidos de distintos colores seg n el tiempo lit rgico Entre la ropa blanca estaban albas de ru n o de Breta a que se ajustaban con c ngulos La ropa blanca exclusiva del culto estaba conformada por manteles pa os de comuni n y purificadores Para la salida del Sant simo Sacramento y las im genes principales hab a palios con guiones y borlas Adem s hab a cortinajes para adornar las paredes y pa os morados para cubrir las im genes en la Semana Santa La gran cantidad de plata que se produc a en la Nueva Espa a se reflejaba en los objetos que se dedicaban al culto y adorno de las im genes sagradas Desde las puertas de los sagrarios a las l mparas los arbotantes candeleros c lices copones custodias patenas cucharillas incensarios crismeras para los santos leos rurales para llevar el vi tico todo era de ese metal Tambi n eran de plata las coronas cantoneras de los cristos y los resplandores y rostrillos de v rgenes y santos Las im genes marianas estaban ataviadas con pulseras manillas zarcillos collares de perlas de la Baja California as como rojos corales caribe os El cristal era tambi n muy apreciado en esa poca y se encontraban cruces y palabreros de ese material En el interior de las iglesias se encontraban adem s diversos muebles como sillones forrados de baqueta damascos o terciopelos y taburetes para que se sentaran los acompa antes del sacerdote oficiante Tambi n hab a confesionarios con sus rejas y en los altares hab a aras consagradas con reliquias de alg n m rtir En los coros hab a varios tipos de instrumentos musicales como rganos de flautas arpas vihuelas violines y ternos de chirim as En las sacrist as se encontraban cajoneras arcones y ba les para guardar alhajas de las cofrad as as como los ornamentos y todav a no se mencionaban los roperos que comenzaron a hacerse comunes en la segunda Arc n que se encuentra en la catedral de Durango Arriba el mecanismo de tres llaves con el que se abre el arc n mitad del siglo XVIII Hab a tambi n cajas de Michoac n que deben haber estado pintadas Tambi n hab a estantes de madera para los archivos y Nombre de Dios y todav a se conserva uno en el Valle de Topia Tambi n se guardaban en las sacrist as los estandartes y guiones con que las 30 parroquiales andas de madera para transportar a los santos en las procey las cajas o parihuelas en que los muertos se transportaban para ser inhumados Algunos documentos dan cuenta de su existencia en Nazas cofrad as abr an las procesiones P rtigas de plata que se encuentran en la catedral de Durango Al irse agudizando las presiones que los miembros del clero regular recibieron tanto de funcionarios reales como del clero secular fueron afectados en las misiones En 1749 se dict la primera secularizaci n sobre las misiones franciscanas de las di cesis de M xico y Lima M s tarde en 1753 la medida se ampli a todas las misiones de las Indias Por su parte los jesuitas entregaron al clero secular 22 misiones de las provincias de Topia Tepehuana y Tarahumara Baja localizadas en la Nueva Vizcaya y de esa manera pudieron conservar las misiones de Sonora California y la Pimer a hasta la expulsi n de la Compa a en 1767 30 Una vez que se secularizaron las misiones se convirtieron en parroquias administradas por un cura beneficiado o de almas perteneciente al clero secular o diocesano Se empezaron a avecindar entonces en los poblados numerosos vecinos espa oles mestizos y mulatos que integraron sus propios barrios y se formaron nuevas plazas e iglesias para los reci n llegados por lo que muchos templos misionales quedaron relegados siones Se mencionan tambi n catafalcos para las misas de los difuntos 48 Otros objetos lit rgicos como incensarios ruedas de campanillas vinajeras navetas atriles y platillos eran de bronce Es posible detectar tambi n algunos objetos suntuarios de Oriente como tibores y quitasoles chinos y tapetes ingleses AGN Californias Inventario de los bienes de las misiones jesuitas con motivo de la entrega del clero secular 1753 49

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LA PREPONDERANCIA DEL CLERO DIOCESANO U na vez consolidado el proceso de conquista el clero diocesano se comenz a posicionar en el mbito novohispano y el clero regular comenz a ser relegado Se inici entonces el gran ciclo de las catedrales novohispanas en el que estas instituciones se convirtieron en las entidades m s poderosas del virreinato 31 Este posicionamiento se inici paulatinamente con las primeras reuniones de los obispos novohispanos que se dieron a lo largo del siglo XVI pero en especial con el Tercer Concilio Provincial Mexicano de 1585 en el que se organiz el clero diocesano de acuerdo a los lineamientos del Concilio de Trento 32 El propio emperador Carlos V propici que las iglesias generaran diezmos y que los dos novenos que le correspond an ingresaran en las arcas reales Por su parte Felipe II prohibi que los monasterios adquirieran tierras como puede verse en las formas legales empleadas en las concesiones de mercedes reales 33 Como se pensaba que los religiosos eran demasiado independientes de los lineamientos tridentinos la pugna entre el clero diocesano y el regular se inici abiertamente en 1640 cuando el obispo poblano Juan de Palafox y Mendoza les disput a los regulares los bienes de las doctrinas de indios y los aranceles parroquiales Esta controversia se deb a en parte tambi n a que el clero diocesano estaba formado b sicamente por criollos mientras que en las rdenes religiosas abundaban los peninsulares Adem s los indios no pagaban diezmos pero estaban obligados a prestar servicios personales y la Corona ten a que pagar la congrua sustentaci n salario de los ministros religiosos lo que representaba un costo adicional a la maltrecha econom a de la monarqu a 34 Siguiendo el ejemplo del obispo poblano el obispo de Durango Diego de Evia y Vald s despoj de sus misiones a los franciscanos y jesuitas de su di cesis Despu s de un largo litigio la Audiencia de Guadalajara fall a favor de los regulares por lo que Evia tuvo que devolver las misiones excepto la de Parras la m s ping e del obispado 35 A diferencia de los cl rigos regulares los seculares se sustentaban con los diezmos y primicias con que estaba gravada la producci n agr cola de las di cesis Estos ingresos contribu an adem s del sostenimiento del clero y financiamiento del culto al sostenimiento de los hospitales y necesidades p blicas en casos de escasez La renta de los diezmos se divid a de una manera desigual en novenos de los cuales cuatro pertenec an al obispo y can nigos dos a las parroquias otros dos novenos correspond an al rey quien los ced a por temporadas para la construcci n de las catedrales y el noveno restante era utilizado para la manutenci n de los hospitales reales de las villas y ciudades 31 Maz n scar El Cabildo catedral de Valladolid de Michoac n Zamora El Colegio de Michoac n 1996 p 415 Carrillo C zares Alberto Manuscritos del Concilio Provincial Mexicano de 1585 M xico El Colegio de Michoac n Universidad Pontificia de M xico 2006 p 383 33 Phro Virve La secularizaci n de las parroquias y la econom a eclesi stica en Nueva Espa a Journal de la Societ des Americanistes 1977 Vol 64 n mero 64 pp 81 88 34 Rend n Garcini Ricardo Historia de Tlaxcala Fideicomiso de Historia de las Am ricas FCE 1969 35 Gallegos Jos Ignacio Historia de la Iglesia en Durango M xico Jus 1969 p 101 32 50 Detalle de la fachada de la catedral de Nuestra Se ora de Guadalupe G mez Palacio Con el crecimiento demogr fico y econ mico que tuvo la Nueva Espa a en el siglo XVIII las catedrales tuvieron su poca de esplendor hasta que con los vientos concentradores de la monarqu a borb nica de Carlos III se comenzaron a fiscalizar los diezmos y a tener un mayor control pol tico sobre la instituci n Esta intervenci n fue especialmente dura despu s del Cuarto Concilio Provincial Mexicano de 1771 en que campe el regalismo y alcanz su punto culminante con la Ley de Consolidaci n de los Vales Reales de 1804 por medio de la cual la Corona intervino los capitales destinados a pr stamos a largo plazo 36 Unos a os m s tarde numerosos eclesi sticos afectados con estas medidas participaron en la guerra de Independencia Despu s de la Independencia los gobiernos nacionales pretendieron lograr el reconocimiento papal sobre el patronato pero la reforma liberal de 1833 en que se retir la coacci n civil para el pago de diezmos impidi las negociaciones Dada la pobreza del erario p blico durante esos a os la Iglesia tuvo que financiar tanto a los sucesivos gobiernos que se sucedieron como las guerras con Texas y los Estados Unidos Una segunda oleada de leyes liberales contra las corporaciones se dio en 1856 con la llamada Ley Lerdo o Ley de la Desamortizaci n de los Bienes Muebles e Inmuebles de la Iglesia y las Corporaciones Civiles Al a o siguiente se promulg la nueva constituci n en la que se conced a la libertad de educaci n Adem s se expidi la Ley Iglesias para regular el cobro de las obvenciones parroquiales En medio de la guerra desatada contra las medidas antecedentes se expidieron las leyes de Reforma en que se contemplaba la libertad de cultos y la nacionalizaci n de los bienes eclesi sticos con las que se dio por concluida la separaci n de la Iglesia y el Estado 36 Maz n 1996 p 42 51

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LA PREPONDERANCIA DEL CLERO DIOCESANO U na vez consolidado el proceso de conquista el clero diocesano se comenz a posicionar en el mbito novohispano y el clero regular comenz a ser relegado Se inici entonces el gran ciclo de las catedrales novohispanas en el que estas instituciones se convirtieron en las entidades m s poderosas del virreinato 31 Este posicionamiento se inici paulatinamente con las primeras reuniones de los obispos novohispanos que se dieron a lo largo del siglo XVI pero en especial con el Tercer Concilio Provincial Mexicano de 1585 en el que se organiz el clero diocesano de acuerdo a los lineamientos del Concilio de Trento 32 El propio emperador Carlos V propici que las iglesias generaran diezmos y que los dos novenos que le correspond an ingresaran en las arcas reales Por su parte Felipe II prohibi que los monasterios adquirieran tierras como puede verse en las formas legales empleadas en las concesiones de mercedes reales 33 Como se pensaba que los religiosos eran demasiado independientes de los lineamientos tridentinos la pugna entre el clero diocesano y el regular se inici abiertamente en 1640 cuando el obispo poblano Juan de Palafox y Mendoza les disput a los regulares los bienes de las doctrinas de indios y los aranceles parroquiales Esta controversia se deb a en parte tambi n a que el clero diocesano estaba formado b sicamente por criollos mientras que en las rdenes religiosas abundaban los peninsulares Adem s los indios no pagaban diezmos pero estaban obligados a prestar servicios personales y la Corona ten a que pagar la congrua sustentaci n salario de los ministros religiosos lo que representaba un costo adicional a la maltrecha econom a de la monarqu a 34 Siguiendo el ejemplo del obispo poblano el obispo de Durango Diego de Evia y Vald s despoj de sus misiones a los franciscanos y jesuitas de su di cesis Despu s de un largo litigio la Audiencia de Guadalajara fall a favor de los regulares por lo que Evia tuvo que devolver las misiones excepto la de Parras la m s ping e del obispado 35 A diferencia de los cl rigos regulares los seculares se sustentaban con los diezmos y primicias con que estaba gravada la producci n agr cola de las di cesis Estos ingresos contribu an adem s del sostenimiento del clero y financiamiento del culto al sostenimiento de los hospitales y necesidades p blicas en casos de escasez La renta de los diezmos se divid a de una manera desigual en novenos de los cuales cuatro pertenec an al obispo y can nigos dos a las parroquias otros dos novenos correspond an al rey quien los ced a por temporadas para la construcci n de las catedrales y el noveno restante era utilizado para la manutenci n de los hospitales reales de las villas y ciudades 31 Maz n scar El Cabildo catedral de Valladolid de Michoac n Zamora El Colegio de Michoac n 1996 p 415 Carrillo C zares Alberto Manuscritos del Concilio Provincial Mexicano de 1585 M xico El Colegio de Michoac n Universidad Pontificia de M xico 2006 p 383 33 Phro Virve La secularizaci n de las parroquias y la econom a eclesi stica en Nueva Espa a Journal de la Societ des Americanistes 1977 Vol 64 n mero 64 pp 81 88 34 Rend n Garcini Ricardo Historia de Tlaxcala Fideicomiso de Historia de las Am ricas FCE 1969 35 Gallegos Jos Ignacio Historia de la Iglesia en Durango M xico Jus 1969 p 101 32 50 Detalle de la fachada de la catedral de Nuestra Se ora de Guadalupe G mez Palacio Con el crecimiento demogr fico y econ mico que tuvo la Nueva Espa a en el siglo XVIII las catedrales tuvieron su poca de esplendor hasta que con los vientos concentradores de la monarqu a borb nica de Carlos III se comenzaron a fiscalizar los diezmos y a tener un mayor control pol tico sobre la instituci n Esta intervenci n fue especialmente dura despu s del Cuarto Concilio Provincial Mexicano de 1771 en que campe el regalismo y alcanz su punto culminante con la Ley de Consolidaci n de los Vales Reales de 1804 por medio de la cual la Corona intervino los capitales destinados a pr stamos a largo plazo 36 Unos a os m s tarde numerosos eclesi sticos afectados con estas medidas participaron en la guerra de Independencia Despu s de la Independencia los gobiernos nacionales pretendieron lograr el reconocimiento papal sobre el patronato pero la reforma liberal de 1833 en que se retir la coacci n civil para el pago de diezmos impidi las negociaciones Dada la pobreza del erario p blico durante esos a os la Iglesia tuvo que financiar tanto a los sucesivos gobiernos que se sucedieron como las guerras con Texas y los Estados Unidos Una segunda oleada de leyes liberales contra las corporaciones se dio en 1856 con la llamada Ley Lerdo o Ley de la Desamortizaci n de los Bienes Muebles e Inmuebles de la Iglesia y las Corporaciones Civiles Al a o siguiente se promulg la nueva constituci n en la que se conced a la libertad de educaci n Adem s se expidi la Ley Iglesias para regular el cobro de las obvenciones parroquiales En medio de la guerra desatada contra las medidas antecedentes se expidieron las leyes de Reforma en que se contemplaba la libertad de cultos y la nacionalizaci n de los bienes eclesi sticos con las que se dio por concluida la separaci n de la Iglesia y el Estado 36 Maz n 1996 p 42 51

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LAS CONSTRUCCIONES REALIZADAS POR EL CLERO DIOCESANO G racias a las entradas de los diezmos los cl rigos diocesanos pudieron levantar edificaciones religiosas de gran presencia en las villas ciudades y reales de minas donde se desarrollaba principalmente su actividad La construcci n m s representativa del obispado de Durango fue la catedral misma que pas por una serie de vicisitudes debido a la dif cil situaci n econ mica por la que atraves la di cesis en el siglo XVII 52 Portada izquierda de la catedral de Durango P gina opuesta fachada del mismo recinto 53

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LAS CONSTRUCCIONES REALIZADAS POR EL CLERO DIOCESANO G racias a las entradas de los diezmos los cl rigos diocesanos pudieron levantar edificaciones religiosas de gran presencia en las villas ciudades y reales de minas donde se desarrollaba principalmente su actividad La construcci n m s representativa del obispado de Durango fue la catedral misma que pas por una serie de vicisitudes debido a la dif cil situaci n econ mica por la que atraves la di cesis en el siglo XVII 52 Portada izquierda de la catedral de Durango P gina opuesta fachada del mismo recinto 53

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UNA CATEDRAL DE B VEDA VA DA E l reino de la Nueva Vizcaya estuvo incluido en el obispado de Guadalajara Cuando se instalaron las primeras parroquias estaba la de la Asunci n a la que acud an los vecinos de la villa de Durango y la de San Pedro en la villa de Nombre de Dios Debido a lo extenso del territorio episcopal se erigi el 20 de octubre de 1620 el no menos vasto obispado de Durango Esta mitra inclu a adem s del reino mencionado la parte norte del reino de la Nueva Galicia y Nuevo M xico Es decir ocupaba el territorio de los actuales estados mexicanos de Sonora Sinaloa Chihuahua Durango y parte de Zacatecas y Coahuila adem s de los estados de Nuevo M xico y Arizona en los Estados Unidos La nueva di cesis fue dedicada a la Pur sima Concepci n advocaci n mariana difundida por Felipe II en toda la monarqu a hisp nica Desde entonces y hasta mediados del siglo XX la fiesta principal de Durango se celebraba el d a 8 de diciembre de cada a o cuando se eleg an diputados para que organizaran las celebraciones que consist an en novenario v speras misas solemnes y verbena popular con castillos de p lvora En esas fiestas se colocaban luminarias y faroles en las casas y los espa oles representaban las batallas de moros y cristianos mientras que los mulatos hac an mojigangas 37 Las primeras construcciones religiosas diocesanas de la Nueva Vizcaya fueron semejantes a las iglesias de paja rese adas en el apartado anterior La misma catedral centro simb lico de la di cesis por ser asiento de la c tedra episcopal sufri un incendio devastador la v spera de la fiesta del Jueves de Corpus del a o 1634 debido a un cohete que cay sobre la techumbre de paja Al d a siguiente los oficios divinos fueron trasladados al templo de la Compa a hasta que la catedral fue reconstruida 38 37 Archivo Hist rico del Estado de Durango exp 19 caj n tres Expediente relacionado con el nombramiento de diputados para la celebridad de la virgen de la Concepci n 15 de diciembre de 1747 38 AGI Guadalajara 63 Carta del 24 de febrero de 1634 54 Parroquia de San Pedro Ap stol en Nombre de Dios P gina opuesta exterior del mismo templo El obispo Alonso Franco de Luna inici la construcci n de una nueva edificaci n con la donaci n real de los novenos de los diezmos que le correspond an al rey Con muchas dificultades dado lo escaso de la recolecci n diezmal por el mal estado de la provincia debido a las guerras con los indios que mataban los ganados e imped an las siembras el obispo pudo iniciar una iglesia de mamposter a con sillares en las esquinas Esta edificaci n contaba adem s con planta catedralicia de tres naves y dos cruj as para capillas Esta f brica estuvo a cargo del andaluz Sim n Xorje Gayt n maestro alarife que dirig a a los indios de Analco que trabajaron como alba iles canteros y carpinteros as como numerosos tepehuanes de repartimiento que procedentes de la sierra trabajaron como peones 39 Debido a que el obispo Franco de Luna fue trasladado al reino del Per lleg a Durango como prelado el ovetense Diego de Hevia y Vald s quien decidi transformar la catedral en una construcci n de mayores pretensiones Para ello contrat al maestro examinado y aprobado en el arte Pedro Guti rrez de Atarr n quien particip en la construcci n de la catedral metropolitana 40 En esta etapa se fabricaron el crucero con su c pula y cimborrio la capilla mayor y las colaterales la c mara subterr nea para enteramiento de obispos y prebendados as como las sacrist as y 39 40 AHAD Libro de f brica Bargellini 1991 pp 122 123 55

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UNA CATEDRAL DE B VEDA VA DA E l reino de la Nueva Vizcaya estuvo incluido en el obispado de Guadalajara Cuando se instalaron las primeras parroquias estaba la de la Asunci n a la que acud an los vecinos de la villa de Durango y la de San Pedro en la villa de Nombre de Dios Debido a lo extenso del territorio episcopal se erigi el 20 de octubre de 1620 el no menos vasto obispado de Durango Esta mitra inclu a adem s del reino mencionado la parte norte del reino de la Nueva Galicia y Nuevo M xico Es decir ocupaba el territorio de los actuales estados mexicanos de Sonora Sinaloa Chihuahua Durango y parte de Zacatecas y Coahuila adem s de los estados de Nuevo M xico y Arizona en los Estados Unidos La nueva di cesis fue dedicada a la Pur sima Concepci n advocaci n mariana difundida por Felipe II en toda la monarqu a hisp nica Desde entonces y hasta mediados del siglo XX la fiesta principal de Durango se celebraba el d a 8 de diciembre de cada a o cuando se eleg an diputados para que organizaran las celebraciones que consist an en novenario v speras misas solemnes y verbena popular con castillos de p lvora En esas fiestas se colocaban luminarias y faroles en las casas y los espa oles representaban las batallas de moros y cristianos mientras que los mulatos hac an mojigangas 37 Las primeras construcciones religiosas diocesanas de la Nueva Vizcaya fueron semejantes a las iglesias de paja rese adas en el apartado anterior La misma catedral centro simb lico de la di cesis por ser asiento de la c tedra episcopal sufri un incendio devastador la v spera de la fiesta del Jueves de Corpus del a o 1634 debido a un cohete que cay sobre la techumbre de paja Al d a siguiente los oficios divinos fueron trasladados al templo de la Compa a hasta que la catedral fue reconstruida 38 37 Archivo Hist rico del Estado de Durango exp 19 caj n tres Expediente relacionado con el nombramiento de diputados para la celebridad de la virgen de la Concepci n 15 de diciembre de 1747 38 AGI Guadalajara 63 Carta del 24 de febrero de 1634 54 Parroquia de San Pedro Ap stol en Nombre de Dios P gina opuesta exterior del mismo templo El obispo Alonso Franco de Luna inici la construcci n de una nueva edificaci n con la donaci n real de los novenos de los diezmos que le correspond an al rey Con muchas dificultades dado lo escaso de la recolecci n diezmal por el mal estado de la provincia debido a las guerras con los indios que mataban los ganados e imped an las siembras el obispo pudo iniciar una iglesia de mamposter a con sillares en las esquinas Esta edificaci n contaba adem s con planta catedralicia de tres naves y dos cruj as para capillas Esta f brica estuvo a cargo del andaluz Sim n Xorje Gayt n maestro alarife que dirig a a los indios de Analco que trabajaron como alba iles canteros y carpinteros as como numerosos tepehuanes de repartimiento que procedentes de la sierra trabajaron como peones 39 Debido a que el obispo Franco de Luna fue trasladado al reino del Per lleg a Durango como prelado el ovetense Diego de Hevia y Vald s quien decidi transformar la catedral en una construcci n de mayores pretensiones Para ello contrat al maestro examinado y aprobado en el arte Pedro Guti rrez de Atarr n quien particip en la construcci n de la catedral metropolitana 40 En esta etapa se fabricaron el crucero con su c pula y cimborrio la capilla mayor y las colaterales la c mara subterr nea para enteramiento de obispos y prebendados as como las sacrist as y 39 40 AHAD Libro de f brica Bargellini 1991 pp 122 123 55

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transacrist as con la sala capitular en medio y dos puertas de canter a en los costados 41 Clara Bargellini se ala que lo m s importante y significativo de esta construcci n radicaba en el cimborrio es decir una b veda va da parecida a la que se encuentra todav a en la parroquia de San Jos del Parral 42 Este cimborrio estaba ornamentado en su exterior por dos bolas de cobre sobredoradas que remataban en una cruz semejante a las construcciones religiosas de la pen nsula ib rica que datan de esa poca Despu s de varios altibajos en la construcci n por las penurias econ micas se logr la construcci n del altar mayor y se iniciaron las torres la portada principal de canter a labrada y los pin culos o pir mides de corte herreriano semejantes a los de Puebla con que se quer a coronar la azotea Sin embargo todav a faltaban las puertas de madera los retablos y el coro 43 Detalle del labrado del coro P gina opuesta vista interior de la catedral Cuando lleg el obispo Pedro Barrientos Lomel en 1656 se preocup por el adorno interior de catedral as como por el realce de las ceremonias lit rgicas Construy la capilla del Sagrario para depositar en ella al Sant simo Sacramento y ponerlo al cuidado del cura p rroco Instal el coro en la parte central del templo como en las dem s catedrales novohispanas para lo que llev de M xico unas sillas bordadas y levant una cruj a pintada de azul y oro para que lucieran mejor Adem s constituy la Capilla de M sica instituci n a la que se debe la impronta musical de Durango aumentando el n mero de m sicos que hab a designado en su testamento el obispo Hevia Barrientos coloc tambi n en el interior de catedral un reloj mec nico para que sirviera de gobierno a los habitantes de la ciudad 44 El obispo Pedro Barrientos introdujo a Durango el culto de la Guadalupana que comenzaba a extenderse en toda Nueva Espa a y dispuso que se construyera un santuario dedicado a esta devoci n al norte de la ciudad Desafortunadamente el obispo falleci el 18 de octubre de 1658 y las obras quedaron en suspenso 45 De la misma manera quedaron las de catedral por el mal estado econ mico de la Nueva Vizcaya y cuando en 1682 un rayo cay sobre la b veda de la capilla mayor fue necesario pedir limosnas por las poblaciones de la di cesis para repararla y se tuvo que llevar de Sombrerete unos maestros para que realizaran las obras 46 41 AGI Guadalajara 63 Carta del obispo Diego de Hevia al rey 13 de marzo de 1652 Bargellini 1991 p 29 43 AHAD Libro de Cabildo 13 de febrero de 1654 f 129 44 AGI Guadalajara 63 Certificaci n del escribano real Melchor Xu rez 12 de abril de 1658 45 AHAD Libro primero de cabildo 1658 46 AHAD Cuenta general del da o que el rayo hizo en la capilla mayor y b veda sobre el altar mayor y arco principal por donde sali 25 de septiembre de 1682 42 56 57

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transacrist as con la sala capitular en medio y dos puertas de canter a en los costados 41 Clara Bargellini se ala que lo m s importante y significativo de esta construcci n radicaba en el cimborrio es decir una b veda va da parecida a la que se encuentra todav a en la parroquia de San Jos del Parral 42 Este cimborrio estaba ornamentado en su exterior por dos bolas de cobre sobredoradas que remataban en una cruz semejante a las construcciones religiosas de la pen nsula ib rica que datan de esa poca Despu s de varios altibajos en la construcci n por las penurias econ micas se logr la construcci n del altar mayor y se iniciaron las torres la portada principal de canter a labrada y los pin culos o pir mides de corte herreriano semejantes a los de Puebla con que se quer a coronar la azotea Sin embargo todav a faltaban las puertas de madera los retablos y el coro 43 Detalle del labrado del coro P gina opuesta vista interior de la catedral Cuando lleg el obispo Pedro Barrientos Lomel en 1656 se preocup por el adorno interior de catedral as como por el realce de las ceremonias lit rgicas Construy la capilla del Sagrario para depositar en ella al Sant simo Sacramento y ponerlo al cuidado del cura p rroco Instal el coro en la parte central del templo como en las dem s catedrales novohispanas para lo que llev de M xico unas sillas bordadas y levant una cruj a pintada de azul y oro para que lucieran mejor Adem s constituy la Capilla de M sica instituci n a la que se debe la impronta musical de Durango aumentando el n mero de m sicos que hab a designado en su testamento el obispo Hevia Barrientos coloc tambi n en el interior de catedral un reloj mec nico para que sirviera de gobierno a los habitantes de la ciudad 44 El obispo Pedro Barrientos introdujo a Durango el culto de la Guadalupana que comenzaba a extenderse en toda Nueva Espa a y dispuso que se construyera un santuario dedicado a esta devoci n al norte de la ciudad Desafortunadamente el obispo falleci el 18 de octubre de 1658 y las obras quedaron en suspenso 45 De la misma manera quedaron las de catedral por el mal estado econ mico de la Nueva Vizcaya y cuando en 1682 un rayo cay sobre la b veda de la capilla mayor fue necesario pedir limosnas por las poblaciones de la di cesis para repararla y se tuvo que llevar de Sombrerete unos maestros para que realizaran las obras 46 41 AGI Guadalajara 63 Carta del obispo Diego de Hevia al rey 13 de marzo de 1652 Bargellini 1991 p 29 43 AHAD Libro de Cabildo 13 de febrero de 1654 f 129 44 AGI Guadalajara 63 Certificaci n del escribano real Melchor Xu rez 12 de abril de 1658 45 AHAD Libro primero de cabildo 1658 46 AHAD Cuenta general del da o que el rayo hizo en la capilla mayor y b veda sobre el altar mayor y arco principal por donde sali 25 de septiembre de 1682 42 56 57

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LA SITUACI N DE LOS OTROS TEMPLOS DE LA CIUDAD A dem s de la catedral en Durango hab a conventos y templos de las rdenes religiosas mismos que se encontraban ubicados estrat gicamente en los l mites de la peque a poblaci n Si la catedral tuvo un proceso de construcci n tan accidentado por la mala situaci n de la Nueva Vizcaya los templos y conventos de los regulares estuvieron en una peor posici n durante el siglo XVII El convento de San Antonio se compon a entonces de solamente cinco celdas y comprend a los templos de San Francisco y Tercera Orden ocupaba el oriente del asentamiento donde los remanentes del agua de la acequia permit an tener suficiente l quido para regar la huerta conventual 47 Los franciscanos tambi n levantaron una ermita dedicada a Nuestra Se ora de los Remedios en el cerro que domina la vista de Durango La ermita se encontraba arruinada para 1651 por lo que el mayordomo de la cofrad a de los Remedios pidi permiso al cabildo eclesi stico para vender una ni a negra de ocho a os esclava de la ermita para sufragar las obras Se aduc a en la petici n que la cofrad a de indios era muy pobre y hab a riesgo de que la peque a muriera 48 A pesar de esta situaci n es posible que ya se organizara la romer a que acud a a visitar a la virgen cada 8 de septiembre en que el cerrito se iluminaba con hachones que ofrec an una agradable vista desde Durango Los agustinos estaban en una peor situaci n que la de los hermanos ser ficos Todav a en 1665 la iglesia de San Agust n no era m s que una peque a sala mandada levantar por el factor Rafael de Gasque en 1621 El convento del penitente san Nicol s Tolentino consist a en tres celdas una cocina con patio y un huerto peque o 49 El arcediano Juan Navarro Gasque inici la 47 Arlegui Jos de Cr nica de la provincia de Nuestro Padre San Francisco de Zacatecas 1737 Librer a Robredo M xico 1851 p 56 48 AHAD Libro de Cabildo 1651 49 AGI 67 1 4 Estado en que estaba Durango y la tierra las edificaciones que se han hecho iglesias y monasterios el gran crecimiento que tuvo la provincia y gobierno de la Nueva Vizcaya en Hackett Charles Wilson Historical Documents Relating to New Mexico Nueva Vizcaya and Approaches There to to 1773 Washington D C Carniage Institution of Washington 1923 1927 tomo II 58 Vista exterior del santuario de Nuestra Se ora de los Remedios que en un principio fue una ermita P gina opuesta vistas exterior e interior del actual templo de San Agust n en el que se aprecia la figura de Nuestro Padre Jes s Nazareno cargando su cruz 59

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LA SITUACI N DE LOS OTROS TEMPLOS DE LA CIUDAD A dem s de la catedral en Durango hab a conventos y templos de las rdenes religiosas mismos que se encontraban ubicados estrat gicamente en los l mites de la peque a poblaci n Si la catedral tuvo un proceso de construcci n tan accidentado por la mala situaci n de la Nueva Vizcaya los templos y conventos de los regulares estuvieron en una peor posici n durante el siglo XVII El convento de San Antonio se compon a entonces de solamente cinco celdas y comprend a los templos de San Francisco y Tercera Orden ocupaba el oriente del asentamiento donde los remanentes del agua de la acequia permit an tener suficiente l quido para regar la huerta conventual 47 Los franciscanos tambi n levantaron una ermita dedicada a Nuestra Se ora de los Remedios en el cerro que domina la vista de Durango La ermita se encontraba arruinada para 1651 por lo que el mayordomo de la cofrad a de los Remedios pidi permiso al cabildo eclesi stico para vender una ni a negra de ocho a os esclava de la ermita para sufragar las obras Se aduc a en la petici n que la cofrad a de indios era muy pobre y hab a riesgo de que la peque a muriera 48 A pesar de esta situaci n es posible que ya se organizara la romer a que acud a a visitar a la virgen cada 8 de septiembre en que el cerrito se iluminaba con hachones que ofrec an una agradable vista desde Durango Los agustinos estaban en una peor situaci n que la de los hermanos ser ficos Todav a en 1665 la iglesia de San Agust n no era m s que una peque a sala mandada levantar por el factor Rafael de Gasque en 1621 El convento del penitente san Nicol s Tolentino consist a en tres celdas una cocina con patio y un huerto peque o 49 El arcediano Juan Navarro Gasque inici la 47 Arlegui Jos de Cr nica de la provincia de Nuestro Padre San Francisco de Zacatecas 1737 Librer a Robredo M xico 1851 p 56 48 AHAD Libro de Cabildo 1651 49 AGI 67 1 4 Estado en que estaba Durango y la tierra las edificaciones que se han hecho iglesias y monasterios el gran crecimiento que tuvo la provincia y gobierno de la Nueva Vizcaya en Hackett Charles Wilson Historical Documents Relating to New Mexico Nueva Vizcaya and Approaches There to to 1773 Washington D C Carniage Institution of Washington 1923 1927 tomo II 58 Vista exterior del santuario de Nuestra Se ora de los Remedios que en un principio fue una ermita P gina opuesta vistas exterior e interior del actual templo de San Agust n en el que se aprecia la figura de Nuestro Padre Jes s Nazareno cargando su cruz 59

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construcci n de una iglesia m s grande que estaba casi terminada en 1681 50 En ella se alojaba la imagen de Nuestro Padre Jes s Nazareno una magn fica escultura sevillana que lleg a Durango en 1673 51 En torno a esta imagen de gran realismo se form la cofrad a del Dulce Nombre de Jes s por parte de los vecinos espa oles mientras tanto los mulatos de la ciudad se agruparon en torno a la misma imagen por medio de la cofrad a de los morados de Jes s Nazareno la hermandad m s antigua y popular del obispado de Durango cuyos cofrades se agrupan cada viernes del a o y durante la Semana Santa para escenificar ritos y procesiones entonando los polif nicos alabados La iglesia de los jesuitas construida en 1602 52 era considerada vistosa y capaz 53 sin embargo se derrumb repentinamente en 1646 debido a que los cimientos de piedra y lodo se remojaron durante la temporada de lluvias 54 50 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 12 197 1 f 1 25 Sobre el interrogatorio formulado por el obispo Bartolom Garc a de Esca uela y las respuestas dadas por los vecinos de la ciudad de Durango en relaci n al n mero de cl rigos y establecimientos religiosos que hay en la ciudad y en particular sobre el convento de la orden de san Agust n que se est fabricando 1681 51 Archivo del convento agustino de San Nicol s Tolentino Demanda de la cofrad a de Jes s Nazareno contra los agustinos sobre la propiedad de la imagen de Nuestro Padre Jes s 1743 52 Bargellini Clara Escultura y retablos coloniales en la ciudad de Durango en Imaginier a virreinal memorias de un seminario M xico Instituto de Investigaciones Est ticas UNAM Instituto Nacional de Antropolog a e Historia 1990 p 47 53 Zambrano Francisco Diccionario biobibliogr fico de la Compa a de Jes s en M xico M xico Jus 1963 tomo II p 339 54 Saravia Atanasio Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya M xico UNAM 1980 tomo I p p 144 115 60 Templo de San Juan de Dios Arriba detalle de la decoraci n del mismo templo El templo fue reconstruido con los ocho mil pesos que el can nigo Francisco de Rojas y Ayora dej a su muerte en 1660 55 El hospital dedicado a los santos m dicos Cosme y Dami n as como el templo de San Juan de Dios sufrieron numerosas penurias debido a que la parte de los diezmos que les correspond an fue desviada para la construcci n de catedral Los juaninos denunciaron repetidamente esta anomal a que se ve a reflejada en la ruina de las edificaciones 56 55 Archivo de la Parroquia del Sagrario de Durango libro de entierros 1646 1669 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 12 201 1 fol 1 5 Informe que a pedimento de fray Francisco de Vargas de la orden de San Juan de Dios hacen los miembros del cabildo de la ciudad de Durango sobre las necesidades del hospital de San Cosme y Dami n y representaci n que el propio cabildo dirige al virrey conde de Paredes pidiendo le sea restituida a dicho hospital la renta que se le ten a se alada 1682 56 61

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construcci n de una iglesia m s grande que estaba casi terminada en 1681 50 En ella se alojaba la imagen de Nuestro Padre Jes s Nazareno una magn fica escultura sevillana que lleg a Durango en 1673 51 En torno a esta imagen de gran realismo se form la cofrad a del Dulce Nombre de Jes s por parte de los vecinos espa oles mientras tanto los mulatos de la ciudad se agruparon en torno a la misma imagen por medio de la cofrad a de los morados de Jes s Nazareno la hermandad m s antigua y popular del obispado de Durango cuyos cofrades se agrupan cada viernes del a o y durante la Semana Santa para escenificar ritos y procesiones entonando los polif nicos alabados La iglesia de los jesuitas construida en 1602 52 era considerada vistosa y capaz 53 sin embargo se derrumb repentinamente en 1646 debido a que los cimientos de piedra y lodo se remojaron durante la temporada de lluvias 54 50 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 12 197 1 f 1 25 Sobre el interrogatorio formulado por el obispo Bartolom Garc a de Esca uela y las respuestas dadas por los vecinos de la ciudad de Durango en relaci n al n mero de cl rigos y establecimientos religiosos que hay en la ciudad y en particular sobre el convento de la orden de san Agust n que se est fabricando 1681 51 Archivo del convento agustino de San Nicol s Tolentino Demanda de la cofrad a de Jes s Nazareno contra los agustinos sobre la propiedad de la imagen de Nuestro Padre Jes s 1743 52 Bargellini Clara Escultura y retablos coloniales en la ciudad de Durango en Imaginier a virreinal memorias de un seminario M xico Instituto de Investigaciones Est ticas UNAM Instituto Nacional de Antropolog a e Historia 1990 p 47 53 Zambrano Francisco Diccionario biobibliogr fico de la Compa a de Jes s en M xico M xico Jus 1963 tomo II p 339 54 Saravia Atanasio Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya M xico UNAM 1980 tomo I p p 144 115 60 Templo de San Juan de Dios Arriba detalle de la decoraci n del mismo templo El templo fue reconstruido con los ocho mil pesos que el can nigo Francisco de Rojas y Ayora dej a su muerte en 1660 55 El hospital dedicado a los santos m dicos Cosme y Dami n as como el templo de San Juan de Dios sufrieron numerosas penurias debido a que la parte de los diezmos que les correspond an fue desviada para la construcci n de catedral Los juaninos denunciaron repetidamente esta anomal a que se ve a reflejada en la ruina de las edificaciones 56 55 Archivo de la Parroquia del Sagrario de Durango libro de entierros 1646 1669 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 12 201 1 fol 1 5 Informe que a pedimento de fray Francisco de Vargas de la orden de San Juan de Dios hacen los miembros del cabildo de la ciudad de Durango sobre las necesidades del hospital de San Cosme y Dami n y representaci n que el propio cabildo dirige al virrey conde de Paredes pidiendo le sea restituida a dicho hospital la renta que se le ten a se alada 1682 56 61

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LA CONSTRUCCI N DE LA TERCERA CATEDRAL E l aumento poblacional que tuvo la Nueva Vizcaya a partir de las ltimas d cadas del siglo XVII as como la baja en la intensidad de la guerra contra los indios ind mitos por la instalaci n de presidios para contenerlos permitieron un crecimiento en la actividad minera que se vio reflejado en la demanda de productos agr colas por lo que la econom a de la regi n de Durango comenz a recuperarse en las primeras d cadas del siglo XVIII Uno de los primeros s ntomas de la mejor a de las condiciones econ micas del reino fue la construcci n de una nueva catedral que inici el obispo Felipe Garc a de Legazpi y Velasco en 1695 Para iniciar las obras el obispo llev a Durango al arquitecto Mateo N ez quien proced a de Guadalajara 57 Despu s de tres a os al frente de los trabajos N ez sali de Durango quedando al frente el maestro de arquitectura y carpintero Sim n de los Santos de origen portugu s Este personaje hab a trabajado con anterioridad para los jesuitas en Jes s de Carichic y en la parroquia de Parral 58 Santos levant los pilares y los arcos de canter a as como 11 tramos de b veda de arista tanto de la nave central como de las laterales el primer cuerpo de la portada principal con elementos todav a muy clasicistas y los dos cuerpos de la torre poniente 59 Para 1705 se encontraba al frente de las obras de catedral el maestro Jos de la Cruz originario de Guadalajara quien hab a llegado a Durango con N ez Este maestro termin entre 1705 y 1721 las b vedas del templo la sacrist a mayor y la casa de la Hacedur a Tambi n intervino en la terminaci n del segundo cuerpo de la portada principal en el que se pueden observar algunos elementos caracter sticos de la talla de cantera de Guadalajara y las columnas entorchadas de tipo salom nico Durante este tiempo se dot tambi n a la torre de su balconer a la cruz sevillana de la portada las rejas de las ventanas Detalles de herrer a en la azotea de la catedral de Durango P gina opuesta portada derecha de la catedral 57 AGI Guadalajara 2 representaci n del consejo Madrid mayo de 1698 Bargellini 1991 p 135 59 AHAD Certificaci n de Miguel de Veydacar 1704 58 62 63

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LA CONSTRUCCI N DE LA TERCERA CATEDRAL E l aumento poblacional que tuvo la Nueva Vizcaya a partir de las ltimas d cadas del siglo XVII as como la baja en la intensidad de la guerra contra los indios ind mitos por la instalaci n de presidios para contenerlos permitieron un crecimiento en la actividad minera que se vio reflejado en la demanda de productos agr colas por lo que la econom a de la regi n de Durango comenz a recuperarse en las primeras d cadas del siglo XVIII Uno de los primeros s ntomas de la mejor a de las condiciones econ micas del reino fue la construcci n de una nueva catedral que inici el obispo Felipe Garc a de Legazpi y Velasco en 1695 Para iniciar las obras el obispo llev a Durango al arquitecto Mateo N ez quien proced a de Guadalajara 57 Despu s de tres a os al frente de los trabajos N ez sali de Durango quedando al frente el maestro de arquitectura y carpintero Sim n de los Santos de origen portugu s Este personaje hab a trabajado con anterioridad para los jesuitas en Jes s de Carichic y en la parroquia de Parral 58 Santos levant los pilares y los arcos de canter a as como 11 tramos de b veda de arista tanto de la nave central como de las laterales el primer cuerpo de la portada principal con elementos todav a muy clasicistas y los dos cuerpos de la torre poniente 59 Para 1705 se encontraba al frente de las obras de catedral el maestro Jos de la Cruz originario de Guadalajara quien hab a llegado a Durango con N ez Este maestro termin entre 1705 y 1721 las b vedas del templo la sacrist a mayor y la casa de la Hacedur a Tambi n intervino en la terminaci n del segundo cuerpo de la portada principal en el que se pueden observar algunos elementos caracter sticos de la talla de cantera de Guadalajara y las columnas entorchadas de tipo salom nico Durante este tiempo se dot tambi n a la torre de su balconer a la cruz sevillana de la portada las rejas de las ventanas Detalles de herrer a en la azotea de la catedral de Durango P gina opuesta portada derecha de la catedral 57 AGI Guadalajara 2 representaci n del consejo Madrid mayo de 1698 Bargellini 1991 p 135 59 AHAD Certificaci n de Miguel de Veydacar 1704 58 62 63

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la cruj a y los p lpitos de la capilla mayor as como el cancel de la casa de la Hacedur a elementos que fueron llevados desde Sevilla a un alto costo debido a que los hierros eran monopolio de las ferrer as peninsulares 60 Al terminar estas encomiendas Jos de la Cruz se traslad a Chihuahua real minero entonces en auge En ese lugar trabaj primeramente para los jesuitas y luego levant la parroquia de tres naves con pretensiones de catedral con la que ese real de minas se posicion en el contexto neovizca no 61 Una vez terminado el interior de la catedral el cabildo catedralicio se preocup por introducir los elementos necesarios para lograr el decoro del culto divino La primera acci n fue colocar una nueva siller a para el coro misma que se construy en la ciudad de M xico y fue enviada a Durango por intervenci n del maestro de rgano y siller a Francisco Pel ez probablemente su fabricante 62 Despu s de la llegada del obispo Benito Crespo se compraron varios ornamentos unas nforas de plata para el crisma y los santos leos as como una custodia monumental para la fiesta de Corpus Christi 63 El propio obispo Crespo estuvo al tanto de la realizaci n de los libros del coro la fabricaci n de las puertas de madera con chapetones de bronce que se colocaron en las entradas enloz el cementerio de la iglesia y lo circund con una lonja para evitar la entrada de animales Finalmente mand levantar un osario con dos b vedas en el costado oriente de la iglesia una de ellas subterr nea e hizo la capilla de nimas con su altar portada y claraboyas 64 Durante el gobierno del siguiente obispo Mart n de Elizacochea lleg a Durango el gran tenebrario que regal Benito Crespo a la catedral cuando fue trasladado a Puebla Tambi n se instal un enorme candil de plata que pesaba 52 marcos y en la torre fueron subidas finas y sonoras campanas 65 Por otra parte el maestro Lucas Nores inici en 1740 la cajonera de la sacrist a misma que fue terminada por el tambi n maestro carpintero Juan Antonio Carre o 66 Tenebrario de gran tama o regalado por Benito Crespo a la catedral P gina opuesta vista de la Hacedur a de catedral 60 AGI Guadalajara 206 carta del obispo Pedro Tapiz al rey 18 de febrero de 1721 Bargellini 1991 p 71 62 AHAD Cuenta de f brica herrer a siller a de coro cajoner a y otros ornamentos 1724 63 Gazeta de M xico mayo de 1729 en Juan Ignacio Castorena y Urs a 1722 y Francisco Sahag n de Ar valo 1728 1732 Gacetas de M xico M xico SEP 1949 1950 Tres tomos p 210 64 Esta edificaci n es la que ocupa actualmente el bautisterio a la entrada del templo 65 Gaceta de M xico diciembre de 1737 en Sahag n de Ar valo 1950 p 139 66 AHAD libro capitular 12 de agosto de 1740 61 64 65

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la cruj a y los p lpitos de la capilla mayor as como el cancel de la casa de la Hacedur a elementos que fueron llevados desde Sevilla a un alto costo debido a que los hierros eran monopolio de las ferrer as peninsulares 60 Al terminar estas encomiendas Jos de la Cruz se traslad a Chihuahua real minero entonces en auge En ese lugar trabaj primeramente para los jesuitas y luego levant la parroquia de tres naves con pretensiones de catedral con la que ese real de minas se posicion en el contexto neovizca no 61 Una vez terminado el interior de la catedral el cabildo catedralicio se preocup por introducir los elementos necesarios para lograr el decoro del culto divino La primera acci n fue colocar una nueva siller a para el coro misma que se construy en la ciudad de M xico y fue enviada a Durango por intervenci n del maestro de rgano y siller a Francisco Pel ez probablemente su fabricante 62 Despu s de la llegada del obispo Benito Crespo se compraron varios ornamentos unas nforas de plata para el crisma y los santos leos as como una custodia monumental para la fiesta de Corpus Christi 63 El propio obispo Crespo estuvo al tanto de la realizaci n de los libros del coro la fabricaci n de las puertas de madera con chapetones de bronce que se colocaron en las entradas enloz el cementerio de la iglesia y lo circund con una lonja para evitar la entrada de animales Finalmente mand levantar un osario con dos b vedas en el costado oriente de la iglesia una de ellas subterr nea e hizo la capilla de nimas con su altar portada y claraboyas 64 Durante el gobierno del siguiente obispo Mart n de Elizacochea lleg a Durango el gran tenebrario que regal Benito Crespo a la catedral cuando fue trasladado a Puebla Tambi n se instal un enorme candil de plata que pesaba 52 marcos y en la torre fueron subidas finas y sonoras campanas 65 Por otra parte el maestro Lucas Nores inici en 1740 la cajonera de la sacrist a misma que fue terminada por el tambi n maestro carpintero Juan Antonio Carre o 66 Tenebrario de gran tama o regalado por Benito Crespo a la catedral P gina opuesta vista de la Hacedur a de catedral 60 AGI Guadalajara 206 carta del obispo Pedro Tapiz al rey 18 de febrero de 1721 Bargellini 1991 p 71 62 AHAD Cuenta de f brica herrer a siller a de coro cajoner a y otros ornamentos 1724 63 Gazeta de M xico mayo de 1729 en Juan Ignacio Castorena y Urs a 1722 y Francisco Sahag n de Ar valo 1728 1732 Gacetas de M xico M xico SEP 1949 1950 Tres tomos p 210 64 Esta edificaci n es la que ocupa actualmente el bautisterio a la entrada del templo 65 Gaceta de M xico diciembre de 1737 en Sahag n de Ar valo 1950 p 139 66 AHAD libro capitular 12 de agosto de 1740 61 64 65

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Sin embargo la obra constructiva m s importante en ese tiempo fue la reposici n de varias b vedas que databan del siglo anterior y elevar las naves laterales para igualarlas con la principal Con estas intervenciones se pudieron abrir ventanas para iluminar mejor el interior Al terminar estos trabajos los can nigos decidieron que a costa de la mesa capitular se cambiara el cimborrio por una c pula de tambor 67 Se inici tambi n la construcci n de las portadas laterales pero las labores quedaron interrumpidas al terminarse los primeros cuerpos probablemente por la terminaci n de la dotaci n de los reales novenos en 1743 68 En los libros capitulares de la catedral aparece que para 1737 se encontraba en Durango un maestro procedente de Zacatecas quien estaba comprometido para la f brica de Chihuahua Es posible que este personaje quien se menciona solamente como maestro Miguel fuera Miguel de Ontiveros quien al a o siguiente labr la mesa del altar de San Juan de Dios69 y todav a en 1744 trabajara en las obras de catedral en compa a de sus hijos 70 Por lo tanto es posible que Ontiveros fuera el autor de la elevaci n de las naves laterales la c pula y los primeros cuerpos de las portadas laterales A pesar de no contar con el apoyo econ mico de la Corona el obispo Pedro Anselmo S nchez de Tagle y el cabildo catedralicio decidieron contratar en 1749 al maestro de arquitectura carpinter a y ensamblaje Felipe Ure a quien hab a trabajado con Jer nimo de Balb s en la construcci n del altar de los Reyes en la catedral metropolitana y en ese momento se encontraba laborando en Aguascalientes Ure a construy el altar mayor de catedral e introdujo las columnas est pites A pesar de ser considerado como un insigne maestro Felipe Ure a se fug de Durango en 1752 debido a que se sobregir en sus gastos y tem a que las autoridades lo persiguieran Los can nigos hicieron presi n entonces sobre el fiador de Ure a y tuvo que venir a la entidad su hijo del mismo nombre para terminar las obras 71 Al salir de Durango Ure a se traslad a Guanajuato donde construy el templo de la Compa a de Jes s en el que desplant unos vigoro67 AHAD libro capitular 4 foja 8 AHAD libro capitular libro 36 5 de mayo de 1741 69 Bargellini 1991 p 128 70 AHAD rollo 234 exp 178 71 AHAD cuenta general con el Mtro Don Phpe de ure a en que consta todo lo que se ha recibido y gastado en la obra de pir mide pante n presbiterio ambones adorno de b vedas y de mas que se expresa para el cargo de fabrica as mismo consta de el dcho Maestro sale debiendo con motivo de la fuga que hizo y se gasto en la conclusi n de lo hecho para que pueda repelerse contra el maestro Garc a su fiador seg n la escritura que otorg 1753 68 66 P gina opuesta detalle de la portada derecha de catedral en el que se aprecian las columnas de estilo salom nico 67

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Sin embargo la obra constructiva m s importante en ese tiempo fue la reposici n de varias b vedas que databan del siglo anterior y elevar las naves laterales para igualarlas con la principal Con estas intervenciones se pudieron abrir ventanas para iluminar mejor el interior Al terminar estos trabajos los can nigos decidieron que a costa de la mesa capitular se cambiara el cimborrio por una c pula de tambor 67 Se inici tambi n la construcci n de las portadas laterales pero las labores quedaron interrumpidas al terminarse los primeros cuerpos probablemente por la terminaci n de la dotaci n de los reales novenos en 1743 68 En los libros capitulares de la catedral aparece que para 1737 se encontraba en Durango un maestro procedente de Zacatecas quien estaba comprometido para la f brica de Chihuahua Es posible que este personaje quien se menciona solamente como maestro Miguel fuera Miguel de Ontiveros quien al a o siguiente labr la mesa del altar de San Juan de Dios69 y todav a en 1744 trabajara en las obras de catedral en compa a de sus hijos 70 Por lo tanto es posible que Ontiveros fuera el autor de la elevaci n de las naves laterales la c pula y los primeros cuerpos de las portadas laterales A pesar de no contar con el apoyo econ mico de la Corona el obispo Pedro Anselmo S nchez de Tagle y el cabildo catedralicio decidieron contratar en 1749 al maestro de arquitectura carpinter a y ensamblaje Felipe Ure a quien hab a trabajado con Jer nimo de Balb s en la construcci n del altar de los Reyes en la catedral metropolitana y en ese momento se encontraba laborando en Aguascalientes Ure a construy el altar mayor de catedral e introdujo las columnas est pites A pesar de ser considerado como un insigne maestro Felipe Ure a se fug de Durango en 1752 debido a que se sobregir en sus gastos y tem a que las autoridades lo persiguieran Los can nigos hicieron presi n entonces sobre el fiador de Ure a y tuvo que venir a la entidad su hijo del mismo nombre para terminar las obras 71 Al salir de Durango Ure a se traslad a Guanajuato donde construy el templo de la Compa a de Jes s en el que desplant unos vigoro67 AHAD libro capitular 4 foja 8 AHAD libro capitular libro 36 5 de mayo de 1741 69 Bargellini 1991 p 128 70 AHAD rollo 234 exp 178 71 AHAD cuenta general con el Mtro Don Phpe de ure a en que consta todo lo que se ha recibido y gastado en la obra de pir mide pante n presbiterio ambones adorno de b vedas y de mas que se expresa para el cargo de fabrica as mismo consta de el dcho Maestro sale debiendo con motivo de la fuga que hizo y se gasto en la conclusi n de lo hecho para que pueda repelerse contra el maestro Garc a su fiador seg n la escritura que otorg 1753 68 66 P gina opuesta detalle de la portada derecha de catedral en el que se aprecian las columnas de estilo salom nico 67

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sos est pites a partir de los cuales este estilo arquitect nico se dispers por el Baj o Actualmente se considera el barroco est pite novohispano como una de las expresiones m s acabadas del arte mexicano A su llegada a Durango el obispo Pedro Tamar n y Romeral volvi a gestionar los novenos reales para continuar las obras y con ese dinero se continu con la construcci n de los segundos cuerpos de las portadas laterales en los que plasm la transici n del barroco al neocl sico en el estilo que Jorge Manrique llam ne stilo 72 Las obras se iniciaron a partir de enero de 1764 siendo realizadas por el maestro Pedro de Huertas un mulato originario de la ciudad de M xico Al revisar el obispo las cuentas de f brica resultaron desavenencias con el cabildo que implementaba las obras por lo que se suspendieron indefinidamente 73 Mientras tanto Huertas realiz varias obras civiles correspondientes a una poca de crecimiento econ mico en Durango Entre ellas destacan la casa de Jos del Campo unos a os despu s nombrado conde del Valle de S chil parte aguas de la construcci n civil en Durango la casa del minero Juan S enz Diez y la del racionero Felipe Cantador Huertas adem s termin la portada del retablo del seminario conciliar antiguo colegio jesuita la torre del santuario de los Remedios y la capilla de la hacienda de Navacoy n La catedral pudo ser concluida al conceder nuevamente el rey la merced de los dos novenos de los diezmos entre 1783 y 1788 El maestro Nicol s Bautista Mor n y su hijo Ignacio se hicieron cargo de las obras que consistieron en rehacer los remates de la portada principal el tercer cuerpo de la torre poniente misma que se aderez con un reloj exterior y construir la gemela del Levante 74 El obispo Esteban Lorenzo de Trist n influido ya por las ideas neocl sicas reform el interior de la catedral quitando el coro de la parte central para trasladarlo atr s del altar mayor Para realizarlo ampli las b vedas de enterramiento de los obispos y alter el espacio procesional del templo Adem s el obispo quit de su lugar el pir mide barroco construido por Felipe Ure a y se comenz a construir los primeros altares de canter a para reemplazar a los retablos de madera 75 Aunque se construyeron otras obras religiosas posteriormente la terminaci n de la catedral marc el final de un gran ciclo constructivo en Durango Este periodo estuvo significado por los mensajes iconogr ficos del edificio la institucionalidad de la Iglesia representada por ap stoles evangelistas y doctores de la Iglesia latina sobre la cual descansaba la estructura de la monarqu a hisp nica el canto inmaculista al que est dedicada la edificaci n aun en sus m nimos detalles y la presencia catedralicia en las necesidades sociales de la poblaci n por medio de los patronos secundarios 72 Manrique Jorge Alberto El ne stilo ltima carta del barroco mexicano en Historia mexicana 79 El Colegio de M xico 1971 AGI Gudalajara 557 en Porras 1980 pp 178 179 74 AHAD rollo 90 expediente 103 Cuaderno perteneciente a la f brica destinado para solo el fin del gasto que invierte la nueva torre 24 de octubre de 1784 75 Esta informaci n se encuentra contenida en la cartela del retrato del obispo Esteban de Trist n que se encuentra en la galer a episcopal 73 68 Mascar n de la siller a del coro de catedral Arriba detalle de la decoraci n de la b veda de catedral 69

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sos est pites a partir de los cuales este estilo arquitect nico se dispers por el Baj o Actualmente se considera el barroco est pite novohispano como una de las expresiones m s acabadas del arte mexicano A su llegada a Durango el obispo Pedro Tamar n y Romeral volvi a gestionar los novenos reales para continuar las obras y con ese dinero se continu con la construcci n de los segundos cuerpos de las portadas laterales en los que plasm la transici n del barroco al neocl sico en el estilo que Jorge Manrique llam ne stilo 72 Las obras se iniciaron a partir de enero de 1764 siendo realizadas por el maestro Pedro de Huertas un mulato originario de la ciudad de M xico Al revisar el obispo las cuentas de f brica resultaron desavenencias con el cabildo que implementaba las obras por lo que se suspendieron indefinidamente 73 Mientras tanto Huertas realiz varias obras civiles correspondientes a una poca de crecimiento econ mico en Durango Entre ellas destacan la casa de Jos del Campo unos a os despu s nombrado conde del Valle de S chil parte aguas de la construcci n civil en Durango la casa del minero Juan S enz Diez y la del racionero Felipe Cantador Huertas adem s termin la portada del retablo del seminario conciliar antiguo colegio jesuita la torre del santuario de los Remedios y la capilla de la hacienda de Navacoy n La catedral pudo ser concluida al conceder nuevamente el rey la merced de los dos novenos de los diezmos entre 1783 y 1788 El maestro Nicol s Bautista Mor n y su hijo Ignacio se hicieron cargo de las obras que consistieron en rehacer los remates de la portada principal el tercer cuerpo de la torre poniente misma que se aderez con un reloj exterior y construir la gemela del Levante 74 El obispo Esteban Lorenzo de Trist n influido ya por las ideas neocl sicas reform el interior de la catedral quitando el coro de la parte central para trasladarlo atr s del altar mayor Para realizarlo ampli las b vedas de enterramiento de los obispos y alter el espacio procesional del templo Adem s el obispo quit de su lugar el pir mide barroco construido por Felipe Ure a y se comenz a construir los primeros altares de canter a para reemplazar a los retablos de madera 75 Aunque se construyeron otras obras religiosas posteriormente la terminaci n de la catedral marc el final de un gran ciclo constructivo en Durango Este periodo estuvo significado por los mensajes iconogr ficos del edificio la institucionalidad de la Iglesia representada por ap stoles evangelistas y doctores de la Iglesia latina sobre la cual descansaba la estructura de la monarqu a hisp nica el canto inmaculista al que est dedicada la edificaci n aun en sus m nimos detalles y la presencia catedralicia en las necesidades sociales de la poblaci n por medio de los patronos secundarios 72 Manrique Jorge Alberto El ne stilo ltima carta del barroco mexicano en Historia mexicana 79 El Colegio de M xico 1971 AGI Gudalajara 557 en Porras 1980 pp 178 179 74 AHAD rollo 90 expediente 103 Cuaderno perteneciente a la f brica destinado para solo el fin del gasto que invierte la nueva torre 24 de octubre de 1784 75 Esta informaci n se encuentra contenida en la cartela del retrato del obispo Esteban de Trist n que se encuentra en la galer a episcopal 73 68 Mascar n de la siller a del coro de catedral Arriba detalle de la decoraci n de la b veda de catedral 69

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EL ESPLENDOR CATEDRALICIO E n los inventarios de catedral que se levantaron en distintas pocas se presenta de una manera detallada la edificaci n y los objetos que daban realce al culto religioso Tanto los elementos arquitect nicos como los retablos pinturas esculturas libros orfebrer a alhajas y ornamentos hablan de la preocupaci n no solamente de los dirigentes eclesi sticos sino tambi n de los habitantes de la ciudad por contar con un espacio digno que cubriera sus pretensiones urbanas en una tierra de frontera como lo era la Nueva Vizcaya en los siglos pret ritos Para llevar a cabo este recorrido se tom principalmente en cuenta el inventario realizado en 1822 por rdenes del cabido eclesi stico en el ltimo aliento de la grandiosidad catedralicia antes de la ruina que para esta instituci n significaron los cambios neoclasicistas que sufri el edificio y las luchas fratricidas de la centuria decimon nica 76 Es de notar en este documento por lo tanto el uso de t rminos neocl sicos entonces en boga para hacer las descripciones arquitect nicas de la catedral Primeramente se menciona que la superficie que ocupaba la iglesia era un cuadrilongo o rect ngulo La edificaci n estaba construida de piedra de canter a y calicanto med a 119 varas comunes de largo de Norte a Sur y 68 varas y cuarta de ancho de Poniente a Oriente La edificaci n contaba con tres portadas una principal y dos laterales hechas de dos cuerpos y de orden compuesto Estas portadas laterales descansaban sobre unos pedestales de muy bella proporci n aunque en el primer tercio la hermosean labores de talla bien entendidos la una del estilo salom nico con que contin an en perfecta arquitectura En los intercolumnios estaban las estatuas de piedra de los cuatro evangelistas En los cuerpos laterales superiores se encontraban las armas de la iglesia catedral aludiendo al inefable misterio de la Concepci n Pur sima de Mar a nuestra se ora su titular Detalle del decorado de la portada izquierda de catedral P gina opuesta vista general de la portada izquierda P gs 72 y 73 interior de la catedral 76 AHAD s n Inventario y reconocimiento general de bienes ornamentos vasos sagrados alhajas de oro y plata etc pertenecientes a la Santa iglesia catedral de Durango hecho por don Juan Bautista del Olmo prebendado de la misma y su mayordomo de f brica don Miguel P rez Gavil n en el a o de 1822 70 71

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EL ESPLENDOR CATEDRALICIO E n los inventarios de catedral que se levantaron en distintas pocas se presenta de una manera detallada la edificaci n y los objetos que daban realce al culto religioso Tanto los elementos arquitect nicos como los retablos pinturas esculturas libros orfebrer a alhajas y ornamentos hablan de la preocupaci n no solamente de los dirigentes eclesi sticos sino tambi n de los habitantes de la ciudad por contar con un espacio digno que cubriera sus pretensiones urbanas en una tierra de frontera como lo era la Nueva Vizcaya en los siglos pret ritos Para llevar a cabo este recorrido se tom principalmente en cuenta el inventario realizado en 1822 por rdenes del cabido eclesi stico en el ltimo aliento de la grandiosidad catedralicia antes de la ruina que para esta instituci n significaron los cambios neoclasicistas que sufri el edificio y las luchas fratricidas de la centuria decimon nica 76 Es de notar en este documento por lo tanto el uso de t rminos neocl sicos entonces en boga para hacer las descripciones arquitect nicas de la catedral Primeramente se menciona que la superficie que ocupaba la iglesia era un cuadrilongo o rect ngulo La edificaci n estaba construida de piedra de canter a y calicanto med a 119 varas comunes de largo de Norte a Sur y 68 varas y cuarta de ancho de Poniente a Oriente La edificaci n contaba con tres portadas una principal y dos laterales hechas de dos cuerpos y de orden compuesto Estas portadas laterales descansaban sobre unos pedestales de muy bella proporci n aunque en el primer tercio la hermosean labores de talla bien entendidos la una del estilo salom nico con que contin an en perfecta arquitectura En los intercolumnios estaban las estatuas de piedra de los cuatro evangelistas En los cuerpos laterales superiores se encontraban las armas de la iglesia catedral aludiendo al inefable misterio de la Concepci n Pur sima de Mar a nuestra se ora su titular Detalle del decorado de la portada izquierda de catedral P gina opuesta vista general de la portada izquierda P gs 72 y 73 interior de la catedral 76 AHAD s n Inventario y reconocimiento general de bienes ornamentos vasos sagrados alhajas de oro y plata etc pertenecientes a la Santa iglesia catedral de Durango hecho por don Juan Bautista del Olmo prebendado de la misma y su mayordomo de f brica don Miguel P rez Gavil n en el a o de 1822 70 71

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El orden de la portada principal fue considerado por los autores del inventario como m s correcto y grandioso por su clasicismo ya que contaba abajo con columnas estriadas de orden compuesto en todo rigor y en el segundo eran salom nicas Las armas reales estaban en un tico el cual remataba con una cruz de hierro grande calificada de gran hermosura La edificaci n contaba con 61 ventanas incluso las del cimborrio y las claraboyas octagonales de las capillas todas con sus postigos de madera rejas de hierro y vidrieras que le proporcionaban al interior una razonable iluminaci n La catedral se encontraba circundada por una valla de cal y canto lonja con siete p rticos En la parte de atr s estaba la casa de la Hacedur a la claver a de diezmos y la sala capitular cubierta de b veda as como el sal n del chocolatero donde los can nigos tomaban esa bebida por las ma anas El patio de esta casa estaba formado por arcos sostenidos de pilares de orden toscano Se abundaba que las torres estaban construidas de piedra de canter a de tres cuerpos de mayor a menor 24 campaniles y otros tantos balcones de hierro chapitel con cruz de hierro y relox Contaba con 19 campanas y esquilas para los repiques en los d as de fiesta Entre ellas destacaba la mayor dedicada a la Pur sima Concepci n la de san Roque para llamar a la poblaci n en casos de emergencias o epidemias as como un campanita chica en la azotea llamada igual que la mayor para hacer la Se a desde el coro es decir repicaba en el momento de la consagraci n para que los habitantes de Durango repitieran las palabras del incr dulo Tom s Se or m o Dios m o Las portadas de retablo labradas de canter a ten an sus puertas de madera y clavaz n de bronce y canceles El interior estaba edificado de tres naves con 18 b vedas 24 pilares 12 embutidos en las paredes de los costados y 74 12 en medio de la nave principal La c pula o cimborrio ten a su chapitel o linternilla con una cruz en lo alto Al final de las naves laterales bajo las tribunas de los rganos tubulares de fuelles estaban las dos sacrist as menor y mayor La mayor estaba cubierta de b vedas aunque no aparecen mencionadas en los inventarios las pinturas al fresco con temas eucar sticos que como se acostumbraba en las catedrales novohispanas se encuentran en la sacrist a Aunque tampoco se especifica en la documentaci n es necesario mencionar que en el friso de las portadas laterales se hac a nfasis en las alabanzas y rogativas de la letan a lauretana De la misma manera sobre la azotea se visualizan unos ngeles que portan s mbolos marianos y sobre el tambor octagonal de la c pula otros portadores alados de menor tama o re nen en conjunto la invocaci n Ave Mar a Siguiendo el esquema cosmog nico cristiano previo a Cop rnico completan el sentido ascensional catedralicio el Sol la Luna y las estrellas realizadas en talavera poblana sobre la c pula est el arc ngel Miguel que remata as como en las torres se encuentran Gabriel y Rafael Estos altos mensajeros celestes portan finalmente invocaciones al creador del universo Arriba y p gina opuesta Medallones de la b veda pintados por el italiano Claudio Molina en 1898 para elevar el recinto episcopal a la categor a de catedral metropolitana Im genes cortes a de Antonio Pastrana Abajo ngel que se encuentra sobre la azotea de la catedral P gs 76 y 77 una de las campanas de catedral 75

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El orden de la portada principal fue considerado por los autores del inventario como m s correcto y grandioso por su clasicismo ya que contaba abajo con columnas estriadas de orden compuesto en todo rigor y en el segundo eran salom nicas Las armas reales estaban en un tico el cual remataba con una cruz de hierro grande calificada de gran hermosura La edificaci n contaba con 61 ventanas incluso las del cimborrio y las claraboyas octagonales de las capillas todas con sus postigos de madera rejas de hierro y vidrieras que le proporcionaban al interior una razonable iluminaci n La catedral se encontraba circundada por una valla de cal y canto lonja con siete p rticos En la parte de atr s estaba la casa de la Hacedur a la claver a de diezmos y la sala capitular cubierta de b veda as como el sal n del chocolatero donde los can nigos tomaban esa bebida por las ma anas El patio de esta casa estaba formado por arcos sostenidos de pilares de orden toscano Se abundaba que las torres estaban construidas de piedra de canter a de tres cuerpos de mayor a menor 24 campaniles y otros tantos balcones de hierro chapitel con cruz de hierro y relox Contaba con 19 campanas y esquilas para los repiques en los d as de fiesta Entre ellas destacaba la mayor dedicada a la Pur sima Concepci n la de san Roque para llamar a la poblaci n en casos de emergencias o epidemias as como un campanita chica en la azotea llamada igual que la mayor para hacer la Se a desde el coro es decir repicaba en el momento de la consagraci n para que los habitantes de Durango repitieran las palabras del incr dulo Tom s Se or m o Dios m o Las portadas de retablo labradas de canter a ten an sus puertas de madera y clavaz n de bronce y canceles El interior estaba edificado de tres naves con 18 b vedas 24 pilares 12 embutidos en las paredes de los costados y 74 12 en medio de la nave principal La c pula o cimborrio ten a su chapitel o linternilla con una cruz en lo alto Al final de las naves laterales bajo las tribunas de los rganos tubulares de fuelles estaban las dos sacrist as menor y mayor La mayor estaba cubierta de b vedas aunque no aparecen mencionadas en los inventarios las pinturas al fresco con temas eucar sticos que como se acostumbraba en las catedrales novohispanas se encuentran en la sacrist a Aunque tampoco se especifica en la documentaci n es necesario mencionar que en el friso de las portadas laterales se hac a nfasis en las alabanzas y rogativas de la letan a lauretana De la misma manera sobre la azotea se visualizan unos ngeles que portan s mbolos marianos y sobre el tambor octagonal de la c pula otros portadores alados de menor tama o re nen en conjunto la invocaci n Ave Mar a Siguiendo el esquema cosmog nico cristiano previo a Cop rnico completan el sentido ascensional catedralicio el Sol la Luna y las estrellas realizadas en talavera poblana sobre la c pula est el arc ngel Miguel que remata as como en las torres se encuentran Gabriel y Rafael Estos altos mensajeros celestes portan finalmente invocaciones al creador del universo Arriba y p gina opuesta Medallones de la b veda pintados por el italiano Claudio Molina en 1898 para elevar el recinto episcopal a la categor a de catedral metropolitana Im genes cortes a de Antonio Pastrana Abajo ngel que se encuentra sobre la azotea de la catedral P gs 76 y 77 una de las campanas de catedral 75

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ALTARES Y RETABLOS L as cruj as del interior estaban formadas por ocho capillas de nueve varas de largo y nueve y tres cuartas de ancho todas de b veda Estas capillas estaban dedicadas a san Felipe Neri san Jos san Pedro Alumbrado o Sagrario Nuestra Se ora del Rosario virgen de Loreto Pur sima Concepci n y Sant sima Trinidad En el cubo de la torre poniente se acondicion la capilla de la virgen de Guadalupe mientras que en el lado opuesto estaba el osario En el tramo que se encuentra entre la capilla del Sant simo y la entrada estaba adem s un altar adosado dedicado a santa B rbara actualmente a san Mateo Al terminar la nave procesional del Oriente se ubicaban la ante sacrist a y la sacrist a mayor techadas de b veda y con vidrieras y rejas de fierro Los altares de la catedral como en el resto de los templos de Nueva Espa a eran llamados retablos en la parte central y colaterales en la de enfrente fabricados sobre madera dorados y pintados con otros colores como blanco y encarnado El criterio que se usaba para calificar a los retablos en los inventarios estaba de acuerdo a su antig edad y en la primera mitad del siglo XVIII se les llamaba muy viejos a los que ten an caracter sticas clasicistas viejos a los que portaban columnas salom nicas y a la moda a los de columnas est pites y luego a los que llamamos interest pites y an stilos Dentro de los l mites que los monarcas espa oles comenzaron a tender en torno a la Iglesia en la segunda mitad del siglo XVIII estuvo la prohibici n de Carlos III para que se fabricaran retablos dorados de madera con el pretexto de que los altares de canter a eran m s s lidos y menos inflamables El obispo Lorenzo de Trist n comenz a edificar los primeros altares de piedra durante las obras de remodelaci n de 1787 en las que se cambi el orden del programa devocional de la catedral Sin embargo esta proscripci n tom condici n definitiva para la di cesis de Durango por orden del obispo Francisco de Olivares y Benito en 1805 77 En el segundo tramo de la nave central se encontraba la capilla mayor limitada con una cruj a de hierro pintada de verde Sobre la reja interior se encuentran todav a dos atriles de hierro con las guilas bic falas de la monarqu a De hierro eran tambi n los p lpitos sobre los que se encontraban unos tornavoces de madera pintada y dorada con unos arc ngeles arriba Desde los p lpitos se pronunciaban con gran elocuencia los sermones por parte de los can nigos en turno Durango tuvo una larga tradici n de oradores sagrados que persistieron hasta mediados del siglo XX De acuerdo al inventario de 1822 el altar mayor o pante n que se encontraba al centro de la capilla mayor no correspond a ya al de pir mide construido por Felipe Ure a mismo que fue descrito en el inventario de 1762 como un pir mide nuevo de talla dorado de tres cuerpos con quince y media varas de alto con todas las correspondientes 77 AHAD Libro en que se asientan los edictos en el pontificado del Yllmo Sr don Antonio de Macarruya dign simo obispo de esta di cesis del consejo de SM f 152 16 mayo de 1808 78 Altar mayor en el que se halla la figura de la Inmaculada Concepci n guatemalteca 79

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ALTARES Y RETABLOS L as cruj as del interior estaban formadas por ocho capillas de nueve varas de largo y nueve y tres cuartas de ancho todas de b veda Estas capillas estaban dedicadas a san Felipe Neri san Jos san Pedro Alumbrado o Sagrario Nuestra Se ora del Rosario virgen de Loreto Pur sima Concepci n y Sant sima Trinidad En el cubo de la torre poniente se acondicion la capilla de la virgen de Guadalupe mientras que en el lado opuesto estaba el osario En el tramo que se encuentra entre la capilla del Sant simo y la entrada estaba adem s un altar adosado dedicado a santa B rbara actualmente a san Mateo Al terminar la nave procesional del Oriente se ubicaban la ante sacrist a y la sacrist a mayor techadas de b veda y con vidrieras y rejas de fierro Los altares de la catedral como en el resto de los templos de Nueva Espa a eran llamados retablos en la parte central y colaterales en la de enfrente fabricados sobre madera dorados y pintados con otros colores como blanco y encarnado El criterio que se usaba para calificar a los retablos en los inventarios estaba de acuerdo a su antig edad y en la primera mitad del siglo XVIII se les llamaba muy viejos a los que ten an caracter sticas clasicistas viejos a los que portaban columnas salom nicas y a la moda a los de columnas est pites y luego a los que llamamos interest pites y an stilos Dentro de los l mites que los monarcas espa oles comenzaron a tender en torno a la Iglesia en la segunda mitad del siglo XVIII estuvo la prohibici n de Carlos III para que se fabricaran retablos dorados de madera con el pretexto de que los altares de canter a eran m s s lidos y menos inflamables El obispo Lorenzo de Trist n comenz a edificar los primeros altares de piedra durante las obras de remodelaci n de 1787 en las que se cambi el orden del programa devocional de la catedral Sin embargo esta proscripci n tom condici n definitiva para la di cesis de Durango por orden del obispo Francisco de Olivares y Benito en 1805 77 En el segundo tramo de la nave central se encontraba la capilla mayor limitada con una cruj a de hierro pintada de verde Sobre la reja interior se encuentran todav a dos atriles de hierro con las guilas bic falas de la monarqu a De hierro eran tambi n los p lpitos sobre los que se encontraban unos tornavoces de madera pintada y dorada con unos arc ngeles arriba Desde los p lpitos se pronunciaban con gran elocuencia los sermones por parte de los can nigos en turno Durango tuvo una larga tradici n de oradores sagrados que persistieron hasta mediados del siglo XX De acuerdo al inventario de 1822 el altar mayor o pante n que se encontraba al centro de la capilla mayor no correspond a ya al de pir mide construido por Felipe Ure a mismo que fue descrito en el inventario de 1762 como un pir mide nuevo de talla dorado de tres cuerpos con quince y media varas de alto con todas las correspondientes 77 AHAD Libro en que se asientan los edictos en el pontificado del Yllmo Sr don Antonio de Macarruya dign simo obispo de esta di cesis del consejo de SM f 152 16 mayo de 1808 78 Altar mayor en el que se halla la figura de la Inmaculada Concepci n guatemalteca 79

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im genes de talla estofadas 78 En el inventario de 1822 se especifica tambi n que el de pir mide ten a adem s una b veda dorada que lo cubr a El nuevo altar se encontraba colocado igual que el primero en el segundo cuerpo despu s del testero y estaba compuesto por un pir mide o cipr s altar exento nuevo de talla dorado de tres cuerpos Med a 15 5 varas de alto con sus correspondientes im genes de talla estofadas en el altar mayor y tres alrededor de iguales caras Las columnas estaban guarnecidas con seis cortinas de terciopelo carmes con gal n y fleco de oro y forradas de cotense Sobre el tabern culo estaba la figura de la Inmaculada Concepci n con su corona de plata cubierta de un ba o de oro as como ocho cubos de hierro para colocar los hachones que se encend an en las misas de renovaci n de los jueves y en otras festividades Sin embargo la iluminaci n principal de la capilla mayor era proporcionada por un gran candil de plata Bajo el altar estaba la b veda subterr nea que se elevaba una vara y media del piso para acceder al altar mayor En esta b veda se depositaban los cuerpos de los prebendados y obispos difuntos siguiendo el orden que ocupaban en sus sillas del coro para que posteriormente sus huesos fueran llevados al osario El coro se encontraba en el testero porque el obispo Esteban de Trist n alterando el espacio procesional lo cambi de su lugar a mediaci n de la iglesia y lo coloc sobre tres b vedas nuevas de enterramiento Se sabe que el coro estaba formado por 35 sillas altas ocupadas por el obispo y cabildo Las sillas eran de madera de nogal tallada pintadas de negro Las principales que eran las 12 del frente ten an sus asientos de terciopelo encarnado con gal n de plata fina y tachuelas En cada respaldo de los asientos hab a una figura de alg n santo ap stoles patriarcas fundadores de orden otros santos de media talla o relieve y estofados en oro Por otro lado las sillas bajas eran 22 de la misma madera que las altas En la parte de en medio del coro estaban dos facistoles y un atril donde se colocaban los libros de coro y las partituras que correspond an a los distintos d as lit rgicos Sobre el testero de la iglesia arriba del coro se encontraba una repisa con tres tribunas pintadas de dorado y encarnado y en ellas colocada la Inmaculada Concepci n y los arc ngeles Miguel y Gabriel con guiones y escudos de plata Junto al coro se localizaban unas tribunas para el rgano mayor y el menor y la orquesta con que se amenizaban las funciones religiosas 78 Archivo General de Indias Guadalajara 558 Testimonio del Ynventario de la Santa Yglecia Cathedral de esta Ciudad de Durango Fecho de la orden Del Yllmo Sr Dtor Don Pedro Tamar n y Romeral 16 de enero de 1762 80 Antes de que el coro fuera trasladado a la parte del testero se encontraba en ese lugar el retablo de los Reyes al igual que en las dem s catedrales novohispanas En el inventario de 1762 se menciona que estaba formado con un retablo dorado tallado y viejo que ten a siete lienzos del nacimiento de Cristo Estas pinturas deben corresponder a las de la vida de Cristo que se encuentran actualmente en la sacrist a Gui n de plata de catedral P gina opuesta arriba p lpito de herrer a Abajo figura de la Inmaculada Concepci n atribuida a Felipe Ure a Frente al altar mayor estaban dos doseles de terciopelo con galones y flecos de oro y plata con sus respectivas sillas forradas de lo mismo mismas que eran acompa adas por varios cojines alfombras y tapetes as como tres sillas principales para el preste y ministros oficiantes hechas finamente de talla y forradas de terciopelo rojo Estos sitiales eran utilizados por los gobernadores obispos y miembros del cabildo catedralicio El m s importante de los sitiales se encontraba al lado derecho y era conocido como la c tedra 79 desde donde el obispo profer a sus homil as en las que hac a nfasis por su car cter de pastor de la di cesis En el cuerpo de la nave central estaban las bancas correspondientes a los miembros del Ayuntamiento y la Archicofrad a del Sant simo Sacramento 79 En los inventarios no aparece el faldistorio silla sin respaldo donde el obispo tambi n se sentaba para pronunciar su c tedra 81

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im genes de talla estofadas 78 En el inventario de 1822 se especifica tambi n que el de pir mide ten a adem s una b veda dorada que lo cubr a El nuevo altar se encontraba colocado igual que el primero en el segundo cuerpo despu s del testero y estaba compuesto por un pir mide o cipr s altar exento nuevo de talla dorado de tres cuerpos Med a 15 5 varas de alto con sus correspondientes im genes de talla estofadas en el altar mayor y tres alrededor de iguales caras Las columnas estaban guarnecidas con seis cortinas de terciopelo carmes con gal n y fleco de oro y forradas de cotense Sobre el tabern culo estaba la figura de la Inmaculada Concepci n con su corona de plata cubierta de un ba o de oro as como ocho cubos de hierro para colocar los hachones que se encend an en las misas de renovaci n de los jueves y en otras festividades Sin embargo la iluminaci n principal de la capilla mayor era proporcionada por un gran candil de plata Bajo el altar estaba la b veda subterr nea que se elevaba una vara y media del piso para acceder al altar mayor En esta b veda se depositaban los cuerpos de los prebendados y obispos difuntos siguiendo el orden que ocupaban en sus sillas del coro para que posteriormente sus huesos fueran llevados al osario El coro se encontraba en el testero porque el obispo Esteban de Trist n alterando el espacio procesional lo cambi de su lugar a mediaci n de la iglesia y lo coloc sobre tres b vedas nuevas de enterramiento Se sabe que el coro estaba formado por 35 sillas altas ocupadas por el obispo y cabildo Las sillas eran de madera de nogal tallada pintadas de negro Las principales que eran las 12 del frente ten an sus asientos de terciopelo encarnado con gal n de plata fina y tachuelas En cada respaldo de los asientos hab a una figura de alg n santo ap stoles patriarcas fundadores de orden otros santos de media talla o relieve y estofados en oro Por otro lado las sillas bajas eran 22 de la misma madera que las altas En la parte de en medio del coro estaban dos facistoles y un atril donde se colocaban los libros de coro y las partituras que correspond an a los distintos d as lit rgicos Sobre el testero de la iglesia arriba del coro se encontraba una repisa con tres tribunas pintadas de dorado y encarnado y en ellas colocada la Inmaculada Concepci n y los arc ngeles Miguel y Gabriel con guiones y escudos de plata Junto al coro se localizaban unas tribunas para el rgano mayor y el menor y la orquesta con que se amenizaban las funciones religiosas 78 Archivo General de Indias Guadalajara 558 Testimonio del Ynventario de la Santa Yglecia Cathedral de esta Ciudad de Durango Fecho de la orden Del Yllmo Sr Dtor Don Pedro Tamar n y Romeral 16 de enero de 1762 80 Antes de que el coro fuera trasladado a la parte del testero se encontraba en ese lugar el retablo de los Reyes al igual que en las dem s catedrales novohispanas En el inventario de 1762 se menciona que estaba formado con un retablo dorado tallado y viejo que ten a siete lienzos del nacimiento de Cristo Estas pinturas deben corresponder a las de la vida de Cristo que se encuentran actualmente en la sacrist a Gui n de plata de catedral P gina opuesta arriba p lpito de herrer a Abajo figura de la Inmaculada Concepci n atribuida a Felipe Ure a Frente al altar mayor estaban dos doseles de terciopelo con galones y flecos de oro y plata con sus respectivas sillas forradas de lo mismo mismas que eran acompa adas por varios cojines alfombras y tapetes as como tres sillas principales para el preste y ministros oficiantes hechas finamente de talla y forradas de terciopelo rojo Estos sitiales eran utilizados por los gobernadores obispos y miembros del cabildo catedralicio El m s importante de los sitiales se encontraba al lado derecho y era conocido como la c tedra 79 desde donde el obispo profer a sus homil as en las que hac a nfasis por su car cter de pastor de la di cesis En el cuerpo de la nave central estaban las bancas correspondientes a los miembros del Ayuntamiento y la Archicofrad a del Sant simo Sacramento 79 En los inventarios no aparece el faldistorio silla sin respaldo donde el obispo tambi n se sentaba para pronunciar su c tedra 81

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Ambos grupos concurr an a las funciones religiosas unos con sus mazas y los otros con sus p rtigas de plata hasta la poca de la Reforma En la nave lateral del lado derecho se encontraba en primer lugar la capilla de San Felipe Neri santo tridentino que form la congregaci n del Oratorio a la que pertenec an varios miembros del clero secular ya que no estaban sujetos a votos El obispo Benito Crespo introdujo a catedral la devoci n a san Felipe Neri en la segunda d cada del XVIII Este retablo era tambi n dorado y conten a adem s de la efigie del santo nueve lienzos de pasajes de la vida m stica de este fundador En cada capilla se encontraban adem s manteles guardamanteles frontales ramilleteros candeleros palabreros con el Evangelio de san Juan atriles cruces aras tarimas y tapetes con que se completaban los paramentos del altar Enseguida estaba la capilla de San Jos como actualmente se encuentra Este santo patriarca padre adoptivo de Jes s patrono para lograr una buena muerte y principal de Nueva Espa a ten a culto especial en las parroquias y catedrales En el retablo se encontraba el santo con el Ni o Jes s Esta figura que todav a se conserva es de talla de madera con t nica dorada vara y corona de plata que contiene las caracter sticas de la escultura monta esina sevillana Estaba acompa ada por diez ngeles embutidos en el mismo retablo A los lados de la misma capilla se ubicaban dos colaterales dedicados a la virgen del Refugio y a la Anunciaci n Estaban en esos altares 14 im genes de talla Figura de san Jos con el ni o Jes s P gina opuesta sagrario en el que se encuentra el Sant simo Sacramento Pasando la entrada y caminando hacia la capilla del Sant simo estaba la correspondiente a san Pedro Este santo s mbolo de la primac a de los papas romanos estaba representado con una escultura de casi dos varas vestida de pontifical con su tiara Esta capilla estaba dedicada anteriormente al Santo Cristo que para entonces estaba en la sacrist a menor Esa misma capilla correspond a a Nuestra Se ora de la Fuente una variaci n derivada de la Inmaculada Concepci n en la que se enfatizaba a Mar a como Fuente de Gracia La imagen con corona y rostrillo de plata estaba en un colateral dorado de talla A un lado hab a una peana para san Juan Nepomuceno patrono del sigilo de la confesi n y por lo tanto del cabildo catedralicio La capilla del Alumbrado o Sagrario llamada as porque all se encontraba permanentemente el Sant simo Sacramento contaba con una c pula peque a y en su interior estaba el pir mide construido por Ure a que antes estaba en el altar mayor Se le menciona en el inventario de 1822 como 82 83

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Ambos grupos concurr an a las funciones religiosas unos con sus mazas y los otros con sus p rtigas de plata hasta la poca de la Reforma En la nave lateral del lado derecho se encontraba en primer lugar la capilla de San Felipe Neri santo tridentino que form la congregaci n del Oratorio a la que pertenec an varios miembros del clero secular ya que no estaban sujetos a votos El obispo Benito Crespo introdujo a catedral la devoci n a san Felipe Neri en la segunda d cada del XVIII Este retablo era tambi n dorado y conten a adem s de la efigie del santo nueve lienzos de pasajes de la vida m stica de este fundador En cada capilla se encontraban adem s manteles guardamanteles frontales ramilleteros candeleros palabreros con el Evangelio de san Juan atriles cruces aras tarimas y tapetes con que se completaban los paramentos del altar Enseguida estaba la capilla de San Jos como actualmente se encuentra Este santo patriarca padre adoptivo de Jes s patrono para lograr una buena muerte y principal de Nueva Espa a ten a culto especial en las parroquias y catedrales En el retablo se encontraba el santo con el Ni o Jes s Esta figura que todav a se conserva es de talla de madera con t nica dorada vara y corona de plata que contiene las caracter sticas de la escultura monta esina sevillana Estaba acompa ada por diez ngeles embutidos en el mismo retablo A los lados de la misma capilla se ubicaban dos colaterales dedicados a la virgen del Refugio y a la Anunciaci n Estaban en esos altares 14 im genes de talla Figura de san Jos con el ni o Jes s P gina opuesta sagrario en el que se encuentra el Sant simo Sacramento Pasando la entrada y caminando hacia la capilla del Sant simo estaba la correspondiente a san Pedro Este santo s mbolo de la primac a de los papas romanos estaba representado con una escultura de casi dos varas vestida de pontifical con su tiara Esta capilla estaba dedicada anteriormente al Santo Cristo que para entonces estaba en la sacrist a menor Esa misma capilla correspond a a Nuestra Se ora de la Fuente una variaci n derivada de la Inmaculada Concepci n en la que se enfatizaba a Mar a como Fuente de Gracia La imagen con corona y rostrillo de plata estaba en un colateral dorado de talla A un lado hab a una peana para san Juan Nepomuceno patrono del sigilo de la confesi n y por lo tanto del cabildo catedralicio La capilla del Alumbrado o Sagrario llamada as porque all se encontraba permanentemente el Sant simo Sacramento contaba con una c pula peque a y en su interior estaba el pir mide construido por Ure a que antes estaba en el altar mayor Se le menciona en el inventario de 1822 como 82 83

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pante n de tres cuerpos todo de talla dorado y con numerosos santos En la pared del lado de la ep stola estaba una alacena embutida donde se conservaban los corazones y lenguas de los obispos Antonio de Macarruya y Jos Joaqu n Granados como recuerdos de su elocuencia sagrada y el amor que tuvieron a su catedral En esa misma capilla est n la imagen de la virgen Dolorosa que presid a la capilla anteriormente mencionada antes de que fuera dedicada a la virgen de la Fuente Esta figura estaba vestida elegantemente con una t nica y manto de terciopelo negro y lustrina con gal n de oro Estaba ricamente ataviada con una cruz de diamantes sarcillos de oro una gargantilla de diez hilos de perlas finas de las que se descolgaba una cruz tambi n de oro En el pecho ten a prendida otra cruz del mismo metal con treinta esmeraldas Las dos pulseras estaban formadas con 33 hilos de perlas El altar adosado a la pared estaba dedicado a santa B rbara patrona de Durango contra descalabros meteorol gicos a ra z de que un rayo destruy el cimborrio de catedral en 1682 Por esa raz n cuando llov a la gente exclamaba santa B rbara doncella l branos de un rayo y una centella Este altar consist a en un retablillo de talla pintado en blanco y oro En medio del retablo estaba la virgen de Cacaria o del Sagrario de la que se narraban hechos prodigiosos realizados por ella durante la guerra tepehuana 80 Es posible que estuviera all tambi n la escultura de santa Petronila patrona contra las hambrunas y formaba con santa B rbara el conjunto de santas protectoras de los habitantes de la ciudad En el cubo de la torre del Poniente donde anteriormente hab a sido el bautisterio estaba la peque a capilla dedicada a la virgen de Guadalupe El altar donde se encontraba era ya un colateral de piedra de talla y sobredorado Al centro estaba el cuadro de la virgen con marco tambi n sobredorado y corresponde al que realiz Andr s L pez quien se especializaba en este tipo de figuras en el a o de 1813 Esta pintura tocada al original como se estilaba es la que todav a se encuentra en ese lugar En la predela sustituyendo al sagrario estaba una urna empotrada con la imagen de san Pl cido figura de cera con una reliquia del m rtir romano Este tipo de reliquias provenientes de Roma fueron muy apreciadas en el siglo XIX y se conservan varias en los altares que reform el obispo Zubir a A continuaci n siguiendo por el lado del evangelio estaba la capilla de la virgen del Rosario advocaci n promovida por el clero diocesano para recordar la victoria de los cristianos en Lepanto por lo que se hab a cons80 En el inventario se le llama virgen de Topia Esta era una peque a imagen de vestir que qued en el templo de San Juanita de los Lagos y desapareci en la d cada de 1970 84 tituido una cofrad a para promover la pr ctica diaria del rezo del rosario Este retablo correspond a tambi n al del Monumento llamado as para conmemorar la eucarist a los Jueves Santos Este altar ocupaba toda la pared del testero y ten a seis columnas as como esculturas de los profetas Fue el ltimo de los retablos en desaparecer durante la d cada de 1960 y actualmente corresponde al altar de San Jorge La capilla de Nuestra Se ora de Loreto advocaci n promovida por los jesuitas se estaba labrando con un altar de piedra Corresponde actualmente al de san Juan Nepomuceno Pasando la puerta lateral estaba la capilla de la Pur sima Concepci n formada por un retablo o colateral de talla muy alto En medio estaba un nicho de cristales con la imagen de la Pur sima Concepci n muy probablemente la que fabric Felipe Ure a para el pir mide La imagen estaba toda alhajada de piedras y perlas resplandor de plata guarnecido y peana de terciopelo El retablo se encontraba embutido de reliquias de cera de agnus Abajo estaba un Cristo de coral y un nacimiento de marfil metido en una vidriera con marco de plata En la misma capilla hab a tambi n un retablo de talla dorado con el cuadro de san Aten genes obispo patrono de las viudas y los hu rfanos La ltima capilla del lado izquierdo era la dedicada a la Sant sima Trinidad como hasta la fecha Entonces ten a un retablo de talla encarnado y dorado en medio un cuadro de la Sant sima Trinidad y en el remate una imagen de piedra blanca que llamaban de leche tecali A los lados se encontraban los cuatro doctores de la iglesia latina y abajo 75 relicarios una cruz de marfil nueve cuadritos de vitela y como la reliquia m s apreciada un Santo Lignum Crucis una astilla de la cruz contenida en una custodia de plata Tambi n eran reconocidas las de la se ora santa Ana y las de santa rsula y san Antonio estaban en sendos relicarios de plata de filigrana Hay que recordar que a pesar de que despu s de la ruptura con Lutero se hab a frenado mucho el culto a las reliquias todav a las catedrales compet an por obtener muchas reliquias romanas de los santos que se acercaban m s a la familia de Cristo y las de los m rtires En esa misma capilla se encontraba la imagen de bulto de san Jorge a caballo venciendo al drag n Este santo es el patrono de los ni os de Durango contra los piquetes de los alacranes que antes del descubrimiento del suero antialacr nico resultaban fat dicos Debido a esta causa cada 23 de abril se hacen romer as con los ni os para regalar flores al santo personificado en un ni o caballero y pedirle San Jorge bendito amarra tus animalitos con tu santo cord n bendito Figura de la cabeza de un m rtir y de la Virgen del Rosario arriba P gina opuesta figuras de santa B rbara arriba y santa Petronila abajo 85

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pante n de tres cuerpos todo de talla dorado y con numerosos santos En la pared del lado de la ep stola estaba una alacena embutida donde se conservaban los corazones y lenguas de los obispos Antonio de Macarruya y Jos Joaqu n Granados como recuerdos de su elocuencia sagrada y el amor que tuvieron a su catedral En esa misma capilla est n la imagen de la virgen Dolorosa que presid a la capilla anteriormente mencionada antes de que fuera dedicada a la virgen de la Fuente Esta figura estaba vestida elegantemente con una t nica y manto de terciopelo negro y lustrina con gal n de oro Estaba ricamente ataviada con una cruz de diamantes sarcillos de oro una gargantilla de diez hilos de perlas finas de las que se descolgaba una cruz tambi n de oro En el pecho ten a prendida otra cruz del mismo metal con treinta esmeraldas Las dos pulseras estaban formadas con 33 hilos de perlas El altar adosado a la pared estaba dedicado a santa B rbara patrona de Durango contra descalabros meteorol gicos a ra z de que un rayo destruy el cimborrio de catedral en 1682 Por esa raz n cuando llov a la gente exclamaba santa B rbara doncella l branos de un rayo y una centella Este altar consist a en un retablillo de talla pintado en blanco y oro En medio del retablo estaba la virgen de Cacaria o del Sagrario de la que se narraban hechos prodigiosos realizados por ella durante la guerra tepehuana 80 Es posible que estuviera all tambi n la escultura de santa Petronila patrona contra las hambrunas y formaba con santa B rbara el conjunto de santas protectoras de los habitantes de la ciudad En el cubo de la torre del Poniente donde anteriormente hab a sido el bautisterio estaba la peque a capilla dedicada a la virgen de Guadalupe El altar donde se encontraba era ya un colateral de piedra de talla y sobredorado Al centro estaba el cuadro de la virgen con marco tambi n sobredorado y corresponde al que realiz Andr s L pez quien se especializaba en este tipo de figuras en el a o de 1813 Esta pintura tocada al original como se estilaba es la que todav a se encuentra en ese lugar En la predela sustituyendo al sagrario estaba una urna empotrada con la imagen de san Pl cido figura de cera con una reliquia del m rtir romano Este tipo de reliquias provenientes de Roma fueron muy apreciadas en el siglo XIX y se conservan varias en los altares que reform el obispo Zubir a A continuaci n siguiendo por el lado del evangelio estaba la capilla de la virgen del Rosario advocaci n promovida por el clero diocesano para recordar la victoria de los cristianos en Lepanto por lo que se hab a cons80 En el inventario se le llama virgen de Topia Esta era una peque a imagen de vestir que qued en el templo de San Juanita de los Lagos y desapareci en la d cada de 1970 84 tituido una cofrad a para promover la pr ctica diaria del rezo del rosario Este retablo correspond a tambi n al del Monumento llamado as para conmemorar la eucarist a los Jueves Santos Este altar ocupaba toda la pared del testero y ten a seis columnas as como esculturas de los profetas Fue el ltimo de los retablos en desaparecer durante la d cada de 1960 y actualmente corresponde al altar de San Jorge La capilla de Nuestra Se ora de Loreto advocaci n promovida por los jesuitas se estaba labrando con un altar de piedra Corresponde actualmente al de san Juan Nepomuceno Pasando la puerta lateral estaba la capilla de la Pur sima Concepci n formada por un retablo o colateral de talla muy alto En medio estaba un nicho de cristales con la imagen de la Pur sima Concepci n muy probablemente la que fabric Felipe Ure a para el pir mide La imagen estaba toda alhajada de piedras y perlas resplandor de plata guarnecido y peana de terciopelo El retablo se encontraba embutido de reliquias de cera de agnus Abajo estaba un Cristo de coral y un nacimiento de marfil metido en una vidriera con marco de plata En la misma capilla hab a tambi n un retablo de talla dorado con el cuadro de san Aten genes obispo patrono de las viudas y los hu rfanos La ltima capilla del lado izquierdo era la dedicada a la Sant sima Trinidad como hasta la fecha Entonces ten a un retablo de talla encarnado y dorado en medio un cuadro de la Sant sima Trinidad y en el remate una imagen de piedra blanca que llamaban de leche tecali A los lados se encontraban los cuatro doctores de la iglesia latina y abajo 75 relicarios una cruz de marfil nueve cuadritos de vitela y como la reliquia m s apreciada un Santo Lignum Crucis una astilla de la cruz contenida en una custodia de plata Tambi n eran reconocidas las de la se ora santa Ana y las de santa rsula y san Antonio estaban en sendos relicarios de plata de filigrana Hay que recordar que a pesar de que despu s de la ruptura con Lutero se hab a frenado mucho el culto a las reliquias todav a las catedrales compet an por obtener muchas reliquias romanas de los santos que se acercaban m s a la familia de Cristo y las de los m rtires En esa misma capilla se encontraba la imagen de bulto de san Jorge a caballo venciendo al drag n Este santo es el patrono de los ni os de Durango contra los piquetes de los alacranes que antes del descubrimiento del suero antialacr nico resultaban fat dicos Debido a esta causa cada 23 de abril se hacen romer as con los ni os para regalar flores al santo personificado en un ni o caballero y pedirle San Jorge bendito amarra tus animalitos con tu santo cord n bendito Figura de la cabeza de un m rtir y de la Virgen del Rosario arriba P gina opuesta figuras de santa B rbara arriba y santa Petronila abajo 85

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Imagen de san Jorge luchando con el drag n P gina opuesta devotos durante las festividades en honor a san Jorge Fotograf as Daniel Quezada 86 87

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Imagen de san Jorge luchando con el drag n P gina opuesta devotos durante las festividades en honor a san Jorge Fotograf as Daniel Quezada 86 87

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SACRIST A MENOR E n la sacrist a menor donde se revest an los sacerdotes di conos y monaguillos que ayudaban en los servicios religiosos se encontraban dos crucifijos grandes Uno con cruz pintada de verde estaba acompa ado por los ladrones Dimas y Gestas El otro estaba sobre una peana y bajo un dosel de cotense Estos cristos correspond an uno al Santo Cristo de Ocot n que con los cambios devocionales y art sticos del siglo XVIII fue relegado a la sacrist a El otro cristo debe corresponder al Se or del Mezquital de ca a y que data de finales del siglo XVI del cual en su entorno se teji un relato que lo relaciona con la rebeli n tepehuana de 1616 Se supon a que estaba en el templo de San Francisco y que fue llevado a catedral cuando fue demolido en 1917 ANTE SACRIST A Y SACRIST A DE LOS PREBENDADOS La sacrist a mayor no ha sufrido muchos cambios desde 1822 Se encontraba all otro crucifijo grande con cendal y bajo dosel de terciopelo morado Corresponde a la figura que est acompa ada por la virgen y san Juan sobre las cajoneras para los ornamentos Tambi n estaban los cuadros de la vida de Cristo firmados por Juan Correa trasladados a ese lugar en 1787 Sobre las paredes tambi n estaban los espejos con marcos de cornucopias que serv an para que los ministros oficiantes se acicalaran Al centro estaba la mesa redonda de bano que procedente de La Habana lleg a Durango en 1814 88 Vista interior de la sacrist a de catedral 89

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SACRIST A MENOR E n la sacrist a menor donde se revest an los sacerdotes di conos y monaguillos que ayudaban en los servicios religiosos se encontraban dos crucifijos grandes Uno con cruz pintada de verde estaba acompa ado por los ladrones Dimas y Gestas El otro estaba sobre una peana y bajo un dosel de cotense Estos cristos correspond an uno al Santo Cristo de Ocot n que con los cambios devocionales y art sticos del siglo XVIII fue relegado a la sacrist a El otro cristo debe corresponder al Se or del Mezquital de ca a y que data de finales del siglo XVI del cual en su entorno se teji un relato que lo relaciona con la rebeli n tepehuana de 1616 Se supon a que estaba en el templo de San Francisco y que fue llevado a catedral cuando fue demolido en 1917 ANTE SACRIST A Y SACRIST A DE LOS PREBENDADOS La sacrist a mayor no ha sufrido muchos cambios desde 1822 Se encontraba all otro crucifijo grande con cendal y bajo dosel de terciopelo morado Corresponde a la figura que est acompa ada por la virgen y san Juan sobre las cajoneras para los ornamentos Tambi n estaban los cuadros de la vida de Cristo firmados por Juan Correa trasladados a ese lugar en 1787 Sobre las paredes tambi n estaban los espejos con marcos de cornucopias que serv an para que los ministros oficiantes se acicalaran Al centro estaba la mesa redonda de bano que procedente de La Habana lleg a Durango en 1814 88 Vista interior de la sacrist a de catedral 89

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SALA CAPITULAR E n el claustro de la casa de la Hacedur a estaba la sala capitular donde se tomaban las decisiones m s importantes para el gobierno de catedral En el testero estaba un dosel de tis con gal n fleco y borlas de oro bajo el cual se encontraba la escultura de la Inmaculada Concepci n Esta imagen de gran belleza policromada y con caprichosas formas barrocas fue tallada por el maestro Juan de Espa a en la Nueva Guatemala y llevada a Durango por el obispo Esteban de Trist n en 1787 Esta escultura es la que actualmente preside el altar mayor como titular de catedral En la misma sala estaba otro cuadro de la Pur sima calificado como pintura superior que es el que est ahora en un altar de madera de formas neoclasicistas que preside la sala La imagen de formato mediano est firmada por Miguel Cabrera Sobre las paredes cubiertas de lienzos de cotense y damascos estaban tambi n los 14 cuadros del apostolado cuyos protagonistas aparecen en el momento del martirio con fuertes anatom as miguelangelescas Estas pinturas tambi n calificadas como excelentes deben corresponder al apostolado que el de n Francisco de Rojas y Ayora don a catedral en su testamento de 1661 81 Detalles de la decoraci n de la mesa capitular Izquierda detalle del labrado de la silla capitular P gina opuesta Inmaculada Concepci n guatemalteca P gs 92 y 93 vista general de la sala capitular 81 90 Archivo de la parroquia del Sagrario libro de entierros 1646 1669 91

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SALA CAPITULAR E n el claustro de la casa de la Hacedur a estaba la sala capitular donde se tomaban las decisiones m s importantes para el gobierno de catedral En el testero estaba un dosel de tis con gal n fleco y borlas de oro bajo el cual se encontraba la escultura de la Inmaculada Concepci n Esta imagen de gran belleza policromada y con caprichosas formas barrocas fue tallada por el maestro Juan de Espa a en la Nueva Guatemala y llevada a Durango por el obispo Esteban de Trist n en 1787 Esta escultura es la que actualmente preside el altar mayor como titular de catedral En la misma sala estaba otro cuadro de la Pur sima calificado como pintura superior que es el que est ahora en un altar de madera de formas neoclasicistas que preside la sala La imagen de formato mediano est firmada por Miguel Cabrera Sobre las paredes cubiertas de lienzos de cotense y damascos estaban tambi n los 14 cuadros del apostolado cuyos protagonistas aparecen en el momento del martirio con fuertes anatom as miguelangelescas Estas pinturas tambi n calificadas como excelentes deben corresponder al apostolado que el de n Francisco de Rojas y Ayora don a catedral en su testamento de 1661 81 Detalles de la decoraci n de la mesa capitular Izquierda detalle del labrado de la silla capitular P gina opuesta Inmaculada Concepci n guatemalteca P gs 92 y 93 vista general de la sala capitular 81 90 Archivo de la parroquia del Sagrario libro de entierros 1646 1669 91

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Cuadros del apostolado P gina opuesta Inmaculada Concepci n de Miguel Cabrera 94 95

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Cuadros del apostolado P gina opuesta Inmaculada Concepci n de Miguel Cabrera 94 95

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PINTURA D esde sus inicios la catedral cont con objetos de culto de gran calidad art stica debido a que la di cesis de Durango fue el primer pelda o escalafonario para los can nigos de la catedral de M xico Como estos se ores estaban relacionados con los maestros que trabajaban en la sede metropolitana les encargaban obras de calidad para ser trasladadas a la peque a mitra norte a En los inventarios puede observarse c mo la catedral estaba repleta de todo tipo de cuadros que iban desde lienzos o pinturas al leo sobre tela y probablemente sobre tabla y con tama os de gran formato de vara media vara y peque os Tambi n hab a l minas de cobre y zinc medianas y peque as Algunos cuadros aparecen detallados en los inventarios pero no la mayor a por lo que no pueden ser f cilmente identificados Entre los que deben haber estado en la segunda edificaci n son los de la Virgen del P pulo advocaci n romana promovida por los jesuitas que en esta pintura conserva su marco original la imposici n de la casulla por la virgen a Ildefonso un leo sobre tela que data de principios del siglo XVII san Carlos Borromeo modelo tridentino de comportamiento para los obispos cuadro manierista de la primera mitad de ese mismo siglo Cristo Crucificado cuadro claroscurista de acusadas formas barrocas atribuido al sevillano Sebasti n L pez de Arteaga el Levantamiento de la Cruz pintura basada en un grabado de Rubens que muestra la escena en diferentes planos como se estaban pintando en ese momento en Europa Probablemente este cuadro formaba parte del retablo de los Reyes De este mismo altar son los cuatro cuadros del Nacimiento Adoraci n de los Reyes Resurrecci n y Ascensi n de Cristo hechos por el pintor mulato Juan Correa en 1686 y que actualmente se ubican en la sacrist a mayor Todav a se conserva un n mero importante de pinturas que corresponden a la construcci n de la tercera catedral y a su esplendor barroco De la misma manera que los de la etapa anterior corresponden a los princi 96 San Carlos Borromeo Arriba imposici n de la casulla por la Virgen a Ildefonso P gina opuesta Virgen del P pulo 97

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PINTURA D esde sus inicios la catedral cont con objetos de culto de gran calidad art stica debido a que la di cesis de Durango fue el primer pelda o escalafonario para los can nigos de la catedral de M xico Como estos se ores estaban relacionados con los maestros que trabajaban en la sede metropolitana les encargaban obras de calidad para ser trasladadas a la peque a mitra norte a En los inventarios puede observarse c mo la catedral estaba repleta de todo tipo de cuadros que iban desde lienzos o pinturas al leo sobre tela y probablemente sobre tabla y con tama os de gran formato de vara media vara y peque os Tambi n hab a l minas de cobre y zinc medianas y peque as Algunos cuadros aparecen detallados en los inventarios pero no la mayor a por lo que no pueden ser f cilmente identificados Entre los que deben haber estado en la segunda edificaci n son los de la Virgen del P pulo advocaci n romana promovida por los jesuitas que en esta pintura conserva su marco original la imposici n de la casulla por la virgen a Ildefonso un leo sobre tela que data de principios del siglo XVII san Carlos Borromeo modelo tridentino de comportamiento para los obispos cuadro manierista de la primera mitad de ese mismo siglo Cristo Crucificado cuadro claroscurista de acusadas formas barrocas atribuido al sevillano Sebasti n L pez de Arteaga el Levantamiento de la Cruz pintura basada en un grabado de Rubens que muestra la escena en diferentes planos como se estaban pintando en ese momento en Europa Probablemente este cuadro formaba parte del retablo de los Reyes De este mismo altar son los cuatro cuadros del Nacimiento Adoraci n de los Reyes Resurrecci n y Ascensi n de Cristo hechos por el pintor mulato Juan Correa en 1686 y que actualmente se ubican en la sacrist a mayor Todav a se conserva un n mero importante de pinturas que corresponden a la construcci n de la tercera catedral y a su esplendor barroco De la misma manera que los de la etapa anterior corresponden a los princi 96 San Carlos Borromeo Arriba imposici n de la casulla por la Virgen a Ildefonso P gina opuesta Virgen del P pulo 97

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pales pintores del virreinato pero van alternando con los cuadros de los primeros pintores que se trasladaron al septentri n novohispano Entre estos cuadros se encuentran los santos patronos Catalina de Alejandr a intercesora contra descalabros meteorol gicos y el obispo Aten genes abogado de viudas y hu rfanos ambos firmados por Antonio de Torres pintor miembro de la familia Rodr guez Ju rez Tambi n est n cuatro cuadros de la serie de la vida de san Felipe Neri que formaron parte del retablo dedicado a ese santo y son obra de Juan Antonio Aguilera pintor activo en M xico hacia 1720 asimismo est un cuadro de los dolores y gozos de san Jos acompa ado por la m stica Teresa de vila cuadro firmado por Juan Antonio Arriaga hacia 1744 Cristo Crucificado atribuido al sevillano Sebasti n L pez de Arteaga Izquierda levantamiento de la Cruz P gina opuesta Nacimiento Adoraci n de los Reyes Resurrecci n y Ascensi n de Cristo P g 100 Catalina de Alejandr a P g 101 el obispo Aten genes Del pintor y dorador Francisco Mart nez est un cuadro de la Sant sima Trinidad que tal vez estuvo en el retablo dedicado a esta manifestaci n divina as como los santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier que est n 98 99

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pales pintores del virreinato pero van alternando con los cuadros de los primeros pintores que se trasladaron al septentri n novohispano Entre estos cuadros se encuentran los santos patronos Catalina de Alejandr a intercesora contra descalabros meteorol gicos y el obispo Aten genes abogado de viudas y hu rfanos ambos firmados por Antonio de Torres pintor miembro de la familia Rodr guez Ju rez Tambi n est n cuatro cuadros de la serie de la vida de san Felipe Neri que formaron parte del retablo dedicado a ese santo y son obra de Juan Antonio Aguilera pintor activo en M xico hacia 1720 asimismo est un cuadro de los dolores y gozos de san Jos acompa ado por la m stica Teresa de vila cuadro firmado por Juan Antonio Arriaga hacia 1744 Cristo Crucificado atribuido al sevillano Sebasti n L pez de Arteaga Izquierda levantamiento de la Cruz P gina opuesta Nacimiento Adoraci n de los Reyes Resurrecci n y Ascensi n de Cristo P g 100 Catalina de Alejandr a P g 101 el obispo Aten genes Del pintor y dorador Francisco Mart nez est un cuadro de la Sant sima Trinidad que tal vez estuvo en el retablo dedicado a esta manifestaci n divina as como los santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier que est n 98 99

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en el coro La virgen del Refugio fue una advocaci n difundida por jesuitas y franciscanos que tuvo mucha veneraci n en la segunda mitad del siglo XVIII y en catedral se encuentra una imagen firmada por Juan Nepomuceno Figueroa con acabados dorados semejantes a los de la pintura guatemalteca y cuzque a En este caso la imagen se encuentra acompa ada por un peque o san Jos pintado exprofeso de este tama o para dimensionar el de su esposa la madre de Dios Otros pintores novohispanos que hicieron llegar obras a la catedral de Durango fueron Jos de Ibarra oriundo de Guadalajara quien firm el cuadro de la Guadalupana con las cuatro apariciones de la antesacrist a y probablemente el de san Jorge venciendo al drag n como alegor a de los ponzo osos alacranes de Durango que se ubica en la sacrist a mayor Del oaxaque o Miguel Cabrera se contaba la virgen del Refugio probablemente la que se encontraba en la capilla de San Pedro firmada por el autor en 1766 cuando ve a ya cercano el fin de su vida Entre los maestros que pertenecieron a la Academia de San Carlos estaba Francisco Clapera quien pint una serie de la vida de Mar a sobre l minas de cobre en las que se capta la impronta arquitect nica de la transici n art stica dieciochesca Ya totalmente inmerso es esos c nones estaba Jos Mar a V squez quien pint un san Luis Gonzaga Finalmente Andr s L pez pint dos v rgenes de Guadalupe t pico en el que se especializ Una muestra muy completa de la pintura de retrato novohispano es la colecci n de efigies de los obispos y arzobispos que han gobernado la di cesis Esta serie todav a incipiente se encontraba en la sacrist a mayor en 1822 pero al ir aumentando su n mero con el paso del tiempo se opt por colocarla en la sala del Provisorato de la casa de la Hacedur a donde hasta la fecha se conserva San Francisco Javier con atuendo de peregrino compostelano P gina opuesta Virgen de Guadalupe con apariciones En esta secuencia pict rica es donde mejor se percibe la relaci n de los obispos con los artesanos novohispanos y luego mexicanos comentada con anterioridad Como ejemplos est n los cuadros de los obispos Pedro Barrientos Lomel pintado por Jos Ju rez Juan de Gorospe y Felipe Garc a de Legazpi ambos pintados por Juan Correa Manuel de Escalante e Ignacio Diez por Juan Rodr guez Ju rez A partir del retrato de Mart n de Elizacochea se comienza a percibir la presencia de los maestros pintores que llegaron a Durango y las diferencias de factura con los maestros anteriores Este fue el caso de Gabriel de Ovalle quien plasm la imagen de este prelado en 1742 Durante su estancia en 102 103

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en el coro La virgen del Refugio fue una advocaci n difundida por jesuitas y franciscanos que tuvo mucha veneraci n en la segunda mitad del siglo XVIII y en catedral se encuentra una imagen firmada por Juan Nepomuceno Figueroa con acabados dorados semejantes a los de la pintura guatemalteca y cuzque a En este caso la imagen se encuentra acompa ada por un peque o san Jos pintado exprofeso de este tama o para dimensionar el de su esposa la madre de Dios Otros pintores novohispanos que hicieron llegar obras a la catedral de Durango fueron Jos de Ibarra oriundo de Guadalajara quien firm el cuadro de la Guadalupana con las cuatro apariciones de la antesacrist a y probablemente el de san Jorge venciendo al drag n como alegor a de los ponzo osos alacranes de Durango que se ubica en la sacrist a mayor Del oaxaque o Miguel Cabrera se contaba la virgen del Refugio probablemente la que se encontraba en la capilla de San Pedro firmada por el autor en 1766 cuando ve a ya cercano el fin de su vida Entre los maestros que pertenecieron a la Academia de San Carlos estaba Francisco Clapera quien pint una serie de la vida de Mar a sobre l minas de cobre en las que se capta la impronta arquitect nica de la transici n art stica dieciochesca Ya totalmente inmerso es esos c nones estaba Jos Mar a V squez quien pint un san Luis Gonzaga Finalmente Andr s L pez pint dos v rgenes de Guadalupe t pico en el que se especializ Una muestra muy completa de la pintura de retrato novohispano es la colecci n de efigies de los obispos y arzobispos que han gobernado la di cesis Esta serie todav a incipiente se encontraba en la sacrist a mayor en 1822 pero al ir aumentando su n mero con el paso del tiempo se opt por colocarla en la sala del Provisorato de la casa de la Hacedur a donde hasta la fecha se conserva San Francisco Javier con atuendo de peregrino compostelano P gina opuesta Virgen de Guadalupe con apariciones En esta secuencia pict rica es donde mejor se percibe la relaci n de los obispos con los artesanos novohispanos y luego mexicanos comentada con anterioridad Como ejemplos est n los cuadros de los obispos Pedro Barrientos Lomel pintado por Jos Ju rez Juan de Gorospe y Felipe Garc a de Legazpi ambos pintados por Juan Correa Manuel de Escalante e Ignacio Diez por Juan Rodr guez Ju rez A partir del retrato de Mart n de Elizacochea se comienza a percibir la presencia de los maestros pintores que llegaron a Durango y las diferencias de factura con los maestros anteriores Este fue el caso de Gabriel de Ovalle quien plasm la imagen de este prelado en 1742 Durante su estancia en 102 103

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la catedral este pintor que tambi n radic en Zacatecas realiz el cuadro de santa B rbara para su retablo as como la pintura del Santo Ni o de la Guardia en la que fue representado un supuesto asesinato ritual por parte de unos jud os en el pueblo de este nombre en el arzobispado de Toledo de donde era originario el obispo Pedro Tamar n quien probablemente encarg su factura Posiblemente el mismo Ovalle sea el autor del retrato del obispo Tamar n Detalle de los alacranes en el cuadro de san Jorge venciendo al drag n P gina opuesta vista general de la misma obra Aunque el retrato del obispo antirregalista Vicente D az Bravo fue encargado a Jos Patricio Morlete en 1777 los de los siguientes obispos volvieron a manos de pintores locales As a Antonio de Macarruya lo pint el relojero Jos Crist bal de Escobar y a Esteban Lorenzo de Trist n y Jos Joaqu n Granados los inmortaliz Jos Mariano Morales Una vez consumada la Independencia nuevos pintores transitaron por Durango como fue Santiago Sawkins quien pint al obispo Antonio Zubir a y Escalante en 1835 pero luego fueron los pintores locales los que entraron nuevamente a escena y Ram n Casta eda duranguense que alcanz cierta fama en la capital del pa s realiz el cuadro del primer arzobispo Jos Vicente Salinas con pinceladas impresionistas El del arzobispo Santiago Zubir a es obra de Miguel G mez y los de Francisco Mendoza y Herrera Jos Mar a Gonz lez y Valencia y Lucio Torreblanca son de Salvador Toulet Finalmente los de Antonio L pez Avi a Jos Trinidad Medel82 y H ctor Gonz lez se deben al presb tero Ram n Ram rez Castor 82 Un retrato del arzobispo Jos de la Trinidad Medel fue pintado por el maestro Jos Antonio Trevi o con trazos modernistas propios de su tiempo pero fue retirado un poco despu s 104 105

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la catedral este pintor que tambi n radic en Zacatecas realiz el cuadro de santa B rbara para su retablo as como la pintura del Santo Ni o de la Guardia en la que fue representado un supuesto asesinato ritual por parte de unos jud os en el pueblo de este nombre en el arzobispado de Toledo de donde era originario el obispo Pedro Tamar n quien probablemente encarg su factura Posiblemente el mismo Ovalle sea el autor del retrato del obispo Tamar n Detalle de los alacranes en el cuadro de san Jorge venciendo al drag n P gina opuesta vista general de la misma obra Aunque el retrato del obispo antirregalista Vicente D az Bravo fue encargado a Jos Patricio Morlete en 1777 los de los siguientes obispos volvieron a manos de pintores locales As a Antonio de Macarruya lo pint el relojero Jos Crist bal de Escobar y a Esteban Lorenzo de Trist n y Jos Joaqu n Granados los inmortaliz Jos Mariano Morales Una vez consumada la Independencia nuevos pintores transitaron por Durango como fue Santiago Sawkins quien pint al obispo Antonio Zubir a y Escalante en 1835 pero luego fueron los pintores locales los que entraron nuevamente a escena y Ram n Casta eda duranguense que alcanz cierta fama en la capital del pa s realiz el cuadro del primer arzobispo Jos Vicente Salinas con pinceladas impresionistas El del arzobispo Santiago Zubir a es obra de Miguel G mez y los de Francisco Mendoza y Herrera Jos Mar a Gonz lez y Valencia y Lucio Torreblanca son de Salvador Toulet Finalmente los de Antonio L pez Avi a Jos Trinidad Medel82 y H ctor Gonz lez se deben al presb tero Ram n Ram rez Castor 82 Un retrato del arzobispo Jos de la Trinidad Medel fue pintado por el maestro Jos Antonio Trevi o con trazos modernistas propios de su tiempo pero fue retirado un poco despu s 104 105

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Algunas efigies de los obispos y arzobispos que han gobernado la Di cesis de Durango 106 107

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Santo Ni o de la Guardia P gina opuesta Virgen del Refugio realizada por Figueroa 108 109

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Santo Ni o de la Guardia P gina opuesta Virgen del Refugio realizada por Figueroa 108 109

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ESCULTURA Y MOBILIARIO A l igual que en las misiones de los religiosos en la parroquia de Durango tambi n se llev un Cristo de madera de talla que recibi veneraci n desde los primeros tiempos de la villa Este fue el llamado Se or de Ocot n que tuvo una capilla propia desde la poca de la primera catedral hasta 1787 luego fue llevado a la sacrist a menor y actualmente preside el altar del templo de San Juanita parroquia universitaria El otro crucificado era el Se or del Mezquital del que se habl con anterioridad A medida que se fueron construyendo los templos se fueron trasladando esculturas como hab a sucedido con las pinturas y luego se fueron estableciendo los maestros locales Una de estas figuras es la de san Mateo actualmente localizable en la pared posterior del coro Corresponde a una figura del siglo XVII de formas realistas con la que se honraba a uno de los patrones secundarios de la catedral Esta es la nica imagen de talla que se conserva y que perteneci a la segunda catedral Cuando se inici la tercera edificaci n el maestro Sim n de los Santos comenz tambi n a construir retablos sin embargo fue hasta 1724 en que el maestro Francisco Nores ensambl la siller a del coro que lleg de la ciudad de M xico enviada por intervenci n del maestro de rgano y siller a Francisco Pel ez tal vez su constructor 83 El labrado de las cajone ras de la sacrist a tambi n obra de gran calidad art stica fue comenzado por el maestro Lucas Nores en 1740 y terminado por Juan Antonio Carre o maestro que lleg de Sombrerete 84 Con la llegada de Felipe Ure a la catedral alcanz su m ximo esplendor barroco con su pir mide de columnas est pites con la Pur sima Concepci n que tall ex profeso para su lucimiento 83 AHAD rollo 14 exp 358 84 AHAD Libro Capitular 12 de agosto de 1740 110 Sillas del coro de catedral y su elaborada decoraci n Arriba vista nocturna del templo de San Juanita parroquia universitaria en el que actualmente se encuentra el Se or de Ocot n P gina opuesta san Mateo arriba y Se or de Ocot n abajo P gs 112 y 113 vista general del coro de catedral 111

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ESCULTURA Y MOBILIARIO A l igual que en las misiones de los religiosos en la parroquia de Durango tambi n se llev un Cristo de madera de talla que recibi veneraci n desde los primeros tiempos de la villa Este fue el llamado Se or de Ocot n que tuvo una capilla propia desde la poca de la primera catedral hasta 1787 luego fue llevado a la sacrist a menor y actualmente preside el altar del templo de San Juanita parroquia universitaria El otro crucificado era el Se or del Mezquital del que se habl con anterioridad A medida que se fueron construyendo los templos se fueron trasladando esculturas como hab a sucedido con las pinturas y luego se fueron estableciendo los maestros locales Una de estas figuras es la de san Mateo actualmente localizable en la pared posterior del coro Corresponde a una figura del siglo XVII de formas realistas con la que se honraba a uno de los patrones secundarios de la catedral Esta es la nica imagen de talla que se conserva y que perteneci a la segunda catedral Cuando se inici la tercera edificaci n el maestro Sim n de los Santos comenz tambi n a construir retablos sin embargo fue hasta 1724 en que el maestro Francisco Nores ensambl la siller a del coro que lleg de la ciudad de M xico enviada por intervenci n del maestro de rgano y siller a Francisco Pel ez tal vez su constructor 83 El labrado de las cajone ras de la sacrist a tambi n obra de gran calidad art stica fue comenzado por el maestro Lucas Nores en 1740 y terminado por Juan Antonio Carre o maestro que lleg de Sombrerete 84 Con la llegada de Felipe Ure a la catedral alcanz su m ximo esplendor barroco con su pir mide de columnas est pites con la Pur sima Concepci n que tall ex profeso para su lucimiento 83 AHAD rollo 14 exp 358 84 AHAD Libro Capitular 12 de agosto de 1740 110 Sillas del coro de catedral y su elaborada decoraci n Arriba vista nocturna del templo de San Juanita parroquia universitaria en el que actualmente se encuentra el Se or de Ocot n P gina opuesta san Mateo arriba y Se or de Ocot n abajo P gs 112 y 113 vista general del coro de catedral 111

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En medio de cambios que tuvo el edificio entre 1781 y 1788 el obispo Esteban Lorenzo de Trist n regal a su catedral la magn fica imagen de la Pur sima Concepci n que llev de Guatemala as como el Cristo que recibe la adoraci n de los fieles en las ceremonias de los Viernes Santos El obispo Trist n entroniz en la capilla de la hacienda de Dolores que era de su propiedad la imagen titular de ese nombre otra talla centroamericana de gran belleza Igualmente el obispo Trist n obsequi la imagen de la Sant sima Trinidad que preside el altar propio de su devoci n La catedral contaba tambi n con diversos tibores chinos y figuras de marfil oriental entre sus haberes Correspond an principalmente a cristos crucificados uno de ellos era el que bajo un baldaquino de terciopelo y ce ido con una corona de plata colgaba de una cruz de bano con tres cantoneras igualmente de plata Esta imagen debe corresponder a la que por tradici n se sabe pertenec a a fray Gonzalo de Hermosillo el primer obispo y fue sustra da de la catedral recientemente Otra imagen que pervive es la de un crucificado cuyo cuerpo se pliega perfectamente a la curvatura del colmillo en que fue tallado y tiene muy acusadas facciones orientales Adem s de estas esculturas hab a peque as cruces embutidas en concha n car que se encontraban en los altares Los principales instrumentos musicales para ejecutar la m sica sacra eran los dos rganos de fuelles el mayor con tres y el menor con dos que se encontraban en las tribunas de los testeros de las naves laterales El m s peque o de estos rganos debe corresponder al que se mand fabricar a Jos Padilla en Guadalajara en 1769 y que fue montado en la tribuna durante un tiempo de ocho meses sin perdonar los d as de fiesta porque se tuvo que fundir de nuevo el flautado mayor a adi ndole cinco mixturas que no ten a as como la trompeta real 85 Este rgano conserva sus formas barrocas con una serie de mascarones pintados en las bocas tubulares as como un buen n mero de flautas para acompa ar los acordes musicales El rgano mayor es de dimensiones monumentales y austeras formas Fue probablemente rehecho sobre el anterior por Jos Mar a S nchez m sico y afinador quien lo fabric en Durango en 1847 El tenebrario es un candelabro de forma triangular con 15 velas dispuestas escalonadamente que se iban apagando progresivamente durante el Oficio de Tinieblas al anochecer del Mi rcoles Santo en que se cantaban los salmos y lamentaciones del profeta Jerem as y se iban apagando las 85 AHAD Libro capitular 9 de julio de 1770 El rgano menor conservaba en su interior un papel donde estaba ese dato 114 rgano de catedral P gina opuesta Cristo guatemalteco arriba y detalle de un labrado en madera de la sacrist a de catedral abajo 115

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En medio de cambios que tuvo el edificio entre 1781 y 1788 el obispo Esteban Lorenzo de Trist n regal a su catedral la magn fica imagen de la Pur sima Concepci n que llev de Guatemala as como el Cristo que recibe la adoraci n de los fieles en las ceremonias de los Viernes Santos El obispo Trist n entroniz en la capilla de la hacienda de Dolores que era de su propiedad la imagen titular de ese nombre otra talla centroamericana de gran belleza Igualmente el obispo Trist n obsequi la imagen de la Sant sima Trinidad que preside el altar propio de su devoci n La catedral contaba tambi n con diversos tibores chinos y figuras de marfil oriental entre sus haberes Correspond an principalmente a cristos crucificados uno de ellos era el que bajo un baldaquino de terciopelo y ce ido con una corona de plata colgaba de una cruz de bano con tres cantoneras igualmente de plata Esta imagen debe corresponder a la que por tradici n se sabe pertenec a a fray Gonzalo de Hermosillo el primer obispo y fue sustra da de la catedral recientemente Otra imagen que pervive es la de un crucificado cuyo cuerpo se pliega perfectamente a la curvatura del colmillo en que fue tallado y tiene muy acusadas facciones orientales Adem s de estas esculturas hab a peque as cruces embutidas en concha n car que se encontraban en los altares Los principales instrumentos musicales para ejecutar la m sica sacra eran los dos rganos de fuelles el mayor con tres y el menor con dos que se encontraban en las tribunas de los testeros de las naves laterales El m s peque o de estos rganos debe corresponder al que se mand fabricar a Jos Padilla en Guadalajara en 1769 y que fue montado en la tribuna durante un tiempo de ocho meses sin perdonar los d as de fiesta porque se tuvo que fundir de nuevo el flautado mayor a adi ndole cinco mixturas que no ten a as como la trompeta real 85 Este rgano conserva sus formas barrocas con una serie de mascarones pintados en las bocas tubulares as como un buen n mero de flautas para acompa ar los acordes musicales El rgano mayor es de dimensiones monumentales y austeras formas Fue probablemente rehecho sobre el anterior por Jos Mar a S nchez m sico y afinador quien lo fabric en Durango en 1847 El tenebrario es un candelabro de forma triangular con 15 velas dispuestas escalonadamente que se iban apagando progresivamente durante el Oficio de Tinieblas al anochecer del Mi rcoles Santo en que se cantaban los salmos y lamentaciones del profeta Jerem as y se iban apagando las 85 AHAD Libro capitular 9 de julio de 1770 El rgano menor conservaba en su interior un papel donde estaba ese dato 114 rgano de catedral P gina opuesta Cristo guatemalteco arriba y detalle de un labrado en madera de la sacrist a de catedral abajo 115

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velas amarillas hasta que quedaba solamente una vela de color blanco en el v rtice del tri ngulo Esta ltima vela se iba ocultando para prefigurar la muerte de Cristo y la espera de la resurrecci n el domingo de Pascua Confesionario del can nigo penitenciario que se distingue por sus hermosos detalles labrados P gs 118 y 119 detalle del tenebrario de catedral El tenebrario de la catedral es un gran mueble lit rgico probablemente poblano de cuatro metros de alto y fabricado en cedro rojo con madera taraceada de bano y hueso La Gazeta de M xico public una nota acerca de su llegada a Durango en 1737 y su costo era de cuatro mil pesos 86 Varios detalles del rgano de catedral Esparcidos en las naves procesionales estaban varios confesionarios siendo el m s llamativo uno labrado de madera y pintado con filete de oro utilizado por el can nigo penitenciario Este sacerdote perdonaba los pecados m s dif ciles por lo que en torno a este mueble se teji una leyenda y actualmente es llamado el confesionario que movi el diablo Por otra parte en las entradas principales del templo se encuentran todav a tres pilas de agua bendita talladas de piedra y con azulejos donde los fieles toman el l quido para persignarse cuando entran al recinto 86 116 Gazeta de M xico agosto de 1737 117

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velas amarillas hasta que quedaba solamente una vela de color blanco en el v rtice del tri ngulo Esta ltima vela se iba ocultando para prefigurar la muerte de Cristo y la espera de la resurrecci n el domingo de Pascua Confesionario del can nigo penitenciario que se distingue por sus hermosos detalles labrados P gs 118 y 119 detalle del tenebrario de catedral El tenebrario de la catedral es un gran mueble lit rgico probablemente poblano de cuatro metros de alto y fabricado en cedro rojo con madera taraceada de bano y hueso La Gazeta de M xico public una nota acerca de su llegada a Durango en 1737 y su costo era de cuatro mil pesos 86 Varios detalles del rgano de catedral Esparcidos en las naves procesionales estaban varios confesionarios siendo el m s llamativo uno labrado de madera y pintado con filete de oro utilizado por el can nigo penitenciario Este sacerdote perdonaba los pecados m s dif ciles por lo que en torno a este mueble se teji una leyenda y actualmente es llamado el confesionario que movi el diablo Por otra parte en las entradas principales del templo se encuentran todav a tres pilas de agua bendita talladas de piedra y con azulejos donde los fieles toman el l quido para persignarse cuando entran al recinto 86 116 Gazeta de M xico agosto de 1737 117

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LIBRER A DE CORO P ara llevar a cabo los cantos de alabanza en las horas can nicas de tercia y v speras nueve de la ma ana y seis de la tarde los can nigos ocupaban las sillas del coro y entonaban en lat n salmodias himnos y misas del a o lit rgico Contaban con 63 libros de coro de una vara de alto y tres cuartas de ancho y uno chico con forros de badana y madera chapetas y manillas de bronce La notaci n musical se realiz en punto y con letra g tica como se utilizaba para el canto gregoriano Estos libros fueron pintados a mano con bellas ilustraciones por Sim n Rodr guez de Guzm n entre 1730 y 1735 quien cobraba tres pesos por cada hoja capitular y veinte reales por las interiores 87 Otros 24 libros corales fueron elaborados en M xico en el a o de 1736 por Juan de Dios Rodr guez Leonardo tomando las ideas de Sebasti n Carlos de Castro quien se intitulaba como su inventor 88 Tres fueron dibujados por los maestros Jos Remigio Puelles y Nicol s de Zepeda ambos sochantres de catedral 89 en el inventario de 1822 eran tres libros de v speras motetes un libro de cantos de pasi n y otro de difuntos misas con violines y sin ellos salmos y magn ficas con violines salves letan as pera de Corelli versos de trompas conciertos y oberturas himnos asperjes misereres lamentaciones calendas y alabados Los instrumentos de m sica que exist an eran dos pares de trompas de metal con seis tudeles de plata nueve de lat n uno de hoja de lata y cuatro boquillas de plata dos clarines con sus boquillas de madera una corneta dos bajones mayor y tenor dos violones un contrabajo con su caja un clave una flauta un oboe una flauta negra un viol n viejo dos bajones viejos y dos tiples viejos PAPELES E INSTRUMENTOS DE M SICA La Capilla de M sica era la instituci n encargada de dar lustre sonoro a las funciones religiosas de la catedral y estaba formada por 12 m sicos contratados en forma permanente Los papeles de m sica mencionados 87 AHAD exp 16 rollo 21 88 AHED exp 730 rollo 239 89 Los libros se encuentran adem s firmados por sus autores 120 P gina y detalle de los libros del coro de catedral Uno de los libros del coro Arriba estante donde se guardan los ejemplares Adem s de los rganos e instrumentos la producci n sonora catedralicia se complementaba con dos castillejos con sus ruedas de 12 campanillas cada uno para dar una nota de sublimaci n a la bendici n con el Sant simo mientras se entonaba el Pangue Lingua compuesto por santo Tom s de Aquino De la misma manera las campanillas acompa aban a la de la Se a en la consagraci n y se extra a que se omitiera en los inventarios el gong oriental con que actualmente se realiza en las ceremonias principales 121

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LIBRER A DE CORO P ara llevar a cabo los cantos de alabanza en las horas can nicas de tercia y v speras nueve de la ma ana y seis de la tarde los can nigos ocupaban las sillas del coro y entonaban en lat n salmodias himnos y misas del a o lit rgico Contaban con 63 libros de coro de una vara de alto y tres cuartas de ancho y uno chico con forros de badana y madera chapetas y manillas de bronce La notaci n musical se realiz en punto y con letra g tica como se utilizaba para el canto gregoriano Estos libros fueron pintados a mano con bellas ilustraciones por Sim n Rodr guez de Guzm n entre 1730 y 1735 quien cobraba tres pesos por cada hoja capitular y veinte reales por las interiores 87 Otros 24 libros corales fueron elaborados en M xico en el a o de 1736 por Juan de Dios Rodr guez Leonardo tomando las ideas de Sebasti n Carlos de Castro quien se intitulaba como su inventor 88 Tres fueron dibujados por los maestros Jos Remigio Puelles y Nicol s de Zepeda ambos sochantres de catedral 89 en el inventario de 1822 eran tres libros de v speras motetes un libro de cantos de pasi n y otro de difuntos misas con violines y sin ellos salmos y magn ficas con violines salves letan as pera de Corelli versos de trompas conciertos y oberturas himnos asperjes misereres lamentaciones calendas y alabados Los instrumentos de m sica que exist an eran dos pares de trompas de metal con seis tudeles de plata nueve de lat n uno de hoja de lata y cuatro boquillas de plata dos clarines con sus boquillas de madera una corneta dos bajones mayor y tenor dos violones un contrabajo con su caja un clave una flauta un oboe una flauta negra un viol n viejo dos bajones viejos y dos tiples viejos PAPELES E INSTRUMENTOS DE M SICA La Capilla de M sica era la instituci n encargada de dar lustre sonoro a las funciones religiosas de la catedral y estaba formada por 12 m sicos contratados en forma permanente Los papeles de m sica mencionados 87 AHAD exp 16 rollo 21 88 AHED exp 730 rollo 239 89 Los libros se encuentran adem s firmados por sus autores 120 P gina y detalle de los libros del coro de catedral Uno de los libros del coro Arriba estante donde se guardan los ejemplares Adem s de los rganos e instrumentos la producci n sonora catedralicia se complementaba con dos castillejos con sus ruedas de 12 campanillas cada uno para dar una nota de sublimaci n a la bendici n con el Sant simo mientras se entonaba el Pangue Lingua compuesto por santo Tom s de Aquino De la misma manera las campanillas acompa aban a la de la Se a en la consagraci n y se extra a que se omitiera en los inventarios el gong oriental con que actualmente se realiza en las ceremonias principales 121

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PLATA LABRADA L os objetos de plata y en menor medida los de oro eran comunes en catedral como reflejo de la producci n de una regi n minera Durante las guerras de conservadores y liberales del siglo XIX se perdieron en su inmensa mayor a ya que fueron fundidos para pagar las tropas de ambos bandos Entre ellos se encontraban ciriales y cruz magna para las procesiones candelabros blandones candeleros grandes l mparas y hacheros de plata para iluminar el templo jarras y palanganas para que los sacerdotes mojaran sus manos durante la misa cetros y varas para las im genes floreros fuentes labradas palabreros picheles y ramilletes para adornar los altares Incensarios navetas acetres c lices custodias patenas copones frontales y b culos eran todos de plata Los objetos m s llamativos fabricados con este metal precioso eran la l mpara de la capilla mayor de plata sobredorada en trechos y con 48 arbotantes con un peso de 1 464 marcos tres cuartos de onza un trono de tres gradas con su baldaquino que regal el maestro platero Pedro Morcillo con peso de 119 marcos el frontal del altar mayor de plata sin quintar con peso de cien marcos la palia del sagrario con 64 piedras falsas las nforas o crismeras de los santos leos cinceladas con las armas reales y un peso de setenta marcos Desgraciadamente estas crismeras tambi n fueron robadas recientemente Relicario de plata P gina opuesta conjunto de ciriales y cruz magna de plata Los objetos de oro eran mucho menos numerosos que los de plata sin embargo eran muy espectaculares y se inventariaron cinco c lices uno de ellos con 19 cristales maqueados y un cop n guarnecido de piedras Tambi n hab a una Pur sima Concepci n esmaltada que regal el obispo Pedro Tamar n y una virgen de Guadalupe del mismo metal as como pectorales con piedras preciosas y esposas anillos de los obispos con grandes gemas Destacaba entre estos objetos un c liz de pedernal con 22 esmeraldas En el inventario de 1856 aparece adem s un c liz en el que 122 123

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PLATA LABRADA L os objetos de plata y en menor medida los de oro eran comunes en catedral como reflejo de la producci n de una regi n minera Durante las guerras de conservadores y liberales del siglo XIX se perdieron en su inmensa mayor a ya que fueron fundidos para pagar las tropas de ambos bandos Entre ellos se encontraban ciriales y cruz magna para las procesiones candelabros blandones candeleros grandes l mparas y hacheros de plata para iluminar el templo jarras y palanganas para que los sacerdotes mojaran sus manos durante la misa cetros y varas para las im genes floreros fuentes labradas palabreros picheles y ramilletes para adornar los altares Incensarios navetas acetres c lices custodias patenas copones frontales y b culos eran todos de plata Los objetos m s llamativos fabricados con este metal precioso eran la l mpara de la capilla mayor de plata sobredorada en trechos y con 48 arbotantes con un peso de 1 464 marcos tres cuartos de onza un trono de tres gradas con su baldaquino que regal el maestro platero Pedro Morcillo con peso de 119 marcos el frontal del altar mayor de plata sin quintar con peso de cien marcos la palia del sagrario con 64 piedras falsas las nforas o crismeras de los santos leos cinceladas con las armas reales y un peso de setenta marcos Desgraciadamente estas crismeras tambi n fueron robadas recientemente Relicario de plata P gina opuesta conjunto de ciriales y cruz magna de plata Los objetos de oro eran mucho menos numerosos que los de plata sin embargo eran muy espectaculares y se inventariaron cinco c lices uno de ellos con 19 cristales maqueados y un cop n guarnecido de piedras Tambi n hab a una Pur sima Concepci n esmaltada que regal el obispo Pedro Tamar n y una virgen de Guadalupe del mismo metal as como pectorales con piedras preciosas y esposas anillos de los obispos con grandes gemas Destacaba entre estos objetos un c liz de pedernal con 22 esmeraldas En el inventario de 1856 aparece adem s un c liz en el que 122 123

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hab a celebrado el papa Pio VII quien luch para que la Iglesia Cat lica mantuviera cierta independencia frente a los estados europeos La alhaja m s preciada de catedral era una custodia de oro con un sol engarzado con piedras preciosas una base o pie de oro90 y otro de plata dorada y adornada con ocho ngeles y santos Esta joya correspondiente a la magestad de un Dios que en ella se ha de manifestar 91 estaba guarnecida por 124 esmeraldas chicas y grandes 83 piedras moradas 49 diamantes Ten a un peso de 104 marcos y su costo seg n su fabricante el maestro Jos Careaga vecino de M xico fue de treinta mil pesos Los ornamentos eran otra muestra de la magnificencia que alcanzaron los mitrados duranguenses Las series de ornamentos con los colores establecidos para los distintos tiempos lit rgicos blanco morado rojo verde y negro fueron catalogados como de primera segunda y tercera clases Encabezaban la lista los pontificales completos compuestos por capas pluviales casullas dalm ticas estolas man pulos corporales c ligas o zapatillas de seda tejidas con hilo de oro que hac an juego con los pa os de p lpito y ambones almaizales y frontales Estos ornamentos estaban elaborados con tis s de oro brocados de seda damascos terciopelos persianas y lustrinas Entre ellos destacan los ternos pontificales que se compraron en la Real F brica de Toledo firmados por Miguel Molero en 1777 92 una capa pluvial cubierta con flores as como la llamada casulla de los Monitos en la que se muestran un ni o espa ol jugando con un aro y un ni o indio Adem s de los ricos ornamentos para oficiar misa tambi n hab a mucetas y roquetes de Holanda cuellos mangas albas de Breta a amitos de Holanda y de Campeche as como c ngulos que recuerdan el l tigo con que Jes s fue flagelado Custodia de bronce sobredorado P gina opuesta c liz de oro izquierda y figura con b culo y capa con detalles de oro derecha 124 90 El oro para fabricarla se consigui en el real de Nuestra Se ora de las Mercedes del Oro 91 AHAD Libro Capitular 1 de enero de 1789 92 AHAD Libro Capitular 30 de junio de 1797 el obispo Francisco de Olivares don todos estos pontificales a la catedral que adquiri como su patrimonio antes de su consagraci n y pidi que se le permitiera usarlos por el resto de su vida 125

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hab a celebrado el papa Pio VII quien luch para que la Iglesia Cat lica mantuviera cierta independencia frente a los estados europeos La alhaja m s preciada de catedral era una custodia de oro con un sol engarzado con piedras preciosas una base o pie de oro90 y otro de plata dorada y adornada con ocho ngeles y santos Esta joya correspondiente a la magestad de un Dios que en ella se ha de manifestar 91 estaba guarnecida por 124 esmeraldas chicas y grandes 83 piedras moradas 49 diamantes Ten a un peso de 104 marcos y su costo seg n su fabricante el maestro Jos Careaga vecino de M xico fue de treinta mil pesos Los ornamentos eran otra muestra de la magnificencia que alcanzaron los mitrados duranguenses Las series de ornamentos con los colores establecidos para los distintos tiempos lit rgicos blanco morado rojo verde y negro fueron catalogados como de primera segunda y tercera clases Encabezaban la lista los pontificales completos compuestos por capas pluviales casullas dalm ticas estolas man pulos corporales c ligas o zapatillas de seda tejidas con hilo de oro que hac an juego con los pa os de p lpito y ambones almaizales y frontales Estos ornamentos estaban elaborados con tis s de oro brocados de seda damascos terciopelos persianas y lustrinas Entre ellos destacan los ternos pontificales que se compraron en la Real F brica de Toledo firmados por Miguel Molero en 1777 92 una capa pluvial cubierta con flores as como la llamada casulla de los Monitos en la que se muestran un ni o espa ol jugando con un aro y un ni o indio Adem s de los ricos ornamentos para oficiar misa tambi n hab a mucetas y roquetes de Holanda cuellos mangas albas de Breta a amitos de Holanda y de Campeche as como c ngulos que recuerdan el l tigo con que Jes s fue flagelado Custodia de bronce sobredorado P gina opuesta c liz de oro izquierda y figura con b culo y capa con detalles de oro derecha 124 90 El oro para fabricarla se consigui en el real de Nuestra Se ora de las Mercedes del Oro 91 AHAD Libro Capitular 1 de enero de 1789 92 AHAD Libro Capitular 30 de junio de 1797 el obispo Francisco de Olivares don todos estos pontificales a la catedral que adquiri como su patrimonio antes de su consagraci n y pidi que se le permitiera usarlos por el resto de su vida 125

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Elementos de atuendos pontificales con detalles de oro P gina opuesta detalle del bordado en oro de estas piezas 126 127

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Elementos de atuendos pontificales con detalles de oro P gina opuesta detalle del bordado en oro de estas piezas 126 127

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TEMPLOS DE B VEDA Y COSTOSA F BRICA A l igual que la catedral la mayor a de los templos de la ciudad tambi n fueron reedificados y ampliados entre los a os 1715 y 1740 con paredes de mamposter a y techos de b veda Esto fue posible por el aumento poblacional y de los diezmos que hubo en el obispado Los principales benefactores de estas construcciones fueron obispos y can nigos por lo que se les puede considerar como impulsores de la construcci n urbana El primero de ellos fue el santuario de Guadalupe que hab a quedado inconcluso con la muerte del obispo Pedro Barrientos y fue terminado a instancias del obispo Pedro Tapiz con un costo de treinta mil pesos Se Santuario de los Remedios Arriba altar del santuario de Guadalupe izquierda y danzantes de pluma en el atrio del mismo templo derecha Fotograf a Daniel Quezada P gina opuesta arriba escudo episcopal de la portada del santuario de Guadalupe abajo fachada del mismo templo 128 129

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TEMPLOS DE B VEDA Y COSTOSA F BRICA A l igual que la catedral la mayor a de los templos de la ciudad tambi n fueron reedificados y ampliados entre los a os 1715 y 1740 con paredes de mamposter a y techos de b veda Esto fue posible por el aumento poblacional y de los diezmos que hubo en el obispado Los principales benefactores de estas construcciones fueron obispos y can nigos por lo que se les puede considerar como impulsores de la construcci n urbana El primero de ellos fue el santuario de Guadalupe que hab a quedado inconcluso con la muerte del obispo Pedro Barrientos y fue terminado a instancias del obispo Pedro Tapiz con un costo de treinta mil pesos Se Santuario de los Remedios Arriba altar del santuario de Guadalupe izquierda y danzantes de pluma en el atrio del mismo templo derecha Fotograf a Daniel Quezada P gina opuesta arriba escudo episcopal de la portada del santuario de Guadalupe abajo fachada del mismo templo 128 129

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construy entonces una c pula con ocho claraboyas y en su interior se coloc un retablo dedicado el 8 de marzo de 1718 93 Tapiz dej constancia de su intervenci n en la f brica mandando esculpir su escudo episcopal en la portada y con un retrato que se encuentra en la sacrist a Por su parte los franciscanos no quisieron quedarse atr s e iniciaron la reconstrucci n del templo de San Francisco y del convento de San Antonio de Padua obra de fray Jos Arlegui guardi n del convento en 1721 94 Este mismo sacerdote emprendi la edificaci n del santuario de los Remedios tres a os m s tarde termin ndolo con su sencilla portada ornamentada con una m nsula clasicista en el interior b vedas y camar n 95 Unos a os m s tarde los franciscanos construyeron tambi n el templo de Tercera Orden del que se da noticia en el testamento de Esteban de Erauzo redactado en 1759 96 La remodelaci n del hospital de los santos Cosme y Dami n se inici cuando el obispo Pedro Tapiz presion a los juaninos a fin de que se comprometieran para que el hospital contara con m dico y botica en forma permanente En respuesta a esta solicitud el rey emiti la c dula del 25 de abril de 1719 ordenando la reconstrucci n general del hospital Fueron levantadas adem s de la portada que ostenta las granadas caracter sticas de la orden dos salas de cal y canto para pabellones separados de hombres y mujeres as como tres celdas para los religiosos 97 Terminadas las obras el obispo Benito Crespo bendijo el claustro del hospital adornado con lienzos de valiente pincel el 26 de julio de 1729 98 El templo anexo de San Juan de Dios tambi n fue objeto de una nueva f brica de mamposter a techada con una b veda que se cerr en 1736 Finalmente fue dedicado por el obispo Mart n de Elizacochea el 7 de 93 Gazeta de M xico en Castorena y Urs a abril 1722 vol 1 p 48 Arlegui 1851 p 56 95 Arlegui 1851 p 56 96 Archivo de Notarias del Estado de Durango protocolos de San Juan del R o testamento de Esteban de Erauzo 1759 97 Hern ndez Carlos Durango gr fico Talleres S Rocha 1903 p 16 Este autor publica el documento de fray Jos Mart nez 1793 Plan o noticia del tiempo de la fundaci n de este hospital real de San Cosme y Dami n de esta ciudad de Durango sus aumentos y establecimiento hasta el d a la renta que goza n mero de religiosos que cuidan la hospitalidad con todo lo anexo 98 Gazeta de M xico primero de septiembre de 1729 en Sahag n de Ar valo 1949 p 201 En el cuadro de la virgen del Tr nsito firmado por Jos de la Mota en 1716 aparece un autorretrato 94 Interior del templo de San Juan de Dios Arriba interior del santuario de los Remedios P gina opuesta cuadro del Se or de santa Teresa flanqueado por los santos Cosme y Dami n 130 131

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construy entonces una c pula con ocho claraboyas y en su interior se coloc un retablo dedicado el 8 de marzo de 1718 93 Tapiz dej constancia de su intervenci n en la f brica mandando esculpir su escudo episcopal en la portada y con un retrato que se encuentra en la sacrist a Por su parte los franciscanos no quisieron quedarse atr s e iniciaron la reconstrucci n del templo de San Francisco y del convento de San Antonio de Padua obra de fray Jos Arlegui guardi n del convento en 1721 94 Este mismo sacerdote emprendi la edificaci n del santuario de los Remedios tres a os m s tarde termin ndolo con su sencilla portada ornamentada con una m nsula clasicista en el interior b vedas y camar n 95 Unos a os m s tarde los franciscanos construyeron tambi n el templo de Tercera Orden del que se da noticia en el testamento de Esteban de Erauzo redactado en 1759 96 La remodelaci n del hospital de los santos Cosme y Dami n se inici cuando el obispo Pedro Tapiz presion a los juaninos a fin de que se comprometieran para que el hospital contara con m dico y botica en forma permanente En respuesta a esta solicitud el rey emiti la c dula del 25 de abril de 1719 ordenando la reconstrucci n general del hospital Fueron levantadas adem s de la portada que ostenta las granadas caracter sticas de la orden dos salas de cal y canto para pabellones separados de hombres y mujeres as como tres celdas para los religiosos 97 Terminadas las obras el obispo Benito Crespo bendijo el claustro del hospital adornado con lienzos de valiente pincel el 26 de julio de 1729 98 El templo anexo de San Juan de Dios tambi n fue objeto de una nueva f brica de mamposter a techada con una b veda que se cerr en 1736 Finalmente fue dedicado por el obispo Mart n de Elizacochea el 7 de 93 Gazeta de M xico en Castorena y Urs a abril 1722 vol 1 p 48 Arlegui 1851 p 56 95 Arlegui 1851 p 56 96 Archivo de Notarias del Estado de Durango protocolos de San Juan del R o testamento de Esteban de Erauzo 1759 97 Hern ndez Carlos Durango gr fico Talleres S Rocha 1903 p 16 Este autor publica el documento de fray Jos Mart nez 1793 Plan o noticia del tiempo de la fundaci n de este hospital real de San Cosme y Dami n de esta ciudad de Durango sus aumentos y establecimiento hasta el d a la renta que goza n mero de religiosos que cuidan la hospitalidad con todo lo anexo 98 Gazeta de M xico primero de septiembre de 1729 en Sahag n de Ar valo 1949 p 201 En el cuadro de la virgen del Tr nsito firmado por Jos de la Mota en 1716 aparece un autorretrato 94 Interior del templo de San Juan de Dios Arriba interior del santuario de los Remedios P gina opuesta cuadro del Se or de santa Teresa flanqueado por los santos Cosme y Dami n 130 131

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marzo de 1739 con la bendici n de un costoso retablo costeado por la cofrad a de ese nombre 99 En el interior de este templo se encuentra actualmente una serie de im genes relacionadas con el programa devocional juanino relativo a la salud y al paso de los individuos al otro mundo De esa manera est n los santos m dicos Cosme y Dami n representados en unas esculturas que datan del siglo XVII y en un cuadro firmado por Jos de P ez en el que aparecen vestidos como los miembros del protomedicato El fundador Juan de Dios era asimismo abogado contra las enfermedades nerviosas el arc ngel Rafael lo era para todo tipo de enfermedades santa Luc a proteg a la vista san Cayetano estaba ah por aquello de te apuesto y te gano e igualmente milagroso era san Judas Tadeo Cuando la ida al m s all era inevitable la virgen del Tr nsito ayudaba a una buena muerte mientras que la del Carmen interced a por las nimas del Purgatorio Este programa devocional juanino es el nico que actualmente se conserva completo en la rep blica mexicana Como el templo de San Juan de Dios se encontraba ubicado en la parte de la ciudad donde estaban los mesones frecuentados por arrieros y comerciantes tambi n se localizan en esa iglesia algunas im genes dedicadas a Figura de san Dami n Arriba san Juan de Dios de Granada izquierda san Juan de Dios de Pantoja en medio y san Cayetano derecha proteger a los viajeros como el Se or de Esquipulas un cristo negro que lleg a Durango en 1813 y el Santo Ni o de Atocha imagen que alcanz gran devoci n durante el siglo XIX en todo el norte de M xico 99 132 Gazeta de M xico abril de 1737 en Sahag n de Ar valo 1950 vol 3 p 172 San Antonio de Padua Arriba Virgen del Tr nsito izquierda y Santo Se or de Esqu pulas derecha 133

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marzo de 1739 con la bendici n de un costoso retablo costeado por la cofrad a de ese nombre 99 En el interior de este templo se encuentra actualmente una serie de im genes relacionadas con el programa devocional juanino relativo a la salud y al paso de los individuos al otro mundo De esa manera est n los santos m dicos Cosme y Dami n representados en unas esculturas que datan del siglo XVII y en un cuadro firmado por Jos de P ez en el que aparecen vestidos como los miembros del protomedicato El fundador Juan de Dios era asimismo abogado contra las enfermedades nerviosas el arc ngel Rafael lo era para todo tipo de enfermedades santa Luc a proteg a la vista san Cayetano estaba ah por aquello de te apuesto y te gano e igualmente milagroso era san Judas Tadeo Cuando la ida al m s all era inevitable la virgen del Tr nsito ayudaba a una buena muerte mientras que la del Carmen interced a por las nimas del Purgatorio Este programa devocional juanino es el nico que actualmente se conserva completo en la rep blica mexicana Como el templo de San Juan de Dios se encontraba ubicado en la parte de la ciudad donde estaban los mesones frecuentados por arrieros y comerciantes tambi n se localizan en esa iglesia algunas im genes dedicadas a Figura de san Dami n Arriba san Juan de Dios de Granada izquierda san Juan de Dios de Pantoja en medio y san Cayetano derecha proteger a los viajeros como el Se or de Esquipulas un cristo negro que lleg a Durango en 1813 y el Santo Ni o de Atocha imagen que alcanz gran devoci n durante el siglo XIX en todo el norte de M xico 99 132 Gazeta de M xico abril de 1737 en Sahag n de Ar valo 1950 vol 3 p 172 San Antonio de Padua Arriba Virgen del Tr nsito izquierda y Santo Se or de Esqu pulas derecha 133

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El colegio de los jesuitas dedicado a san Francisco Javier y la virgen de los Dolores y su templo anexo de San Ignacio fueron objeto de varias modificaciones en el siglo XVIII El obispo Pedro Tapiz trat de darle auge al seminario conciliar de San Pedro que se encontraba deca do por falta de maestros preparados y decidi en 1715 construir el llamado colegito de San Pedro junto al Colegio Jesuita 102 M s tarde en 1747 los jesuitas decidieron construir un nuevo colegio que todav a no estaba terminado en el momento de la expulsi n de los miembros de la orden en 1767 103 El edificio inconcluso fue dedicado entonces para albergar al seminario conciliar por lo que fue terminado a instancias del obispo Antonio de Macarruya quien mand esculpir su escudo de armas en el cubo de la escalera Anexo al seminario el obispo Esteban Lorenzo de Trist n mand construir el colegio de ni os cantores de catedral ornamentado con frontones rotos en el piso superior 104 Por otro lado la iglesia de los jesuitas que todav a se encontraba techada a la antigua con tejas fue dedicada a parroquia del Sagrario por lo que se inici una larga reconstrucci n que termin en 1814 105 Esta nueva edificaci n conten a b vedas de arista alta c pula de tambor torre redondeada y elegantes motivos neoclasicistas En una pared lateral se coloc un cuadro de la virgen del Refugio que se convirti en patrona de los locatarios del mercado que se encontraba enfrente Tambi n en el pueblo de indios de San Juan Bautista de Analco se inici la construcci n de una iglesia de mayores dimensiones que la ermita anterior orientada hacia la plaza del poblado La construcci n de la nueva iglesia que mira hacia Durango fue muy lenta a pesar de que el templo alcanz la categor a de parroquia en 1791 Fue concluido en 1823 con detalles interiores neocl sicos semejantes a los de la parroquia del Sagrario 106 En la capilla anexa se venera la virgen de Loreto advocaci n difundida por los jesuitas convertida en patrona jurada de Durango a ra z del descalabro agr cola de 1786 Durante del gobierno de Benito Crespo se comenzaron las capillas de Santa Ana y San Miguel ligadas al crecimiento que la planta urbana tuvo durante el siglo XVIII 100 La iglesia de Santa Ana fue edificada como ermita hacia 1726 sin embargo fue reconstruida como iglesia de monjas dedicadas a la ense anza de ni as con una portada de sobrios contenidos iconogr ficos dos puertas para entrada y salida de las procesiones Figura de la Virgen con Ni o en San Juan Bautista de Analco P gs 136 y 137 vista a rea del mismo templo as como una nave paralela a la calle por el obispo Francisco de Olivares y Benito en 1796 101 102 AGI Guadalajara 206 carta del obispo Tapiz al rey Durango enero 20 de 1717 AGN ramo Jesuitas volumen 1 17 exp 24 ff 182 185 104 Informaci n que se encuentra en la cartela del retrato del obispo Esteban Lorenzo de Trist n Galer a Episcopal de Durango 105 AHAD 227 0604 Sobre los gastos de la obra del Colegio 1814 AHAD 235 0803 Sobre memorias semanales de la obra de la iglesia del Sagrario 1817 106 AHAD 230 0477 Sobre liquidaci n de cuentas de la fabricaci n espiritual de la parroquia de Analco 1814 103 100 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 17 335 expediente de la averiguaci n que el Ayuntamiento de la ciudad de Durango hizo en obedecimiento del real orden del 21 de agosto de 1770 acerca de las facultades y licencias en virtud de las cuales fueron erigidas las ermitas de San Miguel y Santa Ana de dicha ciudad 101 AHAD rollo 143 134 Portada doble de la iglesia de Santa Ana Arriba exterior del mismo templo 135

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El colegio de los jesuitas dedicado a san Francisco Javier y la virgen de los Dolores y su templo anexo de San Ignacio fueron objeto de varias modificaciones en el siglo XVIII El obispo Pedro Tapiz trat de darle auge al seminario conciliar de San Pedro que se encontraba deca do por falta de maestros preparados y decidi en 1715 construir el llamado colegito de San Pedro junto al Colegio Jesuita 102 M s tarde en 1747 los jesuitas decidieron construir un nuevo colegio que todav a no estaba terminado en el momento de la expulsi n de los miembros de la orden en 1767 103 El edificio inconcluso fue dedicado entonces para albergar al seminario conciliar por lo que fue terminado a instancias del obispo Antonio de Macarruya quien mand esculpir su escudo de armas en el cubo de la escalera Anexo al seminario el obispo Esteban Lorenzo de Trist n mand construir el colegio de ni os cantores de catedral ornamentado con frontones rotos en el piso superior 104 Por otro lado la iglesia de los jesuitas que todav a se encontraba techada a la antigua con tejas fue dedicada a parroquia del Sagrario por lo que se inici una larga reconstrucci n que termin en 1814 105 Esta nueva edificaci n conten a b vedas de arista alta c pula de tambor torre redondeada y elegantes motivos neoclasicistas En una pared lateral se coloc un cuadro de la virgen del Refugio que se convirti en patrona de los locatarios del mercado que se encontraba enfrente Tambi n en el pueblo de indios de San Juan Bautista de Analco se inici la construcci n de una iglesia de mayores dimensiones que la ermita anterior orientada hacia la plaza del poblado La construcci n de la nueva iglesia que mira hacia Durango fue muy lenta a pesar de que el templo alcanz la categor a de parroquia en 1791 Fue concluido en 1823 con detalles interiores neocl sicos semejantes a los de la parroquia del Sagrario 106 En la capilla anexa se venera la virgen de Loreto advocaci n difundida por los jesuitas convertida en patrona jurada de Durango a ra z del descalabro agr cola de 1786 Durante del gobierno de Benito Crespo se comenzaron las capillas de Santa Ana y San Miguel ligadas al crecimiento que la planta urbana tuvo durante el siglo XVIII 100 La iglesia de Santa Ana fue edificada como ermita hacia 1726 sin embargo fue reconstruida como iglesia de monjas dedicadas a la ense anza de ni as con una portada de sobrios contenidos iconogr ficos dos puertas para entrada y salida de las procesiones Figura de la Virgen con Ni o en San Juan Bautista de Analco P gs 136 y 137 vista a rea del mismo templo as como una nave paralela a la calle por el obispo Francisco de Olivares y Benito en 1796 101 102 AGI Guadalajara 206 carta del obispo Tapiz al rey Durango enero 20 de 1717 AGN ramo Jesuitas volumen 1 17 exp 24 ff 182 185 104 Informaci n que se encuentra en la cartela del retrato del obispo Esteban Lorenzo de Trist n Galer a Episcopal de Durango 105 AHAD 227 0604 Sobre los gastos de la obra del Colegio 1814 AHAD 235 0803 Sobre memorias semanales de la obra de la iglesia del Sagrario 1817 106 AHAD 230 0477 Sobre liquidaci n de cuentas de la fabricaci n espiritual de la parroquia de Analco 1814 103 100 Biblioteca Nacional de M xico Archivo Franciscano 17 335 expediente de la averiguaci n que el Ayuntamiento de la ciudad de Durango hizo en obedecimiento del real orden del 21 de agosto de 1770 acerca de las facultades y licencias en virtud de las cuales fueron erigidas las ermitas de San Miguel y Santa Ana de dicha ciudad 101 AHAD rollo 143 134 Portada doble de la iglesia de Santa Ana Arriba exterior del mismo templo 135

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LAS PARROQUIAS DE LAS PRINCIPALES POBLACIONES DE DURANGO D ebido al aumento poblacional que hubo en la Nueva Vizcaya en la segunda mitad del siglo XVIII y la secularizaci n de las misiones se comenzaron a construir y ampliar las parroquias del interior de la di cesis Entre las primeras se encuentra la iglesia del real de San Antonio de Cuencam que data de la segunda d cada del siglo XVIII y era una de las mejores de la di cesis El obispo Pedro Tamar n menciona que la iglesia estaba construida de cal y canto con techo de b vedas Adem s del retablo mayor en el crucero estaban dos colaterales el del lado del evangelio izquierdo dedicado al Se or de Mapim con est pites y un programa iconogr fico pasionario para acompa ar al crucificado El del lado de la ep stola consiste en un retablo an stilo sin dorar que muestra los cambios de ornamentaci n que se dieron en la segunda mitad del siglo XVIII Vista exterior de la parroquia de S chil Vista exterior y retablos interiores de San Antonio de Cuencam 138 Otro curato de almas era el de San Pedro de la villa de Nombre de Dios donde se labr una portada con la estructura de tres nichos y el tipo de talla poco profunda de la regi n de Guadalajara por lo que es posible que haya sido obra de Jos de la Cruz De este mismo maestro es el templo de San Francisco de la misma villa que actualmente se encuentra en ruinas Una parroquia cercana es la de S chil construida con una b veda de ca n corrido sin crucero para albergar en su interior una inmaculada con el t tulo de virgen de S chil por lo que este recinto tuvo tambi n categor a de santuario mariano ya que esta peque a imagen tuvo una devoci n importante desde el siglo XVII en los reales de minas de Chalchihuites Sombrerete y San Mart n 139

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LAS PARROQUIAS DE LAS PRINCIPALES POBLACIONES DE DURANGO D ebido al aumento poblacional que hubo en la Nueva Vizcaya en la segunda mitad del siglo XVIII y la secularizaci n de las misiones se comenzaron a construir y ampliar las parroquias del interior de la di cesis Entre las primeras se encuentra la iglesia del real de San Antonio de Cuencam que data de la segunda d cada del siglo XVIII y era una de las mejores de la di cesis El obispo Pedro Tamar n menciona que la iglesia estaba construida de cal y canto con techo de b vedas Adem s del retablo mayor en el crucero estaban dos colaterales el del lado del evangelio izquierdo dedicado al Se or de Mapim con est pites y un programa iconogr fico pasionario para acompa ar al crucificado El del lado de la ep stola consiste en un retablo an stilo sin dorar que muestra los cambios de ornamentaci n que se dieron en la segunda mitad del siglo XVIII Vista exterior de la parroquia de S chil Vista exterior y retablos interiores de San Antonio de Cuencam 138 Otro curato de almas era el de San Pedro de la villa de Nombre de Dios donde se labr una portada con la estructura de tres nichos y el tipo de talla poco profunda de la regi n de Guadalajara por lo que es posible que haya sido obra de Jos de la Cruz De este mismo maestro es el templo de San Francisco de la misma villa que actualmente se encuentra en ruinas Una parroquia cercana es la de S chil construida con una b veda de ca n corrido sin crucero para albergar en su interior una inmaculada con el t tulo de virgen de S chil por lo que este recinto tuvo tambi n categor a de santuario mariano ya que esta peque a imagen tuvo una devoci n importante desde el siglo XVII en los reales de minas de Chalchihuites Sombrerete y San Mart n 139

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Vista del convento franciscano de San Juan del R o P gina opuesta interior de la parroquia de S chil que alberga una imagen de la Virgen del mismo nombre En la iglesia del convento franciscano de San Juan del R o se tall una portada con caracter sticas clasicistas a principios del siglo XVIII lo que indica que el templo ten a cierta importancia De tal poca data un cuadro de la Anunciaci n con dejos tenebristas que se encuentra en la sacrist a Sin embargo despu s de la secularizaci n a este templo de techos de viguer a se le dot con varios retablos con im genes estofadas Entre estas destacan un san Jos con t nicas estofadas y la de la abuela sagrada santa Ana acompa ada por la virgen ni a 140 141

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Vista del convento franciscano de San Juan del R o P gina opuesta interior de la parroquia de S chil que alberga una imagen de la Virgen del mismo nombre En la iglesia del convento franciscano de San Juan del R o se tall una portada con caracter sticas clasicistas a principios del siglo XVIII lo que indica que el templo ten a cierta importancia De tal poca data un cuadro de la Anunciaci n con dejos tenebristas que se encuentra en la sacrist a Sin embargo despu s de la secularizaci n a este templo de techos de viguer a se le dot con varios retablos con im genes estofadas Entre estas destacan un san Jos con t nicas estofadas y la de la abuela sagrada santa Ana acompa ada por la virgen ni a 140 141

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Izquierda imagen de san Jos con ni o Derecha imagen de santa Ana con la Virgen Mar a ni a Fotograf a Daniel Quezada Arriba detalle de la fachada del convento franciscano de San Juan del R o P gina opuesta templos de las haciendas de G ichapa arriba y Menores abajo P gs 144 y 145 templo de San Jos de Avino Dado que la regi n pasaba por una buena poca debido al auge de la miner a tanto en los reales de minas de San Jos de Avinito como de San Miguel de Coneto en el poblado de indios de San Juan del R o y en las haciendas de Menores de Abajo y G ichapa se construyeron templos con portadas labradas techos de viguer a y retablos que denotaban el crecimiento econ mico de la regi n De acuerdo al an lisis de los retablos que persisten en Avino Menores de Abajo y G ichapa se puede decir que los altares de esos lugares son de corte balbasiano con cortinajes que les dan un aire teatral y ornamentado con guardamalletas y rocallas semejantes a los que Felipe Ure a hijo levant en el templo de la Compa a de Zacatecas En la iglesia del real de Coneto se venera una representaci n de Cristo atado a una columna esculpido por Adalberto P rez con una impresionante espalda sangrante y descarnada para conmover a los fieles Otras im genes dram ticas semejantes eran las de san Nicol s Tolentino tambi n de mucha devoci n en los reales de minas donde hab a muchos flagelantes durante los d as santos 142 143

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Izquierda imagen de san Jos con ni o Derecha imagen de santa Ana con la Virgen Mar a ni a Fotograf a Daniel Quezada Arriba detalle de la fachada del convento franciscano de San Juan del R o P gina opuesta templos de las haciendas de G ichapa arriba y Menores abajo P gs 144 y 145 templo de San Jos de Avino Dado que la regi n pasaba por una buena poca debido al auge de la miner a tanto en los reales de minas de San Jos de Avinito como de San Miguel de Coneto en el poblado de indios de San Juan del R o y en las haciendas de Menores de Abajo y G ichapa se construyeron templos con portadas labradas techos de viguer a y retablos que denotaban el crecimiento econ mico de la regi n De acuerdo al an lisis de los retablos que persisten en Avino Menores de Abajo y G ichapa se puede decir que los altares de esos lugares son de corte balbasiano con cortinajes que les dan un aire teatral y ornamentado con guardamalletas y rocallas semejantes a los que Felipe Ure a hijo levant en el templo de la Compa a de Zacatecas En la iglesia del real de Coneto se venera una representaci n de Cristo atado a una columna esculpido por Adalberto P rez con una impresionante espalda sangrante y descarnada para conmover a los fieles Otras im genes dram ticas semejantes eran las de san Nicol s Tolentino tambi n de mucha devoci n en los reales de minas donde hab a muchos flagelantes durante los d as santos 142 143

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Hay otros ejemplos de casas grandes y capillas de haciendas que muestran la bonanza econ mica que tuvieron sus propietarios en esa poca como la de San Jer nimo de la Sauceda con una hermosa portada con Vista del templo de San Jer nimo de la Sauceda izquierda y de la capilla de la Limpia Concepci n de Canutillo P gina opuesta templo de San Antonio de Juana Guerra formas redondeadas y el interior de b veda de ca n la capilla dedicada a la Limpia Concepci n del Canutillo y que conserva una inscripci n con la fecha de 1791 otra iglesia m s es la de San Antonio de Juana Guerra construida de piedra en 1795 con una portada enmarcada en columnas trit stilas y en el interior petatillos labrados as como dos agradables arcos dobles que sostienen la torre Hacia el interior del mismo valle de Poanas est la capilla de San Miguel de la Ochoa que presenta interesantes acabados barrocos semejantes a los del templo de Santa Ana en Durango Un templo con caracter sticas semejantes es el de San Antonio de Muleros Vicente Guerrero donde adem s de la torre y las puertas interiores semejantes a las que se encuentran en la casa de Juan Jos Zambrano Palacio de Gobierno tiene en su atrio un a oso olivo Por otro lado la hacienda de San Miguel de Guatimap propiedad de Jos Mar a del Campo y Erauzo segundo conde del valle de S chil conserva una impronta neoclasicista de austeras formas 146 147

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Hay otros ejemplos de casas grandes y capillas de haciendas que muestran la bonanza econ mica que tuvieron sus propietarios en esa poca como la de San Jer nimo de la Sauceda con una hermosa portada con Vista del templo de San Jer nimo de la Sauceda izquierda y de la capilla de la Limpia Concepci n de Canutillo P gina opuesta templo de San Antonio de Juana Guerra formas redondeadas y el interior de b veda de ca n la capilla dedicada a la Limpia Concepci n del Canutillo y que conserva una inscripci n con la fecha de 1791 otra iglesia m s es la de San Antonio de Juana Guerra construida de piedra en 1795 con una portada enmarcada en columnas trit stilas y en el interior petatillos labrados as como dos agradables arcos dobles que sostienen la torre Hacia el interior del mismo valle de Poanas est la capilla de San Miguel de la Ochoa que presenta interesantes acabados barrocos semejantes a los del templo de Santa Ana en Durango Un templo con caracter sticas semejantes es el de San Antonio de Muleros Vicente Guerrero donde adem s de la torre y las puertas interiores semejantes a las que se encuentran en la casa de Juan Jos Zambrano Palacio de Gobierno tiene en su atrio un a oso olivo Por otro lado la hacienda de San Miguel de Guatimap propiedad de Jos Mar a del Campo y Erauzo segundo conde del valle de S chil conserva una impronta neoclasicista de austeras formas 146 147

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Arriba vista superior izquierda y detalle de puerta interior derecha del templo de San Antonio de Muleros Abajo hacienda de San Miguel de Guatimap P gina opuesta vista exterior y detalle de la decoraci n de la capilla de San Miguel de la Ochoa P gs 150 y 151 interior del templo de San Antonio de Muleros 148 149

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Arriba vista superior izquierda y detalle de puerta interior derecha del templo de San Antonio de Muleros Abajo hacienda de San Miguel de Guatimap P gina opuesta vista exterior y detalle de la decoraci n de la capilla de San Miguel de la Ochoa P gs 150 y 151 interior del templo de San Antonio de Muleros 148 149

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Finalmente la serie de iglesias parroquiales de b vedas se puede cerrar con la parroquia de la Pur sima Concepci n de Guanacev levantada en 1801 con una suntuosa portada de dos cuerpos El primero tiene altos z calos adornados con m nsulas sobre los que se encuentran columnas pareadas trit stilas La talla zigzagueante de estas columnas haciendo juego con los capiteles j nicos con guirnaldas es otra muestra de la lenta transici n de estilos que se dio en toda la Nueva Espa a en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siguiente Con la prohibici n real para construir retablos dorados de madera algunos maestros ensambladores de la capital del virreinato se trasladaron hacia las regiones perif ricas para encontrar algo de trabajo Este fue el caso en la parroquia de Santa Mar a del Oro cuyos vecinos decidieron cambiar el retablo mayor y firmaron un contrato el 4 de agosto de 1799 con el ensamblador Sebasti n Azc rraga y Larreta y su hijo Joaqu n quienes proven an de la ciudad de M xico El primero de ellos se intitulaba como escultor pintor y dorador muy suficiente para poderlo hazer 107 Seguramente este maestro tra a consigo uno de los re Interior de la parroquia de Santa Mar a del Oro Arriba vista general del mismo templo P gina opuesta retablo mayor del recinto 107 Archivo de notar as del Estado de Durango Protocolos de Santa Mar a de El Oro 4 de agosto de 1799 152 153

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Finalmente la serie de iglesias parroquiales de b vedas se puede cerrar con la parroquia de la Pur sima Concepci n de Guanacev levantada en 1801 con una suntuosa portada de dos cuerpos El primero tiene altos z calos adornados con m nsulas sobre los que se encuentran columnas pareadas trit stilas La talla zigzagueante de estas columnas haciendo juego con los capiteles j nicos con guirnaldas es otra muestra de la lenta transici n de estilos que se dio en toda la Nueva Espa a en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siguiente Con la prohibici n real para construir retablos dorados de madera algunos maestros ensambladores de la capital del virreinato se trasladaron hacia las regiones perif ricas para encontrar algo de trabajo Este fue el caso en la parroquia de Santa Mar a del Oro cuyos vecinos decidieron cambiar el retablo mayor y firmaron un contrato el 4 de agosto de 1799 con el ensamblador Sebasti n Azc rraga y Larreta y su hijo Joaqu n quienes proven an de la ciudad de M xico El primero de ellos se intitulaba como escultor pintor y dorador muy suficiente para poderlo hazer 107 Seguramente este maestro tra a consigo uno de los re Interior de la parroquia de Santa Mar a del Oro Arriba vista general del mismo templo P gina opuesta retablo mayor del recinto 107 Archivo de notar as del Estado de Durango Protocolos de Santa Mar a de El Oro 4 de agosto de 1799 152 153

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tablos que se hab an quitado de alguna iglesia del centro del virreinato pero que todav a era bien recibido en una regi n perif rica Este retablo fue descrito en 1806 como de tres cuerpos esmaltado en oro y colores Al centro se encontraba el Divin simo Sacramento y en el segundo cuerpo la pintura de Nuestra Se ora de las Mercedes con san Pedro y san Ignacio y otros muchos santos 108 En cambio en lugares donde hab a m s posibilidades econ micas se comenzaron a levantar altares ne stilos de canter a con los filetes dorados que de alguna manera semejaban a los de la poca anterior Siguiendo el ejemplo de lo que suced a en la misma catedral se tallaron entonces los altares de la hacienda de San Miguel de Guatimap templo del Sagrado Coraz n de Santiago Papasquiaro parroquia de Santa Catarina de Tepehuanes los altares laterales de la parroquia de Guadalupe de la villa de Mezquital y el altar de la parroquia del real de San Francisco Javier de Tamazula mismo que conserva su pintura original Para reposicionar al clero secular en el interior de la di cesis el obispo Pedro Tamar n promovi el culto al Se or de Mapim Esta imagen se encontraba en el templo desde las primeras d cadas del siglo XVII y en algunos 108 154 AHAD Visita del prebendado Leandro Manzanera 2 de mayo de 1806 Parroquia de Guadalupe de la villa de Mezquital P gina opuesta vista a rea izquierda y altar derecha del templo del Sagrado Coraz n de Santiago Papasquiaro Imagen cortes a de Balam G lvez 155

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tablos que se hab an quitado de alguna iglesia del centro del virreinato pero que todav a era bien recibido en una regi n perif rica Este retablo fue descrito en 1806 como de tres cuerpos esmaltado en oro y colores Al centro se encontraba el Divin simo Sacramento y en el segundo cuerpo la pintura de Nuestra Se ora de las Mercedes con san Pedro y san Ignacio y otros muchos santos 108 En cambio en lugares donde hab a m s posibilidades econ micas se comenzaron a levantar altares ne stilos de canter a con los filetes dorados que de alguna manera semejaban a los de la poca anterior Siguiendo el ejemplo de lo que suced a en la misma catedral se tallaron entonces los altares de la hacienda de San Miguel de Guatimap templo del Sagrado Coraz n de Santiago Papasquiaro parroquia de Santa Catarina de Tepehuanes los altares laterales de la parroquia de Guadalupe de la villa de Mezquital y el altar de la parroquia del real de San Francisco Javier de Tamazula mismo que conserva su pintura original Para reposicionar al clero secular en el interior de la di cesis el obispo Pedro Tamar n promovi el culto al Se or de Mapim Esta imagen se encontraba en el templo desde las primeras d cadas del siglo XVII y en algunos 108 154 AHAD Visita del prebendado Leandro Manzanera 2 de mayo de 1806 Parroquia de Guadalupe de la villa de Mezquital P gina opuesta vista a rea izquierda y altar derecha del templo del Sagrado Coraz n de Santiago Papasquiaro Imagen cortes a de Balam G lvez 155

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documentos fue llamado el Cristo grande 109 Sin embargo fue durante la segunda mitad del siglo siguiente cuando comenz a recibir una devoci n regional Se compuso entonces una leyenda acerca de su traslado de Mapim a Cuencam hasta convertirse en patrono de los viandantes del Camino Real de Tierra Adentro 110 A medida que esta imagen se iba haciendo famosa se pusieron r plicas de la figura en Chihuahua la Pimer a Alta Arizona y Nuevo M xico Sin embargo la imagen que m s impresion al obispo Tamar n en su larga visita pastoral a su di cesis fue la virgen del Zape El prelado le dedic su labor a la imagen y promovi su devoci n mandando construir un templo de piedra dentro del que dedic un costoso retablo 111 De ste se conserva una imagen antropomorfa de la Sant sima Trinidad que estaba en el remate Igualmente en la parroquia de Santiago Papasquiaro se inici en ese tiempo la devoci n al Santo Entierro a partir de que se levant una informaci n de que la imagen hab a sudado la ma ana del 26 de julio de 1766 112 Por otro lado en el cercano de San Andr s de Atotonilco comenz a correr fama de que el Se or de la Columna hab a protegido al poblado de un ataque de los apaches levantando una gran tolvanera que los atacantes supusieron que era debida a fuerzas espa olas que ven an a enfrentarlos 113 Al llegar la Independencia comenzaron a tener devotos las im genes de los cristos llamados Se or de los Guerreros en el Tizonazo municipio de Ind 114 y el Se or de la Expiraci n del Nayar en el poblado cercano a Du 109 Archivo de Notar as del Estado de Durango Protocolos del real de San Antonio de Cuencam Testamento de Catalina P rez de Saavedra 1630 110 AHED exp 29 casillero 33 Descripci n topogr fica de la villa real y minas de Santiago de Mapim 1791 111 Tamar n y Romeral Pedro Demostraci n del vast simo obispado de la Nueva Vizcaya 1765 M xico Porr a 1937 pp 86 87 112 Existe un documento que da fe de ese acontecimiento publicado por Camilo Carre n Conozca Santiago Papasquiaro publicado por el autor en 1983 p 220 113 Archivo Parroquial de Santiago Papasquiaro Inventario de la entrega de la misi n 1753 Esta imagen fue regalada por el jesuita Antonio de los R os un poco antes de la entrega de la misi n 114 Archivo Parroquial de Ind Libro 8 de bautismos 1743 1784 En el inventario de entrega de la misi n del Tizonazo de 1753 se menciona la existencia de esta imagen aunque no se le dio nombre espec fico lo que indica que la devoci n se desarroll m s tarde En un documento del Archivo Hist rico del Arzobispado de Durango escrito en 1823 ya se le menciona como Se or de los Guerreros 156 Santo entierro en la parroquia de Santiago Papasquiaro Arriba Se or de Mapim en San Antonio de Cuencam P gina opuesta imagen antropomorfa de la Sant sima Trinidad en el templo de la Virgen del Zape 157

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documentos fue llamado el Cristo grande 109 Sin embargo fue durante la segunda mitad del siglo siguiente cuando comenz a recibir una devoci n regional Se compuso entonces una leyenda acerca de su traslado de Mapim a Cuencam hasta convertirse en patrono de los viandantes del Camino Real de Tierra Adentro 110 A medida que esta imagen se iba haciendo famosa se pusieron r plicas de la figura en Chihuahua la Pimer a Alta Arizona y Nuevo M xico Sin embargo la imagen que m s impresion al obispo Tamar n en su larga visita pastoral a su di cesis fue la virgen del Zape El prelado le dedic su labor a la imagen y promovi su devoci n mandando construir un templo de piedra dentro del que dedic un costoso retablo 111 De ste se conserva una imagen antropomorfa de la Sant sima Trinidad que estaba en el remate Igualmente en la parroquia de Santiago Papasquiaro se inici en ese tiempo la devoci n al Santo Entierro a partir de que se levant una informaci n de que la imagen hab a sudado la ma ana del 26 de julio de 1766 112 Por otro lado en el cercano de San Andr s de Atotonilco comenz a correr fama de que el Se or de la Columna hab a protegido al poblado de un ataque de los apaches levantando una gran tolvanera que los atacantes supusieron que era debida a fuerzas espa olas que ven an a enfrentarlos 113 Al llegar la Independencia comenzaron a tener devotos las im genes de los cristos llamados Se or de los Guerreros en el Tizonazo municipio de Ind 114 y el Se or de la Expiraci n del Nayar en el poblado cercano a Du 109 Archivo de Notar as del Estado de Durango Protocolos del real de San Antonio de Cuencam Testamento de Catalina P rez de Saavedra 1630 110 AHED exp 29 casillero 33 Descripci n topogr fica de la villa real y minas de Santiago de Mapim 1791 111 Tamar n y Romeral Pedro Demostraci n del vast simo obispado de la Nueva Vizcaya 1765 M xico Porr a 1937 pp 86 87 112 Existe un documento que da fe de ese acontecimiento publicado por Camilo Carre n Conozca Santiago Papasquiaro publicado por el autor en 1983 p 220 113 Archivo Parroquial de Santiago Papasquiaro Inventario de la entrega de la misi n 1753 Esta imagen fue regalada por el jesuita Antonio de los R os un poco antes de la entrega de la misi n 114 Archivo Parroquial de Ind Libro 8 de bautismos 1743 1784 En el inventario de entrega de la misi n del Tizonazo de 1753 se menciona la existencia de esta imagen aunque no se le dio nombre espec fico lo que indica que la devoci n se desarroll m s tarde En un documento del Archivo Hist rico del Arzobispado de Durango escrito en 1823 ya se le menciona como Se or de los Guerreros 156 Santo entierro en la parroquia de Santiago Papasquiaro Arriba Se or de Mapim en San Antonio de Cuencam P gina opuesta imagen antropomorfa de la Sant sima Trinidad en el templo de la Virgen del Zape 157

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rango 115 M s tard o es el Divino Pastor que se venera en el templo de San Jer nimo de la Sauceda cercano a Canatl n Estas im genes son veneradas los primeros viernes de marzo de cada a o por numerosas romer as que tienen la costumbre de rezar 33 credos Rivalizaron de alguna manera con el Santo Ni o de Atocha de Fresnillo Zacatecas dentro de un recambio nacionalista de las devociones regionales Se or de la Columna en San Andr s de Atotonilco Derecha templo del Se or de la Expiraci n del Nayar y figura del mismo nombre p gina opuesta Otra manifestaci n religiosa de la poca fueron los retablitos o milagros pinturas sobre l minas de cartera en las que los fieles que hab an recibido un favor de la divinidad por medio de un intercesor daban gracias p blicamente del hecho y stas se colgaban en las paredes donde se veneraba cada una de las im genes Sin embargo otras pinturas se manten an en los hogares de las personas formando parte de su cotidianeidad Es posible que su producci n se haya debido a santeros que deambulaban de un lugar a otro para venderlas y otras fueran pintadas por los mismos beneficiados pero como haya sido es una manifestaci n art stica popular 115 158 Peri dico Oficial del Estado de Durango 1833 159

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rango 115 M s tard o es el Divino Pastor que se venera en el templo de San Jer nimo de la Sauceda cercano a Canatl n Estas im genes son veneradas los primeros viernes de marzo de cada a o por numerosas romer as que tienen la costumbre de rezar 33 credos Rivalizaron de alguna manera con el Santo Ni o de Atocha de Fresnillo Zacatecas dentro de un recambio nacionalista de las devociones regionales Se or de la Columna en San Andr s de Atotonilco Derecha templo del Se or de la Expiraci n del Nayar y figura del mismo nombre p gina opuesta Otra manifestaci n religiosa de la poca fueron los retablitos o milagros pinturas sobre l minas de cartera en las que los fieles que hab an recibido un favor de la divinidad por medio de un intercesor daban gracias p blicamente del hecho y stas se colgaban en las paredes donde se veneraba cada una de las im genes Sin embargo otras pinturas se manten an en los hogares de las personas formando parte de su cotidianeidad Es posible que su producci n se haya debido a santeros que deambulaban de un lugar a otro para venderlas y otras fueran pintadas por los mismos beneficiados pero como haya sido es una manifestaci n art stica popular 115 158 Peri dico Oficial del Estado de Durango 1833 159

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Exvotos que se ubicaban en el templo de Jes s Nazareno P gina opuesta vista frontal y posterior de Cristo atado templo anexo de San Juan de Dios arriba y Cristo recostado en la parroquia de San Miguel Arc ngel abajo P gs 162 y 163 hacienda de la Sauceda 160 161

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Exvotos que se ubicaban en el templo de Jes s Nazareno P gina opuesta vista frontal y posterior de Cristo atado templo anexo de San Juan de Dios arriba y Cristo recostado en la parroquia de San Miguel Arc ngel abajo P gs 162 y 163 hacienda de la Sauceda 160 161

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UN REPOSICIONAMIENTO ROM NTICO D espu s de la Independencia sobrevino una prolongada disminuci n de la actividad constructiva de la ciudad Entre las obras m s significativas estuvieron las modificaciones que entre 18411844 se llevaron a cabo en catedral ya que se reh zo la c pula anteriormente interpolada con barro se reform el encornisamiento y se ampli el presbiterio 116 Tambi n se cambiaron los retablos de madera que quedaban por altares de canter a incluyendo al cipr s del altar mayor con los veinte mil pesos que dej en su testamento el obispo Marqu s de Casta iza 117 Otra iglesia que tuvo modificaciones fue San Juan de Dios ya que fray Pedro Moreno el ltimo de los juaninos que vivi en Durango remodel las portadas con gusto neoclasicista Los agustinos sortearon con xito los vendavales secularizantes de mediados del siglo y lograron no solamente recuperar su convento sino tambi n iniciar la construcci n en 1868 de una nueva iglesia de crucero construida de mamposter a Por otra parte se instalaron en Durango las monjas carmelitas teresianas quienes reformaron la antigua capilla del obispado anexa a su convento Hacia el interior del estado se construyeron algunas capillas de haciendas como la de San Salvador de Horta en la que a pesar de haber sido arrasada por la creciente del Nazas en 1968 se puede apreciar el legado del primer auge del algod n a mediados del siglo XIX Mucho mejor conservada est la capilla de la Inmaculada Concepci n de Palmitos de Arriba construida hacia 1856 en forma de crucero con altas b vedas y una c pula de tambor peraltada de forma oval Durante el Porfiriato la Iglesia Cat lica adquiri un nuevo auge ante la mirada indulgente de D az y la demarcaci n eclesi stica duranguense adquiri la categor a de Arzobispado Se inici entonces una actividad constructiva de templos as como la remodelaci n de los ya existentes stos Portada del hospital de San Cosme y Dami n P gina opuesta vista exterior arriba y b veda abajo de la capilla de la Inmaculada Concepci n de Palmitos de Arriba 116 Peri dico El Domingo 10 de noviembre de 1889 Archivo de Notar as del Estado de Durango Protocolos del escribano Royo diciembre de 1825 117 164 165

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UN REPOSICIONAMIENTO ROM NTICO D espu s de la Independencia sobrevino una prolongada disminuci n de la actividad constructiva de la ciudad Entre las obras m s significativas estuvieron las modificaciones que entre 18411844 se llevaron a cabo en catedral ya que se reh zo la c pula anteriormente interpolada con barro se reform el encornisamiento y se ampli el presbiterio 116 Tambi n se cambiaron los retablos de madera que quedaban por altares de canter a incluyendo al cipr s del altar mayor con los veinte mil pesos que dej en su testamento el obispo Marqu s de Casta iza 117 Otra iglesia que tuvo modificaciones fue San Juan de Dios ya que fray Pedro Moreno el ltimo de los juaninos que vivi en Durango remodel las portadas con gusto neoclasicista Los agustinos sortearon con xito los vendavales secularizantes de mediados del siglo y lograron no solamente recuperar su convento sino tambi n iniciar la construcci n en 1868 de una nueva iglesia de crucero construida de mamposter a Por otra parte se instalaron en Durango las monjas carmelitas teresianas quienes reformaron la antigua capilla del obispado anexa a su convento Hacia el interior del estado se construyeron algunas capillas de haciendas como la de San Salvador de Horta en la que a pesar de haber sido arrasada por la creciente del Nazas en 1968 se puede apreciar el legado del primer auge del algod n a mediados del siglo XIX Mucho mejor conservada est la capilla de la Inmaculada Concepci n de Palmitos de Arriba construida hacia 1856 en forma de crucero con altas b vedas y una c pula de tambor peraltada de forma oval Durante el Porfiriato la Iglesia Cat lica adquiri un nuevo auge ante la mirada indulgente de D az y la demarcaci n eclesi stica duranguense adquiri la categor a de Arzobispado Se inici entonces una actividad constructiva de templos as como la remodelaci n de los ya existentes stos Portada del hospital de San Cosme y Dami n P gina opuesta vista exterior arriba y b veda abajo de la capilla de la Inmaculada Concepci n de Palmitos de Arriba 116 Peri dico El Domingo 10 de noviembre de 1889 Archivo de Notar as del Estado de Durango Protocolos del escribano Royo diciembre de 1825 117 164 165

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fueron dotados con prominentes c pulas de tambor as como con altares y esculturas elaboradas en canter a Para hacer gala de su posici n la jerarqu a decidi revivir las glorias del pasado cat lico medieval adoptando revivals es decir nuevos modelos g ticos rom nicos y bizantinos para la construcci n y ornamentaci n de los recintos religiosos El primer templo modificado en este periodo fue el de la parroquia de Analco con las obras de los maestros Jes s y Mat as Montoya118 que consistieron en labrar con la fina talla que los caracterizaba la portada con motivos florales que se resuelve con un pinjante en la entrada Tambi n realizaron las puertas y ventanas adyacentes con arcos ojivales as como el cipr s del altar mayor y los altares laterales A principios del siglo XX Benigno Montoya hijo del primero de estos talladores acondicion la capilla de la virgen de Loreto y construy la torre de aguzadas formas que dibujan su silueta Templo del Sagrado Coraz n en Mapim Izquierda parroquia de Santiago de Mapim Arriba vista interior del mismo templo Los maestros Montoya difundieron sus formas estil sticas en la torre de la parroquia de San Juan del R o el cipr s de la parroquia de Nuestra Se ora Pinjante en la decoraci n de la parroquia de Analco Arriba cipr s izquierda y decoraci n exterior del bautisterio en medio del mismo templo y cipr s de la parroquia de Nuestra Se ora de Guadalupe de El Mezquital derecha 166 de Guadalupe de El Mezquital y la parroquia de Santiago de Mapim 118 Mat as Montoya adem s de ser cantero era varillero comerciante de diversos objetos de mercer a Fue con los Mart nez el fundador de la tienda La Conquistadora que tuvo xito porque eran protegidos del general Calixto Contreras Mat as muri hacia 1910 despu s de haberse perdido durante una temporada Informaci n proporcionada por el ingeniero Francisco Rugo Montoya 167

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fueron dotados con prominentes c pulas de tambor as como con altares y esculturas elaboradas en canter a Para hacer gala de su posici n la jerarqu a decidi revivir las glorias del pasado cat lico medieval adoptando revivals es decir nuevos modelos g ticos rom nicos y bizantinos para la construcci n y ornamentaci n de los recintos religiosos El primer templo modificado en este periodo fue el de la parroquia de Analco con las obras de los maestros Jes s y Mat as Montoya118 que consistieron en labrar con la fina talla que los caracterizaba la portada con motivos florales que se resuelve con un pinjante en la entrada Tambi n realizaron las puertas y ventanas adyacentes con arcos ojivales as como el cipr s del altar mayor y los altares laterales A principios del siglo XX Benigno Montoya hijo del primero de estos talladores acondicion la capilla de la virgen de Loreto y construy la torre de aguzadas formas que dibujan su silueta Templo del Sagrado Coraz n en Mapim Izquierda parroquia de Santiago de Mapim Arriba vista interior del mismo templo Los maestros Montoya difundieron sus formas estil sticas en la torre de la parroquia de San Juan del R o el cipr s de la parroquia de Nuestra Se ora Pinjante en la decoraci n de la parroquia de Analco Arriba cipr s izquierda y decoraci n exterior del bautisterio en medio del mismo templo y cipr s de la parroquia de Nuestra Se ora de Guadalupe de El Mezquital derecha 166 de Guadalupe de El Mezquital y la parroquia de Santiago de Mapim 118 Mat as Montoya adem s de ser cantero era varillero comerciante de diversos objetos de mercer a Fue con los Mart nez el fundador de la tienda La Conquistadora que tuvo xito porque eran protegidos del general Calixto Contreras Mat as muri hacia 1910 despu s de haberse perdido durante una temporada Informaci n proporcionada por el ingeniero Francisco Rugo Montoya 167

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donde adem s de la portada Jes s Montoya esculpi el altar mayor siguiendo el modelo que Tols utiliz en el altar del templo de la Profesa de la ciudad de M xico y que luego repiti en la parroquia del valle de Allende Chihuahua La obra m s importante del periodo porfiriano por sus dimensiones fue el templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s iniciado en 1891 y siguiendo un esquema arquitect nico de tres naves de acuerdo al proyecto del ingeniero Francisco Rodr guez Este profesionista tom como modelo la iglesia del Sagrado Coraz n de Par s adaptado con un eclecticismo neorrom nico considerado uno de los mejores del pa s Otro de los templos que tuvo arreglos en este periodo fue el de San Agust n que se ampli a tres naves y donde Benigno Montoya tall la portada lateral y edific el cipr s para albergar la escultura de Nuestro Padre Jes s Nazareno Montoya tambi n particip en la construcci n de la capilla del Arzobispado en la que se puede admirar la puerta de la entrada en la reconstrucci n del templo de Nuestra Se ora de los ngeles cuyo cipr s es posiblemente la mejor obra de este artista y en la capilla del Seminario San Mart n de Porres donde tambi n tall la hermosa Vista nocturna del templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s P gina opuesta altar del mismo templo izquierda y cipr s del templo de San Agust n derecha P gs 170 y 171 templo de Nuestra Se ora de los ngeles 168 puerta de la entrada con la inscripci n latina Pueri laudate Dominus J venes alaben al Se or 169

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donde adem s de la portada Jes s Montoya esculpi el altar mayor siguiendo el modelo que Tols utiliz en el altar del templo de la Profesa de la ciudad de M xico y que luego repiti en la parroquia del valle de Allende Chihuahua La obra m s importante del periodo porfiriano por sus dimensiones fue el templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s iniciado en 1891 y siguiendo un esquema arquitect nico de tres naves de acuerdo al proyecto del ingeniero Francisco Rodr guez Este profesionista tom como modelo la iglesia del Sagrado Coraz n de Par s adaptado con un eclecticismo neorrom nico considerado uno de los mejores del pa s Otro de los templos que tuvo arreglos en este periodo fue el de San Agust n que se ampli a tres naves y donde Benigno Montoya tall la portada lateral y edific el cipr s para albergar la escultura de Nuestro Padre Jes s Nazareno Montoya tambi n particip en la construcci n de la capilla del Arzobispado en la que se puede admirar la puerta de la entrada en la reconstrucci n del templo de Nuestra Se ora de los ngeles cuyo cipr s es posiblemente la mejor obra de este artista y en la capilla del Seminario San Mart n de Porres donde tambi n tall la hermosa Vista nocturna del templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s P gina opuesta altar del mismo templo izquierda y cipr s del templo de San Agust n derecha P gs 170 y 171 templo de Nuestra Se ora de los ngeles 168 puerta de la entrada con la inscripci n latina Pueri laudate Dominus J venes alaben al Se or 169

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Igualmente se levantaron entonces los templos de San Jos Refugio y San Miguel que marcaron el crecimiento de la planta urbana de la ciudad 119 La catedral tambi n tuvo algunos arreglos a principios del siglo XX cuando Benigno Montoya labr los arc ngeles de los cimborrios de las capillas laterales y se pint el interior siguiendo el modelo de la catedral de San Luis Potos que impuls el obispo Ignacio Montes de Oca y Obreg n Por otra parte los miembros de la archicofrad a del Sant simo en la que se agrupaban los vecinos m s notables de la ciudad mandaron cincelar una nueva custodia monumental para la fiesta de Corpus Christi Esta custodia fue fabricada en 1883 por el orfebre durangue o Luciano Ibarg en en plata sobredorada con piedras falsas m s acorde a los nuevos tiempos que se viv an 120 Con el auge algodonero finisecular y la llegada del ferrocarril la regi n lagunera se comenz a poblar y surgieron las ciudades de Lerdo y G mez Interior arriba y figura abajo del templo de Nuestra Se ora de los ngeles 172 119 El maestro Benigno Montoya siempre vivi con dificultades econ micas En una carta que le mand a su hijo Francisco quien se encontraba estudiando en M xico le comentaba Hijito en estos d as me liquidan no s como saldr de cuentas y entonces te mandar para que te ayudes y me compres unos pinceles que no tengo Agradezco la informaci n al ingeniero Francisco Rugo Montoya 120 AHAD Caja 4 Capellan as y Obras P as 1808 1890 Vista exterior de la parroquia de la Inmaculada Concepci n de Guanacev Palacio en el estado de Durango as como Torre n del lado de Coahuila Para satisfacer las necesidades espirituales de sus habitantes se edificaron las parroquias del Sagrado Coraz n en el primero de estos asentamientos y la de Guadalupe en el segundo La parroquia del Sagrado Coraz n fue edificada por Francisco Montoya hijo de Mat as Montoya siguiendo una sencilla decoraci n neog tica mientras que su primo Benigno labr el altar de la parroquia de G mez Palacio 121 que por su tama o ten a pretensiones catedralicias Como las lites lerdenses no quer an quedarse atr s iniciaron la construcci n de un colegio para ni as acomodadas y la 121 Agradezco la informaci n al ingeniero Francisco Rugo Montoya 173

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Igualmente se levantaron entonces los templos de San Jos Refugio y San Miguel que marcaron el crecimiento de la planta urbana de la ciudad 119 La catedral tambi n tuvo algunos arreglos a principios del siglo XX cuando Benigno Montoya labr los arc ngeles de los cimborrios de las capillas laterales y se pint el interior siguiendo el modelo de la catedral de San Luis Potos que impuls el obispo Ignacio Montes de Oca y Obreg n Por otra parte los miembros de la archicofrad a del Sant simo en la que se agrupaban los vecinos m s notables de la ciudad mandaron cincelar una nueva custodia monumental para la fiesta de Corpus Christi Esta custodia fue fabricada en 1883 por el orfebre durangue o Luciano Ibarg en en plata sobredorada con piedras falsas m s acorde a los nuevos tiempos que se viv an 120 Con el auge algodonero finisecular y la llegada del ferrocarril la regi n lagunera se comenz a poblar y surgieron las ciudades de Lerdo y G mez Interior arriba y figura abajo del templo de Nuestra Se ora de los ngeles 172 119 El maestro Benigno Montoya siempre vivi con dificultades econ micas En una carta que le mand a su hijo Francisco quien se encontraba estudiando en M xico le comentaba Hijito en estos d as me liquidan no s como saldr de cuentas y entonces te mandar para que te ayudes y me compres unos pinceles que no tengo Agradezco la informaci n al ingeniero Francisco Rugo Montoya 120 AHAD Caja 4 Capellan as y Obras P as 1808 1890 Vista exterior de la parroquia de la Inmaculada Concepci n de Guanacev Palacio en el estado de Durango as como Torre n del lado de Coahuila Para satisfacer las necesidades espirituales de sus habitantes se edificaron las parroquias del Sagrado Coraz n en el primero de estos asentamientos y la de Guadalupe en el segundo La parroquia del Sagrado Coraz n fue edificada por Francisco Montoya hijo de Mat as Montoya siguiendo una sencilla decoraci n neog tica mientras que su primo Benigno labr el altar de la parroquia de G mez Palacio 121 que por su tama o ten a pretensiones catedralicias Como las lites lerdenses no quer an quedarse atr s iniciaron la construcci n de un colegio para ni as acomodadas y la 121 Agradezco la informaci n al ingeniero Francisco Rugo Montoya 173

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Techo de la catedral de G mez Palacio P gina opuesta exterior arriba y detalle ornamental abajo del templo de San Jos P g 176 vitrales del mismo templo se ora Josefa Espinoza de Ponchaux mand construir el templo de San Jos con caracter sticas neorrom nicas Dentro de la parroquia de Lerdo se venera al Santo Ni o del Tongo que procedente de la hacienda de ese nombre situada en Nazas ha adquirido una devoci n regional Uno de los dos maestros Montoya tambi n esculpi la iglesia de la hacienda de San Juan de Avil s alias La Flore a actualmente Ciudad Ju rez Durango propiedad de Juan Francisco Flores uno de los hacendados m s ricos de la comarca El cuerpo de esta iglesia fue levantado entre 1843 y 1852 por Juan Nepomuceno Flores Alcalde padre del antecedente y fue el primer templo de b vedas de la comarca lagunera En otros lugares del estado tambi n se construyeron templos y capillas dentro del movimiento de renovaci n art stica que se estaba dando uno de ellos fue la capilla de la hacienda de Lajas construida tambi n por el maestro Benigno Montoya quien interpret las nostalgias de su propieta 174 175

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Techo de la catedral de G mez Palacio P gina opuesta exterior arriba y detalle ornamental abajo del templo de San Jos P g 176 vitrales del mismo templo se ora Josefa Espinoza de Ponchaux mand construir el templo de San Jos con caracter sticas neorrom nicas Dentro de la parroquia de Lerdo se venera al Santo Ni o del Tongo que procedente de la hacienda de ese nombre situada en Nazas ha adquirido una devoci n regional Uno de los dos maestros Montoya tambi n esculpi la iglesia de la hacienda de San Juan de Avil s alias La Flore a actualmente Ciudad Ju rez Durango propiedad de Juan Francisco Flores uno de los hacendados m s ricos de la comarca El cuerpo de esta iglesia fue levantado entre 1843 y 1852 por Juan Nepomuceno Flores Alcalde padre del antecedente y fue el primer templo de b vedas de la comarca lagunera En otros lugares del estado tambi n se construyeron templos y capillas dentro del movimiento de renovaci n art stica que se estaba dando uno de ellos fue la capilla de la hacienda de Lajas construida tambi n por el maestro Benigno Montoya quien interpret las nostalgias de su propieta 174 175

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Vista exterior altar y detalle decorativo de la iglesia de la hacienda de San Juan de Avil s 176 177

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Vista exterior altar y detalle decorativo de la iglesia de la hacienda de San Juan de Avil s 176 177

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rio el prusiano Maximiliano Damm Laap de su lejana tierra Una situaci n diferente se present en la capilla del mineral de San Ferm n de P nuco donde el p rroco Jes s Castillo trabaj en conjunto con el maestro Jes s Meras para labrar dos altares de canter a que muestran un total eclecticismo local Por otro lado en la f brica textil de Guadalupe localizada en el municipio de Pe n Blanco se a adi al templo de mediados de siglo una esbelta torre que campea en el horizonte dedicada a la virgen del Refugio misma que termin el maestro Fernando Ortega en 1894 En el interior de los recintos religiosos porfirianos se utiliz una nueva decoraci n a partir del cambio de las im genes virreinales por otras de yeso y pasta m s grandes y llamativas que las de la poca anterior Las mejores figuras de este periodo eran las que proven an del taller de M Olivares en Aguascalientes Las esculturas de la virgen del Rosario de catedral la que preside el cipr s en el templo de los ngeles y la de la Consolaci n de San Agust n son los mejores ejemplos de este tipo de im genes que se encuentran en Durango Tambi n se pusieron en los altares otras figuras provenientes de Barcelona que se distribu an en la ciudad de M xico Virgen de la Consolaci n de San Agust n Izquierda detalle superior del cipr s del templo de los ngeles P gina opuesta capilla del mineral de San Ferm n de P nuco P gs 180 y 181 f brica textil de Guadalupe con su torre dedicada a la Virgen del Refugio Debido a la llegada de ciudadanos estadounidenses a Durango durante el Porfiriato se construyeron adem s las primeras iglesias evang licas por lo que los metodistas levantaron en 1886 un templo de madera con arcos apuntados a la usanza de los de Estados Unidos Por su parte los miembros de la Primera Iglesia Bautista construyeron un peque o templo con dos torrecitas parecido a los de los cat licos 178 179

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rio el prusiano Maximiliano Damm Laap de su lejana tierra Una situaci n diferente se present en la capilla del mineral de San Ferm n de P nuco donde el p rroco Jes s Castillo trabaj en conjunto con el maestro Jes s Meras para labrar dos altares de canter a que muestran un total eclecticismo local Por otro lado en la f brica textil de Guadalupe localizada en el municipio de Pe n Blanco se a adi al templo de mediados de siglo una esbelta torre que campea en el horizonte dedicada a la virgen del Refugio misma que termin el maestro Fernando Ortega en 1894 En el interior de los recintos religiosos porfirianos se utiliz una nueva decoraci n a partir del cambio de las im genes virreinales por otras de yeso y pasta m s grandes y llamativas que las de la poca anterior Las mejores figuras de este periodo eran las que proven an del taller de M Olivares en Aguascalientes Las esculturas de la virgen del Rosario de catedral la que preside el cipr s en el templo de los ngeles y la de la Consolaci n de San Agust n son los mejores ejemplos de este tipo de im genes que se encuentran en Durango Tambi n se pusieron en los altares otras figuras provenientes de Barcelona que se distribu an en la ciudad de M xico Virgen de la Consolaci n de San Agust n Izquierda detalle superior del cipr s del templo de los ngeles P gina opuesta capilla del mineral de San Ferm n de P nuco P gs 180 y 181 f brica textil de Guadalupe con su torre dedicada a la Virgen del Refugio Debido a la llegada de ciudadanos estadounidenses a Durango durante el Porfiriato se construyeron adem s las primeras iglesias evang licas por lo que los metodistas levantaron en 1886 un templo de madera con arcos apuntados a la usanza de los de Estados Unidos Por su parte los miembros de la Primera Iglesia Bautista construyeron un peque o templo con dos torrecitas parecido a los de los cat licos 178 179

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LA B SQUEDA DE NUEVAS FORMAS U na vez terminado el conflicto entre la Iglesia y el Estado en las primeras d cadas de la poca posrevolucionaria el arzobispo Jos Mar a Gonz lez y Valencia inici un reposicionamiento cat lico que se aprecia en la construcci n de nuevos templos como fueron el de Nuestra Se ora del Perpetuo Socorro en la colonia Obrera los de la parroquia de Ind o los del templo de San Jos del Tizonazo y el ejido Donato Guerra entre otros en los que nuevamente campearon las delgadas torrecitas con chapiteles La obra arquitect nica que m s significado tuvo fue el templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s consagrado con motivo del congreso eucar stico nacional que se realiz en Durango en 1947 ya en una poca de franca distenci n pol tica entre las dos instituciones 182 Abajo vista exterior izquierda y Se or de los Guerreros derecha del templo de San Jos del Tizonazo P gina opuesta vista interior arriba y detalle decorativo del templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s 183

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LA B SQUEDA DE NUEVAS FORMAS U na vez terminado el conflicto entre la Iglesia y el Estado en las primeras d cadas de la poca posrevolucionaria el arzobispo Jos Mar a Gonz lez y Valencia inici un reposicionamiento cat lico que se aprecia en la construcci n de nuevos templos como fueron el de Nuestra Se ora del Perpetuo Socorro en la colonia Obrera los de la parroquia de Ind o los del templo de San Jos del Tizonazo y el ejido Donato Guerra entre otros en los que nuevamente campearon las delgadas torrecitas con chapiteles La obra arquitect nica que m s significado tuvo fue el templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s consagrado con motivo del congreso eucar stico nacional que se realiz en Durango en 1947 ya en una poca de franca distenci n pol tica entre las dos instituciones 182 Abajo vista exterior izquierda y Se or de los Guerreros derecha del templo de San Jos del Tizonazo P gina opuesta vista interior arriba y detalle decorativo del templo expiatorio del Sagrado Coraz n de Jes s 183

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Templo metodista dedicado al Divino Redentor P gina opuesta santuario de F tima P gs 186 y 187 techo del mismo recinto Por aquel entonces los miembros de la iglesia metodista que hab an crecido en n mero decidieron levantar en 1950 un nuevo templo dedicado al Divino Redentor utilizando dibujos geom tricos provenientes del art dec A la llegada del Concilio Vaticano II se comenz a recurrir a nuevas formas arquitect nicas que conllevaran los cambios lit rgicos propuestos en esa magna reuni n de obispos Algunos templos fueron adecuados respetando la parte exterior antigua pero alter ndolos fuertemente en su interior como fue el caso de la parroquia de San Juan del R o Estos cambios fueron aprovechados en otros lugares para ampliar los templos ante el aumento poblacional de muchas cabeceras municipales Durante esa poca se perdieron muchas de las im genes religiosas antiguas que fueron relegadas a las sacrist as por las ideas conciliares o por la entronizaci n de nuevas devociones como las de los santos Mart n de 184 Porres Judas Tadeo y m s recientemente el maronita Charbel Majluf s mbolo del xito de los emigrados libaneses en M xico En las poblaciones m s grandes como Durango y G mez Palacio se emprendieron obras de vanguardia que acercaban la arquitectura religiosa duranguense a los mbitos internacionales y a los que F lix Candela plasm en la iglesia del Altillo en la ciudad de M xico La primera iglesia regional de este tipo fue la del santuario de F tima dise ada por 185

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Templo metodista dedicado al Divino Redentor P gina opuesta santuario de F tima P gs 186 y 187 techo del mismo recinto Por aquel entonces los miembros de la iglesia metodista que hab an crecido en n mero decidieron levantar en 1950 un nuevo templo dedicado al Divino Redentor utilizando dibujos geom tricos provenientes del art dec A la llegada del Concilio Vaticano II se comenz a recurrir a nuevas formas arquitect nicas que conllevaran los cambios lit rgicos propuestos en esa magna reuni n de obispos Algunos templos fueron adecuados respetando la parte exterior antigua pero alter ndolos fuertemente en su interior como fue el caso de la parroquia de San Juan del R o Estos cambios fueron aprovechados en otros lugares para ampliar los templos ante el aumento poblacional de muchas cabeceras municipales Durante esa poca se perdieron muchas de las im genes religiosas antiguas que fueron relegadas a las sacrist as por las ideas conciliares o por la entronizaci n de nuevas devociones como las de los santos Mart n de 184 Porres Judas Tadeo y m s recientemente el maronita Charbel Majluf s mbolo del xito de los emigrados libaneses en M xico En las poblaciones m s grandes como Durango y G mez Palacio se emprendieron obras de vanguardia que acercaban la arquitectura religiosa duranguense a los mbitos internacionales y a los que F lix Candela plasm en la iglesia del Altillo en la ciudad de M xico La primera iglesia regional de este tipo fue la del santuario de F tima dise ada por 185

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el arquitecto Salvador Roncal siguiendo las propuestas lecorbusianas Un poco despu s el arquitecto Hugo Salgado construy la parroquia de Lourdes as como el templo de Cristo Rey notable por su b veda de caracol hecha a base de concreto armado Esta obra la realiz en compa a de los arquitectos Antonio P rez Hoyos y Evaristo lvarez 122 Otros ejemplos semejantes fueron introducidos en la capilla del Seminario Mayor obra de los arquitectos Fernando N ez Gracia y Carlos Ru z Pi a y en la capilla del asilo de ancianas de San Vicente de Paul del arquitecto Luis vila del Palacio Lo mismo est en la parroquia de Santa Rosa de Lima en el fraccionamiento Jardines de Durango as como en el templo de San Jos de G mez Palacio Una medida arquitect nica que se tom en esos a os fue la de eliminar los aplanados de los diferentes templos seg n la noci n rom ntica decimon nica de John Ruskin respecto a que las construcciones deber an Vistas exterior arriba e interior abajo de la parroquia de Lourdes P gina opuesta vistas exterior arriba e interior abajo de la capilla del Seminario Mayor 188 122 Agradezco la informaci n al arquitecto Evaristo lvarez 189

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el arquitecto Salvador Roncal siguiendo las propuestas lecorbusianas Un poco despu s el arquitecto Hugo Salgado construy la parroquia de Lourdes as como el templo de Cristo Rey notable por su b veda de caracol hecha a base de concreto armado Esta obra la realiz en compa a de los arquitectos Antonio P rez Hoyos y Evaristo lvarez 122 Otros ejemplos semejantes fueron introducidos en la capilla del Seminario Mayor obra de los arquitectos Fernando N ez Gracia y Carlos Ru z Pi a y en la capilla del asilo de ancianas de San Vicente de Paul del arquitecto Luis vila del Palacio Lo mismo est en la parroquia de Santa Rosa de Lima en el fraccionamiento Jardines de Durango as como en el templo de San Jos de G mez Palacio Una medida arquitect nica que se tom en esos a os fue la de eliminar los aplanados de los diferentes templos seg n la noci n rom ntica decimon nica de John Ruskin respecto a que las construcciones deber an Vistas exterior arriba e interior abajo de la parroquia de Lourdes P gina opuesta vistas exterior arriba e interior abajo de la capilla del Seminario Mayor 188 122 Agradezco la informaci n al arquitecto Evaristo lvarez 189

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mostrar la sinceridad de los materiales con que estaban fabricadas 123 Esta idea llamada petrofilia fue aplicada en M xico por Jos Villagr n Garc a tanto en construcciones prehisp nicas como en virreinales Entusiasmado por esta propuesta el can nigo Nicol s Hern ndez Izurieta mand raspar la cubierta del templo de San Juan de Dios y convenci al arzobispo Antonio L pez Avi a para hacer lo mismo en catedral Siguiendo este ejemplo otros templos de la arquidi cesis fueron descarapelados como fueron los casos de Cuencam Pedrice a y Villa Ocampo Vistas exterior arriba e interior abajo del templo de San Jos de G mez Palacio P gina opuesta capilla de la Ciudad de los Ni os En algunos templos recientemente construidos en asentamientos de clases medias emergentes es posible apreciar el novedosismo y la ostentaci n como caracter sticas principales que han sido calificadas como estilo kitsch Entre ellas se podr an incluir la capilla de la Ciudad de los Ni os y las parroquias de Guadalupe y San Felipe de Jes s de la ciudad capital Finalmente el ltimo gran esfuerzo constructivo dentro de la arquitectura religiosa duranguense es la parroquia de Nuestra Se ora del Rosario de la colonia Asentamientos Humanos en la que el padre Jorge Blanco impuls una edificaci n con portada neobarroca para convertir el recinto eclesi stico en centro comunitario a favor de los habitantes de ese sector citadino 123 Wright Carr David Charles Los acabados de los monumentos novohispanos y la petrofilia al final del siglo XX en La abolici n del arte XXI Coloquio Internacional de Historia del Arte M xico IIE UNAM 1998 pp 143 180 190 191

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mostrar la sinceridad de los materiales con que estaban fabricadas 123 Esta idea llamada petrofilia fue aplicada en M xico por Jos Villagr n Garc a tanto en construcciones prehisp nicas como en virreinales Entusiasmado por esta propuesta el can nigo Nicol s Hern ndez Izurieta mand raspar la cubierta del templo de San Juan de Dios y convenci al arzobispo Antonio L pez Avi a para hacer lo mismo en catedral Siguiendo este ejemplo otros templos de la arquidi cesis fueron descarapelados como fueron los casos de Cuencam Pedrice a y Villa Ocampo Vistas exterior arriba e interior abajo del templo de San Jos de G mez Palacio P gina opuesta capilla de la Ciudad de los Ni os En algunos templos recientemente construidos en asentamientos de clases medias emergentes es posible apreciar el novedosismo y la ostentaci n como caracter sticas principales que han sido calificadas como estilo kitsch Entre ellas se podr an incluir la capilla de la Ciudad de los Ni os y las parroquias de Guadalupe y San Felipe de Jes s de la ciudad capital Finalmente el ltimo gran esfuerzo constructivo dentro de la arquitectura religiosa duranguense es la parroquia de Nuestra Se ora del Rosario de la colonia Asentamientos Humanos en la que el padre Jorge Blanco impuls una edificaci n con portada neobarroca para convertir el recinto eclesi stico en centro comunitario a favor de los habitantes de ese sector citadino 123 Wright Carr David Charles Los acabados de los monumentos novohispanos y la petrofilia al final del siglo XX en La abolici n del arte XXI Coloquio Internacional de Historia del Arte M xico IIE UNAM 1998 pp 143 180 190 191

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Pilas de agua bendita de la parroquia de San Francisco de As s arriba izquierda la iglesia de la Virgen del Zape arriba derecha y la capilla de San Miguel de la Ochoa abajo 192 Pilas de agua bendita de la parroquia de la hacienda de La Loma arriba izquierda Fotograf a Daniel Quezada la parroquia de Santiago Ap stol arriba derecha y el santuario de los Remedios abajo P gs 194 y 195 vista nocturna de la catedral de Durango P g 196 detalles de miniaturas de los Santos Penitentes del acervo de la catedral de Durango 193

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Pilas de agua bendita de la parroquia de San Francisco de As s arriba izquierda la iglesia de la Virgen del Zape arriba derecha y la capilla de San Miguel de la Ochoa abajo 192 Pilas de agua bendita de la parroquia de la hacienda de La Loma arriba izquierda Fotograf a Daniel Quezada la parroquia de Santiago Ap stol arriba derecha y el santuario de los Remedios abajo P gs 194 y 195 vista nocturna de la catedral de Durango P g 196 detalles de miniaturas de los Santos Penitentes del acervo de la catedral de Durango 193

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Este libro se termin de imprimir en Saltillo Coahuila en septiembre de 2015 con un tiraje de 1 500 ejemplares La edici n estuvo a cargo de Quintanilla Ediciones Las familias tipogr ficas utilizadas fueron Cronos Pro y Medhurst